En la sombraAl igual que Diana, Jack se encontraba muy afectado por la noche que pasaron juntos en su despacho caminaba de un lado a otro buscando excusas para ir a verla sin embargo su orgullo no le permitió hacerlo. Era un hecho notable que tenía fuertes sentimientos hacia su esposa, pero su deseo de venganza era más poderoso que todo eso. No podía perdonar les olvidó, es más no quería perdonarle su olvido. Por esa razón tan pronto como se quedó dormida la cargo para llevarla a su habitación del otro lado de la mansión no podía darse el lujo de despertar a su lado porque de hacerlo no tendría fuerzas para llevar a cabo su plan. Una fracción sumamente pequeña de su interior quería olvidarse del pasado y empezar algo distinto en el presente, disfrutar del hecho que ahora era su esposa que podía tenerla Cuando quisiera es más deseaba amarla con la misma devoción que lo había hecho en secreto durante años sin siquiera saber su nombre pero no no lo haría por la simple razón de que ell
¿Que se supone debo hacer?Esa pregunta se instaló en mi cabeza desde que caí en cuenta lo complicado de mi situación acababa de heredar una empresa llena de deudas, cuyos acreedores querían hacer pedazos y con ello arrebatarme la posibilidad de una cura para mi hijo. Estaba al borde de la locura por más que pedí explicaciones nadie supo dármelas ¿Qué se supone debería ser? ¿Confrontar a mi esposo o quedarme de brazos cruzados? Porque aceptar sus condiciones era condenado a muerte a mis hijos y de ninguna manera iba a permitirlo. Confundida y con miles de preguntas similares a esa rondando mi cabeza opté por hacer lo único sensato que vino a mi mente: buscar a mi madre. Desde que me mudé a la mansión ella se había hecho cargo del pequeño Nick, lo cuidaba como nadie y esa era la única razón por la cual podía mantenerme lejos de él pero ya no aguantaba más no solo quería un consejo si no también un abrazo de mi hijo lo necesitaba sentía que era la única manera de recobrar el rumbo y m
AlternativasNo estoy segura que sea posible llegar a un acuerdo con ella es más pienso que está equivocada al pensar que ese hombre pueda tener sentimientos hacia mí en mi opinión lo que ha desarrollado es una obsesión y me ve más como un trofeo ni siquiera eso simplemente quiere demostrar que soy un juguete de su madre.— definitivamente negociar con él no creo que sea una alternativa, no tienes ni idea de la clase de persona que es y es mejor que no la tengas. — ¿Por qué dices eso? Estás tratando de decirme que corres algún peligro junto a esa persona. Sin darme cuenta hable demás lo menos que quería era preocuparla pero no pude evitarlo la información simplemente brotó de mi boca debe ser la extrema presión a la que soy sometida y esa necesidad de querer desahogarme pero lo mejor será no darle importancia y evitarle qué se imagine los peores escenarios.— No claro que no, es solo una forma de decir para mí también es un desconocido vamos a estar claro es mi esposo por un contrat
AcorraladaNo podía creer lo que acaba de escuchar, esa pregunta me helo la sangre, para una persona que no no haya estado en mi posición es difícil comprender el aluvión de emociones que se experimentan en circunstancias como esa. Su mirada reflejaba misterio al mismo tiempo que había un destello de picardía que no supe descifrar. A su lado me siento en la cuerda floja. — ¿Qué sucede, Te comieron la lengua los ratones? — dijo con gran cinismo.— Eres un miserable, quieres aprovecharte de la situación para tener alguna especie de favor sexual de mi parte nunca pensé que fueras tan asqueroso. — Cariño pero Que mente tan retorcida jamás me atrevería a tal cosa y si así fuera recuerda que no sería un favor más bien es tu deber como esposa cumplir con las acciones conyugales. Su mano se deslizó lentamente por mi pierna generándome un escalofrío y un picor tremendo en mi intimidad. Obviamente está jugando conmigo, quieres probarme seguramente la pieza que caeré de nuevo por lo que suced
Frágil caballerosidad. Aún con muchas dudas bajé las escaleras dispuestas a enfrentar lo que me estaba esperando en el comedor. Había demasiado silencio en la casa, era obvio que el personal de servicio nuevamente nos había dejado a solas, tragué grueso e intenté sacar valor de lo más profundo de mi alma para no arrepentirme.Tras el arco que da entrada a el elegante salón comedor me encontré con una mesa divinamente dispuesta decorada con el mantel de seda, candelabros y arreglos en finas cristalería. Admito que era un deleite a la vista un detalle que habría dejado boquiabierta a más de una pero en mi caso lo único que consiguió fue acrecentar mi desconfianza. Jack permaneció sentado en la cabecera mirándome fijamente con ojos chispeantes, al parecer mi atuendo logró su cometido y lo impresionó más de la cuenta sin embargo mi rostro permaneció inerte aunque admito que en el fondo me gustó mucho su expresión al verme. — ¡Wow! Estás preciosa y mira que pensé que no se podía. Tenías
Un trauma del pasadoPara entender mejor lo difícil que serían los acontecimientos que siguieron a esa frase debo contar algo de mi pasado, no es una historia fácil de decir pero creo que me hará bien desahogarme forma parte de las heridas que debo sanar y que de alguna manera me marcaron para siempre.Una tarde cuando iba de regreso a casa después del colegio fui abordada por un grupo de hombres en una camioneta blindada de color blanco las imágenes son tan claras que casi puedo sentir que lo estoy reviviendo tres de ellos me sujetaron por la fuerza y me obligaron a subir. Bruscamente mi amordazaron y me lanzaron al suelo de la camioneta el papel ahumado hacía imposible que cualquier persona pudiera ver lo que sucedía dentro de ese armazón de latón, recuerdo que colocaron cuerdas en mis tobillos muñecas y luego una capucha gruesa oscureció toda mi visión. — Quédate quieta niña si colaboras no va a pasarte nada nuestro problema no es contigo.Evidentemente No podía hablar entre el p
El trato— ¡Diana cariño! Aun no puedo creer que seas tú — Dijo su padre a duras penas, la enfermedad que sufría estaba tan avanzada que al terminar de hablar fue víctima de un fuerte ataque de tos. Como pudo hizo un esfuerzo por recostarse sobre el espaldar de la cama. Estaba muy débil. — Creeme, tampoco puedo creer que estoy aquí — respondió distante, era como si no le afectara verlo en esas condiciones. Las heridas del pasado seguían ardiendo impidiéndole fingir preocupación — Gracias por venir cariño, era muy importante para mí volverte a ver. Siempre he lamentado los errores del pasado — Su respiración era pausada, por el dolor que sentía cada vez que sus pulmones se llenaban de aire. — Eso me cuesta creerlo, a fin de cuentas, sigues con esa mujer, pero no es ni el lugar, ni el momento para hablar de eso. — El hombre de pálido aspecto, agachó la mirada guardando silencio. Sabía perfectamente que no importaba lo que dijera la opinión de su hija no cambiaría. Tras un incómodo
Imposible olvidar Rápidamente intervinieron para quitárselo de encima, forcejearon algunos minutos hasta que consiguieron apartarla de su lado, Alfonzo estaba totalmente fuera de sí, hecho una furia, apenas si podían sujetarlo. Ella estaba hecha un manojo de nervios, no dejaba de llorar así como tampoco podía controlar el temblor en su cuerpo, era tanta la adrenalina que sentía que no se había dado cuenta de su herida. Cuando por fin se calmaron los ánimos, obligaron a su cuñado a disculparse con ella frente a toda la familia, para después llevárselo de allí. Solo entonces, fue que notaron la sangre escurriendo por el cuello de Diana. — ¡Señorita Harper está herida! — Exclamó la enfermera.La mujer buscó todos los implementos para curarla casi de inmediato, mientras la atendían, pensó que a pesar del amargo momento que acababa de pasar, no podía negar la satisfacción que sintió al ver a ese hombre pasando por la humillación de tener que pedirle perdón. Verlo así, prácticamente de