—¿Entonces no tienes la más mínima idea de quien pudo ser? —me pregunta Alicia preocupada.

—No… En realidad no tengo idea —respondo con sinceridad.

Afortunadamente mi hermana había adivinado que no tenía ropa de embarazo, recen estaba comenzando con todo esto de “encargarme del bebé”, así que no hice suficientes compras, y después de llenar mi vestido con mi propia sangre, no tenía nada que usar. Pero gracias a Alicia, quien amablemente me trajo una muda de ropa para embarazadas, podía ponerme ropa nueva sin lastimar mi prominente estómago, por lo cual estaba verdaderamente agradecida.

—¿Crees que es grave? —le pregunto saliendo del baño de mi nueva habitación, ya vestida.

—Sí, es grave. Tener un acosador, y especialmente tan violento, no es algo que debería tomarse tan a la ligera —me responde Alicia con sinceridad.

—Eso es lo que no comprendo, ¿Un acosador? ¿Pero por qué? Yo no le hice nada a nadie, literalmente. Sé que puede ser alguien celoso por mi dinero o alguna fan demente de