Después de haber “festejado” con Dominico, lo que consistió, básicamente, en verlo hablar toda la noche sobre cuánto podrían lograr “blanquear” en Estados Unidos con ese negocio, mientras él bebía indiscriminadamente y Jonathan se encargaba de vigilarla y darle algo de comer, Nicole consiguió volver a su cuarto a eso de las dos de la madrugada. Jonathan se fue con ella y, para su sorpresa, en el cuarto de Nicole estaba Jhania en ese momento con una sonrisa de oreja a oreja y diciéndole que no tenía mucho tiempo, pero que quería hablar con ella.—¡Cuéntame todo! —exclamó emocionada, pero manteniendo un tono de voz bajo y Nicole no pudo evitar sentir mucha alegría de poder hablar con una amiga.—¡Me comprará el teléfono! —contó con alegría la pelirroja, sentándose con su amiga y empezando a contarle todo lo que había pasado con lujo de detalles. Ella primero se emocionó muchísimo cuando le contó lo de Logan, pero luego su semblante cambió un poco cuando escuchó que Dominico había apunta
Lo primero que quería después de tantas cosas complicadas era hablar con su familia, así que finalmente, tras haberse retirado Jhania y Jonathan, Nicole tomó un rápido baño y se acostó en su cama para saca nuevamente su teléfono y marcó el número de su casa, algo que ya bien conocía. Estaba totalmente emocionada de poder por fin hablar con su padre y su hermana, no le importó demasiado la hora, porque sabía que estarían despiertos y en casa, pero sí le pareció importante hablarles con cautela.El tono en el teléfono y la larga espera la estaba inquietando un poco, pues nunca demoraban tanto en contestar, hasta que…—¿Bueno? —inquirió una voz del otro lado del teléfono y Nicole no pudo evitar sonreír.—Hola, Andrea, ¿cómo estás? Te he extrañado muchísimo —habló casi sin pensar, pero la voz de su hermana había sido muy gratificante.Un chillido casi asustado y un sonido de plástico golpeando el piso la alertó de que su hermana se había asustado con las palabras de Nicole, quien no pudo
Estaba demasiado nerviosa cuando se dio cuenta de que se había enloquecido. La desesperación de tanto tiempo sin desinhibirse con alguien que acababa de conocer y sospechaba que eso podría no haberle gustado a Logan. Lo miró con nerviosismo, queriendo hablarle sobre lo que sentía, pero tampoco estaba tan segura de qué decir, pues al final era sólo una aventura.—¡Ay, no! —exclamó Nicole llevándose las manos a las mejillas—. Perdón —dijo seguidamente, con voz nerviosa e intentando mantener su mirada en el agua.—Eh… soy yo quien lo siente. No pude contenerme al sentir que te movías de esa forma. —Él intentó acercarse algo tambaleante y Nicole lo miró por fin, mientras bajaba sus manos para llevarlas al rostro de Logan, que no quería mirarla—. Yo… no me imaginé que pasaría esto y fue muy… ¿alocado?Por fin ella lo obligó a verla y él parecía un gatito asustadizo, lo que la llenó de ternura.—Perdón. Yo no soy así, pero tenía muchos años pensando que mi libido ya no existía y contigo des
—¡Bienvenida seas a tu nueva casa, mi reina! —exclamó esa voz despreciable y asquerosa que la llamaba a bajarse del vehículo, una Range Rover negra que la había dejado en el medio de la nada, un lugar en el que ni siquiera estaba del todo segura de la ubicación.Abrió la puerta con cautela y bajó ante la atenta mirada de varios hombres. Todos ellos con ropas de trabajo y un tanto sudados, haciendo que la chica hiciera una ligera mueca de asco. Se quitaron sus sombreros y la saludaron diciendo cosas como: “Que bella es la nueva patroncita”. Y ella sólo pudo mirar con desprecio al hombre asqueroso frente a ella, quien había pronunciado las anteriores palabras: Dominico Ibusquiza, el hombre que ahora era su propietario.—¡Usted sólo pida por esa boquita y se le dará lo que usted quiera, mi reina! —continuó explicando emocionado o más bien, casi exaltado, Dominico, quien notoriamente tenía una gran diferencia de edad con ella.Y sí, se trataba de un hombre de unos 50 años, con arrugas en
Después de conocer la casa central de la hacienda e instalarse en su cuarto, Nicole había ido a comer con su “futuro esposo”, quien prácticamente había estado hablando durante toda la comida sobre lo grande que era la hacienda, hasta dónde se extendía y las características de los terrenos. Dicho sea de paso, jamás alguien le había hablado tanto de vacas, toros, caballos y otros animales de hacienda… ¿qué le pasaba a ese sujeto que creía que cualquiera de esas cosas podría impresionarla?Otra cosa que no había agradado demasiado a Nicole era el hecho de que Dominico hablaba, hablaba y hablaba, parecía no cansarse en ningún momento de hablar. Mientras tanto, ella sólo escuchaba atentamente, asintiendo casi con desgano la mayoría de las ocasiones.—Sé que quizás necesites tiempo para adaptarte, mi reina, pero tranquila, que la boda no será todavía. Aunque me gustaría probar un poco de ti, mi amor —señaló de repente, haciendo que la pelirroja sudara frío con esas palabras. Ella definitiva
Después de las compras, Jonathan había estado visitándola para explicarle cómo hacerse tratamientos faciales y había dedicado varias horas uno de los siguientes días para extraer todos los puntos negros que tenía en la cara. Jamás había tenido una rutina de skin care y de repente ahora tenía su propio asistente de belleza que había logrado hacerla sentir mucho más bella de lo que alguna vez había pensado que era.Era sorprendente que hubiera empezado a interactuar tanto con alguien que recién conocía, y más sorprendente aún pensar que se podía llegar a sentir “cómoda” en una hacienda de narcotraficantes. El único problema era que después volvía a recordar en dónde se encontraba, y de quién era prisionera y eso simplemente la hacía enojar y sentir deseos de alejarse de todo.Pero la sorpresa más grande se la llevó día miércoles, cuando su estilista llegó temprano, como siempre, y, en lugar de atenderla físicamente, le dijo que se vistiera cómoda y con ropa vieja preferiblemente. Ella s
La semana transcurrió un poco más normal para Nicole, quien ya iba habituándose más a la vida en la hacienda. Ya entendía más o menos los “protocolos” que tenía que seguir día a día, y había conseguido llevarse un poco mejor con Jonathan desde que estaba llevándola a hacer experimentos con Jhania. Lo anterior la tranquilizaba mucho, ya que sentía que había personas en las que confiar, pero al mismo tiempo le generaba mucho temor, pues seguía en el territorio de ese despreciable hombre. Por increíble que pareciera, empezaba a entender cómo debían ser los procesos para la elaboración de metanfetaminas y de LSD, que eran las drogas de las que Jhania se encargaba, pero la farmacéutica también le había empezado a enseñar sobre los pasos iniciales necesarios para elaborar medicamentos de uso común, en donde se planteaba enseñarle a crear paracetamol, dipirona e ibuprofeno, en principio. Por otro lado, también se había ofrecido a enseñarle algunos otros “trucos” que podrían servirle en su dí
Al día siguiente, aproximadamente a las 09:00 horas, apareció en su habitación una de las mucamas a despertarla y 15 minutos después Jonathan para abrir la ventana, logrando que se removiera en la cama con obstinación. La noche anterior se había dormido tarde por todo el asco que sintió de sí misma después de lo que había hecho.—¡A levantarse de la cama, mi ciela! La mucama me dijo que no quisiste salir de ahí cuando vino, así que decidí venir yo mismo. Hay mucho por hacerte. —Dicho esto empezó a caminar por la habitación sacando y revisando todas las cosas. También empezó a repasar el armario.—¡Ay, no! —se quejó Nicole tapándose con la sábana para que el sol no la incomodara. Pero momentos después el hombre también le quitó la sábana.—Vamos, mi ciela, en menos de 15 minutos viene la esteticista a depilarte todita, mi amor, así que tienes que estar bañadita —expresó dando unos aplausos apremiantes.La pelirroja quiso protestar, pero Jonathan la cargó y la dejó en la puerta del baño