- Hola mama lamento no haberte llamado antes- estaba tan emocionada con todo este nuevo comienzo que me había olvidado por completo d marcarle a mi madre, obviamente al contestarme me regaño por haberla tenido preocupada por un día completo- he estado ocupada con las clases y re acomodar el departamento que me había olvidado por completo de mi teléfono.
- Te perdono solo por esta vez, pero la próxima que me dejes en vela por no recibir una llamada tuya volare hasta Nueva York y te daré un buen jalón de oreja.
- Tranquila mama, no lo olvidaré mas- le respondo- ¿Cómo esta papa?
- Está trabajando, ya sabes, para mandarte un poco de dinero el otro mes.
- Mama, sé que ustedes no quieren que yo trabaje mientras esté estudiando, pero va a ser necesario que lo haga, puedo conseguir un trabajo de medio tiempo y pode ayudarlo con los gastos.
- Tu padre fue claro Rachel, tu solo encárgate de estudiar y todo estará bien.
- Está bien mama, ya es momento de que cuelgue, estoy llegando a la universidad. - sí, me encontraba en subterráneo con mi teléfono en la mano sin miedo a que me robaran, no iba a ignorar la llamada de mi madre, y como ella lo dijo ahora mismo estaría volando a Nueva York.
- Que Dios te bendiga hija, cuando llegue a tu departamento me llamas para saber cómo llegaste.
- Hasta luego mama- cuelgo la llamada y de inmediato las puertas del vehículo se abren, salgo directo a las escaleras del Subway.
Camino por los pasillos de la universidad buscando el salón que me correspondía, al igual que el día de ayer todos me miraban y murmuraban cosas, hoy me había decido por un atuendo más sobrio, un Jean que era dos tallas más grandes que la mía dejándome la libertad de caminar con comodidad, no podían faltar mis camisas, hoy opte por una blanca que al igual que el pantalón me quedaba ancha, en mis pies llevaba unas converse desgastadas y el mismo abrigo de ayer, hoy mi cabello si estaba desenredado y un poco húmedo porque decidí lavarlo por la mañana. Yo me sentía absolutamente cómoda con mi forma de vestir y mis padres nunca me obligaron a cambiarlo, sé que ellos respetan mis opiniones y mi actuar ya que nunca les he fallado como hija.
Entro en al auditorio y esta vez me siento en unos de los puestos de adelante, el recinto lugar solo tenía tres personas contándome, me coloco los audífonos y espero por la llegada del profesor. Los minutos pasaron y poco a poco el lugar se fue llenando, las mismas caras de ayer entraban mientras le comentaban algo a sus compañeros, mientras yo, era aquella chica solitaria que nunca logro hacer amigos en el curso.
Apenas esta primera clase termino, tuvimos que buscar otro salón en donde ese daría la segunda clase del día, el reloj marcaba las 10:00am, eso quiere decir que después de esta hora estaré completamente libre, y dispuesta a buscar un empleo para ayudar a mis papas con mis gastos. Ellos no deben porque saber que estoy trabajando, igual es algo que me beneficia a mí, porque así no tendré que estar pidiéndoles dinero para cosas que quiero comprar. Mis padres siempre han sabido que soy así, cuando era más pequeña le pedía a mi madre que prepara galletas para yo poder venderlas en la escuela, aquel negocio fue un rotundo éxito, los profesores me pedían galletas para sus hijos, en el recreo los niños me compraban galletas para y me resulto muy rentable hasta que entramos en secundaria, allí mi método fue diferente, aproveche el potencial que tenía para escribir, y comencé a producir ensayos, también hacia todo tipo de tareas pero lo mío siempre fue escribir. Hasta que mis padres se dieron cuenta de lo que hacía y me prohibieron hacer eso y ese fue el fin de mi negocio rentable, estoy segura de que muchos me odiaron después de eso.
- Es la segunda vez que te veo en la semana y tu vestimenta de hoy está un poco más aceptable que la de ayer- era el chico que se había sentado a mi lado ayer, hoy su vestimenta no era para nada gótica, tenía una camisa blanca como la mía y un pantalón junto con unos caquis negros, no lucia para nada mal si les soy sincera. - deja de mírame así feíta y acomoda tus lentes que están a nada de caerse.
Hago lo que él dice, muchas veces he pensado en colocarme lentes de contacto, pero les tengo un pavor, por temor a que se me queden detrás del ojo, también pensé en la cirugía, pero ¿y si quedo ciega? Mejor opto por mis gafas y no me molesta estar acomodándolas constantemente.
- Mi día se acaba de dañar por completo- le digo, el chico rompe en carcajadas ante mi comentario.
- En cambio, yo me alegro de verte, haces mis días más amaneo cuando te veo vestida como un payaso.
- A lo largo de mi vida he aprendido a ignorar a personas como tú, que se creen superiores solo porque tienen un rostro bonito, pero por dentro tienen el alma podrida.
- Lo siento me dormí a la mitad de tu discurso de superación personal. - bosteza como si se hubiera quedado dormido.
- Contigo no se puede hablar- bufo. - por personas como tu es que esta sociedad no progresa.
- No me interesa lo que digas, esa es mi forma de ser y no la cambiare nunca.
- Gracias por dejarlo claro, aunque tampoco me interesaba saberlo.
- ¡Dalton! – ambos subimos la mirada para ver quien lo llamaba. Era aquel chico con el que me choque ayer en los pasillos. - ¡No sabía que ahora te juntabas con vagabundos! - bajo la mirada de inmediato
- Es un programa de caridad que me encuentro haciendo- responde entre risas.
Me alejo de él dejándolo completamente solo.
No sabía porque as personas eran así conmigo, si me conocieran como lo hizo Joey se darían cuenta que soy una gran persona, que soy chistosa, amable, incluso hasta un poco fiestera, pero nadie me da la oportunidad de demostrárselo y debo vivir con esa visión que tienen.
Entro al salón en el que tenía clase, quería salir lo antes posible de este lugar que cada vez me decepciona más. Esta vez me siento en uno de los asientos de adelante para estar más atenta al profesor y no perderme ningún detalle de lo que mostrara en la presentación y de lo que decía.
- Sabes que no era necesario que te enojaras- coloco los ojos en blanco cuando lo escucho, el tal Dalton caminaba con elegancia hasta donde yo me encontraba.
- Si sigues siguiéndome creeré que me estas acosándonos- respondo.
- Ya quisieras tú, pero para tu suerte también estaremos juntos en esta materia- se sienta a mi lado.
- Sabes- me remuevo en la silla para mirarlo frente a frente. - el auditorio es bastante grande en donde te puedes sentar en cualquier lugar.
- Lo sé, y escojo sentarme a tu lado- sonríe- el profesor que dicta esta materia le gusta que sus alumnos trabajen en parejas, tú serás la mía.
- Pues yo no quiero ser tu pareja, hay más de 40 estudiantes de donde escoger.
- y ¿con cuántas hablas? A parte de mi claro.
- Es el segundo día del semestre, todos apenas se están conociendo.
- Te aseguro que desde las inducciones que impartió la universidad los grupos de amigos están formados y tu...pues no te veo con nadie más.
- Yo no vine a las inducciones- respondo. Si lo que él dice es real lo más probable es que pase un semestre o el resto de mi carrera universitaria sola.
- Ese fue tu primer error, pero aquí estoy yo para salvarte de la miseria.
- Tú no estás en nuestro semestre, solo eres un repitente de materias.
- Tienes razón, pero este repitente tiene una buena reputación y te puede ayudar a formar un círculo social.
- No te necesito Dalton- no quería volver a repetir lo que sucedió en la escuela, muchas chicas se acercaban a mí con el fin llegar a Joey, era simplemente un objeto del que después desechan como si nada hubiera sucedido.
- Esta bien- levanta sus manos al aire- no insistiré más, pero déjame decirte que mi propuesta seguirá en pie.
El profesor entra con imponencia al auditorio, donde antes había un bullicio todo quedo en silencio al verlo de pie frente del podio en donde miraba todo el lugar como si estuviera escaneando los rostros de cada quien, hasta detenerse en Dalton, el chico levanta una de sus cejas cuando profesor no deja de verlo. Definitivo era un petulante de primera mano.- Me llamo James Smith y seré su profesor de literatura clásica 1 y en total son 4, eso quiere decir que si llegan a pasar esta materia nos seguiremos viendo 4 semestres más, será normal que les caiga mal, tengo ese efecto en las demás personas y déjenme decirles que me da absolutamente igual.Segundo día de semestre y ya sé quién es el profesor que se hace tomar fastidio, pero a decir verdad el lucia bastante joven, le colocaba unos 30 años, era alto y diría que medía 1.90, era guapo con un perfil bastante simétrico sin rozar lo perfecto, no alcanzaba a divisar el color de sus ojos, pero parecían ser café y ni hablar del porte de e
- Te lo digo en serio, a cada lugar que voy él está ahí, incluso estoy pensando seriamente que me está siguiendo.Como cada mañana Joey llamaba para nuestros chismes matutino, le estaba contando acerca de Dalton Pierre y lo fastidioso que era ser su compañera de clases.- Puede ser que le gustas- soltó Joey. Ambos rompimos en carcajadas ante el comentario.- Claro, como si ese tipo de cosas pasara- digo, cuando me reposo de las carcajadas- mejor cuéntame cómo te va, ¿ya tienes conquistas?- No, estoy centrado en aprender mandarín que no me he dado el tiempo de conocer personas.- Eso no tiene sentido Joseph, en tu clase hay personas de otros países ¿Qué me estás escondiendo? Te conozco más a ti que a mí misma.- Está bien- levanta sus manos al aire- en mi grupo de amigos yo soy el único colombiano, hay dos españoles, una italiana y una hermosa argentina con la que estoy saliendo.- ¡Eres un mal amigo! ¿Cuándo pensabas decírmelo? Me encuentro indignada, como ahora el niño tiene otros a
- Te presentaría al chofer, pero ahora mismo está con mis hijos. - se excusa la jefa. - vamos a por el uniforme para que comiences de una vez por todas.Bueno... Queda cancelado por completo la celebración con helado y las palomitas de maíz, se pospondrá para el día de mañana con más tranquilidad.- Este será tu uniforme- extiendo mis manos para recibir el uniforme. – sé que debajo de todos esos desparpajos a los que llamas ropa tienes una figura delgada.- Claro- respondo con incomodidad, sé que muchos hablan y critican mi forma de vestir, pero hay algunos que no tienen filtro para decir las cosas con suavidad y no dañar la moral de los demás, la señora Merdith parece ser una de ellas.- Entonces dejaré que te cambies, le diré a Rosa que te muestre toda la casa para que después hagas lo tuyo, yo tendré que ausentarme porque tengo cosas más importantes que hacer.La señora de la casa sale dejándome sola en la habitación, dentro había unos lockers, solamente había uno abierto y tenía u
Dalton.Como cada fin de semana el despertador suena con su algarabía descomunal, muchas veces he considerado dejar de lado el polo y dedicarme a dormir hasta el mediodía, pero mi padre pondría el grito en el cielo al enterarse que uno de sus hijos dejo el deporte que durante muchos años su familia se ha especializado, porque hasta mi copia mal hecha lo practica y eso que el muy punk y gótico. Dejando de lado la pereza me baño rápidamente para luego colocarme el uniforme característico de la familia y bajar a desayunar como Dios manda.En el comedor se encuentra toda la familia reunida como era de costumbre, mi padre se encontraba en la cabecera de la mesa y mi madre al otro extremo, a su derecha se encontraba mi hermano mayor Michael Pierre el cual será pronto el nuevo presidente de la empresa familiar Pierre SA. Seguido de él está mi hermana Katherine Pierre. Ella es la directora ejecutiva de puntos de venta de la casa de modas más prestigiosa de todas, y claro, también era de la fa
- Déjame decirte que acabas de hacer un pacto con el diablo, aquella chica- señalo por donde salió mi hermana. - hará todo lo posible por ganar ese auto, y tu perderás lo mejor que te pudo haber pasado, mala elección para apostar.- Tal vez yo sea el que tenga la cita con tu hermana, terminemos siendo novios y tú serás mi cuñado y seremos una hermosa familia para siempre.- Primero te mato antes de que todo eso suceda. - doy un golpecito en su espalda. Y me dirijo a mi hermoso caballo negro, es tan imponente y majestuoso que me quedaría horas contemplándolo.- Solo piénsalo Dalton, si Katherine se casa con un pobretucho lo más probable es que ella lo mantenga, en cambio sí es conmigo la fortuna aumentara volviéndonos los jóvenes más ricos de Nueva York.- Ya olvídate de mi hermana, primero es cuatro años más grande que tú, segundo, ella ya tiene un novio y no es un pobretucho, incluso es más rico que tu... corrección, es más rico que tu padre.- Cada día me agradas menos Dalton Pierre
Rachel.Aquel imbécil era un hijo de perra, yo no era su esclava, yo solamente estaba ahí para limpiar el chiquero de la casa, aunque esta está más reluciente que coche nuevo, pero era mi primer día y debía hacer todo lo posible para perdurar en esta casa, lo necesito durante todo un semestre para sobrevivir. Así que botando humos por todos lados me dirijo a la cocina en busca del vaso con agua que me solicito el señor Dalton Pierre.- ¿Qué sucede Rachel? - pregunta Rosa cuando me ve entrar a la cocina encolerizada.- El joven Dalton quiere un vaso con agua. – escupo con enojo.- ¿Estas seguras que podrás aguantar el ritmo? - Rosa tomo un vaso de vidrio de la lava vajillas, para luego dirigirse al refrigerador y llenarlo.- Debo hacerlo, a comparación de él, mis padres están a kilómetros de aquí, y debo sobrevivir durante seis meses.- ¿De dónde eres? – Zoila deja lo que estaba haciendo para escucharme.- Soy de Colombia- respondo.- Aquí tienes. - Rosa me extiende el vaso con agua. -
- Pensé que seguías enojada pro lo de ayer. - mi amigo se encontraba en el escenario habitual, su habitación.- Lo estoy, pero quería decirle a alguien acerca de lo que sucedió el día de ayer después de haberte colgado. – me daba muy igual estar en toalla en medio de una llamada, tenía la total confianza con el como para tener pena, además no le estaba mostrando absolutamente nada.- Dime entonces. - lo veo abrir una lata de alguna bebida chica, y no la reconocía para nada.- ¡Tengo un trabajo! – suelto emocionada.- ¡Eso es genial Rachel! Pero ¿no se cruza con el horario?- Para nada, todas las materias que tengo son en la mañana así que tengo el resto de la tarde para trabajar y poder pagar los gastos, quiero ayudar a mis padres con lo que pueda, vivir en esta ciudad puede salir por un ojo de la cara.- Tienes razón, ¿de qué va el trabajo? - lo veo bostezar mientras se estira en la silla en la que estaba sentado.- Ese es el problema, hago parte del personal de servicio la paga no e
- No creo que sea tan malo. – estaba en mi llamada matutina con Joey, le contaba a mi amigo de lo que me hizo hacer Dalton ayer, arregle su cuarto, lleve su comida a la cama y tuve que limpiar toda su maldita ropa, incluso Rosa se encontraba sorprendida por las cosas que hacía el chico, con cada cosa que me mandaba a hacer el Misisipi se llenaba cada vez más.- ¡No estas escuchando lo que te digo! ¡Es la encarnación del diablo! - varios pares de ojos se posaron en mí. Olvide mencionar que me encontraba en el metro directo a la universidad como era de costumbre.- yo creo que le gustas. – me atragantó con mi propia saliva al escuchar aquello. Estoy segura de que muchos en el metro me odian por la bulla que hago.- ¿De qué lado estás querido amigo? Dímelo de inmediato para terminar nuestra amistad en estos momentos.- Estoy de tu lado, pero es que mira el otro lado de la moneda, el chico te molesta a cada momento, ha roto una regla que él mismo tenía para que nadie entrara a su cuarto,