Un día convenció a mamá de entregarle una de sus canciones, ella no muy convencida aceptó, la idea era realizar los arreglos musicales, pero semanas después la canción había sido grabada por otra cantante y como compositor aparecía él… Cuando regresó tuvieron una gran discusión, pero al final mama lo perdonó, el alegaba que necesitaba atraer fama como compositor para poder tener el apoyo y grabar el disco que le prometió, ella le creyó dándole una oportunidad… eso pasó en tres ocasiones más…” Melody se burló. “Los problemas se hacían grandes, mamá y Manuel peleaban todo el tiempo, ella cansada de todo fue a buscarlo a su oficina y se encontró con que él estaba casado y su esposa era la mujer que cantó sus canciones”. Melody miró a Adam. “Las regalías de todo eran solo para ellos mientras mamá perdió sus canciones”. Ella volvió la vista al lago. “Ellos pelearon muy fuerte y Manuel golpeó a mi mamá, ahí empezó nuestro calvario, mama ya no componía, había quemado su libreta de cancio
Adam le sugirió. “Ahora puedes seguir tus deseos…. Ya no necesitas estar escondida Melody”. Ella lo miró con un brillo hermosos en sus ojos, ellos estaban muy cerca, Adam sentado frente a ella, se observaban mutuamente, la distancia empezó a acortarse Melody no podía más, se acercó mucho y lo beso. Adam se quedó quieto y sintió los cálidos labios de Melody, él profundizó el beso haciéndolo más íntimo… Adam se apartó y Melody lo miraba, ella sonrió un poco más relajada, se levantó y se quitó los zapatos. Adam frunció el ceño. “¿A dónde vas?”. Ella caminaba al lago, se giró diciendo coqueta. “A bañarme ¿No vienes?”. Adam sonrió y se levantó quitándose la camisa y los zapatos. Ellos jugaron por un largo rato en el agua, Adam llegaba y la abrazaba, le tiraba agua y trataba de hundirla jugando, Melody reía y intentaba seguirle el paso a sus travesuras, al final se quedaron en una manta que tiraron en el piso cerca del lago, ambos miraban el cielo, Melody había disfrutamos mucho del
El encendió el auto y salió de la propiedad, Melody giró al escuchar el auto y lo observó alejarse. Una gran tristeza invadió su corazón. El abuelo estaba en la sala mirando televisión. “Melody, ya volvieron”. Melody caminó hacia el abuelo y sonrió. “Si, pero… Adam tenía cosas que hacer”. Ella observó la televisión y vio un anuncio sobre un concurso de canto. El abuelo la invitó a sentarse junto a él. “Lo han estado promocionando toda la semana”. Melody escuchó… -Te invitamos a adicionar en la voz y talento primera edición, estaremos por tu ciudad el próximo viernes, no faltes… El abuelo tomó su mano y sonrió muy animado. “Deberías participar eres muy buena”. Melody asintió y siguió leyendo las bases del concurso. Después de un rato se despidió. “Estoy cansada abuelo” El entendió y la observó subir las escaleras, había notado desde el principio el semblante de Melody, al parecer no salió como él esperaba el paseo al lago. Suspiró cansado pensando cuando estos dos podrían estar
Todo el público se levantaba de sus mesas y bailaban coreando las canciones… El video terminó al parecer se había caído al suelo, Adam apagó su teléfono y se quedó pensativo en el escritorio. Alma bailaba al ritmo de la canción y mientras se movía se topó con William quien perdió el teléfono y cayó al suelo. “¡Oye fíjate!”. Alma le sacó la lengua y siguió bailando, William recogió su teléfono y se fue a otra parte. Después de animar el bar por una hora completa, Melody y los chicos bajaron del escenario, el ambiente siguió cuando el Dj siguió con la música. Alma se acercó a su amiga con una bebida que tenía popote y paraguas. “Hola Melody”. Ya estaba algo animada y sonreía feliz. Mientras se movía al ritmo de la música Melody negó. “Deja de beber”. Alma hizo un puchero. “Vamos… son mis últimos días de libertad… mis padres me están obligando hacerme cargo de la empresa… es eso o casarme”. Melody entendió, observó la hora. “Es hora de irme”. Alma asintió, se despidió y siguió
William y Melody llegaron a la televisora, bajaron juntos, había una fila larga. Melody miró a William. “Gracias por traerme, pero deberías volver, tardare un buen rato”. William negó sonriendo. “Te acompañare”. Melody insistió, pero William no aceptó dejarla sola. Llegó el turno de Melody y William le dijo. “Buena suerte”. El pequeño escenario estaba decorado simple detrás el título del concurso estaba colgado, con letras brillantes, un micrófono en el centro, Melody camino hasta él quedando frente a una mesa donde tres jueces revisaban sus apuntes. Melody se acercó al micrófono. “Buenas tardes, soy Melody… López” Los jueces asintieron para que ella empezara, tenía que cantar a capela. La voz de Melody recorrió el lugar, era la canción de Natalia Jiménez- creo en mí… Ya me han dicho que soy buena para nada Y que el aire que respiro está demás Me han clavado en la pared, contra la espada He perdido hasta las ganas de llorar Ella movía sus manos haciendo ademanes… Pero, est
Melody miraba el techo de la habitación pensando detenidamente, lo que sentía por Adam era algo mucho más que gustarle, al cerrar los ojos recordaba sus besos, sus caricias y su noche juntos… tan solo de pensar en ello se le erizaba la piel, se sentó de golpe y empezó a hablar para sí misma. El hacer la audición le trajo más ánimo. “¡Lo haré!”. Ella sonrió de oreja a oreja, se levantó dándose un baño y cubrió sus labios con brillo labial, su cabello estaba bien peinado y algo de perfume no podía faltar, se miró en el espejo diciendo. “Perfecta”. Estaba decidida a enamorar a Adam, ya no le importaba la diferencia de vidas, pensaba que el amor todo lo podía, ya estaban casados era solo un paso para seguir juntos, la noche que pasó con Adam se dio cuenta que él también sentía algo. Sonrió al espejo y esperó a que Adam llegará. Adam entró a la casa dejando su maletín en el recibidor. “Buenas noches señor Fonseca”. Llegó una de las empleadas. El asintió. “Buenas noches”. El traía mala
Adam se acercó tomándola de los brazos para que lo mirara. “No quiero lastimarte, yo no puedo estar contigo”. Ella lo observó a los ojos con dolor, se tranquilizó preguntando. “¿Por qué?”. Adam no tenía idea del porqué, solo sabía que estaba mal. Adam camino por la habitación. “Porque era un trato, solo estaremos casados por un tiempo, era un convenio”. Melody lo confirmó caminando hacia él. “Lo sé, Pero… ¿Qué tiene de malo intentarlo? Somos adultos, podemos disfrutar el uno del otro… yo… solo quiero estar contigo. ¿Puedes intentarlo?”. Ella acariciaba su pecho, sus palabras estaban llenas de ternura. Adam la miraba mientras ella se acercaba coqueteando más a su rostro. “Ni tú ni yo tenemos pareja, solo… inténtalo…” Ella le susurro acercándose más, Adam bajó su rostro mientras ella intentaba besarlo de puntitas. Melody se abrazó a su cuello besándolo profundamente, Adam la levantó un poco para poder hacer el beso más profundo… Sus labios jugaron hasta quedar sin aliento, pegaron
Adam se dejó caer en la silla, sus manos temblaban. “¿Qué dices?”. Verónica lloraba desconsolada. “La policía me llamó hace un rato para que fuera al hotel, no puedo hacerlo sola Adam ¿Puedes acompañarme?”. Adam se apretó los ojos, estaba inclinado con sus codos en las rodillas. “Esta bien, voy para allá”. Él colgó mirando detenidamente su teléfono, recordaba la conversación que ellos tuvieron un día antes, no podía creerlo, Rene si parecía desesperado pero no al grado de tentar contra su vida, tenia una familia a la que dejo desprotegida, su hijo tenia cáncer... Salió del despacho, colocándose el saco de su traje, camino por la sala y se detuvo en el comedor avisándoles. “Tengo que salir, regresare tarde”. Melody quería preguntarle qué pasaba, estaba apuntó de preguntar, pero él salió inmediatamente de la casa. Adam condujo hasta el hotel que Verónica le dijo, al llegar se estacionó a una cuadra, había varias patrullas estacionadas acordonando el área, gente chismosa mirando ha