Narra Taylor:

Tenía muchos nervios cuando entre a esa oficina y me encontré aquel joven siendo mi mismo nuevo jefe, como me lo sospechaba. No niego que al principio estaba segura que ese puesto no iba a ser para mí, así que cuando me dijeron que había sido contratada quedé totalmente sorprendida. Es un joven bastante interesante, me trato bien y se mantuvo en su posición como jefe durante la entrevista lo cual era algo que me tranquilizaba. Después de la entrevista, decidí ir hacia la fundación que quedaba cerca de mi casa donde alimentaban y daban refugios a los animales perdidos, como mencione anteriormente estudié veterinaria así que brindaba mis conocimientos de forma gratuita aunque a veces me daban algo de propina. 

Estaba necesitando dinero, pero mi afán de cuidar y proteger los animales me permitía hacer este trabajo sin sentirme arrepentida o explotada. Llegando observe que se encontraba Mila y Luna, donde Mila era una perrita de raza schnauzer de 5 años, ciega y que la encontraron en la calle colapsando, no se pensó que iba a sobrevivir pero logró hacerlo siendo la más tierna de todas. Por otro lado, Luna es una gatita de raza Ragdoll la cual tenía 5 meses de nacida, la habían encontrado en una camada donde la mayoría habían fallecido por hambre o frío porque no se logró rastrear a la madre de aquellas, tal vez le había pasado algo. 

Cuando salí de la fundación decidí irme hacia un bar nocturno a escuchar musica y distraerme, soy amante al baile es una de mis grandes pasiones especialmente si es del genero de bachata y salsa. Así que pasé una gran noche, en medio de tragos y bailes con desconocidos; ya que era una persona antisocial por decirlo así, me distanciaba fácilmente de la gente y me costaba coger confianza. ¿por qué? por una simple razón, tuve una persona muy cercana mía, la cual consideraba como una hermana pero esa mujer me abandonó en el momento que más la necesitaba, en parte me siento culpable. Nos separamos debido al amor de un hombre, ¡que estupidas fuimos! pero eso no fue lo peor, ya que tuvimos una discusión bastante fuerte.

*Flash Back* 

— ¡Taylor, te odio! — Mencionó Raquel, mi amiga de ese entonces.

— No tengo la culpa que las dos nos hayamos fijado en el mismo hombre — Me defendí de sus acusaciones.

No sé en qué momento sucedió, pero en medio de los tragos Raquel se me lanzó para pelear agarrándome del cabello y arrastrándome afuera del bar, solo intentaba defenderme agarrándola igual del cabello y buscando que se calmara. Pero todo sucedió tan rápido, en algún momento resultamos afuera en la calle donde transitaban los carros velozmente ocasionando que tuviéramos un accidente automovilístico, siendo lanzadas las dos hacia un costado diferente.

*Fin del Flash Back*

No recuerdo mucho de ese dia, solo tengo un pensamiento muy presente que es ver como Raquel logró levantarse a pesar del golpe y dejarme tirada en el suelo, mientras me estaba muriendo. Me auxiliaron los dueños del bar, donde fui trasladada hacia el hospital con transfusión de sangre y puntos en el cráneo hacia el área temporal izquierda. No supe realmente qué había sucedido con ella, solo se que prefirió huir como cobarde que afrontar los problemas a mi lado. Por esa misma razón, me cierro hacia las personas porque no quiero volver a vivir algo similar y menos por un hombre. 

Llego lunes, el día anhelado para iniciar mi trabajo como secretaria del señor Armando. Tenia muchos nervios, no lo podia negar asi que decidi colocarme un pantalon negro formal con una blusa blanca en combinación con un blazer negro y tacones. Decidí salir con tiempo de sobra de mi casa con el fin de llegar temprano el primer dia de trabajo, pero para mi mala suerte en el bus que iba se acabó la gasolina dejándolos varados a medio camino, así que me tocó caminar el resto del camino llegando super cansada odiando los tacones en ese momento. 

Llegué con 10 minutos de tardanza, ¡qué pena! asi que decidi entrar con bastante velocidad hacia la empresa Edison S.A.S y llegar a la oficina de mi nuevo jefe a pedir disculpas… 

_ Hasta que por fin llega señorita Rendon — Fui lo primero que escuche al cruzar la puerta de su oficina. 

— Lo siento, no volverá a suceder — Respondí bajando la cara apenada.

— Claro que no, si sigue sucediendo tendre que castigarla — Susurro con voz coqueta. 

— ¿Castigarme? — Pregunte sorprendida y confundida mientras levantaba el mentón. 

— Sí señorita Rendon, ¿no le gustaría? — Respondió mientras se levantaba de su silla y se acercaba a mí poco a poco, estábamos encerrados en su oficina.

— ¿Cómo me castigaría, jefe? — Pregunte con el fin de saber que juego quería llevar intentando alejarme.

— Siendo mia — Respondió coquetamente haciendo que mi reacción fuera abrir los ojos, me cogió de la cintura y me acerco a él quedando cerca nuestras respiraciones. 

— No eres mi dueño Armando — Suspiré y proseguí — Vete a la mierda. 

Me fui mientras veía a Armando en modo de shock, al ser la primera mujer que lo rechazaba a pesar de las grandes cualidades que tenía. Tenía mucho miedo no lo puedo negar, mi primer dia como secretaria y había mandando a mi jefe a la mierda ¿que acababa de hacer? es seguro que será echada el primer día de mi trabajo. 

Narra Armando:

Mi secretaria se estaba demorando en llegar en su primer día, ¿que le pasaba? me dio mucho mal genio, así que cuando senti que entro por mi oficina iba a gritarle que estaba despedida inmediatamente. Sin embargo, cuando la observe quedé encantado porque estaba más bella que nunca, así que decidí jugar a la seducción a ver que resultaba al fin de cuentas nadie había rechazado a Armando Linsof y no iba a ser la excepción. 

Quedé totalmente sorprendido ante su reacción cuando le dije que seria mia, no estaba jugando en ese preciso instante porque era algo que deseaba desde mi interior pero al ver como me rechazo y me mando a comer mierda, hizo que creciera dentro de mí una furia grande ¿quien se creía para venir a rechazarme? ¿a mi? se iba a arrepentir de lo que había dicho, no la iba a echar o si no era darle el gusto si no al contrario iba a hacer que se arrodillara ante mí, suplicando y pidiendo perdón al decir que es totalmente y solo mía. Cuando finalizó la jornada decidí acercarme ante mí secretaria, esperando su reacción. 

— Disculpe sr. Linshof por mi reacción — Mencionó al observar mis ojos.

— Disculpada, siempre es igual — Dije con soberbia mientras le brindaba una sonrisa burlona. 

— Solo quiero aclarar algo, me disculpo por haberlo mandado a comer mierda porque es mi jefe — Se levantó mirándome directamente a los ojos, mientras observaba su camisa a ver si lograba observar algo adentro — Pero sigo firme en mi respuesta que no es ni será nunca mi dueño, porque usted y yo solo tendremos una relación laboral — Confesó antes de sentarse de nuevo y prosiguió — Por ultimo, deje de verme con esos ojos que se me quisiera devorar, porque no soy igual a las demás.

Quedé sorprendido con lo que dijo que no tenía palabras para contradecirla o tratarla mal. Me sentía en shock porque nunca había sido rechazado, ¿es que quien rechaza a este bombón? así que decidí ignorarla y seguir adelante mi camino hacia la casa. Cuando iba en el coche decidí llamar a Maria necesitaba que me encontrara a una mujer para quitarme este estrés, pero no cualquier mujer.

— ¡Necesito que sea igualita a como te la estoy describiendo! — Grite en medio de la llamada, con desesperación.

— Armando es imposible conseguir un clon de otra persona, ¡relájate, por favor! — Respondió en su defensa después de pedirle que quería a alguien igual a mi secretaria para calmar las ganas. 

— La consigues o te despido Maria — Ordene antes de colgarle. 

Sentía bastante impotencia porque esta joven tenía algo que me atraía diferente a las demás, sentía la necesidad de hacerla mía y ahora mucho más que me rechazo. Sentía la necesidad de probar de esos labios desde el momento que la vi, quería ser su dueño.