Miró por el rabillo del ojo, el sillón desarmado e hizo un gesto de sonrisa. Aún le da un poco de gracia ver el rostro de Esteban, cada vez que lo veía sabiendo que no se podría sentar cómodamente. Pero esperaba que solo fuera un tiempo.Pronto volverá con el sillón armado.Bosteza, una hora después. Ya eran las 7:30 de la mañana. Se fué dispuesta a bañarse, ya que había sudado mientras hacia ejercicio.Después de bañarse, tomó su cartera, su saco y fue a visitar a su amiga Melisa. En cuanto llegó,lo hizo dando pasos largos y un poco rápidos.Melisa, abrió la puerta deprisa.Brianna, ni siquiera había tocado la puerta. Su amiga abrió la puerta, dejando la mano extendida de Brianna dispuesta hacer lo mismo.Melisa en cuanto la vió la abrazó.Briana, no entendía muy bien la actitud de su amiga; puesto que ambas, eran amigas.Pero aún así, no eran tan cariñosas, la una con la otra. Fue arrastrada por su amiga, dentro de la casa. El silencio la invadió, supuso que su hija estaría haciendo
Briana, Después de varias semanas se sentía muy feliz. Me había acostumbrado a la vida con Esteban. Se levantaba muy temprano, y esperaba con ansias tomar el desayuno junto con su esposo.Esta vez, preparo el té de frutas, el cual le había hecho Esteban para que ella tenga todas las mañanas. Y empezó con su rutina diaria. Aunque esta vez tenía ganas de tomar leche por alguna extraña razón. Aunque ella, no le gustaba la leche a decir verdad t siempre evadía tomar ese líquido blanco.En ese instante había tenido mucha ansiedad de tomarlo. Después de calentarla, se sentó en la mesa junto con unas tostadas.Esteban llegó a la cocina y la miro con curiosidad.—Pensé que no te gustaba la leche.— Sí, pero hoy me levanté con ganas de tomar leche. Debe ser por la ausencia de café.En cuanto posó la taza en sus labios. Unas terribles náuseas y extrañas la invadieron. Dejó la tasa en su lugar y fue corriendo al baño.Esteban la miro con preocupación como se acercó a paso apresurado hasta llegar
Briana asintió feliz, Y tomó la orden de derivación entre sus manos.En cuanto salió a la sala de espera, Esteban la miraba con curiosidad y estaba un poco asustado. No sabe muy bien que esperar, estaba nervioso y la echaba de menos a pesar de haber sido tan solo media hora.—¿Estás bien? — quiso saber Esteban.—Más que bien estoy embarazada —comentó con una sonrisa auténtica. Esteban, no le importó ni siquiera está en el hospital.La elevó los aires y le dio un profundo beso . a su alrededor se escucharon aplausos, y un montón de personas los miraban con la inversa ternura.—Es el día más feliz de mi vida Briana, Muchas gracias por hacerme tan feliz. Cuando yo no lo merecía.—Yo también me siento feliz. Te amo.Esteban la miró con sorpresa. Ella por alguna razón que él no entendía no le decía que lo amaba, y en ese momento después de tantos meses, lo había escuchado de nuevo de su boca.Se volvió a sentir muy feliz, Le alzó de nuevo y la llenó de besos. Salieron del hospital, y Brian
Briana en ese instante se sentía morir. No podía creer que su amiga ya no estuviera con ella.Ya no podrían volver haz almorzar juntas. Ya no podrían, estar la una con la otra tomando un café y hablando de todo o del clima.Suspiró en ese instante se sentía con el corazón en una puñalada. Entendía porque el destino era tan cruel, tampoco entendía porque ellos no habían llegado al sótano.Esteban la miraba con tristeza, Briana no pude evitar aferrarse en los brazos de Esteban llorando una y otra vez, hasta que los ojos empezaron a pesar.Se vió inmersa en un extraño sueño. Estaba en un gran prado de colores, había mariposa que volaba muy cerca de ella, incluso estiró la mano para poder tocarlas, de pronto una voz la distrajo. Al prestar atención hacia adelante, se encontró con Melisa. La mira con curiosidad, se acercó a su lado dando unos cortos y pequeños pasos. Pudo sentir el césped húmedo y esponjoso debajo de sus pies descalzos. A levantar la barbilla, sus ojos se encontraron con l
Miro de reojo a la pequeña niña que dormía muy plácidamente junto con un peluche Suspiro como ni siquiera sabía qué hacer . Aunque de algo estaba segura como nunca abandonaría a esa niña. Era su pequeña Ana ahora. Esteban, la abrazo.Las lágrimas, se mezclaban en los rostros de ambos .s los dos están muy sensibles en ese instante, Esteban había conocido por muchos años a MelisaLe había parecido siempre una buena vecina como más predispuesta y una buena mamá. Le dolió en el alma ese triste final. Suspiraron ambos .s brianna queda posada en el pecho varonil, sintiéndose embriagada por los aromas que el emanaba .s aunque se sentía muy triste. Se había quedado dormida de nuevo llanto.en que en uno silencioso, para que su hija no lo escuchara.Suspiro, miro de reojo los papeles de la niña. Sin saber muy bien que hacer, estaba segura, debía tomar una decisión rápida. Así que sin duda tomó la lapicera hermano relleno todo, y finalmente la puso como su hija y de Esteban. Él mismo estado de a
En la mañana siguiente, al parecer el temporal había pasado. Ambos se miraron algo confundidos.—Creo que ya pasó la tormenta Briana. Tengo que ir a fijarme.—¿Estás seguro? — quiso saber aterrada Briana.—Si quieres puedes acompañarme.Briana asintió . poco a poco pesaron a ir por las escaleras hasta que llegaron en la parte de la puerta.Esteban empuja con fuerza hacia arriba . y la puerta cedió. La casa, no estaba intacta para nada, ninguna casa lo estaba.Briana gritó... todo estaba destruido.Por fortuna no habían dejado ningún mueble, todo lo habían entrado al sótano. Al cual parecía abarrotado de muebles. Brianna tenía ese presentimiento, y tenía razón.Miró con profundo terror, todas las plantas destrozadas. Aunque entraron la mayoría de las Flores, todo estaba destruido.Briana miro a Esteban con pesar. Después su vista se dirigió a la casa de su amiga. Intentó llamar, pero por más que intentó nadie contestó.—...—Nadie contesta ¿podemos ir a ver si están bien? —quiso saber
Briana, recorría cada espacio con un dejo de nostalgia y de tristeza.Con el paso de los días, una de las costumbres que había has desarrollado en ese tiempo, era visitar la casa de su amiga. Se queda por horas, tantas horas que a veces perdió la noción del tiempo. Aquello muchas veces la hacía sentir un poco menos triste. Aunque se desaparecía y Esteban ni siquiera sabía dónde se dirige a su esposa. Sin embargo optaba por no preguntar nada, y no reprocharle absolutamente nada.Briana, toma la misma posición de siempre, se apoya en un tronco áspero y viejo; cortado seguramente por la tormenta con un filo desparejo y una humedad que te calaba los huesos.Briana contempla el lugar. Siempre igual. Los escombros rodeando a soluta mente todo. Aún se puede apreciar una especie de niebla que se esparce en el aire. Incluso cuando habían pequeños rayos de sol se podía apreciar pequeñas partículas, tan diminutas. Si pudiera estirar las manos las alcanzaba.Brianna siente que cada vez que llegab
La vuelve a mirar con la misma cara de pena de siempre. El está preocupado por ella, pero a decir verdad no entendía muy bien del todo.Briana no podía entender , que se le había pasado una semana; se acerca lentamente a Ana.La pequeña niña está pintando. Ella siempre pintaba. Con la atención al mundo que le rodeaba. Sus ojos se encontraron con los de Briana, feliz se acerca a sus brazos y se queda perdida en ella.Briana aspira el dulce aroma de la pequeña niña, se queda perdida en esa conformidad. Esteban quiere dejarlas solas y se va hacia fuera.Por primera vez después de mucho tiempo empieza a fumar un cigarrillo; no entendía muy bien que hacer en este caso no quería presionar a Briana, odiaba hacerlo.Él no sabe de qué otra manera ayudarla. Tal vez el que estaba actuando mal era él. No lo sabe. Tampoco lo sabría.De pronto sale Briana. Lo mira con pena desmedida.—Solamente me he perdido tanto en mí misma. Es que... hmm, ni siquiera sabía el tiempo en el que me encuentro. Lo si