Samuel sonrió. ¿No era está la respuesta que quería? También ella era huérfana, ¿no sería bueno tener a alguien que le hiciera compañía en esta vida?

Al pensar en esto, el rostro de Samuel se llenó de ternura mientras hablaba Suavemente: —Cuidaré bien de ti y del bebé en el futuro, créeme— Astrid asintió con calma, pero luego sintió que algo iba mal.

¿Un bebé? ¿Qué bebé?

—¿Un bebé? ¿Tienes un bebé, joven Samuel?— preguntó Astrid con una mirada de desconcierto.

Samuel también se sorprendió por la reacción de Astrid, pensó que la propia Astrid lo sabía. Samuel se acercó a Astrid y se sentó a su lado. Le miró seriamente y le dijo: —Es tu hijo, estás embarazada.

Pensó que Astrid era consciente de ello, pero después de pensarlo detenidamente, también recordó qué el médico dijo que el bebé solo tenía un mes, por lo que no podía sentirlo todavía.

Astrid se quedó un poco sorprendida al oír eso, miró atentamente la cara de Samuel y preguntó con incredulidad: —¿Qué? ¿Estoy embarazada?— Un senti