Se siente… Sumamente bien. Poder besar sus labios, y nuevamente volver a tocar su cuerpo, si hubiéramos estado en un lugar algo solitario, no dudaría en abalanzarme a él y hacerlo mío, pero tenía que recordar que estábamos en una playa, con bastante gente a nuestro alrededor.Después de varios segundos de un intenso beso, los dos nos esperamos, mirándonos a los ojos muy enamorados. Nunca había sentido esto por un hombre, ni siquiera por Peter que consideraba mi primer gran amor, este sentimiento mutuo de enamoramiento, nunca había sentido que alguien me ame de la forma en la que lo hace Iván.—¿Qué haremos entonces? —me pregunta él mirándome a los ojos.—¿Yo seguiré tomando las decisiones?—Tal vez deberías… Porque si empiezo a tomarlas yo, probablemente pediría ir a una habitación de hotel para quitarte ese vestido…No puedo evitar reírme con las tontas palabras de Iván, ¿Acaso me deseaba tanto? Se sentía muy bonito ser amada y deseada de esta forma por un hombre.—Tal vez es algo ta
¿Así es como se siente la verdadera felicidad?—Ahora esto puede reemplazar tus malos recuerdos, cuando te casaste con ese idiota, y no conmigo —me dijo Iván con firmeza, tomando mi mano para ponerme un anillo de oro, sellando así nuestros votos de la boda.Antes solía pensar que el día más feliz de mi vida fue el momento en el que me casé con Peter en la alcaldía de Nueva York, rodeada de sus amigos, quienes aplaudieron e hicieron un escándalo cuando él y yo firmamos los papeles del casamiento.Pero esa no era la verdadera felicidad…Ahora que he firmado los papeles de nuestro matrimonio con Iván, diciendo nuestros votos frente a un hombre cansado en una ventanilla, en este lugar tan solitario, nadie había celebrado o aplaudido por nuestra boda, solo estuvimos él y yo, diciendo que nos amábamos y dándonos un beso al terminar todo.Esto es la verdadera felicidad.—Te amo… —dije finalmente mirándolo a los ojos, buscando sus labios para besarlo otra vez.No sé si mis recuerdos de mi pri
De la misma forma romántica, Iván me tomó en sus brazos para sacarme del coche, llevándome al interior del salón como si yo fuera una verdadera princesa.Al vernos regresar, todas las pocas personas que quedaban se notaron muy sorprendidas. Porque no solo habíamos regresado juntos, también teníamos con nosotros nuestro certificado de matrimonio, algo que ninguno de ellos había imaginado.—¿Pero qué fue lo que ocurrió? —preguntó mi madre sorprendida, acercándose a mí.—Es una larga historia… Te la contaré después —le dije yo en un susurro.Podía notar que todas las personas presentes estaban más que confundidas, la mayoría de los invitados ya se habían retirado, y solo quedaban nuestros familiares más cercanos y algunos amigos.El ministro que supuestamente tenía que encargarse de casarnos también se había ido, pero el resto de la fiesta todavía estaba en marcha, así que entrando directamente al salón donde estaban las mesas de la celebración y la comida, Iván cuidadosamente me dejó en
Entre aplausos, Iván y yo cortamos el pastel de la boda, terminando así con todo lo que se tenía planeado para la fiesta.Después de bailar por varios minutos, los meseros sirvieron la comida, luego lancé el ramo de la novia, abrí algunos regalos, y finalmente cortamos el pastel. Mi más grande temor cuando llegamos a la fiesta y vimos que la mayoría de los invitados se había ido, fue que todo se arruinara porque éramos pocas personas.Pero creo que ser solo personas cercanas en la fiesta al final resultó en algo mejor de lo que esperaba, todo se sintió mucho más íntimo, más cómodo. Iván y mi padre habían invitado a sus socios o personas de la farándula, gente a la que yo ni siquiera conocía, así que no se cuan cómoda me hubiera sentido con tanta gente extraña a mi alrededor.Tener a las personas que más quiero en mi boda me permitió ser yo misma, hacer las bromas que quería, hablar y decir lo que se me diera la gana sin preocuparme por las apariencias, me hizo mucho más feliz tener a
Pronto aquel cariñoso abrazo se convirtió en un beso apasionado, Iván y yo nos deshicimos de las copas de jugo que teníamos en la mano, y ahora nos estábamos besando sin parar, prácticamente hasta perder el aliento.—Oye… Te olvidaste del brindis… —susurro contra sus labios.—No me importa… Ahora mismo, me da completamente igual —dijo Iván con la respiración agitada.Entre risas, siento como Iván nuevamente me toma en sus brazos, llevándome a la habitación principal de la suite, donde había una gran cama con varios pétalos de rosas en la parte superior de la cama, y una caja con bombones en una de las esquinas de la cama.Acercándose a la cama con mucha rapidez, Iván me deja sobre la suave superficie con rapidez, para luego subirse sobre mí, buscando mis labios para besarlos de la misma forma apasionada.Sus manos fuertes acarician mi cintura suavemente, hasta subirlas a mi espalda, comenzando a tocar la parte posterior del corsé de mi vestido, buscando una forma de abrirlo para desnu
No podía comprender… ¿Cómo es que Iván tiene esta resistencia en el sexo?Literalmente había perdido el control de mi misma, estando parada frente a una de las ventanas de la habitación, viendo el amanecer, sentía las manos de Iván sosteniéndome por la cintura para evitar que caiga, mientras que su dura erección seguía haciendo un desastre en mi interior.No me malinterpreten, Iván también había tenido orgasmos, varios de ellos a lo largo de la noche, pero por algún motivo no se detenía, solo descansaba un momento, en los cuales yo literalmente perdía la consciencia, y en pocos minutos ya lo tenía nuevamente sobre mí, haciéndome el amor de esa forma tan brusca pero placentera.Esto es una locura…—Dijiste que te gustaba el paisaje, ¿No es verdad? Por eso te traje a verlo… —me dijo él de forma juguetona, mientras empujaba mi cuerpo aún más contra el vidrio de aquella ventana, haciéndome sentir el frio de aquella superficie contra mis pechos, los cuales se encontraban realmente sensible
Algo asustada por su repentina aparición, me limpio las lágrimas de las mejillas, intentando lucir normal.Pero obviamente fracaso, viendo como Iván se acerca rápidamente a mí, con su cabello húmedo y una bata de hotel cubriendo su cuerpo. Sentándose a mi lado en el sofá, Iván también mira el pequeño paquete con los zapatitos de bebé, poniendo un rostro serio e incluso algo molesto.—¿Quién te envió eso? —preguntó él con seriedad.—Probablemente… Peter… —respondo yo.Ya no tiene caso mentir, Iván sabe casi todos mis secretos, y al ser mi esposo y el futuro padre de mi hijo, tiene todo el derecho de saber lo que ocurre para que pueda ayudarme con eso.—Ese maldito bastardo… —dijo Iván muy molesto.—Él sabe lo de mi bebé —le digo a Iván, sintiendo mis ojos volverse a llenar de lágrimas—, y quiere quitármelo, me lo dijo el otro día…En medio de mi llanto, le cuento a Iván todo lo que ha estado ocurriendo desde que me encontré con Peter en esa cafetería, como con el paso de las semanas c
—¿Entonces no vas a decirme a donde iremos para la luna de miel? —le pregunto divertida, mientras viajamos en su coche por toda la ciudad.—No, es una sorpresa…—¿Te das cuenta de que no tengo ni siquiera una valija con ropa para ese viaje?—Compraremos ropa allá. Además, dudo que tengas ropa para el lugar al que iremos entre tus pequeñas prendas de tu ropa de secundaria.—Tengo mucha ropa, especialmente para ir a la playa —me defiendo.La verdad es que esa imagen era agradable, pensar en Iván a mi lado, paseando juntos por una playa paradisiaca, con el sol sobre nosotros y el mar a lo lejos, ¿No es un sueño maravilloso?—No iremos a la playa —me dijo Iván.—¿No? Es una lástima…—Iremos a un lugar que va a gustarte mucho más que la playa, estoy seguro de eso…Supongo que era un poco cliché, pero si me lo hubieran preguntado a mí, yo hubiera preferido ir a un lugar caliente, donde podamos nadar y pasear por horas debajo del sol. Pero visitar algún otro país turístico tampoco parecía un