—Eso es increíble, que alguien quiera comprar esa casa— se expresó de forma sincera, y Brianna dió alguna pequeña risita.Leandro, se giró a verla un poco contrariado. Esa risa, había penetrado en sus oídos y lo había hecho por un momento estremecer. Ni siquiera entendía que era lo que le ocurría en ese momento. Después de quedarse unos minutos como bobo mirándola sin parar a Briana, recuperó la poca cordura que tenía y cuándo se dio cuenta la realidad, su madre ni siquiera estaba a su lado.— Entonces ¿esa es tu mamá?—Si, tengo dos hermanas también.—Cierto ¿Y tus dos hermanas trabajan aquí? —quiso saber Briana.—Solo mi mamá, con papá aunque a veces mis hermanas vienen a ayudar con todo. Si quieres después podríamos ir a la casa de la más grande, vive en un campo cerca de aquí.—Esa idea me encantaría —comentó emocionada Briana.Ambos se sonrieron, Briana empezó a beber un poco de la gaseosa que tenía en el vaso de vidrio.—Entonces, cómo fue que hicieron el restaurante, es decir h
En esos días, estaba un poco más melancólica de lo normal. Había decidido r a correr, me estaba poniendo una calza cómoda junto con una zapatilla.Mañana tendríamos el curso nuevamente cómo era dos veces a la semana. Suspiré, yo estaba afuera, caminando en forma rápida, de esa manera podría entrar en calor. De pronto, una voz me hace tropezarme con mis pies. Caí de bruces al suelo, por suerte había césped esponjoso.—¿Estás bien?.—Si... solo quería darle un beso al suelo —bufé.—Dejame que te ayudo.El se inclinó a mi altura, se arrodillo y me empezó a ayudar para enderezarme. La caída había sido brusca. Incluso me dolía un poco el tobillo. Él empezó a ayudarme, poco a poco a intentar pararme. Pero al intentarlo, hice un gesto de dolor en mi rostro. Al parecer el lo notó, porque se preocupó.—¿Te duele?Yo Asentí.Empezó a ayudarme, sosteniendo mi cuerpo, y una ayuda mi propio brazo al cual se encontraba arriba de su hombro. Empecé a dar pequeños saltitos mientras él me conducía a la
Después de un tiempo de no hacer nada, llegamos: a una tranquera de madera, algo desgastada. Mire mi alrededor con curiosidad, a un lado estaba una ruta bastante transitada.—Da miedo la entrada—murmure divertida.— Buuu—¿Haces bromas?—pregunté asombrada.—Si —contestó y rodó los ojos.Me río.Un auto venía desde no sabía dónde, una chica parecida a él: se bajó. Tenía una pequeña niña a su lado, de cabello dorado.—¿Nos bajamos?—Ella abrirá y entraremos.La saludé con la mano y ella hizo lo mismo. Pasamos primero y su auto venía detrás.—Ella es buena onda, relájate.—¿Qué?... estoy muy relajada.—Estas arañando el asiento.—Oh...Cuando estacionó delante de la casa, una perrita nos recibió. Era de esa especie de policía.Le hice cariño, y morí de amor.—¡Que bonita!—Si... se llama Pampa. Mucho gusto soy Sami.—Mucho gusto.—Entremos, tomemos unos mates.Al ingresar una bonita casa me recibió. Alrededor habían muchas plantas, una mesa junto con dos sillas de jardín estaban en la en
Al día siguiente después de haber llegado de su aventura, se sentía un poco más feliz. Esta vez, preparó su taza de café, como todas las mañanas la veía con mucho entusiasmo. Su ternera al parecer la había extrañado porque apenas la vio, le hizo un reclamo.Briana la miró con diversión. Se acercó a la misma y le acarició.—Vi que tú papá esta muy bien con su prometida, pero no importa. Yo hoy me levanté feliz.La ternera, respondió como si la escuchara.Después de unas horas había llegado la hora del curso. Briana, había llevado unas telas qué había ido a comprar mercado.Melisa, ya llegó un poco más tarde, porque tenía que ir a dejar a su hija. Por eso no han coordinado en llegar juntas. Briana mira a su alrededor bastante confundida, había mucho menos personas que la primera clase. Empezó a saludar a todas ellas, intentaba memoriza se los nombres.—Hola Bri.—Hola Vale—Hola Brianna.—Hola... ehhh.—Mel.—Hola Bri.—Hola Su.Después de hacerlo, se quedó en una silla, observándo su a
—Briana...—¿Por qué no vas con tu prometida y me dejas en paz? —quiso saber ella.Lo miró con una ceja levantada, lo apuntó con la cuchara de madera.Esteban tomó la misma, y acercó de un empujón a Briana a su pecho.Briana lo miro temblorosa. Toda la valentía que parecía tener, se esfumó en el momento que su nariz rosaba con la de esteban.—Yo quiero estar contigo —musitó en silencio.—Pues... yo no... —dijo con la voz temblante, quiso alejarse, pero Esteban la sostiene de la cintura.Cerró los ojos, rozando su nariz por todo el rostro femenino. Briana, temblaba bajo los fuertes brazos de la persona que amaba.Había acunulado tantos deseos de besar esos labios entreabiertos. Pero no quería echar todo el esfuerzo que había hecho para olvidarlo a la basura.Por lo tanto le piso el pie, y se alejó de él.—Te dije que te fueras —comentó enojada.—Está bien Briana, me iré No te preocupes.Se dio media vuelta y el corazón de Briana se partió. Las voces dentro de su cabeza le gritaban:"¡Q
Briana unos minutos más, se dejó ser abrazada y se refugió en el cuello de Esteban. Lo envolvió en sus propios brazos escondiendo su nariz en el cuenco del cuello masculino.De pronto se dio cuenta, donde estabas y dónde se estaba refugiando. Se separó de golpe, lo empujó con sutileza y siguió caminando. Aunque de nuevo un golpe muy fuerte la hizo temblar.Esteban a pesar de que lo empujaba una y otra vez se aferraba al cuerpo diminuto de ella. No quería verlo asustada y cada vez que él la abrazaba ella se calmaba.La acunó como si fuera una pequeña niña entre sus brazos fuertes. Briana esta vez, no temblaba.Él la llevó hasta el living, ambos estaban sentados en el sillón marrón de dos cuerpos. Briana dejo que el la calmara.La calmaba como antes.Y después la subió de golpe, a su regazo. Briana lo miró con sorpresa sus mejillas se tornaron rojas. Intentó volver a separarse, pero un nuevo ruido la hizo estár entre sus brazos.A regañadientes se quedó ahí Y pudo sentir las caricias en
Pero al momento de mirar al costado, algo la sorprendió sobremanera:Estaba Esteban, entonces empezó a recordar todo lo que había pasado la noche anterior. Lo miro con sorpresa, aunque no lo intento despertar.Camino un poco perezosa para mirar la ventana le sorprendió, ver que estaban llenos de nieve.Bajó rápido hacia abajo para sacar a su ternera para que fuera al baño. Pero se llevó una gran sorpresa al ver que la nieve los tenía básicamente atrapados.Hizo una mueca, tendría que soportar Esteban un día más, de pronto escucho una voz detrás de ella.—Buen día Briana, seguro estamos rodeados de nieve ¿verdad?—Cómo puedes decirlo con tanta normalidad ¡estamos atrapados! —exclamo ella.—Si, estas atrapada conmigo. Por eso siempre tenía muchas reservas en la casa, para momentos como este.Briana ahora comprendía. Porque tenía tantas cosas en la parte de abajo. Por suerte, ella le había parecido buena idea poner los alimentos ahí. Aunque Melisa le decía que capaz que la tenía que llev
Esteban, no encontraba nada. Quería ayudar con la comida, pero tampoco encontró ningún cuchillo, ni siquiera un pelapapas para ayudarla.—No encuentro nada Briana. Encima, te estás riendo —comentó divertido.—Está todo en este mueble de abajo, en el de arriba no hay nada. Ya que yo no llego. Lo único que hay son esas ollas que no uso. Bueno en realidad que eran tuyas, pero me apropié de todo de ti —comentó con gracia.—No es necesario que me devuelvas nada enserio—Porque ahora el señor es rico —comentó con tristeza.—Eso no cambia nada, no cambia nada lo que yo siento por ti.—Sí, puede ser como tú digas. Briana yo te quiero, y mis palabras, son sinceras. Aunque dudes de ellas. Me cuesta muchísimo saber que te tengo lejos. En estos días, me he refugiado solamente en el alcohol, y no he podido mirar otra persona que no seas tú.Briana lo miro con tristeza, sin embargo optó por no decir nada. Incluso, había cambiado tanto que ya ni siquiera, se concentraba en su invernadero. Le daba mu