Después de ver el recibimiento de mi amigo Vladímir y verlo feliz con su familia, mi corazón se regocijó, tantas conversaciones en las que especulábamos sobre el modo en que nos recibirían nuestras familias. Al menos su esposa e hija lo recibieron con los brazos abiertos, eso me llenó de alegría.No sé si yo cuente con la misma suerte. Un hombre tan viejo como yo… estás jodido Aurelio, caíste como pendejo. Miré la escena de familia feliz de nuevo y su hija era su vivo retrato, rubia como su padre, este ruso resultó ser buena gente. Yo no puedo evitar el miedo que tengo, yo si no tengo justificación de nada, solo en mis sueños aspiro a un recibimiento como el de mi amigo.Cuando me entregaron la ropa me tocó hacerle un hueco más al cinturón para amarrarme los pantalones, se caen por lo delgado que estoy, desde entonces no paro de taladrarme la cabeza en ¿qué le voy a decir?, ¿qué por la monotonía busqué a otra?, no, como le confesé a Maju.Realmente lo que tenía era vergüenza por mi ad
Apenas vi a mis tres hermanas, corrí a abrazarlas. A la mierda que me vean llorar, vi que Vladímir y Aurelio lo hicieron, ellos están más viejos que yo, si lo hacen, ¿por qué yo no puedo?, si mi mamita se murió, mi papá también, ya no los puedo ver más. Solo pasé seis meses fuera de casa y ya me quedé sin padres, ahora soy huérfano con varias empresas a cargo, eso siempre dijo mi padre.—Te ves muy flaquito Santos.Dijo Adriana, me besaba en la frente y en la mejilla, me abrazaba y me reparaba como comprobando si estoy completo, sus manos temblaban.—Solo comíamos una vez al día. —confesé.—Mi niño. —Ahora era Edith quien me tenía en sus brazos—. ¡Maldita sea el día que llevé a Rocío a la casa! No sabes el remordimiento que tengo. Perdóname hermanito.—Tú no tienes la culpa Edith, yo me puse de arrecho y machoman, quería presumir en mi colegio que me había tirado a una treintona. Fui yo el que se buscó esto. No tú.—¿Ahora no serás problemático para comer? —Le sonreí a Liliana y negué
Pensé que no había nadie para mí y por eso al cerciorarme de ello decidí ingresar a este salón por la alegría que sentí por mis amigos al reencontrarse con sus familias, me alegré por ellos, para mí nada volverá a ser lo mismo.Maju me ofreció su casa y acepté a quedarme unos días, lo hace con el fin de poder seguir ayudándome con el trauma que las violaciones generaron. Menos mal, Benjamín ha puesto personal femenino, soy consciente que debo ser fuerte, siempre lo he sido, pero esto me estaba costando.Reconozco que al crear un lugar en mi cabeza alejado de la realidad ayudó mucho en esos momentos en donde me refugiaba y no salía de ahí hasta sentirme segura con mis amigos en la jaula. Creé un nexo o como dijo Maju, crear una realidad ficticia paralela que me ayudó y a pesar del dolor causado por su traición, mi salvación eran los brazos de Gustavo.Cuando me tocaban esos desgraciados mi mente me recreaba otra escena, en vez de pensar que eran las de los violadores, esas manos eran l
—Ella desarrolló un trauma donde les teme a los hombres, solo nos permite a nosotros cuatro acercarnos, por eso se quedará en casa de Maju unos días, las dos se necesitan.—¿Me recomienda que no la presione?—Habla con Maju, ella es la única esperanza que tienes para llegar a Regina. Sabes lo terca que es. No escuchará a nadie más que no sea a ella, porque las palabras de Maju la mantenían cuerda.—¿Cuántas veces la violaron?—¿Quieres escucharlo?—Quiero saber la verdad.—Se la llevaron cuatro veces y la tomaban varios hombres a la vez.Dejé de escuchar, los oídos me pitaron. Mis ojos se humedecieron, esto no te lo perdonaré madre, comencé a negar.—Mi madre no tenía por qué dañar el corazón de una mujer la cual vale oro.—Me alegra escuchar de tu parte eso, lo mucho que vale Regina.—Necesito acercarme a ella. Deseo tenerla en mis brazos de nuevo, que me permita sanarla. —Mi celular sonó y era César—. Acompáñame, Benjamín.—¿A dónde?Me levanté, salí del despacho con el doctor a mi
—De mi parte nunca Julián. Para mí el divorcio no es una opción, pero tu madre puede estar contemplándolo, esperemos que no. —Los labios de mi hijo temblaron.—¿No vamos a verte?—¡Claro que sí!, pero no en la casa, hablaré con Jenaro y pasemos una hora en el apartamento entre semanas y supongo que los fines de semana estarán conmigo. —Se contenía para no llorar.—¿Necesitas que esté pendiente de Samuel y de mamá, como el hombre de la casa?Afirmé. Se lanzó a mis brazos, le di un beso en el cachete que tenía mojado por las lágrimas.—Solo será por unos días Campeón. Mami no puede verme, en un par de horas despertará, así que yo estaré en el pasillo y ustedes se quedan con ella. En la tarde Jenaro los llevará a la casa, vale, mañana deben ir al colegio.—Mi mami llega mañana.—Sí, pero ya perdieron clase hoy. Mañana irán al colegio.—Si señor. —Le di otro beso en la frente.María Joaquina despertó y ahora estaba con los niños, ya hablé con Carmen, me iba a empacar las cosas, Jenaro aho
—No es eso, todo se dio a raíz de lo que dijo Maju en el almuerzo. Cuando a todos nos pidió que jamás dijéramos tu nombre en su presencia. —Mi amigo me miró con pesar y juro que eso no se sintió nada bien—. Por eso dijo Danilo que tu necesitarías la ayuda para poder enfrentar su rechazo. —Entonces el comentario de Blanca puede ser cierto.—A todos nos trató como es ella, si se le ve la tristeza en su mirada, por momentos se limpiaba las lágrimas. Cuando tu madre habló con ella se retiró a su habitación un poco enojada, no volvió a salir.—Como una mala decisión jode tu vida en el futuro.—Dímelo a mí. —Lo miré.—¿Quieres hablar?—Quisiera, pero no hace la diferencia. —recordé algo y era el momento preciso.—No me has pasado la cuenta de cobro con lo relacionado a los gastos de tu tarjea de crédito, ya debió de llegarte el extracto. —Como describir su actitud.—Sandra le cambió todos los electrodomésticos al apartamento de su madre en Bucaramanga, con remodelaciones de interiores incl
Controlé la sensación de sentarme a llorar.—Gracias, pensé que me odiaban.—Jamás, reconozco que no me gustaba lo indiferente que era con la señora y ahora que sabemos todo lo comprendemos. Necesito las llaves, señor. —afirmé.Me dirigí a la biblioteca para sacar el llavero donde tenía cada una de las llaves de cada puerta del apartamento, se las entregué. Dichas mujeres eran rápidas, Yamile apoderada de la cocina, era una mujer rellenita, está con nosotros desde hace siete años, Carmen hace seis y la más nueva era Socorro, una joven morena.—¡Señora Carmen!Llamó Socorro, salí del despacho que ya estaba impecable y donde cené, del resto no me dejan estar en ningún otro lado. Pero ante el grito de Socorro quise mirar lo que pasaba.» La habitación se encuentra con llave.—Espera y miramos cuál llave es la correcta.—Es la que tiene un punto rojo. Esa era la del cuarto de Alejandro.—¿Él vivió con usted?—Sí, luego siguió viviendo aquí hasta que se casó.Era raro que se encontrara cer
Han pasado quince días desde que Socorro le entregó la notificación de divorcio a César, el próximo martes era el cumpleaños de Samuel, ya cumple cuatro años el ocho de junio. Por más que no quiera, debía invitar a César, era su padre, aunque no quiera hacer una fiesta, no puedo pasar por alto una comida con la familia y compartir la torta con mi loquito. Tres toques en la puerta de mi despacho me trajeron a la realidad.—Adelante.Socorro ingresó vestida de manera ejecutiva. Estaba feliz de ejercer su carrera, aún le faltan unos meses para graduarse. Me llenaba de alegría ver que la gente se supere.—Señora Maju, ya no tiene más citas, pero el señor Gustavo quiere hablar con usted.—Claro, hazlo pasar. —Mi secretaria salió, a los segundos ingresó el marido de Regina.—Hola, María… Maju. —Le sonreí, he hablado en otras ocasiones con él, era un gran muchacho—. Perdón por molestarte tanto, ha pasado un mes y Regina sigue sin querer verme.—Ella ya sabe todo, no te he llamado, porque aho