— ¿Que paso? ¡¿Quién la lastimo?! — Dante tenia a Kek contra una de las paredes sanas del bunker, sus garras estaban lastimando los brazos del brujo, pero aun así el peliblanco no lo libero, mientras Clara, que sostenía la cabeza de Chloe, fue quien contesto.— Fue un accidente Vito, el brujo quiso llevársela y por lo que dicen las lobas, el bebé libero su aroma a cazador…— ¡¿Quién ataco a mi Luna?! — la voz de Kek no era humana, tampoco animal, era la mezcla justa de ambas, era el Alpha y las lobas comenzaron a gimotear, las estaba torturando, aun en sus mentes, por más que Dante tratara de refrenarlo, el lobo de Kek no cedió.— Ella la salvo Alpha, ¡nuestra luna la salvo! — grito una vampira, ya que su especia no estaba bajo la tortura de Kek.— Es así Kek. — Matilde se atrevió a hablar, aun con el mido corriendo por sus venas. — La loba la ataco aun sin quererlo, fue su instinto de supervivencia, aun así, la luna lo comprendio y cuando el brujo la ataco, Chloe intervino para salva
Nuriel tuvo que bajar su cabeza para pasar el umbral de la puerta, Kek, y Dante no bajaron la guardia, sin embargo, Vito casi se había olvidado de él, toda su concentración estaba en Chloe, por lo que la atención de Nuriel también estaba en ellos. Observo como Vito en menos de diez minutos ayudo a Chloe a cambiarse, con al amor que la cargaba, porque así era, el vampiro no dejo que Chloe estuviera de pie ni un segundo desde que la había tomado en brazos en el prado, ahora la estaba colocando en un sofá, pero lo que más lo estresaba era el amor con el que le hablaba a Habichuela.— Sé que eres inteligente habichuela, por eso te pido que no trates de proteger más a mamá de ese modo, no solo los pondrás en peligro, también puede que te haga mal, por favor, deja que nosotros nos ocupemos.Nuriel se removió incomodo en el asiento que estaba ocupando, mientras Vito hablaba con miel en su voz, Chloe tenía los ojos fijos en él. La humana no podía creer que ese hombre fuera real, era un gigant
Chloe daba vueltas en su cama, era cómoda, grande y de sabanas suabes, entonces ¿Por qué no podía dormir? Sabia la respuesta a eso, y le daba una enorme vergüenza así sea pensarlo, pero no podía evitarlo. Estaba a punto de llorar, cuando unos golpes en la puerta la hicieron girar una vez más en la gran cama.— Chloe, ¿puedo pasar? — la voz de Dante la hizo vibrar y tenía ganas de gritar por ello.— Si. — susurro y luego se aclaró la garganta. — Sí, puedes pasar.— ¿Necesitas algo? — la pregunta que lanzo el peliblanco apenas ingreso en el cuarto la hizo sonreír, te necesito a ti, quería decirle, pero no podía porque… ¿Por qué no podía decirlo? A si, pudor, vergüenza y prejuicios que solo estaban en su cabeza.— ¿Chloe? — cada paso que Dante daba hacia ella su corazón palpitaba con mayor fuerza, y la humedad crecía de manera desmedida entre sus piernas.— Maldición. — dijo con frustración al tiempo que se sentaba en la cama, una que era demasiado grande para ella sola.— ¿Que te sucede
Chloe caminaba de un lado a otro de la casa, bajo la vigilante mirada de Vito, se había reusado a que Malaly la ayudara a tener sus emociones bajo control, aunque la razón era que tenía miedo, sabía que sus compañeros no la dejarían marchar, ella tampoco lo deseaba, pero era lo único que se le había ocurrido, escapar, si era necesario durante toda su vida, pero lo que ella sentía también lo sentían sus compañeros, por lo que Dante, siendo el mayor, ordeno a Vito vigilarla, a Kek que pusiera a todo el pueblo a reforzar las guardias, mientras él fue a las tierras de la luna cambiante a pedir ayuda, no solo para su compañera, era para todo el pueblo, ya que la muerte de Chloe y la perdida de Kalila llevaría a Nuriel a acabar con todos.— Mi vida, si no te tranquilizas te hará mal. — dijo casi con suplica, mientras caminaba tras su compañera, quien estaba de camio a la sala.— ¿Qué me tranquilice? ¿Como me puede pedir eso? ¡moriré y Asher se llevará a mi hija! — los ojos de Vito estaban n
Vito, Dante y Kek veía a su hermosa hija en brazos de Chloe, su tez era blanca, cabello negro como su madre, mientras que sus ojos… era algo digno para ver, uno celeste y otro marrón, exóticos, raros, únicos como la misma pequeña que chupaba su mano, sin ser consciente que tenía a tres seres sobre naturales rendidos a sus pies, sin contar que su destinado era Nuriel, el primogénito del dios sol, un fénix, sin embargo, la pequeña estaba ajena a todo, sus ojos fijos en el rostro de su madre, quien con la ayuda de Vito, estaba completamente recuperada, por lo que solo pasaría una noche en el hospital, ya que la pequeña Kalila era humana, y necesitaba ser controlada por unas horas.— Felicidades luna Chloe. — las palabras de Aysel la hicieron quitar sus ojos de la pequeña niña que tenía en sus brazos, su hija, su Kalila.— Gracias luna Aysel. — respondió mostrando una enorme sonrisa.— Ve su futuro abuela, por favor, ve que será de la vida de nuestra hija. — pidió lleno de alegría Dante y
Chloe pudo respirar con tranquilidad luego de asegurarse que todos los habitantes del pueblo estaban a salvo y sus heridas curadas, solo entonces se permitió tomar un baño, y por más que sus compañeros insistieron, ella no les permitió acompañarla, primero debía procesar todo, para colocarlo en palabras y poder hablar con sus tres destinados, la pobre humana se olvidaba que ellos podían sentir cada una de sus emociones.— Estoy ansioso. — murmuro Vito al tiempo que deambulaba por el salón, con la pequeña Kalila en brazos.— Estoy molesto. — dijo Kek, dejando salir a su Alpha.— … Estoy angustiado y creo que ya todos sabemos que ninguna de estas emociones es nuestras. — el cabello blanco de Dante se convirtió en fuego, al tiempo que veía escaleras arriba.— Chloe, es humana y por más que realicen la marca nunca dejara de serlo. — la voz de Levana los hizo girar con sorpresa, nunca creyeron que la launa cambiante aun permaneciera en sus tierras.— Abuela, ¿Qué haces aun aquí? — Vito la
Los días pasaron, al igual que los años, Kalila creció aprendiendo a no enojarse, mucho menos a pelear sin importar que le dijeran los pequeños del pueblo, y es que aun con 5 años había ocasiones que su olor a pimienta despertara el lado salvaje de los habitantes, pero Kalila era solo una niña, ansiosa de tener amigos, en especial un vampiro de 8 años, Declan, la niña lo había visto un par de veces en el pueblo, le gustaba su cabello rubio y sus ojos azules brillantes, se podría decir que la pequeña humana sentía un pequeño enamoramiento por el niño vampiro.Fue una tarde que Chloe la llevo al parque, donde vio a Declan con sus dos amigos, Tahiel un niño lobo un año menor que Declan y Ukara, un brujo de su misma edad, los tres a pesar de ser niños eran hábiles, Tahiel ya se podía transformar en lobo, y era muy grande cuando eso sucedía, no parecía un cachorro, mientras Ukara manejaba el aire, creaba remolinos que Declan esquivaba con gran facilidad.— Hola. — dijo la pequeña a quien l
Kalila se había escapado del instituto, no era grato que todos se taparan la nariz cuando ella pasaba por su lado, pero no lo podía controlar, desde que su primer periodo irrumpió en su vida, su aroma estaba fuera de control y por más que deseaba ocultarlo, no podía. Fue por eso que dos semanas después de que su periodo terminará y el olor a pimienta incremento cuando estaba por llegar al colegio, opto por perder la tarde en uno de los tantos claros que habían a mitad de camino de su hogar y el instituto, estaba recostada sobre la hierba, con una mano extendida tapando el sol, pero aun así disfrutando del color rojo que se traslucía en su mano por su piel blanca y producto de la sangre que circulaba por esa extremidad, sin percatarse que un hombre con piel oliva, de cabello rojo y largo la observaba, con suma atención.— Una joven tan hermosa no debería estar sola. — su voz era profunda, provocando que el corazón de Kalila quien tenía 16 años se acelerara, pero no por miedo.— Soy una