Ada.—Mamá, dile a Ezkar que me deje en paz. —Que despreciable, me siento como una niña pequeña cuando se trata de estar en familia. Pero mas despreciable es, tener que soportar a mi hermano mayor comportandose como un completo estúpido, no entiendo si ya casi que va para los 30 años y aún así no deja de molestarme.—¡Ezkar deja a tú hermana! —Escucho que grita desde la cocina, mientras prepara la comida. Papá está tomando una siesta, mis tíos se fueron a sus respectivas casas y lamentable, llegamos horas después para poderlos encontrar en nuestro hogar y pasar por lo menos unos minutos de calidad con ellos.—Ay sí, la bebita pidiendo que la rescaten. —Dice mi hermano soltando la tijera y dejándola caer sobre la cama. —Solo te iba a cortar las puntas, llorona. —Farfulla.—¿Las puntas? —Le muestro que me había agarrado más de la mitad del cabello y estaba a nada de cortarlo de no ser porque grito por ayuda. —Eres un enfermo, ya entiendo porque no tienes novia.Los ojos de Ezkar brillan
—Me da igual si estas en la cama con alguna mujer —hace una pausa y escucho el chillido de tía Beatrice diciendo que Mía (mamá) lo va a castrar si no lo hace ella. —Solo quiero saber si leiste las formas y... —¿Es enserio? —Mamá respira agitada, papá sale al rescate. —Calmate Mia, ya Ezkar va colgar y comeremos tranquilos. —Tú ni hables, —grita mamá, tío Allek se ríe de que su hermana menor traté así a su para nada favorito cuñado. —Desde que supe que estaba embarazada por tercera vez, todo se ha vuelto un caos. ¡Estoy que exploto! —Y con eso se echa a llorar en el suelo. Silencio. —Ezkar, sobrino, voltea el teléfono a donde está tú papá— mi hermano hace lo que le pide. —Que bueno que estás en una jodida silla de ruedas, porque no me imagino la guardería que habrían hecho de no estarlo. ¿Aprovechando la cuarentena para traer más hijos al mundo? —Suena enojado y mucho. No entiendo porque, mamá ya está mayor para que la cuiden como a una niña. —Ezkar, —llama a mi hermano y él volte
Daniel.—¿Estás seguro de esto? —Red habla desde el otro lado de la línea, mientras sigo manejando hasta la empresa.—Sí, lo estoy. ¿Cuesta mucho creer lo que digo? —Acoto. Solo quiero hacer que Ada tenga menos presión en el trabajo. Yo sé lo que se siente estar 24/7 encerrado en una oficina bajo presión tratando de tener todo en orden y salir con vida de ello.—Red esto, Red lo otro... Ni un... Red estoy enamorado de la chica con la quede encerrado en cuarentena —freno el vehículo de golpe por lo que mi amiga dice, escucho el sonido de algo impactando con la parte trasera del auto. —¿Eso que acabo de escuchar fue un choque? —Pregunta con dificultad. A pesar de que aún sigue recibiendo tratamiento y salió de la Clínica privada por mejora se le escucha mal al hablar.—Solo llama a la agencia de seguros, por favor, voy a tratar de dialogar como una persona civilizada con la chica motorizada... Espero no sé le ocurra darme con el casco de la moto como vi que pasó con otro conductor la ve
Rose.No puede ser, este día va de mal en peor.Primero, el estúpido sin cerebro que frena a media calle, segundo la chica miope que no ve por donde carajos va en bicicleta y ahora para colmo llego tarde al trabajo.Detengo el paso justo en frente de la puerta de seguridad, donde los rociadores están haciendo su trabajo a la perfección, eliminar cualquier tipo de virus que pueda entrar mediante la ropa de los empleados que quedamos con vida en la empresa.Espero mi turno con la poca paciencia que me queda y entro en el cubículo para que exterminen las bacterias del exterior. Luego de salir por completo empapada, camino de nuevo apresurando el paso para marcar la hora de entrada y lo logró por los pelos dos minutos más y se cierra el contador del día.Vuelvo a respirar con total tranquilidad por debajo del tapabocas y subo por el ascensor para que, en cuanto se abren las puertas ver como Ezkar viene con cara de preocupación me echa a un lado sin saludar y presiona el botón que da a la
Rose.—Entonces... —Camino varios pasos detrás de Ezkar, lleva el semblante serio y no dice más palabras que aquellas necesarias para referirse a algo como por ejemplo; puerta, comida y otras. —¿Qué más deseas que haga para ti? —Comento cuando lo veo tomar asiento en la silla de cuero dentro de su oficina.—Nada, si quieres te vas. —Suspira, se retira el tapabocas porque ya pasó por la medida de seguridad en la puerta de entrada y el espacio en el que estamos, fue limpiado por el personal cubierto con trajes de plásticos. —Tengo un montón de cosas por hacer y muchos proyectos que leer.Con eso deja muy en claro que no me desea aquí, porque quiere estar concentrado en lo que tiene por hacer. Escucho el rugido de mi estómago, Ezkar alza una ceja pero no quita la vista del papel que lee con detenimiento, ahora que lo pienso no desayunamos y tampoco almorzamos hoy por pasar el día con su hermana menor Ada. Sé que no debo pero igual lo haré, me retiro y lo dejó, solo para ir en búsqueda de
Ada.—Me mueroooooo... Ay... Que dolor... —Chillo desde donde estoy para que mis mejores amigos me observen desde la pantalla grande de la habitación de Ezkar.—¿Por qué serás tan dramática? —Indaga Zeth, Zara niega con la cabeza.—Estas tomando calmantes, tienes un yeso, solo comes y duermes todo el día —suspira— para colmo tú jefe te envía obsequios creo que cada que recuerda que eres capaz de respirar y tú ahí, siendo la misma tonta de siempre.Bufa. Zeth le echa una rápida mirada por el rabillo del ojo y vuelve a verme.—Está de mal humor porque yo podré salir en menos de una semana y ella no. —Dice, Zara gruñe y se levanta molesta para irse.—¿Por qué tú sí y ella no? Explica. —indago acercándome lo suficiente para poder escuchar con claridad lo que quiera contar, debe de hacerlo por lo bajo sino quiere que su hermana gemela no lo guinde de las pelotas por andar contando lo que nadie le ha permitido en ningún momento.Zeth respira con fuerza, hacía un rato largo que no lo veía re
Daniel.Es la quinta vez que toco a la puerta de la casa de Ada, la muy canalla no se ha atrevido a salir para abrir. ¿Es que acaso cree que soy de hierro o qué? Cómo siga aquí parado con bolsas en las manos y sin luz, lo único que voy a ganar es que algún ladrón pase y me deje hasta descalzo. Para como están las cosas hoy en día en el país, hay que tener mucho más cuidado de lo usual, muchos han quedado en las calles debido a los recortes de personal que hicieron las empresas y tiendas y eso ha logrado que suba la delincuencia casi que en un 80%.Trago grueso cuando una moto pasa por detrás de mí con lentitud, por mera suerte son personas que no ven bien por donde van y no los malvivientes que suelen adueñarse de lo que no les corresponde por la fuerza.—Disculpe, ¿Quien es? —Escucho la voz de Ada, entre abre un poco la puerta y no lo dudo ni un segundo para entrar y cerrar con seguro.—¡¿Por qué tardaste tanto?! Por poco y se van con mi billetera ¿no has visto las noticias o qué? H
Ezkar:—Solo quiero dormir un rato y ver la televisión. —Rose se da media vuelta en la cama, dejando que la vea mejor sin esa molesta sábana que la cubre y mordiendo el labio inferior.—¿Por qué no te quedas por hoy? No entiendo, ya todos en tú casa deben de estar dormidos, aparte no hay luz... Sabes que tus padres no dejarían que actives el generador de energía solo para que pasen tiempo de calidad como familia. —Hace silencio y de pronto se ríe. —Sonó horrible, mejor ve a tú casa, creo que iré a ver a mi tía Sara... Con todo eso de la pandemia quedó un poco, ya sabes... Fuera de sí, le caerá bien que la acompañe.Observa un punto en aquel gran ventanal por donde solo entra la luz de la luna. Haber comprado este departamento en una de las zonas más altas y costosas de la ciudad sirve de mucho, porque se puede ver todo a la perfección.—Creo que tú misma te diste cuenta de algo ¿Cierto? —Rose asiente.—Lo mismo que tú, al parecer. —Dice sonriendo aún sin mirarme. Ella y yo, de alguna