[SANTIAGO]
Días después
Creo que este es uno de los momentos más tristes que me está tocando vivir desde que he conocido a Azul. Después de intentar retrasar este instante la mayor cantidad de días posibles, me encuentro en el aeropuerto despidiéndola. Lamentablemente debe ir a Los Ángeles para resolver todos los asuntos de la empresa de su familia y yo... yo lamentablemente no podre ir con ella tengo algunos proyectos que presentar y no me he podido escapar de mis responsabilidades.
—¿Tienes idea de cuánto te extrañare? — Le digo a su oído mientras la abrazo en un rincón alejado en el aeropuerto para no molestar a la gente.
— Claro que si porque yo te extrañare de la misma forma o mucho más. — Me dice con sus ojos inundados de lágrimas.
Me cuesta demasiado verla así... me hace querer dejar todo en la
[AZUL]Abro mis ojos lentamente y la luz del lugar donde me encuentro me molesta demasiado 《¿Dónde estoy?》 Me pregunto a mí misma. Miro a mí alrededor y allí veo a Pedro mirándome con cara de preocupado, sigo mirando y de a poco reconozco la oficina que ha sido de mi padre.—Azul, ¿Te encuentras bien? — Me pregunta mientras sujeta mi mano —La ambulancia ya está de camino— Anuncia.— Estoy bien... No sé que me paso. No era necesario que llamaras a la ambulancia. — Le digo aun un poco débil.— ¿Como que no? Te desmayaste... — Me responde angustiado.— No paso nada, entiende que todo esto es muy fuerte para mí y además no he estado alimentándome muy bien estos últimos días. — Me excuso.— Bueno, de todas formas, están en camino y será mucho mejor que ellos
[AZUL]Salgo de la habitación luego de haberme duchado y cambiado de ropa, ysalgo hacia la sala donde esta Pedro esperándome.—Ya estoy lista. — Le digo acercándome a él.— Con todo respeto te ves muy linda. — Me halaga mientras se levanta del sofá y me observa.— Gracias... — Es lo único que se me ocurre responderle. No sé qué más decirle, apenas lo conozco. Decidosimplemente comenzar a caminar hacia la puerta mientras
[AZUL]Entro al edificio luego de que el chofer de la empresa pasara por mí al departamento. Tal como sucedió ayer todo el mundo en la recepción deja de hacer lo que estaban haciendo para esta vez saludarme y otros solo para observarme. La situación es un tanto incomoda, pero creo que tendré que acostumbrarme. Ya sabiendo donde está la oficina de Pedro esta vez me subo al elevador sola y recorro los pasillos hasta llegar a la puerta. Golpeo y él exclama que se puede pasar.—¡Buenos días, Azul! ¿Has podido descansar algo? — Me pregunta apenas e ve y mientras se levanta de su sillón y se acerca a mí para saludarme.— Algo he descansado, aunque dos días más de descanso no me hubieran venido nada mal. — Le digo riéndome.— Te comprendo perfectamente... — Comenta.— Si, pero como quiero regresarme lo antes pos
[AZUL]Estoy sentada en el piso con mis ojos enrojecidos por tanto llorar, aun no puedo creer que estuviera con Marina y por supuesto que no estaban solo hablando... no a esas horas de la madrugada en España. Me quiero morir, confié en él... me volví a enamorar y aquí estoy sufriendo. Por eso no creía en el amor, porque siempre sufrí enamorándome y después cuando no lo hice junto a Fernando, la vida se encargo de quitármelo.No sé cuantas horas han pasado, sigo en este pequeño rincón llorando y pensando en todo lo que he cambiado por él, por su supuesto amor; amor que no existe porque a la primera oportunidad que tuvo me engaño con su ex. Pensar que yo estaba por dejar todo por él... Pero ¡qué idiota he sido! Me grito a mí misma. ¿Cómo pude creer que podría amar, si sé tan bien que el amor no es para mí?
[SANTIAGO]Hace una semana que intento comunicarme con Azul, pero simplemente no responde a mis llamadas, a mis mensajes de texto, a mis whatsapp, ni Skype... en fin por ninguno de los tantos medios que existen hoy en día para comunicarse con alguien. Es más, hice una búsqueda en internet y encontré el número de la empresa, llame preguntando por ella y la recepcionista fue muy clara en decirme que no quiere hablar conmigo y que por favor no vuelva a molestar. Estoy pensando en viajar a Los Ángeles para enfrentar esta situación en persona, no puedo y no quiero perderla, ella es el amor de mi vida y lo sucedido con Marina no sé ni siquiera como explicarlo por qué no recuerdo nada. He intentado recordar que sucedió, pero es imposible.Tomo mi móvil y marco el número del estudio necesito hablar con el único que puede ayudarme, ahora y decirle que debo viajar a Los Ángele
[AZUL]Me pesan los ojos, pero la voz de Pedro hablando con alguien hace que me esfuerce para abrirlos. Cuando al fin lo logro Pedro se acerca a mi rápidamente — Azul, ¿cómo te encuentras? Vaya que me has asustado... — Dice mirándome como analizando mis gestos.— Me pesan mucho los ojos, me siento bastante débil, pero no es para tanto. — Le respondo intentando restarle importancia. —¿dónde estoy? — Cuestiono mientras miro a mi alrededor.— Estás en el hospital. Tuve que traerte aquí, es necesario que sepamos que te sucede, y viendo que no vendrías por tu propia cuenta le pedí a los paramédicos que te trajeran. — Me dice de forma sarcástica.— Ya te dije antes, de seguro que no es nada grave... ¿Con quien hablabas?—— Estaba hablando con mi hermana diciéndole que no lle
[SANTIAGO]La desesperación me gana y si bien recién llego de Madrid antes de ir a mi casa decido ir al edificio donde Azul tiene su piso, hablare con Lucia quizás ella sepa algo de Azul.El portero, qué ya me conoce me deja pasar y de inmediato tomo el elevador y al llegar me paro frente a su portal. Golpeo y al abrirme ella se queda sorprendida.— Santiago... Hola... ¿Qué haces aquí? — Me pregunta sorprendida.— Hola Lucia, espero que no te moleste que esté aquí. Yo estoy bien... Pero necesito tu ayuda ¿y tú?— Hablo casi en un monologo.— Yo bien, claro que no me molesta que estés aquí... ¿Como te puedo ayudar? — Me pregunta mientras me hace pasar a su casa.— Verás... Quería saber si por casualidad sabías algo de Azul. — Le pregunto tímidamente.Su rostro s
[SANTIAGO]Estoy acostado en la cama mirando al techo, pensando en que ella está en el cuarto de al lado y solo siento unas ganas inmensas de ir allí y hacerle el amor. La amo demasiado, pero ella no quiere mi cercanía. Al menos me ha perdonado, eso ya es bastante, pero si no puedo estar a su lado no sé si será suficiente para mi.Aún pienso en lo enorme que es este piso y en lo muy ostentoso que es, y me da miedo que está realidad sea la que le haya llevado a tomar la decisión de vivir aquí en Los Ángeles o si fue por mi culpa. Lo único que tengo en claro es que debo reconquistarla, no sé cómo lo haré, pero intentaré que me de una nueva oportunidad para demostrarle lo mucho que significa para mí.El viaje me ha agotado y poco a poco mis ojos se van cerrando haciendo que me olvide de todo por aunque sea unas horas.Al día siguiente&