La expresión de Paloma me dejo claro que no estaba feliz con el castigo impuesto por su padre.Roman le exigió una disculpa para mí. Lo hizo a regañadientes antes de desaparecer.El resto de la tarde la paso en su habitación luego del incidente. Irina, la tía de Paloma, se fue después del intercambio que tuvo con Roman. Es la hora de la cena y estoy sentada en el taburete de la cocina comiendo mi cena.Siento la mirada de Lola sobre mí, pero decido ignorarla.Si ella no quiere ser amable, yo tampoco lo seré. En cambio, Gail se sentó conmigo y hemos estado hablando sobre ella.—¿Has ido alguna vez a una noche de karaoke? — Inquiere antes de tomar un bocado de su fettuccine.Me rio.—No. Nunca he ido a un lugar así.—Vente conmigo este sábado por la noche —susurra —el domingo es mi día libre. Así que lo aprovecho para ir por unos tragos.—No lo sé —miro mi plato.—¡Venga! La vamos a pasar genial. —Insiste— Te prometo que vas a regresar a tu casa, sana y salvo.—Lo voy a pensar y te avis
No sé qué hago aquí. Por más que me negué. Sabía que debía acompañarlos. Así que me vestí cómoda para la ocasión y los seguí. Ahora estoy de pie mientras veo a Paloma reír en el carrusel mientras come de su algodón de azúcar. Le doy un sorbo a mi gaseosa y tomo asiento en uno de los bancos mientras Roman la mira de cerca. Su expresión es feliz. Ver a su hija divertirse debe ser un alivio para él. Cuando la atracción para. Paloma se baja con una enorme sonrisa antes de llegar a su padre y este la recibe con gusto. La escena me estruja un poco el corazón. Y por inercia me llevo la mano a la cadena donde descansa el anillo de Mike. —Te extraño —susurro como si él pudiera escucharme. —¿Podemos comer un hot dog? —inquiere Paloma mientras se acerca terminando su algodón de azúcar. —Claro y una indigesta estomacal —replica Roman. Reprimo mi carcajada. Y paloma hace una mueca de asco. —¿Por qué mejor no subimos a la montaña rusa? —¿No es muy chica? Roman niega. —Hay una en la que e
Paloma e Irina están en la habitación de la primera. Así que, después de una ducha rápida, ahora me siento mejor. Llevo puesto un vestido negro, a la altura de mis rodillas y encima, el apron.Me calzo unas bailarinas negras, me miro al espejo y no puedo evitar pensar en las palabras de Roman.—¿De verdad, Davina?Niego.Alejo mis pensamientos de mi jefe, el hombre que en definitiva no puedo pensar. Además, yo no estoy aquí para otra cosa que no sea ayudarlo con su hija.Sin embargo, no puedo negar que siento algo de curiosidad de saber quién es la invitada de Roman que ha hecho que Irina ponga cara de asco.Salgo de la habitación y no escucho algo fuera de lo común. El silencio predomina en esta enorme casa.Lo que me indica, que Roman debe de estar trabajando en su oficina o en el laboratorio.Esta mañana me sorprendí al enterarme de que, el hombre, si bien maneja una clínica de genética, lleva sus proyectos en un laboratorio privado que posee dentro de esta propiedad. Por eso la se
Han sido un par de días largos.Paloma ha cambiado su actitud serena y ha vuelto a su habitual rebeldía. Es como si las visitas de Irina marcaran un antes y un Después en el comportamiento de su sobrina.Sé que Roman lo nota y por más que hable con ella del asunto Paloma está en una actitud muy hostil. Yo intento ser paciente solo por el hecho de que Hoy comenzó la terapia con Roman y la nueva psicóloga.Espero que todo esto le ayude a poner límites y a Paloma mejorar su comportamiento.Miro la hora y mi día ha terminado. Así que, me voy por una ducha y quitarme el cansancio del día. Me relajo bajo el agua y Después de lavarme el cabello me siento relajada. Como aún es temprano decido bajar por una taza de té y leer un poco aquí arriba.Con mis pantalones y camiseta de franela como pijama y el cabello húmedo bajo a la cocina donde ya Gail y Lola no están. Mi relación con esta última es mínima. La mujer aún piensa que no voy a durar mucho aquí.Enciendo la luz de la cocina y enciendo l
La mañana siguiente me arreglo el cabello lo mejor que puedo. Cuando Paloma se vaya al colegio voy a poder salir y arreglar este desastre.Tengo mechones tintados y otros oscuros. Las raíces se ven muy claras.—Es un maldito desastre.Respiro profundo antes de salir lista para afrontar el día que espero sea mejor que ayer.No fue hasta pasadas las dos de la mañana que pude conciliar el sueño. No podía dejar de pensar en el beso de Roman. Aún podía sentir la calidez de sus labios sobre los míos.—Deja de pensar en él —digo deteniéndome fuera de la habitación de Paloma.Pongo la mano sobre la manilla y abro.—Buenos días, Paloma. Es hora de levantarte e ir al colegio —digo mirándola que está acostada en la cama mientras se remueve.Abre los ojos y cuando enfoca la mirada en mí, veo como abre los ojos sorprendidos ante mi aspecto.—Supongo que te pareció gracioso —murmuro antes de caminar hasta las cortinas y abrirlas.—Davina.—Se te hace tarde, Paloma.Ella me mira en silencio y asient
—Quedaste hermosa —dice Jerry, el estilista del centro comercial que visite echando mi cabello al frente para que vea el resultado.—Muchas gracias —sonrío satisfecha por el resultado.—Te sorprenderías lo que he visto en mis años como estilista —espeta —Ya sé cómo tratar con los desastres.Suspiro.—Te has ganado otra cliente más —espeto.Jerry no solo ha cubierto el desastre, sino que, me ha hecho un corte de cabello a la altura de mis hombros, ha dejado mis rizos muy definidos y brillantes.Jerry comienza a recoger todo dando tiempo a solas de admirar de nuevo el trabajo.Sencillamente, lo amo y ya quiero salir mañana y lucirlo.Me encuentro sonriendo ante la posibilidad.—Sí. Un día a la vez —susurro para mí.Pago la cuenta en el salón de belleza y mientras camino me topo con un bonito vestido coctel, color rojo, manga larga, de encaje.Es delicado y no sé, porque lo hago. Pero entro en la tienda y lo compro. Hace años no comprobada nada para mí así de hermoso.Son pequeñas cosas
Esta mañana he dejado la casa sin ver a Roman, al parecer no quiere verme.Ese pensamiento me ha perseguido durante todo el día. Deje a una huraña Paloma Después de desayunar. Sé que está molesta conmigo, al igual que con su padre por no poder asistir a la fiesta infantil esta tarde.Es la consecuencia de su travesura.Me detengo en medio de mi casa y respiro aliviada después de quitar un poco el polvo acumulado de la semana.Ahora me parecía aburrido estar sola. La compañía de Paloma, Gail y porque negarlo, Roman me hacían sentir mejor.Decido tomar un baño a conciencia y prepararme para la salida de esta noche. Gail me envió el nombre de un bar que está en el centro y la hora.Entro al baño y me detengo frente al espejo.—Solo es una salida—. Me digo.El sentimiento que en este tipo de ocasiones me ataca es la culpa. Es como si me sintiera culpable por tener la oportunidad de hacer algo que mi familia fallecida no puede.Salir a divertirme, ir a un lugar bonito. Ese tipo de cosas ge
Roman nos conduce a un bar a más adelante, después del incidente con el conocido de Gail.No debería sentirme bien con Roma junto a mí. Pero es así como me siento y creo que es el alcohol en mi sistema, pero ahora mismo no quiero pensar en lo que no sea disfrutar el momento.Sin soltar mi mano, este nos guía por el lugar y conseguimos una mesa al fondo. Tomo asiento mientras él se va a la barra por algo de beber.Eso me da el tiempo de apreciar a hombre. Es guapo, sexi y tiene unos ojos que me encantan.Suspiro.Ya no puedo negar que me gusta. Roman me gusta y me asusta al mismo tiempo. Por inercia llevo mi mano al cuello y toco el anillo de Mike atreves de la fina tela del vestido.Sonrío cuando veo a Roman regresar con una copa de vino y una cerveza.—¿Te sientes mejor?Asiento.—Sí. Solo creo que el malestar fue por la compañía de ese imbécil.Toma asiento junto a mí y la diferencia del sentimiento es abismal. Junto a Roger lo que sentía era incomodidad. Roman está sentado a escaso