CAPÍTULO 60

Debido a los medicamentos, Ángela se quedó dormida casi al final de la tarde. Robin se hizo el sordo ante sus repetitivos recordatorios de que estaba bien y que podía marcharse.

El rubio la miró dormir y suspiró con alivio, aquella mujer no entendía las dimensiones de lo que había sucedido. Desde la perspectiva de la morena, todo fue un fatídico accidente; sin embargo, para él, cuando vio venir ese auto hacia ella, fue como revivir la muerte de su padre, una vez más.

Pero eso tampoco fue lo más horrible, porque en efecto, el suicidio de su padre no fue tan vistoso y el viejo tuvo la decencia de no hacer un desastre de ello. Lo verdaderamente pasmoso fue la mirada del conductor.

Cualquiera pensaría que en esas circunstancias las personas no se fijarían en esas cosas, no obstante, eran los detalles los que terminaban tan impregnados en las retinas que se repetían una

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