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Càsandome con un desconocido

Tengo que pensar, tengo que hacerlo, no puedo huir él me encontrara, para que me deje en paz debo entregarle esa prueba.

A la mañana siguiente…

Lo pensé durante toda la noche, y llegue  a la conclusión de esto…

—Quiero ver el dinero—esa chica me pide.

—Este es el dinero pero quiero que digas mi nombre y mi apellido para que esa orden salga con mi nombre ¿Entiendes? —Le enseño el dinero—Ninguna palabra de esto a nadie.

—De acuerdo—toma el dinero y se adentra junto conmigo a la clínica.

Minutos más tarde esa chica sale del consultorio, me da la orden y el comprobante.

—Listo, dije que eras mi prima y que tú serias la que recibiría esos análisis.

—Muy bien tú y yo nunca nos hemos visto ¿De acuerdo?

—De acuerdo—se pone de pie y se va.

Suspiro y recargo mi cabeza en la pared, menos mal que esa chica acepto hacerse pasar por mí y hacerse esos análisis ahora saldrán negativos y asì podre quitarme de encima a Hauser.

Las horas pasan rápidamente por fin me han entregado esos análisis los cuales salen negativos pero lo más maravilloso es que dice mi nombre en el nombre del paciente, sonrio al sentirme aliviada, tanto que en cuanto salgo de ese lugar voy directo a comprar un helado.

Finalmente llego al hotel por la noche, tal y como ayer sucedió Hauser está esperando.

—Vaya se me hacía que no venias, quiero esos análisis ¡Ya! —extiende su mano.

Camino hacia él y le doy esos análisis los mismos que abre y lee rápidamente, una sonrisa se asoma por sus labios, eso quiere decir que lo he convencido. Él se pone de pie y camina hacia mí, me toma de las mejillas para apretarlas un poco.

—Muy bien linda, pero aun así no me confiare del todo—dice de pronto.

— ¿Qué es lo que quieres decir con eso? —pregunto con temor.

—Bueno para tomar precauciones, te vigilare unos meses  si caso unos dos o tres—frunce el ceño.

—Pero tú dijiste qué…—él pone un dedo en mis labios.

—Tranquila solo es para corroborar lo que dicen estos análisis —alza las cejas.

Maldito imbécil digo hacia mis adentros.

—Es hora de irnos, espero no verte nunca más —él sale de la habitación.

M*****a sea, no poder llevar mi embarazo tal y como lo imaginaba no con la sombra de él pisando mis pies, rayos juro que no quería hacer esto, juro que no quería seguir con mi plan.

Pero debo proteger a mi bebé.

Al día siguiente….

— ¿Qué haces aquí? —pregunta ese chico el cual aún ni siquiera sé su nombre.

Antes de hablar, dejo de cruzar mis brazos, después veo sus ojos y no sé si pueda hacer esto sin embargo lo intentare.

—Tengo que hablar contigo—digo sin más.

—Perdón pero tú y yo no tenemos nada de qué hablar, creo que fui muy claro la última vez que hablamos.

—Por favor es importante —le suplico.

— ¡No!—él me hace a un lado y abre la puerta.

—Por  favor esto es algo de los dos tenemos que hablar—lo tomo de la mano.

— ¡No! —se suelta de mi agarre—Por favor no quiero ser grosero—arruga el entre cejo—Esta bien ya sé que quieres —saca un fajo de billetes y me los ofrece.

Quiero romperle la cara sin embargo no es momento para esto.

No digo nada, solo meto la mano a mi bolso, saco la prueba de embarazo que me hecho por la mañana y se la entregó en sus manos.

—¿Qué es esto? — Vuelve a fruncir el ceño.

—Estoy embarazada, tengo casi dos semanas —comento con seguridad.

Èl suelta esa prueba de embarazo a la vez que niega con la cabeza.

—¡No! Eso no puede ser —se aleja de mi— ¿Cómo sé que es mi hijo?

—Tuvimos relaciones ¿No? Es normal quedar embarazada, hazte responsable de tu hijo —pestañeo un par de veces.

—Siempre uso preservativo—está demasiado asustado.

Él voltea a sus alrededores, después me toma de la mano y me adentra  a su departamento junto con él.

Suelta mi mano, toma un vaso de vino y se lo bebe de un  sorbo.

— ¿Un bebe? ¿Ahora? Perdón pero no estaba en mis planes.

— ¿Entonces quieres que…. Claro ya lo sabía igual a todos no esperaba más de ti, soy una tonta al venir aquí pensé que eras diferente pero no.

— ¡No! Eso no, eso sería ser como mi padre —sus ojos se humedecen—Cómo sea esto es algo fuera de mis planes, no sé que hacer—pone sus dos manos en su cabeza en señal de desesperación.

SI eso me lo hubiera propuesto Háuser tal vez no estaría aquí suplicándole a un desconocido que tome a su hijo como suyo.

—Casarnos para que mi hijo tenga una familia, esa es la opción más obvia —trato de no temblar.

— ¿Casarnos? Pero tú y yo somos unos totales desconocidos ¿Qué podríamos hacer juntos? —me ve aterrado.

—Pero aun así estará seguro, con una familia quien lo defienda, quien lo proteja ¿No crees?

—Si pero…—exhala.

—Por favor si no me amas lo entiendo pero al menos ama a mi hijo es decir a nuestro hijo —trago saliva, tomo sus manos y lo miro a los ojos.

Le suplico, lo hago con sinceridad, aunque quisiera decirle la verdad, decirle que nos proteja que no tengo otra opción  más que pedirle que sea él quien nos proteja.

Él se queda callado, al igual que yo mantiene sus ojos humedecidos, no sé quien sea él pero de algo estoy segura él va hacer el papá de mi hijo aunque sea por elección.

— ¿Alguien más lo sabe? ¿Tus padres? —me suelta de las manos, se limpia sus lágrimas  para luego darme  la espalda.

—Mis padres me corrieron de casa, ellos se oponen a mi embarazo —digo sin pensarlo.

— ¿Qué? Ah no puede ser ¿Cómo rayos hicieron eso?

—Estoy sola, por eso he venido a buscarte —tomo su hombro y le doy la vuelta—Por favor ayúdame —frunzo los labios.

Él mete las manos a los bolsillos, después saca una de ellas la pasa por su nuca hasta que procede hablar.

—Está bien casémonos pero en secreto, mi madre no puede saber que me casare contigo, ella es muy fan de las clases sociales, discúlpame y sin ofender pero la manera en la que vistes y te ves parece ser que eres de clase baja o media, eso no me importa a mí pero a mi madre si, así que para que no evite que me case contigo y hacer lo correcto para no parecerme a mi padre,  nos casaremos en secreto—me explica a detalle.

—Si lo que tú digas ¿Cuándo nos casaremos?—sonrio de felicidad.

A estas alturas no me importa la manera en que me vea su madre, tratare de ganármela o soportar lo que sea con tal de proteger a mi bebè.

—Te cambio el rostro, es como si el alma te volviera al cuerpo —también sonríe.

—Ah es que saber que nuestro bebé va tener un papá como tú me hace feliz —sigo sonriendo.

—Te juro que a nuestro bebé no le va faltar amor, sin embargo debo ser claro contigo, tú  y yo no tenemos nada que ver, así que quiero dejar las cosas claras contigo, a pesar de estar casados habrá un contrato en el cual solo estará protegido nuestro bebé donde no me dejaras sin él, donde especule que tú y yo solo estaremos juntos hasta que el cumpla su mayoría de edad después de eso cada quien seguirá su camino, además de que los dos tengamos nuestra amorosa aparte, me refiero que a pesar de estar casados los dos podemos salir con quien quiéranos sin derecho a  reclamación, es decir no podrás usar eso en contra mía ¿De acuerdo? Ah y si alguien rompe contrato deberá pagar una cantidad de dinero o bien con cárcel.

—A mí solo me interesa el bienestar de mi bebé, solo quiero que este bien y que lo protejas de quien sea.

—De acuerdo—asiente con la cabeza— ¿Ya cenaste? Al parecer el bebé tiene hambre —mira mi estómago.

—Sí, es que no he comido—contesto apenada.

—Muy bien vamos a comer —camina hacia la que supongo que es su cocina.

Apenada camino detrás de él, tomo asiento en una de las sillas que hay cerca de la barra.

—El chef acaba de cocinar esto —destapa una de las bandejas de vidrio.

Ah m*****a sea que delicioso huele.

—Se ve delicioso —me saboreo, la verdad es que estas últimas semanas mis antojos van en aumento tras aumento.

—De acuerdo te serviré un poco —toma un plato y me sirve.

Parece pavo con verduras, pero no es cualquier pavo este se ve fino y elegante.

—Aquí tienes— deja el plato en la barra.

Sonrio, tomo un tenedor y pruebo ese delicioso platillo, ay por Dios jamás en mi vida había probado un platillo asì de delicioso, cierro mis ojos y disfruto cada bocado.

Cuando los abro, él me mira un poco desconcertado, la verdad es que durante estos días no he comido bien, una razón fue por falta de dinero y otra  por lo preocupada que estaba.

Minutos más tarde…

—Gracias estuvo delicioso—muerdo mis labios.

—Tienes un poco de comida aquí —pasa una servilleta por la comisura de mis labios.

—Gracias —digo con un poco de nervios.

— ¿Y puedo conocer el nombre de la madre de mi hijo? —cruza sus brazos.

—Ah es verdad, yo me llamo Noelia mucho gusto—extiendo mi mano.

—Edan Freeman—toma mi mano.

Tal y como la primera vez vuelvo a sentir esa corriente pasar por mi cuerpo, tanto que la piel se me eriza.

Su nombre es lindo lástima que su apellido sea Freeman menos mal que no llevan la misma sangre aunque pensándolo bien inconscientemente mi bebé si llevara el apellido de su verdadero padre aunque a decir verdad me da alegría que ahora su nuevo papá sea Edan y no Hauser.

—Mucho gusto Edan —le sonrio.

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