Las calles al estar mojadas y el bus por tener un mal mantenimiento en sus frenos sufrimos un accidente volcándonos y formando un caos en la carretera.
Todo mi cuerpo dolía cada movimiento mortificaba mi cuerpo. Mi cabeza había tenido un gran impacto con el suelo que todo lo veía borroso y de esta salía sangré por el golpe. Me presioné la cabeza con mi mano para calmar el dolor cerrando los ojos con fuerza.
Todo mi alrededor era confuso. Había muchas personas colgando de sus asientos, personas envueltas de sangre. Me espanté al instante y quise buscar a Alice. Ella no podía morir, no hoy.
Quise levantarme y quitar algunos cuerpos que se encontraban encima de mí, pero uno de mis brazos, el derecho, estaba roto y mis costillas me dolían. Como pude me levanté, pero no sabía para donde ir. La salida y entrada del autobús estaban hechos pedazos, sólo existían las ventanas, pero mi cuerpo no cabía ahí, eran muy pequeñas aparte se asomaban trozos de vidrios que podí
25 DE OCTUBRE DEL 2021. Me desperté como de costumbré. Ya no necesitaba un despertador para levantarme a tiempo. Hoy había sido peculiar, los gritos de papá no me habían despertado. Él tenía la costumbre de gritar muchísimo antes que mi despertador sonara, pero hoy no había sido así. Tomé mi teléfono para apagar el despertador y la notificación de “Feliz cumpleaños Ambrosía” se vio al prender el teléfono. G****e me estaba felicitando. ─ ¡Feliz Cumpleaños Ambrousita! ─ Me abracé a mí misma acariciando mis brazos. No odio mi cumpleaños, pero tampoco es que ame mi cumpleaños. Superé la muerte de Alice, pero quedaron ciertos indicios conmigo. Al darme un brazo o un “Feliz cumpleaños” sólo malos recuerdos vienen hacia a mí, por tanto, el día que llega la fecha simplemente malas memorias se acercan y hacen que me desagrade ese día. De igual forma, ¿Merezco ser felicitado sólo por existir? ¿Y el resto del año qué? Según tu cumpleaños
En camino para coger el bus e ir al cementerio sentí un brazo rodear mi cuello y depositar un beso en mi cien. Tomé mi bolso con fuerza, para defenderme de ese sujeto. Había grandes posibilidades que fuera el hombre que me estaba acosando. ─ ¡Feliz cumpleaños Ambrouse! ─ Dijo Evan sobando mi hombro con la mano del brazo que tenía alrededor de mi cuerpo. ─ ¿Por qué no fuiste hoy a la escuela? ─ Pregunté acomodando mi bolso nuevamente a mi espalda. ─ Mi despertador no sonó, pero lo bueno es que ya estoy aquí, ¿No? Evan de alguna u otra forma alegraba mi día, la única razón por la que iba a la escuela era por él. ─ ¿A dónde iras? ─Preguntó Evan después de haberme acompañado por un largo camino. ─ ¿Después de haber camino un gran pedazo? Grande Evan. ─ Ironicé dándole unas palmaditas en su hombro. Él río por mi respuesta. Evan cambió su postura y su modo de caminar por uno mas elegante y arrogante.
Llegamos minutos antes de lo esperado. El viaje había sido rápido. Tenia dos conclusiones; el conductor había sobrepasado la velocidad o estaba tan dormida que no me di cuenta de nada. Luego me di cuenta que no era la única que me había quedado dormida, Evan también estaba a mi lado apoyando su cabeza sobre la mía abrazando mi mochila. Pensar que los pasajeros nos vieron de esa forma como una pareja hacía que me sonrojara. ─ Pss…Evan. Ya llegamos. ─ Le susurré a Evan para que despertara. Sacudía su cuerpo para espantarlo, pero no servía. No quería despabilar su sueño de una forma brusca, era muy molesto, pero éramos los únicos que estábamos en el bus y el conductor esperaba a que bajáramos, no quedaba otra alternativa. Estaba a punto de gritarle a Evan, pero no h**o necesidad porque él despertó como si saliese de una pesadilla. ─ ¿Llegamos? ─ Preguntó mirando a través de la ventana. ─ Ajam. ─ Le hice una ceña a que me siguiera y lo hizo.
Hoy se festejaba día de Halloween en la escuela. No era treinta y uno de octubre, pero sí un día antes. Me encontraba tirada en mi cama con mis extremidades completamente separadas. Básicamente estaba acostada en forma de estrella pensando en si ir o no ir a la fiesta de Halloween que estaba organizando la escuela. Los últimos días, después de mi cumpleaños y el beso que habíamos tenido Evan y yo, todo había sido completamente normal; Evan se comportaba conmigo igual que antes, pasábamos juntos la mayoría del tiempo, como antes. Quería tocarlo y que él me tocara a mí, pero no podía hacer nada si él no quería. Evan quería que yo fuese a la fiesta y lo acompañara, ya no había problema por Ruby y por su novio, ya todo estaba solucionado por lo que no había problema alguno. Y yo sabía eso, pero había cierto temor en mí y es que ellos tuviesen algún plan macabro y solo se estuviesen burlando de mí. De igual forma ni disfraz tenía. La respuesta ya est
Me levanté de mi puesto apagando el televisor y fui a mi habitación a ver qué me podía colocar y ese era el problema ahora, no sabía qué vestimenta podía colocarme en un cuerpo tan delgado. No tenía un gran físico, mis caderas, piernas y cinturas no eran tan marcadas, tenía un abdomen plano y cuerpo casi llegando a los huesos. Mi contextura no era así porque sufriera de algún trastorno alimenticio, había algunas veces que no comía, pero no por gusto, sencillamente se me olvidaba, sin embargo, eso no se puede llamar como tal. Tal vez un disfraz de vaquera no se vería mal, tenía la mayoría de las cosas que lleva un disfraz de vaquera, menos el sombrero. Llegué al cuarto de mi padre, a lo mejor él tenía un sombrero o incluso alguna decoración para mi disfraz. A papá no le gustaba que yo entrara a su habitación a menos que él me diera el permiso, pero no estaba ahora mismo en casa así que daba igual. Abrí la puerta del closet, mi padre tenía más ropa que
A pesar de tener menos de veintiséis grados encima mi cuerpo sudaba. Las sabanas se pegaban a mi cuerpo haciendo que no pudiera moverme con comodidad. Quité la sabana que cubría mi cuerpo tirándola hacia un lado, pude ver que cayó al piso. Me levanté abriendo los ojos de golpe. El no poder dormir me enfurecía. Miré mi cubre camas y estaba manchado por un color oscuro. Me había llegado el periodo. Salté de la cama para ir a cambiar mi ropa interior y lavar a esa hora de la madrugada. Al principio el foco del baño molestaba mis ojos, por lo que decidí tenerlo así un rato hasta que se normalizara. Abrí la puerta en donde tenía todo tipo de productos para el aseo personal, desde cremas hidratantes, exfoliadoras y demás. Nunca utilicé de hecho, quería hacerlo, pero se me olvidaba que tenía de esos en mi baño. La mayor parte del tiempo la pasaba estudiando, viendo I*******m, organizando mi habitación o viendo televisión eso hacía que se me olvidaba aplicarme esos productos
No dejamos de bailar hasta el ultimo segundo de la canción. Cuando nos dimos cuenta de lo que estaba sucediendo ya estábamos en nuestro propio mar rojo. Yo me tiré en la cama para volver a tomar aire, Evan siguió mis pasos. Yo lo volteé a mirar para sonreírle, bailaba tan bien o quizás mejor que mis pensamientos. Después de tomar el suficiente aire Evan se volteó posando su cuerpo hacia mi dirección. ─ Ambrosía, eres tan hermosa que es fácil admirarte a la distancia… ─ Empezó mirándome directamente a los ojos hundiéndome en ellos. No era azul, ni verdes y mucho menos grises, eran negros lo que causaba cierta fascinación en mí Estiró su mano hacia mi cuerpo justamente en mi brazo que estaba descubierto, sólo tenía una blusita de tirantes. ─ Eres tan suave… ─ Continuó. Su mano bajaba de un lugar a otro sobando lentamente esa parte, me causaba cierto cosquilleo en esa zona, pero era tan agradable que me gustaría detener el tiempo y que él
Evan se fue al amanecer. No estuve consiente cuando se fue, sólo me dijo “Descansa linda” un beso en la frente y salió de casa porque sentí la puerta cerrar, ni si quiera me importó si había dejado la puerta mal cerrada, sólo quería dormir, estaba muy cansada y simplemente quería dormir. Me había gustado mi Halloween; Los toques de Evan, los besos y las miradas fueron los momentos que mi mente capturó porque cada vez que cierro los ojos aún puedo recordar su lengua jugando con la mía, sus acaricias y las miradas penetrantes. Evan me había hecho sentir especial de todas las formas en las que una persona se puede sentir especial. Me hizo sentir como la estrella más radiante e importante del universo. Me trató como la flor más bella y la mariposa más débil. Me hizo sentir como el color más hermoso que el ser humano puede apreciar e incluso el cuadro más artístico que alguna vez un pintor vaya a crear. Me enseñó que la noche no sólo se disfruta durmiendo. Evan me adoró y yo lo a