Miro de reojo a la pequeña niña que dormía muy plácidamente junto con un peluche Suspiro como ni siquiera sabía qué hacer . Aunque de algo estaba segura como nunca abandonaría a esa niña. Era su pequeña Ana ahora. Esteban, la abrazo.Las lágrimas, se mezclaban en los rostros de ambos .s los dos están muy sensibles en ese instante, Esteban había conocido por muchos años a MelisaLe había parecido siempre una buena vecina como más predispuesta y una buena mamá. Le dolió en el alma ese triste final. Suspiraron ambos .s brianna queda posada en el pecho varonil, sintiéndose embriagada por los aromas que el emanaba .s aunque se sentía muy triste. Se había quedado dormida de nuevo llanto.en que en uno silencioso, para que su hija no lo escuchara.Suspiro, miro de reojo los papeles de la niña. Sin saber muy bien que hacer, estaba segura, debía tomar una decisión rápida. Así que sin duda tomó la lapicera hermano relleno todo, y finalmente la puso como su hija y de Esteban. Él mismo estado de a
En la mañana siguiente, al parecer el temporal había pasado. Ambos se miraron algo confundidos.—Creo que ya pasó la tormenta Briana. Tengo que ir a fijarme.—¿Estás seguro? — quiso saber aterrada Briana.—Si quieres puedes acompañarme.Briana asintió . poco a poco pesaron a ir por las escaleras hasta que llegaron en la parte de la puerta.Esteban empuja con fuerza hacia arriba . y la puerta cedió. La casa, no estaba intacta para nada, ninguna casa lo estaba.Briana gritó... todo estaba destruido.Por fortuna no habían dejado ningún mueble, todo lo habían entrado al sótano. Al cual parecía abarrotado de muebles. Brianna tenía ese presentimiento, y tenía razón.Miró con profundo terror, todas las plantas destrozadas. Aunque entraron la mayoría de las Flores, todo estaba destruido.Briana miro a Esteban con pesar. Después su vista se dirigió a la casa de su amiga. Intentó llamar, pero por más que intentó nadie contestó.—...—Nadie contesta ¿podemos ir a ver si están bien? —quiso saber
Briana, recorría cada espacio con un dejo de nostalgia y de tristeza.Con el paso de los días, una de las costumbres que había has desarrollado en ese tiempo, era visitar la casa de su amiga. Se queda por horas, tantas horas que a veces perdió la noción del tiempo. Aquello muchas veces la hacía sentir un poco menos triste. Aunque se desaparecía y Esteban ni siquiera sabía dónde se dirige a su esposa. Sin embargo optaba por no preguntar nada, y no reprocharle absolutamente nada.Briana, toma la misma posición de siempre, se apoya en un tronco áspero y viejo; cortado seguramente por la tormenta con un filo desparejo y una humedad que te calaba los huesos.Briana contempla el lugar. Siempre igual. Los escombros rodeando a soluta mente todo. Aún se puede apreciar una especie de niebla que se esparce en el aire. Incluso cuando habían pequeños rayos de sol se podía apreciar pequeñas partículas, tan diminutas. Si pudiera estirar las manos las alcanzaba.Brianna siente que cada vez que llegab
La vuelve a mirar con la misma cara de pena de siempre. El está preocupado por ella, pero a decir verdad no entendía muy bien del todo.Briana no podía entender , que se le había pasado una semana; se acerca lentamente a Ana.La pequeña niña está pintando. Ella siempre pintaba. Con la atención al mundo que le rodeaba. Sus ojos se encontraron con los de Briana, feliz se acerca a sus brazos y se queda perdida en ella.Briana aspira el dulce aroma de la pequeña niña, se queda perdida en esa conformidad. Esteban quiere dejarlas solas y se va hacia fuera.Por primera vez después de mucho tiempo empieza a fumar un cigarrillo; no entendía muy bien que hacer en este caso no quería presionar a Briana, odiaba hacerlo.Él no sabe de qué otra manera ayudarla. Tal vez el que estaba actuando mal era él. No lo sabe. Tampoco lo sabría.De pronto sale Briana. Lo mira con pena desmedida.—Solamente me he perdido tanto en mí misma. Es que... hmm, ni siquiera sabía el tiempo en el que me encuentro. Lo si
Lo había perdido , en el instante que la había dejado marchar. Ella, nunca pensó que se encontraría en la situación así. Pero ahí estaba. Ana miraba con curiosidad cada rincón. Nunca había estado en un sitio tan grande, y le parecía un enorme lugar para jugar.Mira con una sonrisa, y empezó a dar pequeños saltos alrededor de sus nuevos padres.—¡Me encanta! —comento la pequeña niña. Ganándose la atención de los dos adultos. Briana la observa. Le da una sonrisa, y la toma de la mano.— Ya vimos tu habitación nueva ¿Quieres conocerla? —le preguntó.—¡Sí! — exclamó con alegría la pequeña de Anna.Brianna y Anna se encaminaron la habitación continua. Ella ya le había dado un pequeño vistazo con anterioridad. Había una pequeña cama y unas cobijas que deberían ser cambiadas.Al ingresar: los ojos pequeños de Ana se abrieron con amplitud. Corrieron de un lado al otro... estremeciéndose ante el tacto de una madera recién pulida, y de una alfombra debajo de una pequeña cama de princesa.Briann
—Es que mis papás, siempre se llevaron mal, peleaban. En cambio tú y teban son muy tiernos.—Nos amamos mucho por eso, aunque nada es color de rosa. En un tiempo también ¿nos peleamos o no? —Esteban comentó divertido.Briana vió en dirección al mismo y le sacó la lengua en manera infantil . Ana comprendia por primera vez lo que era el amor. Aunque tan solo tiene 3 años, los dos estaban siendo un buen ejemplo de lo que era estar con una pisma persona, y confianza el uno en el otro.Había pasado una semana, desde que había llegado y todo parecía ir color de rosa, hasta en el preciso momento en el que un auto se estaciono frente a la casa. Briana mira con confusión, a decir verdad nunca había visto ese vehículo en la hacienda.Empieza a caminar hacia la entrada para ver quién era. De pronto aparece un sujeto muy similar a Esteban, primero enseguida supuso que se trataba del hermano del mismo.Suspira, no estaba de ánimos en ese instante de tener que tratar a alguien tan indeseable , lo e
—Con que tú pequeña se llama Ana. Es igual de hermosa que su madre.Le eche un vistazo Ana .s a decir verdad , a las 2 parecemos madre e hija, da la casualidad, que Ana tiene el cabello tan dorados , yo: a diferencia de sus ojos los cuales son ni un color miel y los míos grises. Suspiro, tenía el pelo un poco ondulado, al igual que yo podría jurar incluso que era mi hija de sangre.No dijimos nada, seguimos caminando. Aunque una actitud de Ana me sorprendio.—Hola ¿Quieres jugar? —pregunta.La miro con el ceño fruncido, sin entender muy bien a quién le habla. Hasta que la única persona, demás de nosotros dos es Hernán.Entonces le estaría hablando a el.—No él no quiere jugar.La tome de la mano Y empezamos a alejarnos.—Sí, Claro que quiero jugar también quiero jugar con tu mamá ¿me dejas?—Claro, ella seguramente va a querer jugar con nosotros verdad mamá.No pude prestar más atención: escuchar decirme mamá desde su pequeña y dulce voz me llenó de sentimientos que desconocía. No pue
Bri se encuentra sentada en un tronco, a unos metros del granjero. Suspira, por largo rato mira el horizonte sin prestarle atención a nada más. En parte aquello la calmaba, la hace sentir un poco más relajada. Los paisajes, la ayuda de sobremanera a poder pensar en todo y no sentirse triste.De un momento a otro: puede escuchar los pasos acercarse lentamente a su lado. Al levantar la vista, se encuentra junto con Hernan.Briana observa con curiosidad. Ya estaba sentado a su lado, los ojos grises de Briana se encuentran con los ojos color miel de Hernán.—¿Qué te pasa? —quiere saber Hernán.—Simplemente yo quiero olvidar. En realidad no te interesa —bufo molesta Briana.—Tienes razón, no me interesa en realidad tu vida ni lo que esto esté afectando. Solamente me da curiosidad el sufrimiento ajeno —comentó con gracia Hernán.—Es solamente