Un contrato

Veo mi reloj y es tardísimo rayos debía llegar antes de las doce para que asì no me sacaran hoy por la noche del hotel, rayos ahora qué hare hace mucho frio y no quiero enfermar.

Edan también ve su reloj al parecer él ya está cansado.

—Es tarde es mejor que descanses —se pone de pie.

—Si verdad —veo como él camina hacia la puerta.

Tomo mi bolso, salgo, lo veo y le sonrio.

— ¿Pasa algo? —arquea un poco las cejas.

—Bueno tú y yo no hemos hablado de ¿Cuándo nos casaremos? —digo apenada.

—Eso lo podemos hablar mañana, créeme que no me voy arrepentir, ahora que sé que seré papá voy cuidar mucho de ese bebé asì que no te preocupes no huiré.

—Ok —miro a mis alrededores.

— ¿Algo más que quieras decirme? —vuelve arquear las cejas.

—La verdad no tengo a donde ir, ayer se venció lo del hotel, y no tengo más dinero, mis padre como te dije me echaron de mi ¿Por favor déjame quedarme aquí? —mantengo mis ojos cerrados.

—Era eso, claro hay muchas recamaras en este lugar, pasa por favor—vuelvo a entrar.

Camino detrás de él. Me lleva a una de las recamaras a la que en cuanto entramos enciende la luz por si sola. Vaya sí que esto es lo último que me esperaba.

—Mira aquí te puedes quedar —apunta hacia la cama—Por allá está el baño y acá un closet ¿Tienes ropa?

—Se quedó en el hotel—paso mis manos hacia atrás.

—Muy bien, bueno hay una bata de baño, ahora traeré una pijama mía, quizás te quede grande pero al menos por hoy está bien—él sale de la recamara.

En tanto yo sigo mirando en la habitación la misma que es hermosa, cada detalle es perfecto siempre soñé con esto aunque nunca lo logre por mí misma lástima que ahora lo pueda disfrutar en estas circunstancias aunque yo soy aferrada prometo hacerme de una casa enorme claro eso será con mi propio esfuerzo.

—Aquí tienes—me da esa pijama en las manos.

—De verdad muchas gracias, no sabes lo mucho que te agradezco esto.

—Tranquila eres la madre de mi hijo y voy tratarte con respeto —me mira fijamente —Bueno que descanses—cierra la puerta y se va.

Me muevo de lugar ahora estoy en el baño, genial esto parece otra habitación miro ese jacuzzi, esa regadera, y ese enorme lavabo, camino hacia otra de las puertas, la abro y es un closet enorme, me quedo anonada por un momento en mi vida había mirado algo a pesar de que Háuser era rico jamás me llevo a su casa ahora entiendo porque solo era un juego para él.

Como sea olvidare eso, olvidare ese error lo juro que sí.

Esa misma noche…

Salgo del baño, quito esa bata tomo la pijama primero me pongo la camisa la cual huele delicioso, claro ese olor viene de Edan èl huele asì por eso es que reconocí ese olor de inmediato.

Como sea solo sigo cambiándome para al fin poder meterme a la cama, de verdad esta casa no deja de sorprenderme hasta la cama es perfecta.

—Bebé hoy dormiremos seguros y mejor que ayer, te prometo que me esforzare para darte la vida que mereces —toco mi vientre.

A la mañana siguiente…

Me muevo para el otro lado de la cama es ahí donde me doy cuenta de que tengo hambre, abro mis ojos y tomo mi celular.

Rayos son las doce de a medio día,  me reincorporo veo una bandeja de comida al parecer es el desayuno.

Tomo una nota que hay en una de las bandejas.

“Desayuna por el bien del bebé, te vi dormida asì que no quise despertarte, sin embargo hay cosas de que hablar te veo por la tarde” Atentamente Edan Fremman.

Ah de verdad me tiene que recordar ese apellido, en fin dejo esa nota para luego ponerme a desayunar.

A lo lejos se escucha la puerta, enseguida paso ese pedazo de pan y me escondo debajo de las sabanas.

Se escuchan pasos cada vez más cerca hasta que me destapan.

—Buenas tardes señorita soy Sam —ella me sonríe.

Es una señora de acaso unos cuarenta años.

Trago saliva ya que estoy demasiado temerosa últimamente.

—Tranquila me dijo Edan que tenía una amiga a la que debíamos atender, al igual que usted no podemos decir nada sobre su estancia en este lugar asì que no se preocupe aquí está segura—me comenta de forma amable—Soy la jefa de empleada de Edan soy una especia de Nana aunque no lo soy debido a que yo solo me encargo de velar por el bien de Edan, saber quién entra sale de su casa etc.

—Ok, yo soy Noelia —la saludo.

—Muy bien Noelia, toma Edan me encargo un cambio de ropa para ti, me dijo que te llevara a comprar más y que fuéramos por tus cosas a un lugar, asì que por favor prepárate para irnos.

—Pero yo ya tengo ropa.

—Si es como la que recogí esta mañana, es mejor que no vuelvas a ese estilo eres muy bonita por algo Edan pidió que compráramos ropa adecuada para ti —suspira —Te espero en diez minutos en la sala con permiso.

Frunzo el ceño mientras miro como ella sale de la habitación, y yo que quería ir a buscar trabajo creo que eso no podrá ser al menos por hoy, me levanto de la cama, tomo la ropa y me dirijo al baño.

Minutos más tarde…

Sí que parezco otra, de verdad que la ropa hace cambiar  a las personas, para hacerle justicia a esa ropa tan bonita peino mi cabello medio hasta verme mejor que con mi cabello despeinado.

Diez minutos después salgo de la habitación camino hacia Sam quien se sorprende al verme.

—Te quedo perfecto, Edan no se equivocó al darme las medidas, vamos—le pide a un señor que abra la puerta para asì poder salir de ese departamento.

Ese mismo día por la tarde…

Estoy muy cansada, la señora Sam conoce todas las tiendas de la ciudad puedo jurar que casi me llevo a todas.

Por fin hemos terminado con las tareas del joven Edan ni pensarlo debo hacer esto sí quiero que mi hijo este bien.

Finalmente hemos llegado al hotel del cual saco mis maletas y todo lo que deje en ese lugar, la verdad no quería venir ya que tengo miedo de que Hauser se aparezca por eso es que he apurado al chofer a meter todo e irnos,

Luego de meterme a la camioneta, observo para asegurarme que no nos siguen, al parecer Hauser aún no pone a que me vigilen, eso me parece perfecto porque para cuando me busque estaré casada con Edan y asì no podrá hacerme daño, después le hare creer que él bebe que tenemos es de Edan y mío solo asì me dejara tranquila.

Menos mal que hemos llegado, mis pies me arden y mi cintura duele mucho, entro al departamento, tomo asiento en el sofá y me quedo ahí hasta que Edan se aparece.

—Hola —él porta un traje.

Los días en los que lo vi vestía de manera casual y aunque se miraba muy bien con traje se ve mucho mejor.

—Hola —bajo los pies de la pequeña mesita.

—No te preocupes se ve que estas cansada—toma un cojín y pone mis pies en él—Así estarás mejor—Sam por favor dile al Chef que si ya termino se puede ir, debo hablar con la señorita a solas y por favor que mi madre no se entere de esto—dice sin dejar de mirarme a los ojos.

—Me parece perfecto joven lo que necesite no dude en decirlo con permiso —Sam se va.

Segundos más tarde veo a todos salir por la puerta principal, ahora estamos nuevamente él y yo solos.

Trago saliva parece como si él me fuera a decir algo que ay por favor Noelia él prometió no huir asì que tranquila me digo a mi misma después de tragar saliva.

—Muy bien es hora de hablar de nuestro casamiento, este será en las vegas será un matrimonio verdadero aunque habrá un contrato es decir matrimonio por contrato, tú eliges el vestido de novia, tus zapatos lo ocupes, nos casamos, volvemos y le decimos a mi madre ¿Alguna pregunta?

—Si. ¿Cuándo le diremos que estoy esperando un bebé? Digo es algo que no podremos ocultar durante mucho tiempo.

—Se lo diremos cuando cumplas dos meses asì si nace antes le diremos que se adelantó el parto o algo así

¡No! Eso no puedo permitirlo si dejo pasar más tiempo se notara además si hago todos sabrán que no es hijo de Edan ya que nacería mucho antes de tiempo mi plan era ese decir que se adelantó el parto.

—No podemos digo es que con mi síntomas no puedo, es inevitable digamos la verdad, sí que nos casamos por este bebé o lo que tú desees  pero por favor tenemos que decirle.

—Está bien veré la manera de decirle —asiente.

Respiro con alivio cuando lo escucho decir eso.

—Ve a dormir mañana saldremos a las vegas —se pone de pie para irse hacia su recamara.

Sonrio al verlo como se va, sé que no debería estar haciendo esto él es buena persona pero tampoco puedo exponerme.

A la mañana siguiente…

Son las ocho de la mañana recién he terminado de desayunar ahora me queda esperar a Edan quien después del desayuno se ha ido a arreglar algunos asuntos de su compañía.

Me he puesto de pie debo esperar a que Edan llegue mientras que eso sucede opto por tomar un poco de café y sentarme en la sala, apenas y he conseguido eso veo como Edan entra al departamento.

Como siempre me recibe con una sonrisa, después de eso le da el saco a Sam quien lo cuelga en un lugar adecuado.

— ¿Estas lista? —cuestiona mientras me ve a los ojos.

Dejo la taza de café en la pequeña mesa de enfrente después de eso me pongo de pie y asiento con la cabeza.

—De acuerdo, vamos el avión espera —me hace una seña para que pase sin embargo voy hacia mi recamara para tomar mi bolso e ir con él.

Ambos salimos del departamento, ambos vamos de camino hacia nuestro casamiento sinceramente siempre soñé con una  hermosa boda, un vestido largo, esponjado, y claramente en la playa.

Sonrio al imaginar eso, aunque en esta ocasión hay prioridades y ese es mi bebé toco mi estómago para sentirlo.

Horas más tarde…

En las vegas…

—Joven Edan Freeman acepta como esposa a la señorita Noelia Aguilera—comenta el juez.

—Acepto —dice sin rodeos.

—Señorita Noelia Aguilera, acepta al Joven Edan Freeman—me pregunta.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo