Madox bajó sus gafas de sol mirando el nombre de la pantalla y descolgó su celular asegurándose que era el de él.
-Espero que tengas una buena razón para llamarme cuando hace apenas unas horas que nos vimos. Vinimos juntos pero no revueltos y además que sea rápido. Julian está durmiendo- él bostezó al terminar. Ambos se habían quedado rendidos en la tumbona, el omega sobre él y entre sus piernas. El alfa tenía una mano sobre su nalga posesivamente y cuidado aquel que osara echarle el ojo.
-Madox- la respiración de otro lado del teléfono era algo alterada- Cállate de una puta vez-
Madox pestañeó pues era extraño que Dominic le soltara una palabrota como aquella, así que se alarmó.
-¿Qué pasa?- se removió pero se quedó quieto al momento recordando al omega contra él.
-Es Aidan, está entrando en celo-
-¿Solo es eso?- este dejó salir todo el aire de sus pulmones más calmado- No me asustes así-
Dominic se exasperó del otro lado de la línea.
Dominic cerró la puerta de su cuarto y pudo jurar que estaba temblando, de pies a cabeza. Apoyó la espalda hacia atrás y cerró por un momento los ojos dejándose embriagar por las deliciosas y fuertes feromonas. Esas que eran las feromonas de un omega en celo, su omega.Se relamió los labios en consecuencia. Ya comenzaba a reaccionar y la erección en sus pantalones era la evidencia de aquello. Siempre se decía que los omegas eran los más débiles y Dominic nunca había estado de acuerdo con eso, después de todo, ningún alfa podría resistirse a un olor tan plácido como aquel. Entonces quién era el más débil.Tampoco ayudaba la imagen delante de él. Aidan estaba sentado con algo de trabajo sobre la cama con las manos agarradas en su regazo con fuerza. Su cabeza también baja y su cabello cubriéndole el rostro. Sus hombros subían y bajaban con la rápida respiración, dando a entender que su celo estaba llegando a un momento crucial.Y por dios, la ropa que llevaba. Dominic
Julian estaba sentado en el borde de la piscina. A pesar de que se había puesto el demasiado sexy bañador que Aidan le había hecho comprar para usar en el interior, se había puesto un pullover de Madox sobre él que escondía la piel descubierta, aunque sus pezones aun inflamados se mostraban. Movía sus piernas dentro del agua suavemente haciendo ondas que lo mantenían entretenido mientras estaba perdido en sus pensamientos.El celular a su lado sonó y él lo agarró rápido frunciendo ligeramente el ceño. Otra vez ese número. Se le había olvidado apagarlo otra vez después de que su jefa le llamara para mandarle el plan de trabajo para cuando él regresara. Colgó y lo apagó dejándolo nuevamente hacia un lado.-¿Por qué no respondes?- Madox se detuvo y se acercó nadando hacia él. Se recostó entre sus muslos. Solo llevaba un corto y ajustado bañador negro que lo llevaba por la poca decencia de que era de día porque no le apetecía la idea. Pero aún le quedaba respeto por Julian q
Dominic abrió lentamente los ojos. Se demoró bastante para enfocarlos. Había dormido las últimas ocho horas, pero después de tres días de sexo intenso calmando el celo de su omega era normal que aun estuviera agotado.Era cerca del mediodía eso significaba que les quedaba poco de la reservación. Le hubiera gustado aprovechar mejor el lugar, pero la parte positiva de todo aquello es que su relación había pasado la traba que más los afectaba. Ya tendrían mucho tiempo para volver a vacacionar. Quizás en una de las casas de descaso que sus padres tenían en el Caribe. Ansiaba llevarlo allí y quizás después a sus cachorros.Sabía que no era adecuado pensar en aquello todavía. Además de la inmensa carga de trabajo que tenía, todavía Aidan estaba bajo tratamiento y sus niveles hormonales eran inestables.Era verdad que había tenido sexo con él y anudado más de una vez tras cada orgasmo, pero como se le había dicho en el último chequeo, las posibilidades de que quedara emba
Aidan se le quedó mirando a su alfa y bajó la cabeza enfocando el plato de comida delante de él.-No- declaró secamente, sin ningún sentimiento de por medio.Dominic no se esperaba esta respuesta. Normalmente cuando alguien te pregunta que si quieres conocer a tu familia por la curiosidad uno responde que sí. Pero por supuesto, estaba hablando de Aidan.-¿Alguna razón en especial?- presionó solo un poco.-Ninguna- él tomó la copa de vino y tomó un pequeño sorbo para sonreírle después- No tengo buenos recuerdos de mi madre. Mi padre nunca estuvo a mi lado, sea la razón que sea. Realmente no quiero tener nada que ver con mi pasado ahora que lo miro desde otro punto de vista. Decidí cortar lazos con él y con ello todo lo que implicaba.-Aún si tu padre se le negó la capacidad de conocerte- solo quería estar seguro y después de esto no insistiría más.El omega se corrió su corto cabello detrás de una de sus orejas.-Puede que se le haya negado l
-Estas bromeando conmigo ¿verdad? -por primera vez en su vida Madox sintió el sabor del pánico en su boca.Julian negó con la cabeza gacha. Todo su cabello rojizo caía en una cascada rizada cubriendo totalmente su rostro.-Quieres que acaso quede como el imbécil ahora. Bloqueé a todos los contactos con los que tuve relación, te traje a este maldito viaje y lo único que quería pedirte es que fueras mi enlace y ahora me sales con esa- no pudo regular su tono de voz ni feromonas que hicieron temblar al omega.Pero no fue eso lo que lo hizo temblar aún más. Fue la declaración de Madox. Sus ojos se llenaron de lágrima y apretó tanto la mano en su brazo que enterró sus uñas. El celular cayó de sus dedos rebotando en la alfombra en el suelo.-Dime Julian, ¿por qué demonios tenemos que dejar de vernos? Sé que no te soy indiferente. Tenemos buena química, nuestros cuerpos son compatibles y podemos tener una relación que pase más allá de lo sexual. ¿Por qué rayos me di
Madox estaba sentado en la playa. La brisa marina era suave y refrescando envolviendo todo con su típico olor salado. El sol podía llegar a ser de su gusto, pero apenas si le ponía atención. No le importaba el hermoso pasaje a su alrededor. No le importaba nada.Tenía la cabeza gacha mirando la arena entre sus piernas. Su mente y su interior era un caos total. Apenas podía repetir lo que había ocurrido dentro de la habitación. Se suponía que para ese momento estarían de nuevo en la cama teniendo su última ronda de sexo para despedir el hotel y celebrar que podrían unirse como compañeros en el próximo celo de uno o de otro.Pero no. Estaba allí. Solo y con el corazón roto.Siempre había pensado que eso era un simple cuento de niños. Nadie podía romper el corazón de una persona y él mismo se lo decía una y otra vez. Pero nunca se imaginó que el rechazo por parte de su chiquita iba a doler de aquél forma tan monstruosa.Pensaba que Julian lo amaba. Al menos eso
Madox estaba atendiendo a Julian cuando escuchó las palabras de Aidan. Sus ojos se abrieron y giró su rostro hacia él mostrando sus colmillos.-Aidan- su voz se oyó grave en dirección a él- ¿Qué fue lo que dijiste?-El omega dio un paso atrás ante la presión que sintió contra su persona. Las feromonas de Madox picaron en su nariz y un sudor frío corrió por su espalda. Palideció. Nunca se imaginó que vería aquella expresión, aquel alfa que normalmente tenía la lengua suelta y una sonrisa bastante extraña, ahora parecía realmente molesto.La espalda de Dominic pronto lo cubrió del alfa mayor que se había levantado y caminaba hacia él.-Madox- Dominic le advirtió tranquilo.No quería provocarlo y menos con dos omegas dentro de aquella habitación. Además lo que
Julian entró en su apartamento y en cuanto cerró la puerta pegó su espalda en ella. Se desplazó hasta quedar en el suelo con la mirada puesta en su maleta, delante de sus ojos. No pudo evitar que nuevas lágrimas silenciosas salieran de sus ojos.No pasaron muchos segundos para que respirara profundo acallando los sollozos y se limpiara las mejillas. Llorar no solucionaba ninguno de los problemas, ni siquiera los minimizaba.Oyó el celular vibrar en su bolso y por un momento fue a cogerlo rápido, como siempre ocurría cuando normalmente era Madox, pero no. Recordó, por no sabía que vez, lo que había ocurrido en el hotel. Su muñeca latiendo era un recordatorio constante de su locura.Apretando los labios buscó el teléfono y observó aquel número estaba en la pantalla. De verlo tanto ya se lo sabía de memoria a pesar de que no quería. Ni siqui