El profesor entra con imponencia al auditorio, donde antes había un bullicio todo quedo en silencio al verlo de pie frente del podio en donde miraba todo el lugar como si estuviera escaneando los rostros de cada quien, hasta detenerse en Dalton, el chico levanta una de sus cejas cuando profesor no deja de verlo. Definitivo era un petulante de primera mano.
- Me llamo James Smith y seré su profesor de literatura clásica 1 y en total son 4, eso quiere decir que si llegan a pasar esta materia nos seguiremos viendo 4 semestres más, será normal que les caiga mal, tengo ese efecto en las demás personas y déjenme decirles que me da absolutamente igual.
Segundo día de semestre y ya sé quién es el profesor que se hace tomar fastidio, pero a decir verdad el lucia bastante joven, le colocaba unos 30 años, era alto y diría que medía 1.90, era guapo con un perfil bastante simétrico sin rozar lo perfecto, no alcanzaba a divisar el color de sus ojos, pero parecían ser café y ni hablar del porte de elegancia que maneja el profesor James.
- Estas babeando- escucho como susurran a mi lado- deja de hacerlo o inundadas el auditorio.
Llevo mi mano a la boca para evitar que Dalton me siguiera viendo, pero cuando la coloque sentí algo húmedo, lo que decía el maldito era real, estaba babeando por el profesor James.
- Deja de ver cada error que cometo- Susurro mientras retiro la mano de mi boca.
- Es inevitable, eres un desastre andante.
- No me interesa, solamente déjame en pa...
- Señor Pierre y compañía ¿tienen algo que aportar?
¿Quién era Pierre? y porque el profesor le llamaba la atención, volteo con cautela para ver quién era el sujeto, pero todos miraban en nuestra dirección- también es con usted señorita...
- Bundy- respondo con timidez, aquel hombre emanaba terror.
- Señorita Bundy, ¿tiene algún aporte para la clase?
- No era mi intensión interrumpir su discurso.
- Es que nunca es la intensión de nadie hacer nada, pero aquí estamos hablando de su interrupción.
- Le prometo que no volverá a suceder de nuevo.
- Claro- responde sarcástico- siguiendo con lo que les estaba diciendo antes de la interrupción de la señorita Bundy es que estos son los porcentajes con lo que los evaluare. - Dejo de escuchar al profesor para mirar enojada a Dalton Pierre, por su culpa me habían regañado delante todo el auditorio y ahora el profesor me odiaba con todo su ser.
Puede que exagere, pero es así como se siente.
La clase se da por finalizada, el día de hoy solo se dedicó a darnos una introducción al contenido de las unidades que veremos durante cinco meses.
Salgo disparada como una bala fuera del auditorio, no quería ver a Dalton ni en pintura. Coloco mis audífonos y le doy reproducir a mis canciones, iba rumbo a la salida de las grandes instalaciones cuando tocan mi hombro, me doy la vuelta para encontrarme con Millie.
Ella era una chica baja, de cabellera larga y de tez trigueña, sus ojos eran grandes y mieles que la hacían lucir adorable, pero lo que más llama la atención de ella es su hermoso acento británico, podía escucharla hablar durante horas solo por su acento.
- ¡Hola Rachel! Te estábamos gritando desde lejos hasta que notamos que tenías los audífonos puesto y pues como no teníamos tu numero corrí hasta aquí- habla tan rápido que no alcance a comprender lo que me quiso decir.
- Tranquila Millie, respira que estas un poco agitada.
- Con esta maratón me di cuenta que debo comenzar hacer ejercicio.
Rio ante su comentario, no la conozco muy bien, pero a simple vista ella no necesita hacer ejercicio porque tiene un cuerpo de muerte.
- Las chicas y yo queremos que te nos unas a nosotras para ir a tomar un café ¿Quieres?
Ellas eran las únicas que se me habían acercado a mi sin tener ningún propósito en manos, o eso creo yo.
- Me encantaría- una sonrisa ilumina su rostro ante mi respuesta.
- Entonces vamos, las chicas nos esperan en el estacionamiento- Millie me lleva casi que arrastras por toda la universidad, no muy lejos pude divisar a las chicas hablando acerca de algo.
Aiko nos ve y agita sus manos al aire para saludarme.
- Caminas muy rápido mujer- dice la asiática.
- Lo siento estaba ansiosa por alejarme de uno de mis compañeros de clase.
- ¿Te está acosando? -esta vez habla Eva, ella era la más alta de nosotras, sus piernas largas eran hermosas y eran dignas de una portada de revista, Eva es blanca, muy blanca con ojos color aceituna y una hermosa cabellera ondulada rojiza. Toda una belleza exótica, lucia como la princesa Mérida de Valiente.
- Diría que sí, él no está en nuestro semestre, es repitente de dos materias, pero cada vez que me ve se ríe de mi vestimenta.
- ¿Cómo se llama? - la que pregunta esta vez es Alexandra, ella luce muy... gótica, las dos veces que la he visto su ropa siempre es negra, y de compañía su cabellera igual de negra, su tez también era blanca pero no tanto como la de Eva y sus ojos eran café oscuro.
- Dalton Pierre.
- Claro que debía ser el-Bufa Millie.- Dalton es un abusivo junto con su grupito de mami y papi.
- Es cierto- dice Eva-absolutamente todas hemos recibido críticas de su parte y la de sus amigos de pacotilla.
- Y según ellos nosotras somos el cuartel de las renegadas adineradas. - informa Aiko- Lo peor de todo es que mi padre es socio del padre de Dalton y siempre lo tengo que ver en los eventos sociales.
- No te quejes, la única que se salva de no verlo en los eventos es Rachel ya que es nueva-le dice Alexandra.
- Pues yo ya estoy harta de verlo en clases.
- Creo ya me rasque el odio lo suficiente- las 5 nos asustamos al ver a Dalton.
- ¡¿Eres acaso un maldito ninja?! - pregunta Aiko llevándose las manos a su pecho- perdí 10 años de mi vida en menos de un segundo.
- Pero miren nada mas- a nuestra derecha viene el chico de ayer junto con dos chicos más. -el Cuartel de las renegadas y su nueva integrante.
- ¿No tienen nada mejor que hacer? - les pregunta Millie enojada.
- Para tu suerte y para descansar nuestros ojos de tanta fealdad ya nos vamos.
- La de mora los perjudica hermanito- Abro los ojos sorprendida al escuchar aquella confesión por parte de Millie.
- Tu y yo no somos hermanos, el hecho de que mi padre se haya casado con tu madre no quiere decir que tengo que tolerarte.
- ¿Entonces qué haces aquí? - casi me rio a carcajadas ante aquella derrota, pero tape mi boca a tiempo para no explotar
- Lo dejaste tendido en la lona, ya no lo golpees más, tu eres la ganadora-Eva abraza a su amiga como si eso evitara una pelea.
- No quiero seguir perdiendo mi tiempo, tenemos muchas cosas que hacer para la fiesta de viernes, ahora, si ustedes me dan permiso yo puedo sacar mi auto del estacionamiento. - Dalton se notaba un poco cabreado.
Las cinco nos hacemos a un lado y dejamos que Dalton saque su hermoso auto del estacionamiento, no sabía que marca era, pero lucia bastante lujoso. Sus tres amigos suben al auto dejándonos completamente solas.
- No sabía que él era tu hermano, me tropecé con el ayer y terminé en el suelo mientras él estaba enojado por haberle tirado café en su suéter de mil dólares.
- Justin McGregor es un estirado de la clase alta, y no es mi hermano, es mi hermanastro.
- Mejor dejemos de hablar de ellos y vayamos a Starbucks por café- interviene Eva.
- Eva tiene razón, ahora suban al auto. - nos subimos al auto de Millie y emprendemos el viaje hacia la cafetería.
- Dinos Rachel ¿de qué parte del mundo vienes? Se nota que no eres estadounidense- pregunta Aiko desde el asiento del copiloto.
- Soy de Colombia- trato de vocalizar bien el nombre del país, ya que muchas veces tienden a confundirla con Columbia.
- ¿Por qué lo dijiste de esa manera? - pregunta Eva, la chica tenía en ceño fruncido.
- Muchas veces tienden a confundir Colombia con Columbia.
- Tiene razón, suenan muy parecido y cualquiera puede confundirse- dice Millie mientras gira por una calle.
- ¿Qué opinaron tus padres cuando les dijiste que te vendrías a NY? - ayer cuando vi a Alexandra se notaba muy silenciosa y calculadora, pero ahora estaba muy interesada por platicar.
- Nunca me visione estudiando en mi país, aunque hay universidades buenas, yo sentía que mi destino era estudiar otro país, cuando me gane la beca para estudiar en la universidad fue el día más feliz de mi vida, y cuando le conté a mis padres, al principio dudaron, pero al poco tiempo entendieron que era lo mejor para mí.
- Eso es genial, mis padres solo pagan el semestre y listo, no les interesa como voy o si perdí alguna materia- soltó Aiko, mientras se gira para veme.
- Aun no entiendo porque tus padres pasan todo el tiempo en el trabajo. - habla Eva haciendo movientes en sus manos- si son los multimillonarios más grandes de toda Nueva York- fue inevitable no abrir los ojos como un búho ante aquella confesión.
- Ya sabes cómo son los japoneses, la disciplina es una de sus leyes de vida, si algo sale mal sienten que perdieron todo el trabajado de su vida.
- Aquello no tiene coherencia si tienen para vivir esta vida y la otra- sigue comentando Eva.
- Pues son cuestiones de ellos, yo si gozare mi juventud y no matare mi cabeza en la empresa familiar.
- ¿Cuál es la empresa de tus padres? - la curiosidad mato al gato y realmente quiera saber cuál era la empresa.
- ¿Ubicas el Bitcoin?
- Santa madre de Dios- solo logro murmurar eso, estaba en frente de la hija de uno de los hombres más poderos del mundo y no lo podía creer.
- La misma reacción tuvieron ellas- señala a la chicas- nunca me ha gustado decir quien es mi padre porque siempre se acercan a mi porque creen que tendrán dinero virtual, las chicas se enteraron dos años después.
- Esperen- no tenía ni la más remota idea de cuantos años tenían- ¿Cuántos años tienen?
- Yo tengo 21- responde Millie.
- Yo igual- le sigue Aiko.
- Y nosotras dos- señala a Alexandra y luego a ella- tenemos 20, ¿tu cuantos tienes?
- Dios, soy la menor de todas- solté- tengo 18 pero dentro de tres meses cumplo los 19 años
- Llegamos.
El auto se detiene en frente de un lujoso Starbucks, descendemos del auto y entramos al local, en el lugar solo había gente ejecutiva, con sus trajes impecables sin ninguna arruga o mancha.
- ¡Chicas! – del otro lado del mostrador se encontraba un chico con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.
- Vamos Rachel- había quedado tan embelesada con el lugar que me quedo pegada al suelo, sus pisos se veían tan limpios que me dio miedo ensuciarlo.
- Es hermoso- susurro, mientras camino hasta donde se encontraban las chicas.
- Es uno de los Starbucks más lujosos de Nueva York- me informa Eva, tomando mi brazo para cruzarlo con el de ella- y él es Donovan, nuestro mejor amigo- dice cuando estamos en frente del chico.
- Hola, supongo que tú eres Rachel la nueva integrante del clan- su sonrisa no se había borrado por nada del mundo. - las chicas ya me dijeron que fuiste a la guarida.
- Sí, soy Rachel- respondo con amabilidad, el chico lucia muy tierno y no quería ser fría como un Iceberg
- Hasta ahora me entero de que en Starbucks atienden forasteros- coloco los ojos en blanco al reconocer aquella voz que ya me estaba comenzando a fastidiar, se nota que carece de modales cuando esta con otras personas.
Ni siquiera volteare a ver su estúpida cara porque también ya me estaba cansado de verla a cada lugar al cual voy.
- Te lo digo en serio, a cada lugar que voy él está ahí, incluso estoy pensando seriamente que me está siguiendo.Como cada mañana Joey llamaba para nuestros chismes matutino, le estaba contando acerca de Dalton Pierre y lo fastidioso que era ser su compañera de clases.- Puede ser que le gustas- soltó Joey. Ambos rompimos en carcajadas ante el comentario.- Claro, como si ese tipo de cosas pasara- digo, cuando me reposo de las carcajadas- mejor cuéntame cómo te va, ¿ya tienes conquistas?- No, estoy centrado en aprender mandarín que no me he dado el tiempo de conocer personas.- Eso no tiene sentido Joseph, en tu clase hay personas de otros países ¿Qué me estás escondiendo? Te conozco más a ti que a mí misma.- Está bien- levanta sus manos al aire- en mi grupo de amigos yo soy el único colombiano, hay dos españoles, una italiana y una hermosa argentina con la que estoy saliendo.- ¡Eres un mal amigo! ¿Cuándo pensabas decírmelo? Me encuentro indignada, como ahora el niño tiene otros a
- Te presentaría al chofer, pero ahora mismo está con mis hijos. - se excusa la jefa. - vamos a por el uniforme para que comiences de una vez por todas.Bueno... Queda cancelado por completo la celebración con helado y las palomitas de maíz, se pospondrá para el día de mañana con más tranquilidad.- Este será tu uniforme- extiendo mis manos para recibir el uniforme. – sé que debajo de todos esos desparpajos a los que llamas ropa tienes una figura delgada.- Claro- respondo con incomodidad, sé que muchos hablan y critican mi forma de vestir, pero hay algunos que no tienen filtro para decir las cosas con suavidad y no dañar la moral de los demás, la señora Merdith parece ser una de ellas.- Entonces dejaré que te cambies, le diré a Rosa que te muestre toda la casa para que después hagas lo tuyo, yo tendré que ausentarme porque tengo cosas más importantes que hacer.La señora de la casa sale dejándome sola en la habitación, dentro había unos lockers, solamente había uno abierto y tenía u
Dalton.Como cada fin de semana el despertador suena con su algarabía descomunal, muchas veces he considerado dejar de lado el polo y dedicarme a dormir hasta el mediodía, pero mi padre pondría el grito en el cielo al enterarse que uno de sus hijos dejo el deporte que durante muchos años su familia se ha especializado, porque hasta mi copia mal hecha lo practica y eso que el muy punk y gótico. Dejando de lado la pereza me baño rápidamente para luego colocarme el uniforme característico de la familia y bajar a desayunar como Dios manda.En el comedor se encuentra toda la familia reunida como era de costumbre, mi padre se encontraba en la cabecera de la mesa y mi madre al otro extremo, a su derecha se encontraba mi hermano mayor Michael Pierre el cual será pronto el nuevo presidente de la empresa familiar Pierre SA. Seguido de él está mi hermana Katherine Pierre. Ella es la directora ejecutiva de puntos de venta de la casa de modas más prestigiosa de todas, y claro, también era de la fa
- Déjame decirte que acabas de hacer un pacto con el diablo, aquella chica- señalo por donde salió mi hermana. - hará todo lo posible por ganar ese auto, y tu perderás lo mejor que te pudo haber pasado, mala elección para apostar.- Tal vez yo sea el que tenga la cita con tu hermana, terminemos siendo novios y tú serás mi cuñado y seremos una hermosa familia para siempre.- Primero te mato antes de que todo eso suceda. - doy un golpecito en su espalda. Y me dirijo a mi hermoso caballo negro, es tan imponente y majestuoso que me quedaría horas contemplándolo.- Solo piénsalo Dalton, si Katherine se casa con un pobretucho lo más probable es que ella lo mantenga, en cambio sí es conmigo la fortuna aumentara volviéndonos los jóvenes más ricos de Nueva York.- Ya olvídate de mi hermana, primero es cuatro años más grande que tú, segundo, ella ya tiene un novio y no es un pobretucho, incluso es más rico que tu... corrección, es más rico que tu padre.- Cada día me agradas menos Dalton Pierre
Rachel.Aquel imbécil era un hijo de perra, yo no era su esclava, yo solamente estaba ahí para limpiar el chiquero de la casa, aunque esta está más reluciente que coche nuevo, pero era mi primer día y debía hacer todo lo posible para perdurar en esta casa, lo necesito durante todo un semestre para sobrevivir. Así que botando humos por todos lados me dirijo a la cocina en busca del vaso con agua que me solicito el señor Dalton Pierre.- ¿Qué sucede Rachel? - pregunta Rosa cuando me ve entrar a la cocina encolerizada.- El joven Dalton quiere un vaso con agua. – escupo con enojo.- ¿Estas seguras que podrás aguantar el ritmo? - Rosa tomo un vaso de vidrio de la lava vajillas, para luego dirigirse al refrigerador y llenarlo.- Debo hacerlo, a comparación de él, mis padres están a kilómetros de aquí, y debo sobrevivir durante seis meses.- ¿De dónde eres? – Zoila deja lo que estaba haciendo para escucharme.- Soy de Colombia- respondo.- Aquí tienes. - Rosa me extiende el vaso con agua. -
- Pensé que seguías enojada pro lo de ayer. - mi amigo se encontraba en el escenario habitual, su habitación.- Lo estoy, pero quería decirle a alguien acerca de lo que sucedió el día de ayer después de haberte colgado. – me daba muy igual estar en toalla en medio de una llamada, tenía la total confianza con el como para tener pena, además no le estaba mostrando absolutamente nada.- Dime entonces. - lo veo abrir una lata de alguna bebida chica, y no la reconocía para nada.- ¡Tengo un trabajo! – suelto emocionada.- ¡Eso es genial Rachel! Pero ¿no se cruza con el horario?- Para nada, todas las materias que tengo son en la mañana así que tengo el resto de la tarde para trabajar y poder pagar los gastos, quiero ayudar a mis padres con lo que pueda, vivir en esta ciudad puede salir por un ojo de la cara.- Tienes razón, ¿de qué va el trabajo? - lo veo bostezar mientras se estira en la silla en la que estaba sentado.- Ese es el problema, hago parte del personal de servicio la paga no e
- No creo que sea tan malo. – estaba en mi llamada matutina con Joey, le contaba a mi amigo de lo que me hizo hacer Dalton ayer, arregle su cuarto, lleve su comida a la cama y tuve que limpiar toda su maldita ropa, incluso Rosa se encontraba sorprendida por las cosas que hacía el chico, con cada cosa que me mandaba a hacer el Misisipi se llenaba cada vez más.- ¡No estas escuchando lo que te digo! ¡Es la encarnación del diablo! - varios pares de ojos se posaron en mí. Olvide mencionar que me encontraba en el metro directo a la universidad como era de costumbre.- yo creo que le gustas. – me atragantó con mi propia saliva al escuchar aquello. Estoy segura de que muchos en el metro me odian por la bulla que hago.- ¿De qué lado estás querido amigo? Dímelo de inmediato para terminar nuestra amistad en estos momentos.- Estoy de tu lado, pero es que mira el otro lado de la moneda, el chico te molesta a cada momento, ha roto una regla que él mismo tenía para que nadie entrara a su cuarto,
- Primero hay una conjunción entre Júpiter y Saturno antes de que yo me meta contigo.- Créeme que hay muchas chicas que quieren que yo les hable como lo estoy haciendo contigo, deberías sentirte agradecida.- Esto es una maldición. - a este punto nos mirábamos fijamente.- ¿Ya terminaron su conversación? – volteamos a ver al profesor y este se encontraba con una ceja enarcada viendo todo el espectáculo que habíamos hecho.- Lo siento profesor no volverá a suceder.- El profesor deja de vernos y dirige su mirada a todo el auditorio. – hoy la clase será diferente, para eso quiero que se coloquen en parejas. – un bullicio inunda todo el lugar. Me giro para ver al resto de la clase en busca de alguien solo, para mi sorpresa la mayoría tenía su pareja. Otra vez estaba sucediendo, al igual que en la escuela, no tenía absolutamente a nadie.- No busques más pareja, tu seras la mía. - escucho que dice Dalton a mi lado. Que dijera eso era lo que me temía, que se sentara al lado mío era un cal