[GERRARD]
He dado muchas presentaciones en mi vida, he hablado frente a funcionarios políticos, jeques árabes, empresarios de igual o mayor importancia que yo, e incluso frente a profesores que juzgaron mi investigación, pero sin duda alguna, esta será la por conversación o presentación, o como sea que se llame esto, que tendré en mi vida. Sabía muy bien que Alenka no era sola, que ella “venía” con Alai por llamarlo así, y no es que me de miedo el hecho de que haya una niña en medio de nuestra relación, sino que ella no me quiera y por tal motivo su madre decida no seguir con esto.
—¿Listo?— Me pregunta ella una vez que los dos ya estamos vestidos y asiento a pesar de que las dudas me ganen para que ella pueda abrir las puertas y así salgamos de la habitación —Te ves nervioso, diría que más que cuando v
[GERRARD]Después de haber dejado a Alai con la niñera, Alenka y yo pasamos por mi casa para que me cambiara de ropa, y luego hemos venido a la empresa. Los dos sabemos muy bien que lo más probable es que al cruzar aquellas puertas, nos encontremos con la mirada de todos sobre nosotros mientras que se preguntan si lo que han leído es cierto o no. En este instante, tenemos la opción de hacernos los tontos y decir que todo fue un simple chisme, o afrontar la verdad de una vez. Por supuesto que hemos elegido ir con la verdad ya que no le encontramos ningún tipo de sentido a ocultarnos, mucho menos después de que Alai ya este al tanto de todo. Por ende, aquí estamos, dándonos una ultima mirada cómplice antes de que yo baje del auto.Una vez que bajo, voy del lado del pasajero, abro su puerta, y le ofrezco mi mano para ayudarle a bajar mientras que noto como los empleados que caminan por la
[GERRARD]—¿Puedo preguntar que haces aquí?— Le cuestiono a mi madre mientras que Alenka cierra la puerta y luego se acerca a mi para que juntos caminemos hasta sentarnos en el sofá que esta opuesto al que mi madre esta sentada.Ella mueve su cabello castaño hasta el hombro acomodándolo y mira a Alenka como analizando cada detalle de ella —Vine a conocer a la mujer que ha hecho que tu vida privada se convirtiera en el centro de todos los chismes de la ciudad ¿acaso esta mal?— Pregunta en un tono sarcástico.—No tenias que molestarte, pensaba invitarte a ti y a papá a una cena para que la conocieran en estos días— Contesto muy seguro y siento como Alenka me da una leve caricia en la espalda como pidiéndome que me tranquilice.—¿Te das cuenta de que todos están hablando de ti?— Inquiere.Respiro profundo &m
[GERRARD]Después de la visita inesperada de mi madre, y de haber pasado todo el día siendo observados por los empleados de la empresa a cada paso que dábamos, Alenka y yo regresamos a su casa para cumplir la promesa que tengo con Alai. Hemos conversado mucho acerca de que hacer o como actuar después de que la noticia de nuestra relación se volviera un tema popular, y hemos concluido que por ahora dejaremos que la gente hable.Confirmar lo que ya saben, solo sería ponernos más peso sobre los hombros y tener que asumir nuestra relación de una manera diferente, un para que le quizás no estemos listos ya que significaría tener el peso de la prensa y de toda la gente que nos rodea sobre nosotros. Todo eso sin contar que primero deberíamos hablar con su familia y reunirnos con mis padres tal y como hemos acordado. No nos queremos apresurar en nada, y mucho menos cometer errores que puedan perjudica
[ALENKA]Veo la imagen de mi pequeña sentada a la mesa con Gerrard disfrutando de un exquisito helado de chocolate, y es imposible no emocionarme. Con Victor nunca tuvo esa conexión, solo se venía en sus cumpleaños y por compromiso salían a una parque a comer helado, pero esto es diferente. El hombre que tengo frente a mi habla con ella, le sigue la corriente con las historias que ella se inventa, y ríe como si de verdad todo esto le gustara. Tal vez él siempre ha tenido ese instinto paternal y lo saca a relucir con mi hija, no lo sé.—¿Estas bien?— Me interrumpe su voz al darse cuenta de que me he quedado en una nebulosa.Asiento y como otra cuchara de mi helado —Solo los escucho— Me justifico.Él vuelve a mirar a Alai y le ayuda con su helado —¿Te gustan los caballos?— Le pregunta con entusiasmo y solo con ver la cara que ha puesto mi hija, G
[GERRARD] Irme de la casa de Alenka fue todo un reto. Si hubiese sido por mí me hubiese quedado a pasar la noche para continuar disfrutando de su presencia, pero también entiendo que debemos ir de a poco. Conduzco rumbo a mi casa, cuando de pronto suena mi teléfono y al ver el nombre de mi mejor amigo de toda la vida en la pantalla del auto, pulso el botón de contestar. —Nicolas, ¿y ese milagro?— Respondo con un tono burlón y lo primero que escucho es su risa. —Ya sabes, siempre que regreso de mi largos viajes trato de acordarme de quienes no se acuerdan de mi— Bromea. —Aha…— Digo sarcástico. —¿Puedes juntarte en el bar de siempre? Tengo algunas cosas que contarte— Me propone. —Yo también tengo que contarte algunas cosas, ¿Te parece en veinte minutos? ¿Puedes?— Sugiero. —Estoy a diez minutos del bar, te veo ahí— Contesta sin rodeos. —Dale, nos vemos— Digo y termino la llamada para emprender camino hacia el bar. […] Apenas entro a Joshua’s Tree, ahí lo veo a Nicolas sentado fr
[ALENKA]Al día siguiente: 26 de abrilEntrar a la empresa siendo el centro de atención de todas las miradas no es algo que me agrade mucho, pero tampoco puedo ir pidiéndole a cada persona que no me mire así, después de todo sabía a la perfección que iniciar una relación con Gerrard traería consecuencias como estas. Hago mi mejor esfuerzo por normalizar esta situación, y me subo al elevador para ir a mi oficina, pero otras dos personas suben conmigo y por consecuencia la situación se vuelve un tanto extraña ya que son dos mujeres y me miran de pies a cabeza como buscando algo en mí. Hago mi mejor esfuerzo por ignorarlas y no sentirme intimidada, pero es casi imposible. —¿Es ella? ¿No?— Le pregunta una a la otra en un susurro.Miro hacia el suelo como tratando de esconderme, pero es imposible —Si, es ella… mira que tiene suerte ¿eh?— Responde la otra y en un acto de piedad, las puertas del elevador se abren dos pisos antes del mío y ellas bajan.—Que tengan buen día— Les digo de maner
[GERRARD]Se supone que me debería estar concentrando en los reportes de ganancias de uno de los mejores clientes que tiene la empresa, pero sinceramente no dejo de pensar en el arreglo de flores que le envió Hugo Miller y en como esto podría llevar a un gran problema si no lo freno a tiempo. Sé que ella me pidió que no le diera importancia, pero tampoco me gusta que la ponga en esa situación tan incomoda.Tal vez voy a comportarme como un adolescente y no como el hombre maduro de 40 años que se supone que soy, pero mi instinto me grita que debo hacer esto, por ende, bloqueo mi computadora, me levanto de la silla, agarro el saco que cuelga de su respaldar, y por último agarro mi celular y mi billetera para meterlos en los bolsillos y finalmente salir de la oficina. Voy hacia la oficina de Alenka, golpeo la puerta y una vez que puedo pasar, abro la puerta y me asomo solo un poco —Hermosa, tengo que salir un momento. Estaré de regreso como en una o dos horas ¿si?— Le dejo saber y me mir
[GERRARD][Horas después]Regresar a la empresa no fue una opción viable después de haber ido a ver a Hugo, y es que mi cabeza se quedó dando vueltas a lo que él me dijo. Me inventé algunas excusas poco creíbles y me fui a un bar a pensar mientras que algunos vasos de whiskey aparecían frente a mí y se vaciaban de inmediato. Sinceramente, no tengo idea de que hacer. No sé lo que es bueno y lo que es malo, pero lo que, si sé, es que ocultar las cosas o mentir nunca lleva a nada bueno.Siempre defendió la idea de ser sincero, de que, si algo duele, sea porque es la verdad, pero no por descubrir que te están mintiendo. Respiro profundo, termino de acercarme a la puerta de su departamento, y toco el timbre mientras que en mi cabeza practico una y otra vez lo que le quiero decir. No quiero dañar lo que Alenka y yo empezamos a construir, y por ende sé muy bien que tengo que ser cuidadoso con lo que le voy a decir.La puerta se abre, y allí esta ella con sus preciosos ojos azules mirándome c