En otro punto de la ciudad. LeilaLlevo días siguiendo a la maldita de Amanda, no se me ocurre otra forma de saber donde pueda estar mi Cuchunito. Ella me tiene que llevar a donde lo tienen, y estoy segura que solo ella lo sabe, así que no voy a dejar de ser su sombra. Desde ese día no he dejado de tener pesadillas, cada noche vienen a mi mente esos horrendos recuerdos. Y mientras yo sufro por la desaparición de mi amado Josh, ella se la pasa de fiesta con Dominic. Hoy los vi entrando a su restaurante favorito, y por como iban vestidos, no era una simple cena. Es como si estuvieran festejando algo importante, y yo, aquí tras bambalinas, como siempre viendo como sigue tan altanera. Siempre presumiendo sus lujos, sus joyas, mientras yo solo recibía sus migajas, las sobras de ella. Te odio Amanda, siempre robando protagonismo, hasta convertiste al más guapo y gay de todos en tu novio, te odio, mil veces te odio. La pobre niña rica, a lo que todo el mundo le cae bien, detesto eso
Amanda Estoy más que feliz, anoche fue la más maravillosa de toda mi vida, al fin me comprometí, con el hombre que verdaderamente amo. Fue hermosa su pedida de mano, me miraba con los ojos llenos amor, es que no puedo ni explicar toda esta felicidad. Y rematamos con una escapada a nuestro inframundo, despertamos juntos, abrazados, como si nada en el mundo existiera más que nosotros. Hemos llegado a su casa y vamos a preparar el desayuno. Mientras Dom, saca todo lo necesario de la alacena, yo me dedico a enviarle un mensaje a mis padres. —Oye amor, le estoy mandando mensaje a mis padres para lo de la cena ¿Quieres que le diga a tu mami? —le pregunto, pues anda muy apurado. —Si corazón, por favor —me responde cuando saca el harina para los panqueques, se van sexi de cocinero, suspiro con ganas. Nos tenemos que dar prisa, a pesar de ser sábado, dejamos algunos pendientes en la oficina y tenemos que ir. Además tengo que comentarle lo de esa sensación, a pesar de que anoche no
—En nada, solo fuiste una buena amiga y ella no supo valorar esa amistad —escucho la voz de mi novio a mis espaldas. —¿Qué? —en que momento. —Estabas pensando en voz alta, creo, pensé que me hablabas a mi, por eso te contesté. Me quedo sin palabras, creo que debo poner más atención a mis pensamientos, la próxima capaz me descubre cuando me lo ando sabroseando. —Lo siento, es que recuerdo tantas cosas que vivimos juntas, aún no me creo que haya cambiado tanto. —Tal vez siempre fue así, no sé, ella nunca me ha gustado.—¿Crees? —me sorprendo.—La verdad si, recuerda que desde que la empezaste a llevar a casa de tus padres, te dije que ella no me daba buenas vibras —me refresca la memoria. —Ni que fuera bruja —aun la defiendo. —Pues si parece —me responde serio. Nos quedamos viendo un par de segundos, para después botarnos de la risa. —Ja, ja, ja, ja, ja, eres terrible ja, ja, ja, ja, ja, hay mi panza. Ya no aguanto más, hasta pequeñas lágrimas salen de mis ojos, parecemos los
Amanda Dom se queda en silencio por unos segundos, baja la cabeza y la toma entre sus manos. —Si, pero dejame terminar de acuerdo. —Tienes razón, continúa —le doy pauta para seguir. —Como te decía, mi gente se dio cuenta de que un auto te seguía, eran dos tipos, de no muy buena pinta, por lo que describen. En ocasiones hasta dos autos, en el segundo iba una mujer, blanca, con pañoletas en el cabello, lentes oscuros, y el auto, un derby viejo color marrón, si pones atención, esa mujer no es otra más que... —Leila —decimos al mismo tiempo. Estoy en shock, las palabras se agolpan en mi garganta, pero ninguna es capaz de salir por mi boca. Pensé que no tendría noticias de ella en bastante tiempo, vaya que me he equivocado. Me levanto del sofá y empiezo a dar vueltas con las manos en los labios, un sudor frío empieza a correr por mi espalda. Mi cuerpo vibra, es que no puede ser posible, en verdad ¿que tiene esa mujer en la cabeza? Siento las manos de Dom, sobre mis hombros y peg
Dos días después La cena con nuestros padres fue cancelada, no hay manera alegre de decir que te vas a casar con el hombre de tu vida, si una loca está al asecho. Así que nos quedamos en casa viendo películas y comiendo helado, aunque a Dom, no le agrada mucho, dice que me gustan más los actores que el. Mi celostino hermoso, el caso es que ya estamos rumbo a la oficina, si, se quedó en mi casa y solo mando a traer ropa limpia. Por una parte fue bueno, estuvimos juntos recordando los viejos tiempos, donde pasábamos horas juntos en aquella casa del árbol. De nuestras travesuras, de nuestros momentos alegres, así como de los tristes, de como ninguno de los dos dijo nada sobre nuestro amor, y de como la vida siempre nos ha mantenido unidos. La manama llega, y con ella nuestra realidad, la burbuja de anécdotas quedó en las sábanas y ahora nos alistamos a seguir con los deberes, realidad, ruda realidad. De echo vamos en su auto, pareciera que estamos en una película de acción, me
Dominic El caso de Leila, realmente no era grave, solo espero terminar la semana laboral, ya el sábado, la dejo hacer lo que quiera. Pero esto, requiere de toda mi atención, ese hombre no deja de causar problemas, ahora resulta que mi madre le debe una indemnización. —¿Dom? —escucho la dulce voz de Mandy, lo que me saca de mis pensamientos. —Mande —contesto por hacerlo. —¿Sucede algo? —sus ojitos brillan en preocupación. —No... Bueno si, mamá me acaba de enviar un mensaje —trato de explicarle, pero no se como decirlo. —Sabes que cuentas con nuestro apoyo, lo que sea, aquí estamos mi familia y yo para ustedes —me abraza por la cintura y la envuelvo entre mis brazos. —Gracias amor, lo sabemos, es solo que no entiendo como ese hombre ahora sale con esto —digo desesperado. —¿Qué le hizo? —esa forma en la que se pone cuando se enoja uff, Dominic pon atención. —Resulta que ahora le dio por querer contra demandar a mamá, porque según él, ella le robo los mejores años de
Dominic Ni siquiera pierdo el tiempo en contestar, en este momento estoy hablando con Román además de ingresar a la aplicación de vigilancia de la casa de mamá. —Dominic —mamá me abraza yo trato de respirar. Me alejo un poco de ella, la reviso y solo está algo despeinada, veo a mi alrededor y hay cosas tiradas y roys por todo la cocina. —No alcancé a hacerle nada, la desgraciada me la supo hacer. —Maldito infeliz —casi me le voy encima pero mamá no me suelta en ningún momento. —Que le debo a la vida, que en lugar de mandarme una buena mujer y un hijo que en verdad fuera hombre, me trajo a la vida de una mujer sin gracia y una mariposa como hijo. —De mi di lo que quieras, me vale un soberano rábano tu opinión, pero a ella la respetas, te juro que muy pronto te vas a tragar todas y cada una de las humillaciones que todos estos años le has hecho pasar. Se empieza a reír a carcajadas, toma su teléfono y marca, se pone el móvil en la oreja. —Bueno, policía, estoy en casa de mi ex
DominicTremenda declaración del tipo, mientras trataba de humillar a mi madre, la policía estaba escuchando todo. No solo eso, además uno de ellos tuvo a bien grabar, se creyó muy listo, pero como dicen, no hay mal que dure cien años. Gracias al cielo, nuestro mal pasará muchos años en la cárcel, en este momento vamos camino a la fiscaliza, a ratificar la declaración del señor. —Sabes hijo, llevaba años que no me sentía tan ligera, es como si supiera que ahora que será en cancelado, por fin mi cuerpo se siente libre, mi alma en paz y mi mente poderosa, así me siento. Escucho con atención lo que dice, respiro con alivio, respiramos, porque ambos vivimos los estragos de estar con un ser machista, que solo ve por si bienestar. Que es capaz de llevarse a quien sea entre los pies, con tal de que el saque provecho de las circunstancias. —Ma, te puedo preguntar algo. —Claro Dom, dime —toma mi antebrazo y lo sujeta firme. —¿Por qué soportaste tanto tiempo? No me malinterpretes, no te