Me senté en la sala de espera, en donde solo se escuchaba el tecleo del computador que ocupada chica y las agujas del reloj que se encontraba la pared.
Molestaba las heridas de mis manos y de vez en cuando quitaba el esmalte de mis uñas. Tenía un azul claro. Se aproximaba Halloween, tenía que ir con la época.
Mi padre salió del consultorio. Su rostro no estaba tan tenso como al principio. Yo me levanté de mi asiento para salir, dentro de poco las clases empezaban.
─ Muchas gracias por su tiempo. ─ Dijo el Sr. Roger despidiéndose de mi padre. Él no dijo nada sólo un asentimiento de cabeza y era todo.
─ Ambrosia, vámonos. – Ordenó mi padre mientras caminaba hacia la salida.
─ Tengo clases. ─ Respondí.
─ Ya di una orden. Vámonos.
─ Sr. Bridgers lo mejor seria que Ambrosia se quede. Está en su horario de clase y la semana pasada fue exámenes por lo que esta será retroalimentación. ─ Escuche la voz del Sr. Roger.
─ Com
25 DE OCTUBRE DEL 2015. Un día antes había llovido por lo que las calles estaban húmedas y el clima era frío. Era un 25 de octubre y mi amiga Alice, junto a mí cumplíamos el mismo día, sólo que yo era unas horas mayor que ella. Lastimosamente no habíamos disfrutado un cumpleaños en fin de semana por lo que ese día caía martes. Como de costumbre me levanté para ir a la escuela. Mi madre me hizo un rico desayuno, mi hermana me hizo una carta y mi padre me abrazó y me felicitó como siempre. No recuerdo mi padre tan afectivo. Sería raro si lo fuera. Salí de casa y justamente mi transporte llegaba. En ese tiempo estudiaba en una escuela que quedaba bastante lejos casa. Alice y yo nos encontrábamos en el camino, porque también vivía a unos minutos de casa. Alice y yo nos conocimos gracias a nuestros padres, el papá de ella era colega del mío y su madre se había vuelto bastante cercana a la mía, desde ese entonces celebrábamos todos los festejos jun
Las calles al estar mojadas y el bus por tener un mal mantenimiento en sus frenos sufrimos un accidente volcándonos y formando un caos en la carretera. Todo mi cuerpo dolía cada movimiento mortificaba mi cuerpo. Mi cabeza había tenido un gran impacto con el suelo que todo lo veía borroso y de esta salía sangré por el golpe. Me presioné la cabeza con mi mano para calmar el dolor cerrando los ojos con fuerza. Todo mi alrededor era confuso. Había muchas personas colgando de sus asientos, personas envueltas de sangre. Me espanté al instante y quise buscar a Alice. Ella no podía morir, no hoy. Quise levantarme y quitar algunos cuerpos que se encontraban encima de mí, pero uno de mis brazos, el derecho, estaba roto y mis costillas me dolían. Como pude me levanté, pero no sabía para donde ir. La salida y entrada del autobús estaban hechos pedazos, sólo existían las ventanas, pero mi cuerpo no cabía ahí, eran muy pequeñas aparte se asomaban trozos de vidrios que podí
25 DE OCTUBRE DEL 2021. Me desperté como de costumbré. Ya no necesitaba un despertador para levantarme a tiempo. Hoy había sido peculiar, los gritos de papá no me habían despertado. Él tenía la costumbre de gritar muchísimo antes que mi despertador sonara, pero hoy no había sido así. Tomé mi teléfono para apagar el despertador y la notificación de “Feliz cumpleaños Ambrosía” se vio al prender el teléfono. G****e me estaba felicitando. ─ ¡Feliz Cumpleaños Ambrousita! ─ Me abracé a mí misma acariciando mis brazos. No odio mi cumpleaños, pero tampoco es que ame mi cumpleaños. Superé la muerte de Alice, pero quedaron ciertos indicios conmigo. Al darme un brazo o un “Feliz cumpleaños” sólo malos recuerdos vienen hacia a mí, por tanto, el día que llega la fecha simplemente malas memorias se acercan y hacen que me desagrade ese día. De igual forma, ¿Merezco ser felicitado sólo por existir? ¿Y el resto del año qué? Según tu cumpleaños
En camino para coger el bus e ir al cementerio sentí un brazo rodear mi cuello y depositar un beso en mi cien. Tomé mi bolso con fuerza, para defenderme de ese sujeto. Había grandes posibilidades que fuera el hombre que me estaba acosando. ─ ¡Feliz cumpleaños Ambrouse! ─ Dijo Evan sobando mi hombro con la mano del brazo que tenía alrededor de mi cuerpo. ─ ¿Por qué no fuiste hoy a la escuela? ─ Pregunté acomodando mi bolso nuevamente a mi espalda. ─ Mi despertador no sonó, pero lo bueno es que ya estoy aquí, ¿No? Evan de alguna u otra forma alegraba mi día, la única razón por la que iba a la escuela era por él. ─ ¿A dónde iras? ─Preguntó Evan después de haberme acompañado por un largo camino. ─ ¿Después de haber camino un gran pedazo? Grande Evan. ─ Ironicé dándole unas palmaditas en su hombro. Él río por mi respuesta. Evan cambió su postura y su modo de caminar por uno mas elegante y arrogante.
Llegamos minutos antes de lo esperado. El viaje había sido rápido. Tenia dos conclusiones; el conductor había sobrepasado la velocidad o estaba tan dormida que no me di cuenta de nada. Luego me di cuenta que no era la única que me había quedado dormida, Evan también estaba a mi lado apoyando su cabeza sobre la mía abrazando mi mochila. Pensar que los pasajeros nos vieron de esa forma como una pareja hacía que me sonrojara. ─ Pss…Evan. Ya llegamos. ─ Le susurré a Evan para que despertara. Sacudía su cuerpo para espantarlo, pero no servía. No quería despabilar su sueño de una forma brusca, era muy molesto, pero éramos los únicos que estábamos en el bus y el conductor esperaba a que bajáramos, no quedaba otra alternativa. Estaba a punto de gritarle a Evan, pero no h**o necesidad porque él despertó como si saliese de una pesadilla. ─ ¿Llegamos? ─ Preguntó mirando a través de la ventana. ─ Ajam. ─ Le hice una ceña a que me siguiera y lo hizo.
Hoy se festejaba día de Halloween en la escuela. No era treinta y uno de octubre, pero sí un día antes. Me encontraba tirada en mi cama con mis extremidades completamente separadas. Básicamente estaba acostada en forma de estrella pensando en si ir o no ir a la fiesta de Halloween que estaba organizando la escuela. Los últimos días, después de mi cumpleaños y el beso que habíamos tenido Evan y yo, todo había sido completamente normal; Evan se comportaba conmigo igual que antes, pasábamos juntos la mayoría del tiempo, como antes. Quería tocarlo y que él me tocara a mí, pero no podía hacer nada si él no quería. Evan quería que yo fuese a la fiesta y lo acompañara, ya no había problema por Ruby y por su novio, ya todo estaba solucionado por lo que no había problema alguno. Y yo sabía eso, pero había cierto temor en mí y es que ellos tuviesen algún plan macabro y solo se estuviesen burlando de mí. De igual forma ni disfraz tenía. La respuesta ya est
Me levanté de mi puesto apagando el televisor y fui a mi habitación a ver qué me podía colocar y ese era el problema ahora, no sabía qué vestimenta podía colocarme en un cuerpo tan delgado. No tenía un gran físico, mis caderas, piernas y cinturas no eran tan marcadas, tenía un abdomen plano y cuerpo casi llegando a los huesos. Mi contextura no era así porque sufriera de algún trastorno alimenticio, había algunas veces que no comía, pero no por gusto, sencillamente se me olvidaba, sin embargo, eso no se puede llamar como tal. Tal vez un disfraz de vaquera no se vería mal, tenía la mayoría de las cosas que lleva un disfraz de vaquera, menos el sombrero. Llegué al cuarto de mi padre, a lo mejor él tenía un sombrero o incluso alguna decoración para mi disfraz. A papá no le gustaba que yo entrara a su habitación a menos que él me diera el permiso, pero no estaba ahora mismo en casa así que daba igual. Abrí la puerta del closet, mi padre tenía más ropa que
A pesar de tener menos de veintiséis grados encima mi cuerpo sudaba. Las sabanas se pegaban a mi cuerpo haciendo que no pudiera moverme con comodidad. Quité la sabana que cubría mi cuerpo tirándola hacia un lado, pude ver que cayó al piso. Me levanté abriendo los ojos de golpe. El no poder dormir me enfurecía. Miré mi cubre camas y estaba manchado por un color oscuro. Me había llegado el periodo. Salté de la cama para ir a cambiar mi ropa interior y lavar a esa hora de la madrugada. Al principio el foco del baño molestaba mis ojos, por lo que decidí tenerlo así un rato hasta que se normalizara. Abrí la puerta en donde tenía todo tipo de productos para el aseo personal, desde cremas hidratantes, exfoliadoras y demás. Nunca utilicé de hecho, quería hacerlo, pero se me olvidaba que tenía de esos en mi baño. La mayor parte del tiempo la pasaba estudiando, viendo I*******m, organizando mi habitación o viendo televisión eso hacía que se me olvidaba aplicarme esos productos