Damián Webster.Sin esperar ni siquiera a que el auto se detuviera por completo al entrar en la mansión, bajé de él y con rapidez caminé al interior de la casa. Sentía mis sienes palpitar desde el primer segundo que supe que mi hija estaba en peligro. El corazón latía desbocado y en ocasiones creía que la respiración me fallaba y el aire se negaba entrar en mis pulmones.Nunca antes recuerdo haber sentido un miedo tan profundo como el que estoy sintiendo ahora.Sólo quería entrar, quería que Ámbar estuviera equivocada. Quería correr como nunca antes a su habitación y verla dormir en su cuna o que me reciba con la dulce mirada con la que me recibía cada vez que llegaba a casa. Quería verla sonreír en mis brazos.Pero sabía que eso no pasaría, tenía claro que mi vida era tan hija de puta que sólo me daba dos segundos de calma para luego desestabilizarme por mucho tiempo.—Debes calmarte— dijo Hansel con la voz preocupada cuando llegó a mi lado.— ya sabes como ha de estar Ám, sí te ve as
En un ataque de ira Damián arrojó la computadora al piso haciendo que está se destruyera en cuestión de segundos. Se levantó de la cama y empezó a caminar de un lado a otro con la furia recorriendo cada ápice de su cuerpo.Fué mi culpa.Por mi culpa esa maldita hija de puta se llevó a mi hija.—La voy a matar— rugió y se encaminó a la puerta.—Ella no está en casa, Damián— dijo Amelie haciendo que él se detuviera en seco.—Carmen me dijo que...— la voz se me cortó y bajé la mirada ¡Maldición! ¡¿Como no me di cuenta antes?!— que su madre estaba enferma y que ella quería ir a verla, yo acepté y se fué hoy muy temprano...—¡Maldita sea!—Calmate hermano, no pierdas la cabeza— Hansel de acercó a él— vamos a mirar las cámaras de seguridad, allí sabremos quien se la llevó y a qué hora exacta se fué.Sin decir nada Damián giró sobre sus talones y a paso veloz emprendió camino a las escaleras, todos los demás lo seguimos.Me obligue a mí misma a dejar de llorar, debía tener la mente despejada
Emprendimos el camino a casa de Evelyn. Hansel y Amelie venían sentados junto a nosostros en los asiento trasero, Dan conducía y a su lado iba Chris que parecía estar sumido en sus pensamientos.Antes de salir Damián ordenó a todos los guardias salir a la ciudad y buscar a la niña al azar, pues, Evelyn no tenía nada contra nosotros y sí se había llevado a mi hija era porqué de seguro alguién le había pagado. Teníamos llegar tarde y que la muy maldita haya entregado a la niña.La casa había quedado bastante vacía, sólo Carmen, Helen, Callie y Clarisse habían quedado allí junto a Noah, todas estaban preocupadas y no pararon de decir que por favor les avisaramos sí la niña aparecía.Con ellas habían quedado sólo dos guardias con el único fin de ayudar a Jonny a subir algo de su equipo a la tercera planta de la casa por órdenes de Damián, no sé que buscaba con eso, y tampoco se lo pregunté.Al llegar a la ciudad los más de diez autos que nos seguían se dispersaron y en un par de minutos s
—¡Dime a quién se la diste, maldición!—Volvió a gritar Damián, llevábamos mucho tiempo en estó.Evelyn estaba sentada en una silla con las manos y pies atados, su primo por el contrario colgaba del techo por gruesas y grandes cadenas. En el lugar además de nosotros estaban también Hansel, Dan, Nicolás y otro que no recuerdo su nombre.Estábamos en la casa de los guardias, en el sótano dónde Damián me había dicho tiempo atrás que mataba y torturaba.Me sentía muy mal, sentía que mi cabeza explotaría en cualquier momento, mis sienes palpitaban y me sentía debil, asumía que esa debilidad se debía a que ya eran las ocho de la noche y yo no había probado bocado en todo el día.Pero no tenía hambre, no podía ni siquiera pensar en comer cuando no sabía nada de mi hija; no sabía si estaba bien, sí ya la habían alimentado, sí habían cambiado su pañal... Sí seguía con vida.Sentía que con cada segundo que pasaba mi vida se venía a bajo, las esperanzas cada vez eran menos, hoy no encontraríamos
No puede ser.Por supuesto que no.Clarisse... Ella... Ella es mi amiga.No, no, no.¡Mierda!Clarisse no sería capaz de hacerle daño a mi hija, ella ha sido mi amiga desde el primer momento en que llegué aquí, ella quiere a Mía, no puede hacerme estó.No puede creerlo, no doy crédito a lo que mis ojos miran, debe ser falso, Clarisse sería incapaz de hacerme daño, de hacerle daño, ella estuvo conmigo siempre. Yo veía en sus ojos el cariño que le tenía a la pequeña.¿Como podía ser falso ese cariño?Mi corazón amenazaba con abrir un hoyo en el pecho y salirse disparado de su lugar, mi cabeza retumbaba y mis ojos ardían, picaban. Lo que siento en esté preciso momento es el peor sentimiento de todos; traición, pura y dañina traición. Pero lo que hacía que doliera a un punto inimaginable era que venía de una persona que creí mi amiga. Yo jamás imaginé que pudieran ser una de ellas, nunca dudé de mis amigas ni por un segundo.A veces los enemigos prefieren estar frente a tí.Recordé las pa
Damián Webster.Veinticuatro horas. Veinticuatro malditas horas y no sabía nada de mi hija.Sabía lo que intentaban, yo sabía que ellos la tenían y sí no se habían comunicado conmigo era porqué simple y llanamente querían que explotara. Me querían al borde del abismo, sabían que sí me desesperaba iba a empezar a actuar por puro impulso y eso les convenía.Les convenía porqué sí no pensaba las cosas antes de hacerlas las cagaba completamente, me volvía un total imbécil.Pero no les daría el gusto, no sabiendo que mi hija estaba en peligro.Hace un rato fuí por mis medicinas y me aseguré que Ámbar siguiera dormida. Mi cabeza amenazaba con explotar en cualquier momento, pero seguía allí, mostrándome tranquilo y sereno, mientras que mi interior estaba hecho un total lío.No quería dormir a Ámbar de esa manera, pero lo necesitaba, ella parecía que en cualquier momento se desestabilizaría, que entraría en pánico de un momento a otro, yo no podía cuidarla, estaba fuera de sí y no podía ocupa
Damián salió a paso veloz, Hansel y yo lo seguimos, en silencio caminamos hasta salir de la casa, y justo cuando pusimos un pie en el patio la verja se abrió y dos camionetas entraron por ella.—Saca a la mujer del sótano y llevala a otra habitación— ordenó Damián a Dan quien enseguida asintió y salió disparado a hacer lo que le pedían.Miré atentamente como los guardias empezaron a bajar de ambas camionetas, algunos entraban a la casita detrás de nosotros después de saludar a Damián con respeto, dos de ellos sin embargo se dirigieron al maletero de uno de los dos vehículos y mi corazón empezó a aletear con ansias.Ansias de verla, de mirarla y que me dijera porqué lo hizo. Ansias de tenerla en frente y golpearla hasta que todas las fuerzas abandonen mi cuerpo.Solté un suspiro para calmar todos esos deseos cuando la sacaron del auto. Y no lo hice porqué sintiera lástima o porqué me había arrepentido de todo lo qué quería hacerle, por supuesto que no.Sí me contuve para no salir corri
Damián Webster.-¿Dónde dejamos el bolso?- preguntó Hansel y lo miré por unos segundos.-No lo sé- dije cuando después de unos segundos no obtuve una idea clara- tiralo por ahí, envialo al bosque, o simplemente llevalo con su familia...-Damián- susurró con reproche en mi dirección- es la familia de Helen, la chica a la que metiste en un bolso es la sobrina de Helen...-Sabía muy bien en lo que se metía cuando se robó a mi hija- susurré con enojo, miré por sobre su hombro la puerta cerrada de la casa- además, Helen sabe perfectamente que para estás hora esa basura está muerta.-No había necesidad de meterla en un bolso...-¿Y ella sí tenía derecho de meter a Mía en uno? ¿De llevarla con personas que no se detendrán a pensar dos veces en hacerle daño o no?- pregunté con enojo entre susurros de confidencialidad- es mi hija Hansel, y sea quien sea la maldita persona que le haga daño, pagará por ello.No dijo nada, hizo una mueca para darme toda la razón y finalmente asintió. Solté un sus