Capítulo 58

Vítor

Después de dejar el contrato en su habitación, bajé las escaleras. Parecían largas y empinadas. No sé por qué me sentía mal y no entendía su cambio de humor. Intenté convencerme de que no era culpa mía... Pero tenía que hacer algo. No podía dejar que Bernardo le hablara así. Me estaba molestando demasiado. ¡Maldita sea! Llegué al salón y me senté en el sofá. Ni siquiera quería ir al comedor, creo que había perdido el apetito... Pronto vi que María se acercaba, preguntando si podía poner otro plato en la mesa. Dejé escapar un suspiro pesado, luego me incliné hacia delante y dije:

- No hace falta. Vengo de la habitación de Sophia...

- ¿No va a bajar? - preguntó. La miré, que esperaba mi respuesta.

- No. No quiere bajar. Puedes llevarle la cena a su habitación más tarde, porque no tengo apetito... -Estaba a punto de amenazar con levantarme cuando recordé su ropa en el coche. - Ah, se me olvidaba. La ropa de Sophia está en mi coche, cógela y llévala a su habitación. - Le sugerí que
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