Vítor
Estábamos en la carretera y mi hermano pequeño conducía, hasta que paró en el semáforo, que se puso en rojo.
- Estoy deseando llegar pronto a casa, darme un buen baño en mi hidro y luego tumbarme en mi preciosa cama. - Me apoyé en la parte trasera del coche. - No olvides lo que dijo el médico, tienes que descansar -me recordó mi hermano que ahora tenía que quedarme en la cama. Resoplé. - Ya que tengo que quedarme en cama, estoy pensando en invitar a esa rubia a casa. ¿Qué te parece? - Giré la cara para mirar a mi hermano. Él arqueó una ceja. - '¡Qué tontería es esa, Vitor! ¡Descanso absoluto! ¿No has oído lo que acabo de decir? - enfatizó, mirándome fijamente. - Sí, ¿pero ni siquiera puedo follar? Estás de brSophiaEstaba delante de mí y no me lo podía creer. Y es tan guapo, se parecía a esos actores que se ven en las películas.- Le saludé. ¿No me has oído? - me preguntó.Me quedé en silencio. Estoy en estado de shock. Como un tipo de este tamaño, bueno, va bien vestido, lleva un traje negro, camisa blanca y corbata negra. Y también lleva pantalones negros, el pelo un poco rizado de color castaño y los ojos marrones. Y no deja de mirarme. Luego se sentó a mi lado. Inmediatamente levanté la ceja. - ¿Qué? ¿Está bien que me siente aquí? - preguntó mirándome. Su mirada era dulce y su voz suave y aterciopelada, muy agradable de escuchar. Sentí que todo mi cuerpo se estremecía.- Maldita sea Vitor, ¿por qué tanta prisa?Miré hac
SophiaCaminaba de vuelta a la plaza con este chico. Vale, es muy guapo, lo confieso. Pero no podía dejar que se burlara de mí y de cómo no dejaba de mirarme. Incluso me ha dicho que soy guapa, pero tengo curiosidad porque me ha dicho que tiene una proposición que hacerme. Me pregunto qué será. Seguí caminando y volví la cara hacia atrás y él me saludó con la mano. Inmediatamente volví a mirar hacia delante y me sentí un poco avergonzada. No puedo explicarlo... Por la forma en que me mira, siento que me arde la cara. En cuanto llegamos a la plaza, el otro chico que estaba con la morena estaba allí esperándole. La morena se puso a mi lado.- Por favor, siéntate para que podamos hablar. - Señaló el banco de madera. Su voz era dulce y suave. Le miré y luego me acerqué al banco y me senté. Me di
SophiaEstaba frente a ese bastardo. Sabía que la propuesta que iba a ofrecerme no podía ser buena. Estoy enfadada... conmigo misma. Y vienes con eso... Sería muy difícil creerlo. Siguió mirándome con la mano en la cara, también después de la bofetada que le di. Luego entró el otro tipo que estaba con nosotros en la plaza, me miraban fijamente.¿Sabes qué? Será mejor que me vaya. No hay nada que me retenga aquí. Le di la espalda y, mientras caminaba, apareció de repente delante de mí, justo delante de mí. Su semblante era serio. Hasta... ¡Qué absurdo, Sofía! Pero me está pareciendo muy sensual, me hace hervir el cuerpo. Es extraño, nunca me había sentido así, ni siquiera por Thomas.- ¿Adónde vas? - preguntó mirándome fijamente.<
SophiaSacó el móvil que llevaba en el bolsillo y me lo dio. Me quedé mirándole mientras sostenía el móvil. No puedo creer que esté haciendo esto. ¿Me está dando su móvil?- ¿Qué haces, Vitor? - preguntó el otro hombre. Estaba de pie junto a la morena.- ¿Tú qué crees? Le estoy dando mi móvil -dijo lo más tranquilo que pudo, y luego se volvió hacia mí-. - Cógelo. Mañana te llamaré a ese móvil, ¡ahora es tuyo! - Levantó la mano con el móvil hacia mí.- Yo... No...", empecé a balbucear. Bajé la cabeza y le di la espalda. Entonces pasó por delante de mí.- "¿Por qué no? Te lo regalo", sugirió. Levanté la cabeza.- No sé..." Volví
SophiaEstábamos en la carretera y todo estaba tranquilo. Seguimos hablando hasta que llegamos a un centro comercial al que me dijo que me iba a llevar, al principio me daba un poco de miedo subirme al coche. Había dos tíos y no sabía lo que iban a hacer....He visto periódicos en los que las mujeres suben al coche para que las lleven, por ejemplo, y ocurre una tragedia, pero con Vitor no me lo explico... Siento que puedo confiar en él.... Miré por la ventanilla del coche y me di cuenta de que íbamos a Barra da Tijuca. Maldición, ¡estaba lejos de casa! ¿Adónde me llevaba? Empecé a preocuparme. Creo que se dio cuenta de mi semblante.- Sophia, ¿estás bien? - me preguntó. Entonces volví la cara hacia él.- "Sí... lo estoy..." respondí, mirando al frente, a la carretera.- 'No lo e
SophiaEl camarero vino a nuestra mesa trayendo el vino que Vitor había pedido. En cuanto llegó a nuestra mesa con el vino y las copas, colocó las copas en la mesa y luego abrió el vino con un sacacorchos, después nos sirvió. Cuando terminó de servir, dejó la botella en la mesa, porque Vitor la había pedido. Luego se dio la vuelta y se fue. Miré a Vitor, que saboreaba su vino, y luego siguió hablando con el otro hombre que estaba sentado con nosotros. Le oí llamarle hermano. Rápidamente lo miré y noté el parecido físico, son parecidos, pero sólo en apariencia, porque la personalidad es muy diferente. Así lo noté yo. Vitor fue educado y atento todo el tiempo, aunque antes pensaba que se burlaba de mí por mi peso, pero ahora es diferente, incluso me tomó de la mano y ni siquiera le importó que otras personas
VitorMientras el camarero nos servía, no dejaba de mirar a Sofía. Parecía inquieta, supongo que este tipo de lugares no forman parte de su mundo. Me di cuenta por lo poco que hablamos en el coche mientras no llegábamos. Es trabajadora, ayuda a sus abuelos con el dinero que saca, bueno, que sacaba de su antiguo trabajo, era camarera. Dijo que era como una pensión, trabajaba de día y de noche es una pizzería, algo así. Pero no me importa. Lo importante es que está en paro, y acabó aceptando mi propuesta. Ahora tengo que convencerla para llevarla a la cama y sentir ese cuerpo. Sólo de imaginarla desnuda encima de mí botando, sintiendo su sexo húmedo y mi miembro dentro de ella, hasta me falta el aire y mi "chico" ya está tieso.Aparté ese pensamiento... Delicioso... Y miré a mi hermano pequeño con la cara desencajada, sé que est&
VítorYo estaba allí delante de aquel camarero tirado en el suelo por el puñetazo que le había dado. Pronto llegó mi hermano, que se puso a mi lado y luego miró al camarero que estaba en el suelo con la mano en la cara.- ¿Qué has hecho, Vitor? - preguntó y se dio la vuelta, mirándome asombrado.- ¿Es que no ves? ¿O te has quedado ciego después de beber un vaso de vino? - Señalé al camarero lo que había hecho. - No creo que debas beber más..." Le levanté la mano en el aire.- "¡Deja de decir gilipolleces! No estoy ciego, veo lo que hiciste. ¿Pero lo necesitabas? - preguntó mirándome fijamente y yo lo ignoré y volví mi atención al camarero, que intentaba levantarse. Levantándose, me miró con la mano en la cara.- ¿Está