—¿Entonces no vamos a quedarnos en el pueblo para la luna de miel? —pregunto algo sorprendida.—Técnicamente no, pero… Más o menos —me respondió Iván, mientras tomaba todas las compras que hicimos para llevarlas a un coche, el cual ya nos estaba esperando fuera del aeropuerto.Estábamos en la ciudad de origen de la familia Coscov, Iván me dijo su nombre, pero era algo complicado en idioma Ruso, así que preferí llamarla “aldea de cuentos de hadas”. Y no estaba mintiendo, ya que aquel aeropuerto se encontraba en medio de un pueblo bastante pequeño, el cual tenía varias casas a su alrededor, pero solo un centro comercial y un solo hotel, en el cual yo pensaba que pasaríamos todo el viaje.Pero aparentemente los planes eran diferentes, y aunque Iván seguía insistiendo en mantener todo como una sorpresa, no podía negar que me estaba desesperando un poco, ¿Dónde íbamos a dormir con todo este frio?Así como Iván me lo prometió, compramos mucha ropa de invierno para poder soportar la nieve, d
—¿Tus padres se conocieron en este lugar? —pregunté sorprendida.—Sí, es una historia bastante curiosa… —respondió Iván, finalmente entrando en la cabaña y cerrando la puerta detrás de él.Sintiéndome cada vez más curiosa por la situación, me siento al borde de la cama, todavía sosteniendo la fotografía entre mis dedos. Mientras que Iván comenzaba a introducir las maderas en la chimenea, preparando todo para encender un fuego que caliente el ambiente.—Según se dice, mi familia es originaria de este pueblo —comenzó a explicarme Iván, aun preparando la chimenea—, pero yo no estoy tan seguro de que sea cierto, los Coscov llegaron a América hace más de 100 años, saber el origen de ese tipo de cosas después de tanto tiempo… Es un poco complicado.Eso tenía sentido para mí, ya que la historia que yo siempre escuché del origen de la familia Coscov era la misma para todos: Ellos vinieron de Rusia en sus barcos, iniciaron como pescadores, hasta iniciar una empresa de transportes y volverse ri
Nunca había pensado en lo bien que se sentía la calma en medio de la nada… Se sentía como flotar, estando en los brazos del hombre que amas, con el canto de las aves a lo lejos, y la nieve alrededor.Abrí los ojos al tercer día en aquella cabaña en medio de la nada, sintiendo las manos de Iván sobre mis pechos, estimulando suavemente mis pezones. Un suspiro de placer escapó de mis labios, mientras que como por un instinto, moví las caderas, sintiendo como algo muy duro se rozaba contra mi trasero.—Iván… —llamo su nombre en un susurro, comenzando a sentirme excitada.Los dos estábamos teniendo sexo sin control y desenfrenado, algo que no me avergonzaba admitir, ya que esta era nuestra luna de miel. Ya que no teníamos televisión y la señal de internet era tan mala, pasábamos la mayor parte del tiempo en la cama, abrazados y conversando, o abrazados y teniendo sexo, teníamos una rutina que no era nada aburrida a pesar de que parecía que sí lo era…Siento sus besos en mi espalda y en mi
Creo que he subestimado un poco… La belleza de este lugar.Durante los anteriores días Iván y yo no pudimos salir de casa ya que había estado nevando. Aun si era una tormenta pequeña, Iván me explicó que no era algo conveniente salir, ya que no sabíamos cómo podía llegar a comportarse el clima, y podíamos terminar en un grave problema si la tormenta empeoraba.Pero sorprendentemente, desde ayer, no ha nevado en absoluto, y hoy el día es mucho mejor que los anteriores, incluso se puede ver algunos trozos de cielo azul en medio de las nubes grises y encapotadas que han estado cubriendo el cielo todo este tiempo.—¿Te encuentras bien? —me pregunta Iván mientras hacemos una corta pausa de nuestra caminata.—Sí, estoy bien, no es tan cansado en realidad… —respondo yo, deteniéndome al igual que él.—Si sientes mucho cansancio debes decírmelo de inmediato, tengo café caliente y una silla plegable para que puedas descansar si lo necesitas, no tienes que exigirte demasiado…—Deja de preocupart
Nunca me había dado cuenta de lo rápido que pasa el tiempo…Estos días han sido maravillosos al lado de Iván, pasando el tiempo juntos todo el tiempo, hablando, haciendo el amor, con risas interminables… Me sentía nuevamente como esa chica de 17 años, la cual estaba contenta por estar comprometida con su mejor amigo de la infancia, teniendo aquella hermosa sensación de enamoramiento con cada cosa que hacía.Pero ahora este tiempo fabuloso y lleno de amor iba a terminar, estábamos en el día número 13 de nuestra luna de miel, y junto con la desaparición de la nieve, nosotros también dejaríamos este paraíso al cumplirse las dos semanas, para regresar a San Francisco.No se por qué me entristece tanto…Sosteniendo mi cámara con firmeza, la apunto en dirección a unas flores fuera de la casa, que con el actual deshielo que hay por el mejor clima, tienen un aspecto precioso, como si estuvieran bañadas de un rocío plateado.Había comenzando a fantasear con la idea de volverme una fotógrafa fa
El festival del pueblo era un poco más… Sencillo de lo que había creído.A las afueras del pueblo, muy cerca de ese lago que vi en el mirador el otro día, y en medio de los árboles, estaba la famosa fogata del festival. No había tantas personas, Iván me dijo que la mayoría de la gente se iba durante el invierno, obviamente por las difíciles condiciones para vivir, aun así me sorprendió ver a varios otros turistas que también estaban dando vueltas por aquí, esperando a que encendieran la fogata.—¡Iván! —dijo de pronto una voz animada, acercándose a nosotros para decirnos algo en Ruso.Yo algo confundida observé como una hermosa mujer de cabellos rubios se acercaba a nosotros con mucha rapidez. Al inicio me sentí algo celosa, viendo como Iván se notaba contento, y le daba un abrazo a la misteriosa mujer, pero luego me sentí algo ridícula…—Adele, te presento a Lena, mi prima —me presento Iván con una sonrisa.Al saber quién era ella, de inmediato cambié mi expresión, sonriendo y acercá
Mis nervios se ponen a flor de piel, mientras veo a lo lejos la luz de la fogata, siguiendo de forma temblorosa a Iván dentro del bosque.—¿No estamos yendo demasiado al interior? —pregunto evidentemente nerviosa.—Tranquila, estás conmigo, no debes temer. Además, no creo que quieras que los demás vean tu bonito pantalón que no cierra —me molesta Iván.—Eres un tonto —me quejo molesta.Estamos entrando bastante profundo entre los árboles, lo cual en si no es un problema, pero si me hace sentir un poco nerviosa, ya que está bastante obscuro, y aunque suene tonto… Tengo miedo de perderme…Estoy perdida en mis pensamientos, así que cuando Iván me toma de la cintura, poniendo mi cuerpo contra el tronco de uno de los árboles, no puedo evitar soltar un gemido de sorpresa, sintiendo sus labios contra los míos de una forma algo repentina.Es la primera vez que hago algo como esto, tener sexo al aire libre, así que no puedo evitar estar algo más tensa y torpe de lo habitual, poniendo mis man
Regresamos a casa poco antes de la media noche, después de habernos despedido de todos en el festival, y que el tío de Iván amablemente accediera a traernos a la cabaña.—¿Estas bien? —me preguntó él, notando mi evidente seriedad.Debido a que habíamos estado tan rodeados de gente, no pude hablar a solas con Iván, teniendo que aguantar mi enojo hasta ahora, que estaba a punto de estallar de la ira.—¿Tu qué crees? —le pregunto molesta, quitándome el pesado abrigo de invierno que tenía puesto.—No lo sé… Solo estoy un poco preocupado.Mirándolo enfadada, prefiero no agrandar las cosas, así que me siento en la cama principal de la habitación, suspirando con cansancio, preparándome para quitarme el resto de la ropa.—Adele, no hagas eso —me pide Iván, acercándose a mí de inmediato—. No soy Peter, puedes hablar conmigo de cualquier cosa, aun si es vergonzoso o piensas que es molesto…—Es que… De verdad no creo que lo entiendas… —respondo frustrada.—Entonces explícame, yo puedo comprender