Se acerca marzo a paso agigantado, y todo el trabajo que tenía con el instituto de negocios, está por enviarse a imprenta, por lo que hacemos una última revisión con Marcelo y la gente del instituto, en una reunión improvisada. Termino de afinar las últimas correcciones y con el visto bueno de Marcelo y Marco envío todo a la imprenta, solicitando una prueba de color para todos los libros.—Emi, ayúdame con éstas gráficas, que estoy colapsada y ya no se me ocurre cómo resolverlo —Me pide la Cote.—Claro, lo único que quiero es hacer cosas distintas. Llevaba meses trabajando en esos condenados libros —espeto.—Te creo —dice con una sonrisa torcida.Tomo el móvil y le envío un mensaje a Felipe.Emilia: Hola, cosi ¡Al fin envié los condenados libros a imprenta!Felipe: Hola, bonita :* ¡Me alegro mucho!Emilia: Sííííí… ¿podríamos salir a celebrarlo mañana? —pregunto coqueta.Felipe: Jaja ¿es tu mejor excusa para que nos veamos? —Sonrío. Me encanta que sea pesado.Emilia: No es excusa, sabes
FELIPE(Ese mismo día)Marco el número de la casa de los padres de Emilia, al tercer tono contestan.—¿Aló, diga? —responde Angélica.—Buenas tardes, Angélica, que gusto escucharla —digo amable.—Hola, Felipe. Emilia no ha llegado a casa ¿la estás buscando? —cuestiona.—No, Angélica, quería preguntarle si tiene algún problema con invitar a Emilia a comer algo, la quiero sorprender cuando tome el metro hacia su casa —pregunto.—Mmm, no lleguen tarde. Emilia sabe que debe estar antes de las nueve en casa —espeta.—No se preocupe, hasta ahora no le he fallado con respecto a eso. Sólo no quería pasar por sobre usted y consultarle primero —respondo, adulándola un poco, para que no me ponga problemas.—Está bien, cuídamela, ¿eh? —Pide.—Con mi vida, Angélica. Nos vemos luego. Buenas tardes —respondo.—Buenas tardes —dice, cortando la llamada.Corro escaleras abajo para hacer la combinación, donde me espera Emilia.La veo sentada en unos escalones que dan a la salida de emergencia; tiene los
Emilia: ¿Llegaste bien, amor? —Suena tan lindo decirle así.Felipe: Si, amor, aunque debo confesar que estoy cansado. Se siente el peso de la semana los viernes —Lo entiendo a la perfección.Emilia: Es verdad. Por ahora no quise decirles nada a mis padres, lo haré mañana temprano, antes que llegues, para evitar que te involucres en esto —digo apenada.Felipe: Emilia, todo lo que tenga que ver contigo me concierne. Si necesitas decirlo cuando esté en tu casa, para que tu madre no te ataque con todo el arsenal, hazlo y yo te ayudaré a sopesarlo, ¿sí? —asevera y mi corazón bombea a mil por hora.Emilia: Mmm, no sé cómo me estaría tomando todo esto si no estuvieras conmigo. Gracias, amor —Qué rica sensación tengo en el pecho.Felipe: Descansa, amor y no pienses tanto. Pero, sueña conmigo, ¿eh? ;-) —dice coqueto.Emilia: Tú también, amor. Te amo <3(…)Al día siguiente, me levanto temprano, hago mi rutina de ejercicios, ordeno mi dormitorio y hago aseo en la casa. Voy al baño a tomar una du
FELIPEHace un par de semanas, Emilia me había comentado que pronto sería su cumpleaños, que quería hacer algo diferente, ya que el año pasado no había hecho nada para ese día.Ha estado bastante triste porque aún no encuentra trabajo y por tratar de animarla, la convencimos con su madre, para que celebrara en grande su cumpleaños.La he ayudado lo más que puedo, pero entre ella y su madre han preparado todo para ese día.Mandó a hacer un pastel a su gusto, con el que asegura dejará encantados a todos.TODOS —Pienso y me pone nervioso el hecho de conocer a toda su familia, de un tirón.Es viernes por la tarde y voy en el metro, camino a casa de Emilia, después del trabajo, ya que ayudaré a mover los muebles de la sala, para realizar la celebración ahí.Felipe: Ya estoy por llegar, amor.Emilia: ¡Qué bueno! Ya te extrañaba mucho. Felipe: Y yo a ti :-*Estas últimas semanas, la relación ha ido bien, no me puedo quejar. Emilia es muy respetuosa con mis tiempos, no está todo el tiempo con
Cierro la puerta de mi habitación, con una sonrisa en la cara. Me siento en la cama para desatar mis sandalias y entra un mensaje al móvil.Felipe: Au Au Auuu… (léase como llanto de cachorro) :(Emilia: Jajaja. Te amo :-*Felipe: Y yo a ti, bonita. Soñaré contigo… 1313Emilia: :-$ y yo contigo, no lo dudes.(…)¡Riiiing! ¡Riiiiing! ¡Riiiiiing! Suena el teléfono de casa,¿¡Quién carajos llama tan temprano un domingo en la mañana!? —protesto, mentalmente.—¿Aló? —digo con voz de sueño.—¿Angie? —pregunta una voz femenina.—No, habla Emilia. ¿Quién es? —cuestiono.—Hola, Emi, soy tu tía Lili, quería avisarle a tu mami que mi mamita falleció hace unas horas —dice con voz compungida.—Lo siento mucho, tía Lili. Mis condolencias a su familia. Espéreme un momento, le comunico a mamá —Pido.—Gracias.Camino a la habitación de mamá con el teléfono en la mano.—¿Mamá?—¿Quién era tan temprano? —pregunta.—Es la tía Lili… tienes que quedarte tranquila, ¿sí? —La tranquilizo, antes de decirle—. Tu
Sus dedos viajan desde mi clítoris, hasta mi entrada, en un juego maldito, que me hace jadear y retorcerme. Su aliento sobre mis muslos me tiene vuelta loca, por lo que arqueo mi espalda y levanto mis caderas, para que haga algo y alivie esta necesidad de sentir su lengua, donde convergen mis piernas.Cuando da la primera lamida y toca ese punto que estaba expectante de su lengua, siento escalofríos por toda la columna, que sube y vuelve a bajar, para convertirse en una danza de sensaciones.—Eres deliciosa, Emilia... —dice con una voz ronca de deseo, mientras sigue lamiendo, chupando y succionando sin detenerse. Uno de sus dedos vuelve a jugar en mi entrada, hasta que lo siento entrar en mí y gimo tan fuerte que no me importa nada.—Felipe…—gimo con fuerza.Mi respiración es cada vez más agitada, las sensaciones que me provoca ese juego entre su boca, su lengua y sus dedos, están al borde de llevarme al clímax.—Sigue… —Pido en un jadeo y por inercia mis caderas comienzan a moverse ju
FELIPEVoy en el autobús de vuelta a casa de mis padres. Todavía estoy boquiabierto con lo que pasó con Emilia. Mi Emilia.Llevaba días como león enjaulado con ella. Esperándola. Sin presiones, cómo yo mismo lo pedí, pero realmente, me tenía loco. La deseaba, aún la deseo, con tanta urgencia y verla así, tan desinhibida, tan sensual, jamás imaginé que fuese así en la cama y ahora no la dejo de sentir en mi piel. Sus besos, esa forma tan jodidamente sexy en la que jadeaba mi nombre. Aún siento su lengua repasar y saborear mi miembro y su mirada tan intensa, que en un minuto la desconocí por completo. Ya no estaba más mi chica tímida con ojos de cachorro, ahora era una tigresa ávida por su presa, por mí. Estaba extasiada y eso me da a entender que me tenía tantas ganas, como yo a ella,Creo que tendré que tomar una ducha fría al llegar a casa —digo para mí mismo.Ahora estoy más seguro que nunca, de que esta vez, elegí bien y que por muy apresurado que sintiéramos que han ocurrido las co
FELIPEVuelvo a darle una nalgada y un gemido brota de su boca, lo que me pone aún más.—Sigue… —Pide en un jadeo. De un movimiento, la volteo para que quede con sus rodillas en el sillón dándome la espalda. Una de mis manos viaja desde su espalda hasta sus nalgas, apretándolas y con la otra jugueteo en su intimidad de arriba abajo sin parar, desde su clítoris hasta su entrada.La veo apretar sus pechos, por lo que la tomo del cabello, sin lastimarla y la acerco hacia mí para lamer su cuello. Sus jadeos los siento como una corriente eléctrica en mi hombría, mientras chupo el lóbulo de su oreja y se le escapa otro gemido, vuelvo a darle otra nalgada, un poco más fuerte y Emilia me regala otro gemido más.—Felipe… —Esta vez dejo mi mano en el lugar, para que sea más placentero para ella, llevo la mano a su entrepierna y está empapada.—Estás muy mojada —gruño, ronco del deseo. Me pongo detrás de ella y sin más la penetro de una estocada. Es tan apretada y está tan mojada, que es como si