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Capítulo 2- Otro punto de vista

Ángel

Abro mis ojos y lo primero que viene a mi mente es que hoy comienzo el último año de escuela y no puedo estar más feliz por eso. En verdad no me puedo quejar de mi trayectoria en la escuela, soy el capitán del equipo de básquetbol, lo cual me hace el más popular, además tengo la mejor novia y tengo una familia que me apoya.

Haciendo a un lado mis pensamientos, me levanto de la cama y me dirijo al baño, salgo, me pongo un pantalón negro, un poloche blanco y una chaqueta negra, paso un peine por mi cabello, un par de veces y salgo de mi habitación, bajo las escaleras y me dirijo a la cocina. Entonces escucho la voz más irritante del mundo.

—Pensaba que no ibas a bajar—expresa esa chica de baja estatura, que ahora no se notaba por estar sentada, era de tez blanca, cabello castaño con pequeños reflejos rubios.

Muy diferente al mío que era totalmente negro y oscuro, lo que, si teníamos igual, eran nuestros ojos mieles.

—Y perderme el primer día de clases—comento —Mmm...no lo creo.

Me sirvo un vaso de jugo de naranja.

—Claro, Ángel Anderson no podía perder ni un día para imponer terror en los demás—Me tomo un sorbo de jugo para contestarle, pero alguien nos interrumpe.

—Chicos muévanlo, para que no lleguen tarde a su primer día de clases.

—Claro Tía hermosa, es que celeste tiene media hora desayunando—digo echándole toda la culpa a mi tan irritable prima.

—Mentirosoooo—dice ella gritando-. Tú acabas de llegar—expresa ella señalándome.

—Como digas primita—comento haciéndole seña a mi tía, que era mentira lo que decía Celeste.

Después de desayunar, nos vamos para la escuela en mi camioneta, ya que Celeste no tiene auto. No me importaba llevarla, era mi prima. Pero odiaba que subiera los pies en el asiento y que subiera demasiado la radio, además que lo tomara como su zafacón personal. Eso me hacía enojar, ya que no puede contaminar el medio ambiente, pero si mi auto. Si lo Sé, es lo normal en una chica de diecisietes años, Pero es que soy demasiado organizado y ordenado. Pero si les soy sincero ya estoy acostumbrado a esa desorganizada y si no se fuera conmigo, tengo que aceptar que me hiciese falta.

Ya me encontraba entrando al estacionamiento de la escuela y Celeste ya estaba abriendo la puerta, para salir corriendo del auto ¿En serio? No puede esperar que me estacione bien, blanqueo los ojos en reacción de su acción. Me estaciono y mientras salgo del auto escucho a alguien acercándose.

—Mmm, no me digas ¿Me extrañaste?—dice esa voz que al instante reconozco, ya que como , no reconocer la voz de mi mejor amigo.

—¿Pero a quién? ¿a ti o a tú modestia?—comento  riéndome de ese chico de tez blanca, cabello castaño y ojos negros, que resaltaban por sus anteojos.

—A los dos—dice acercándose para darme un abrazo.

—Si, claro—expreso, mientras le respondo él abrazo, y no soy de mucho afecto, pero ¿Qué les digo? Es mi mejor amigo y me ha soportado demasiado para negarle un abrazo.

—¿Y mi conejita?—pregunta, arreglando sus anteojos.

—Creo que saludando a sus amigas—comento sin darle importancia.

—¿Amigas o amigos?—dice él, mientras mira con él ceño fruncido y yo miro en su misma dirección.

Encuentro a celeste hablando con dos chicos y al instante reconozco a uno de los chicos, sí, era "Louis Harris", al instante se me borra la sonrisa del rostro.

Veo como Bryan se acerca a ellos y yo atrás de él, pero un poco más alejado del grupo. Noto que Louis Fija su mirada en mí y al instante fijo mi mirada en cualquier otro lado. Si sé qué pensarán "que Maduro" pero es que no quiero tener nada que ver con ese individuo.

A pasar unos minutos, lo más largos de mi vida, por cierto. Veo que Viene Bryan Junto a Celeste hacia a mí.

—Vamos adentro—Escucho decir a Bryan.

—Dile que eso fue un acto de celos—comenta Celeste.

—¿Él Qué?—digo yo, algo confundido.

—No fue un acto de celos, solo quería entrar contigo—explica Bryan.

—Si claro—dice ella.

—Sabes que te amo conejita ¿Cierto?—comenta él tomándola de las manos.

—Y yo a ti conejito—expresa ella y yo solo blanqueo los ojos.

Odio que los demás sean cursi, no me soporto ni a mi cuando lo soy.

—¿Qué tal si dejamos la cursilería y entramos?—digo poniendo en el medio de los dos—. No quiero ser un mal tercio—añado y los dos ríen, pero deciden hacerme caso y entrar.

Como habrán notado mi mejor amigo y mi prima son novios, hace más de un año o dos. Ya ni recuerdo, pero Sí, la relación le ha durado bastante y espero que siga así, porque si él le rompe el corazón, yo le rompo la cara, así de simple y tal vez soy un poquito protector con ella, pues no tengo hermanos, así que ella es lo más cercano que tengo a una hermana. Aunque siempre me saca de quicio, aun así, la quiero, después que pasas tanto tiempo con una persona tienes que aprender a soportarla. Ya que vivo con mis tíos desde que tengo diez años, porque mi papá se la pasa viajando de un lugar a otro, por trabajo y para que yo tuviera una vida "normal" me dejó con ellos. Bueno No me quejo, pero a veces me hace mucha falta. En ese instante alguien interrumpe mis pensamientos.

—Hola...—dice esa voz, la cual es causante de todas mis locuras.

—Hola—Le respondo de inmediato a la chica más hermosa del mundo.

Gabriela Castillo, mi novia, esa chica de estatura promedio, de piel blanca, con unos ojos grises gigantes y una cabellera rubia, que hace perder la cabeza a cualquiera.

—¿Cómo Pasaste tus vacaciones?—pregunta ella poniendo su mano sobre mi hombro.

—De fiesta en fiesta, rodeado de chicas preciosas—Le digo mirándola directamente a esos ojos grises, que me encantan.

—¿Quieres hacerme enojar tan temprano Ángel?—dice acercándose cada vez más a mí.

—Tal vez—comento con una sonrisa de lado.

—Voy a ignorar eso, porque sé que lo haces para molestarme—dice ella Ahora con sus dos manos alrededor de mi cuello y era cierto.

—Sabes que eres la única en esta cabecita—comento tomándola por la cintura y así cortando cualquier distancia que nos separaba, uniendo nuestros labios, en un beso.

—Pasillo, pasillo—Escucho decir a Bryan, lo que hace que nos separemos.

—Bry eres el mejor amigo de mi novio—dice ella—. PERO TE ODIO—expresa mirando a Bryan.

—Solo no quiero que Ángel, vaya tan temprano a la dirección—comenta Bryan a Gabriela, Con cara de "perdón".

—Está bien—digo dirigiéndome a Bryan—. Esta bien mi Amor—comento así teniendo nuevamente la atención de mi novia—. Después de clase terminamos esto—digo con cara picara, ella sabía que significaba.

Después de eso me despido de ella con un corto beso y junto a Bryan me adentro a clase de Literatura.

En verdad ni idea lo que decía él, algo no estaba bien, pero no sabia qué era, ya que había visto a mi novia, mi cabello estaba perfecto y me había puesto colonia.

¿Por qué tengo esta sensación de que algo falta?

En ese momento siento que alguien se nos abalanza en la espalada a mí y A Bryan...ya me recordé.

—CHICOOSS...—dice gritando.

—Hola Daniel—Lo saluda Bryan—. Pensé que nunca diría esto, pero...—Hace una pausa—.... Me hiciste falta—dice Bryan abrazando a mi segundo mejor amigo.

Sí, somos 3, "típico de w*****d".

—Lo sé, sin mi serían dos viejas sin diversión—comenta riéndose ese rubio con ojos avellana—. Y ¿tú? ¿Ángel? ¿No vas a saludar al amor de tu vida?—expresa moviendo sus cejas.

—Ignoraré tu comentario—digo Mientras le doy una abrazo—¿Cómo te fue en vacaciones?—pregunto al separarnos.

—En verdad no hice casi nada—dice él—mis papás me castigaron por todos las fiestas realizadas en el año pasado, sin permiso—comenta él como si fuera lo más normal del mundo—. Pero no me arrepiento de nada—añade y se le forma una sonrisa en su rostro.

—Eso no me sorprende—comento.

—Buenos Días Chicos, sé que están emocionados y todos quieren hablar con sus compañeros de lo que hicieron en vacaciones, pero tenemos que comenzar la clase. Así que vayan a sus asientos—Nos interrumpe la profesora.

Así que todos fueron a sus asientos, en verdad la clase paso súper rápido, como siempre Daniel, Bryan y yo estábamos ubicado en la última parte de atrás del salón. En ese momento veo un papelito que cae en mi butaca, cuando giro me está haciendo señas Daniel que lo lea. Lo abro rápidamente y veo que dice " Hay chicas nuevas" le escribo rápidamente, "Tengo Novia" y le devuelvo el papel. En verdad no me había dado cuenta hay muchas chicas Nuevas. 

Pero ni al caso me da lo mismo. No soy un chico de muchas chicas y cuando quiero, quiero en serio. 

Pasan las horas super rápido y llegamos al receso. Entramos a la cafetería Bryan, Daniel y algunos de los chicos del equipo de basquetbol. Como siempre todos se nos quedan viendo, no es malo ser uno de los más populares de la escuela, con el tiempo te acostumbras a sus miradas. En ese instante siento que choco con alguien y no tenía que mirarlo para saber que era él, "Louis Harris". 

—Fíjate por donde caminas—habla Daniel.

—Que se fije tu amigo—escucho decir a Louis.

Nunca se ha dejado pisotear, es algo que aprendió de mí. Aunque no lo acepte.

—¿Disculpa? ¿Quieres ir a la enfermería tan temprano? —dice Daniel acercándose a Louis.

Lo veo tomar el cuello de su camisa. Daniel es más fuerte y alto que Louis. Rápidamente se forma un círculo por los chicos de bastquebol. Encerrándolo a ambos. Veo a Bryan mirarme ¿Qué quiere que haga algo? ¿Louis no está lo bastante grande para defenderse?

—Daniel, suéltalo—expresa Bryan.

Pero Daniel no le hace caso, mi vista viaja a donde están sirviendo la comida, hoy hay pizza, yo quiero pizza, tengo hambre.

—Que si no quieres terminar en la enfermería me sueltes—La voz de Louis, hace que me voltee de nuevo hacia donde ellos.

Daniel sonríe, esa sonrisa no traerá nada bueno y lo que pasa a continuación pasa en menos de un segundo, literal fue un parpadeo. Louis estaba en el suelo, hay sangre en su boca lo noto.

Celeste va a matarme, Joder, Celeste, se me había olvidado. Ella protege a este, más que a nada y cuando se entere que permití esto, no se callará por meses.

Mis ojos chocan con lo de Louis, se ve tan vulnerable, como detesto la vulnerabilidad de los demás, no soporto ni la mía. El enojo corre por mis venas ¿Cuándo va a empezar a defenderse? Pelea mejor que todos estos, pero, prefiere no usar la violencia, sino las palabras y por eso lo golpean.

Reitero, Celeste va a matarme Ay yo lo dijiste.

Mi mejor sonrisa aparece en mis labios y me acerco a Daniel, el piensa que voy a felicitarlo, pero sorprendo a él y a todos empujándolo con toda mi fuerza, así haciéndolo caer al suelo.

—Te dijo que lo soltaras, debiste hacerle caso—digo acomodando mi chaqueta.

Daniel se levanta rápidamente del suelo. Sé que quiere hablar, pero mi mirada fría y sin emoción esta sobre él. Así que se mantiene callado.

—Suéltenlo—digo mirando a un pelirrojo que intentó ayudar a Louis.

A los chicos hacerlo, camino a la salida de la cafetería, ya hasta el apetito me quitaron.

Estoy en mi casillero, buscando lo necesario para la otra clase en eso veo llegar a Daniel y a Bryan.

—¿Por qué lo defendiste? —Daniel es el que habla, el enojo es evidente en su voz.

No le hago caso y me introduzco al salón de Matemáticas, me siento en la parte de atrás del salón.

—Te hice una pregunta—dice Daniel sentándose junto a mí.

—¿Desde cuándo tengo que darte explicaciones?

—Me la debes ¿No? Luego de humillarme delante de todos.

—Yo no te debo nada, no olvides tu lugar y yo no olvidaré que eres mi amigo.

Noto que el profesor entra a clase, y menciona algo de Ecuaciones De Segundo Grado. Al instante ya le está preguntando a Daniel.

—Daniel, ¿Me puedes responder la pregunta? —dice el profesor.

Él no responde ya que no sabía la respuesta, solo se queda mirando al profesor con desprecio en sus ojos.

—Primer día de clases y ya está perdiendo el tiempo—comenta el profesor—. Ángel, le puedes Ayudar a tu amigo, ya que estaba distraído contigo—Ay ¿Qué tengo que ver yo?

—¿Las ecuaciones de segundo grado? —pregunto, con ninguna emoción reflejado en mi rostro.

—Si, ¿Qué son? —dice él acercándose más a mi asiento.

—Son ecuaciones cuadráticas que pueden ser representada por un polinomio de segundo grado—explico.

—Bien, Aunque sepas, deberías poner atención o por lo menos, no distraer aquellos que no saben—dice el profesor, ahora es mi culpa que Daniel no atienda ¿En serio? ¿Qué le pasa a ese Idiota? Pensó que no le iba contestar.

En verdad no me importa mucho eso de las clases, pero por el Equipo de Basquetbol, tengo que mantenerlas, aunque sea estable y en verdad las Matemáticas eran lo mío. Entendía, todo súper rápido.

Ya era la hora de ir casa, fue directamente a mi auto. Allí estaba Celeste esperándome. Nos subimos y emprendimos el camino a casa, pasaron como quince minutos sin hablar y no pudo más.

—Respecto a lo de la cafetería...—Ni siquiera la deje terminar.

—No vuelvo a proteger tu amigo —Le informo.

—No puedo creer, que seas tan Idiota—Lo dice mirando por la ventana. 

Llegamos a casa y ella entra súper rápido a casa, yo camino un poco más lento, disfrutando del jardín de la casa. En verdad era inmenso, había muchos árboles, altos que rodeaban la casa y mi tía, tenía sembradas, más de veinte especies de flores. En verdad tenía bastante si disfrutar de él. Al entrar a casa, Subo a mi habitación, tiro mi mochila a un lado y me tiro en la cama. Entonces escucho mi teléfono sonar. Era mi papá, en verdad tengo que aceptar que me ilusione un poco, tenía mucho sin hablar con él. Pero calmo mi emoción y cojo la llamada.

Hola Pa—digo un poco confiado.

Hola Ángel ¿me podrías poner a tu tía? No me coge, el teléfono y necesito hablar con ella—¿Escucharon ese sonido? Fue mi corazón rompiéndose, en serio tres semanas sin hablar con tu hijo y ni le preguntas como está—¿Ángel? ¿Estás ahí?—él dice.

Si, espera...voy a buscarla—Busco mi tía la cual estaba en su habitación y le paso mi teléfono.

Luego de eso, me dirijo a mi habitación nuevamente, duro tanto hablando con ella, que hasta me dormí. Siento alguien llamándome, ya que tengo un sueño súper ligero. me levanto, Era mi tía, estaba parada frente a mi cama, tenía mi celular en la mano. Me lo estaba pasando.

—¿Hablaste con él?—pregunta ella.

—Lo conoces, hay tiempo para todo, menos para mí—Le digo sentándome en la cama, restándole importancia.

—No digas eso, sabes que está muy ocupado...—dice mi tía, tratando de excusarlo, pero no tenía que hacerlo, yo sabía que no le importaba para nada más que para heredar todo su imperio.

—Tía, en serio, no es necesario hablar de eso, ahora—expreso antes que me de las típicas frases maternas y en verdad eso era ella para mí una madre, ya que mi mamá... ya no estaba.

—Está Bien—Me dice dirigiéndose a la puerta—. Ya está lista la cena, por cierto, te esperamos.

Me levanté, me lave la cara y baje al comedor, ahí ya estaba mi prima y mis tíos. Habían servido carne a la plancha con puré, tengo que aceptar que me levanto el ánimo un poco, ya que era mi comida favorita. Durante la cena, Nos preguntaron cómo nos fue en la escuela y cosas así. Pero en vedad, yo no tenía ganas de hablar de eso, bueno, no con ellos.

Quería que él me lo preguntara, pero creo que eso, era mucho pedir. Cuando acabé, subí a mi habitación, no estaba casando, ni tenía sueño, pero me quería dormir, enserio quería dormir, no quería pensar más en la "fabulosa vida" que tengo, porque que le costaba preguntarle a su único hijo ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue en la escuela? Pero al parecer siempre el trabajo y los negocios serán más importante para él, que su único hijo, di varias vueltas en mi cama, hasta quedar completamente dormido.

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