Sus manos empiezan a temblar, se pone pálida de repente, me ve confundida, no entiende lo que digo. Intenta decir algo pero nada sale de sus carnosos labios carmesí, le tiendo mi mano para que regrese conmigo, sin embargo, niega con la cabeza. —Me estás diciendo que tú, Dominic Dallas, eres mi Dios del inframundo. ¿Cierto? —asiento con la cabeza —me estas tomando el pelo, eso debe ser, no es posible siquiera, no, no, yo me hubiera dado cuenta, yo... —Respira, respira —me acerco lentamente a ella, no quiero que se vuelva a alterar —yo tampoco lo sabía, lo acabo de descubrir.—¿No estas molesto? —me pregunta con voz suave, tiene un toque de miedo. —Para nada, la vida nos demostró que nos tiene un camino juntos, ya sea como Mandy y Dom, o como Perséfone y Hades. Lo importante es que ambos estemos de acuerdo en esto. Lo único que me genera duda es si tú ¿Quieres ser mi Perséfone? —la veo fijamente a los ojos, no quiero que dude de lo que le digo. —Te juro, que lo consideré antes de e
Josh. ¡Maldita sea! Amanda, me la supo hacer, quise retirar la parte de su inversión, y ya la tiene protegida. Cambió los códigos de seguridad, ahora no puedo disponer de ese dinero, lo peor del caso es que me urge.Demasiado lista para ser cierto, hasta pidió que retiraran mí firma, siento que la cabeza me va a explotar en cualquier segundo. El jefe de los narcos, con los que hice el préstamo, me está exigiendo el pago en su totalidad. Sabía que con esa gente no se jugaba. Ahora mi vida está en riesgo, y todo por una maldita calentura. La idea era adquirir ese dinero para iniciar mi propia empresa, y después de casarme con Amanda, solo inyectar capital para el crecimiento. En que estupidez estaba pensando cuando acepté acostarme con Leila, esa estúpida zorra solo fue mi ruina. Ahora, no puedo quitarla de mi camino, y no solo necesito el dinero de Amanda, también la necesito y extraño a ella. Extraño su dulce voz, su delicado aroma, sus suaves caricias, la manera en la que s
Sábado por la mañana. Trato de entrar a su edificio y me echan cual vil perro a la calle, la muy lista pidió que no me dejaran entrar. Me quedo como imbécil en la acera, con el ramo de lilas moradas y sus chocolates favoritos. Me siento en la banqueta, nunca imaginé que esto terminara así, la peor de las pesadillas se está haciendo realidad. Elevo la cara y veo como sale el muy chulo de Dominic, lleva un conjunto de chándal gris y va en sandalias. Como si ya viviera aquí, se que ambos son muy unidos y tal vez si pasen tiempo de chicas juntos. Pero quien en sus cinco sentidos creería su gran mentira, por lo menos les sirvió para dejarme en mal frente a todo el mundo. Suena mi móvil con varios mensajes, solo espero que no sean esos tipos, se supone que ya llegamos a un acuerdo. Al revisarlo, me doy cuenta que son mensajes de un número desconocido, donde hay varias fotos de Amanda con su amigo en un restaurante. Junto a un mensaje que me congela la sangre, esto no puede
Dominic.Después de hablar, Mandy y yo, hicimos una pijamada, la verdad solo quería estar con ella y abrazarla.Así que vimos películas románticas donde no podía faltar Orgullo y prejuicio, si, como toda buena enamorada, mi novia ama al señor Darcy.Así que entre palomitas y gritos de Mandy, pasamos una velada tranquila, hasta que se quedó dormida y me tocó llevarla a la cama.La verdad no había dormido tan bien en años, y ayer fue una noche magnífica. Cuando despertamos, me ofrecí a ir por su pan favorito y ella pondría el café.A pesar de lo feliz que me sentía, algo dentro de mi no estaba tranquilo, llegué al establecimiento y había más gente de la habitual. Por supuesto que conozco esta cafetería, es nuestro lugar de siempre, nuestro refugio desde adolescente, hice todo lo posible por salir rápido. Por desgracia, no fue lo suficientemente rápido, al llegar a su casa, ella no estaba, no había nada fuera de lugar. Todo parecía normal, hasta que me percate que en detrás del sillón
Quince minutos después, varios de sus elementos entran al apartamento de Amanda. Están llenado todo el lugar con diferentes aparatos, y mi amigo, está pegando al móvil. A mi la desesperación me invade, no se que pudo pasar, lo único que quiero es que regrese sana y salva. Estoy casi mordiendo mis uñas, mientras todo el equipo de Roman, instala sus aparatos. No se cuanto tiempo después terminan, mi amigo me indica que me acerqué y nos sentamos en la sala. Uno de los chicos está accediendo a las cámaras de seguridad, tanto del edificio, como las de la calle.Estoy más que atento a los vídeos, cuando de repente veo a alguien que detesto con todo mi ser. —Para ahí. Le indico al chico en los monitores, es el imbécil de Josh, está en la entrada del edificio, con un ramo de flores y una caja. Se ve como el guardia le prohíbe la entrada, después de unos minutos discutiendo con el señor, Josh se aleja. Se alcanza a ver que esta sentado en la acera frente al edificio, justo a los minut
Leila. Me buscó, me buscó, me buscó, estoy que brinco de la felicidad, sabía que tarde o temprano se daría cuenta. No puede vivir sin mi, lo que no entiendo es porque vernos en una cafetería, cuando podemos estar calentitos en su cama. ¡Hay por Dios! ¡Hay por Dios! Se me va a declarar, si, al fin, grito como loca, esto es más de lo que jamás pude imaginar. Debo darme prisa y arreglarme lo más linda posible, aunque eso no es ningún problema, soy hermosa. Corro a la ducha con solo un pensamiento en mente, te gané Amanda, me quedé con el chico y tú, con las manos vacías. Una hora después estoy lista, por suerte le dije a Joshi, que me tardaba un poco más. Así que solo tomo mi bolso y salgo rumbo a mi cita, con el amor de mi vida, mi hermoso Joshi. Llego toda hermosa y empoderada a la cafetería, y lo veo en una de las mesas del fondo. Camino contoneando mis caderas, haciendo que el vestido rojo ceñido a mi cuerpo luzca más. —Hola mi amor. Lo saludo sonriente y deposito un beso
—Leila... Leila —siento como mueve mi hombro. —Mande —por andar perdida en mis recuerdos, no escuché que me estaba llamando. —Llevo un rato hablando como loco, pon atención, de esto depende nuestra... Felicidad —lo estoy esperando. Escucharlo hablar sobre nosotros, hace que mi corazón se acelere, y que quiera correr por todos lados a gritar nuestro amor. —Te escucho —finjo tranquilidad. Abro bien mis ojitos y pongo orejitas paradas, no pienso perder detalle de nada de lo que me diga. —Bien, pero no me hagas volver a repetirlo —esta un poquito molesto por hace un rato, vamos Joshi, solo dilo. —No lo haré, puedes estar seguro —levanto mi palma a modo de promesa. —Necesito que para empezar, si alguien, quien sea te llega a preguntar si nos vimos más temprano, tú mi bella Leila, dirás que desde anoche no nos hemos separado, y que hoy salimos a almorzar aquí —estoy en blanco. —Espera, espera, no entiendo porque deba decir eso yo... —¿Me vas a ayudar o busco a alguien más? P
Dominic.Han pasado como veinte minutos desde que vimos los videos de vigilancia del edificio, cuando Román, parece acordarse de algo.Se levanta de forma acelerada, y saca su móvil llamando a alguien, espera unos segundos y esa persona responde.Habla en lo que parece ser italiano, por lo que entiendo un rábano, y a los pocos instantes regresa conmigo. —Tengo a la persona correcta Dom, un viejo amigo, bueno en realidad es familia, viene en camino, no vamos a tardar nada en encontrarla. —¿Cómo? Roman, no creo que sea buena idea meter a más gente en esto, si tú crees que es muy difícil yo...—Dominic, basta, te juro que él y su gente, son los mejores rastreando, y tiene un sobrino que es increíble, ese chico encuentra lo que sea, donde sea, si en verdad quieres saber donde está Amanda, él es la persona indicada para hacerlo.Muevo la cabeza afirmando, pero la verdad ya la cabeza me gira sin control, si él, que tiene todo para encontrarla no lo hizo, no veo como otra persona lo pueda