...¿He escuchado bien?, Linda acaba de decir que me ama, ¿acaso lo imaginé?, ella de verdad me ama y yo ni siquiera fui capaz de responderle. Es que no tengo claro si estoy enamorado de ella, por ella siento tantas cosas que nunca sentí antes ni siquiera por Rosalía, que me asusta salir lastimado otra vez. —¿En que piensas guapo? —Alguien me susurra por la espalda. —Pero que carajos, como se atreve. —Intento enfrentar a la mujer que se ha tomado semejante atribución, la tomo del brazo. —No puede ser, ¿tú? —¿Me recuerdas cariño? —No quisiera. —Me doy cuenta de que ahí viene Linda. —¡Lárgate! —¿Te da miedo tu esposa? —Me dice en tono de burla y se va. —Intento parecer calmado, pero no puedo creer que justo en este lugar y el día del cumpleaños de mi esposa me encontrara con esa mujer. —¿Quien es ella? —Pregunta Linda. «Genial Linda se dio cuenta de que estaba hablando con ella» —No es nadie. «Vamos Ethan Cálmate, no puedes permitir que Linda note que estás nervioso
Esto es horrible, me siento tan confundida, desilusionada, triste, enojada, son varios sentimientos que no sé cómo explicar, no sé en qué momento pase de tener un cumpleaños maravilloso, al peor día de mi vida. Sigo vagando solitaria por las calles, llueve y hace frío, en este momento solo desearía no haber conocido a Ethan nunca, ¿como pudo hacerme esto a mí?, yo, que solo quería hacerlo feliz, es un mentiroso. ¡Jamás lo voy a perdonar!. Mi teléfono no deja de sonar, es Ethan, eso me hace recordar que mi teléfono aun está enlazado con el de él por medio de mi software, así que elimino el enlace... Llego a un parque, me siento en una de las bancas, mientras las gotas de lluvia golpean mi rostro, de repente vienen a mi mente los recuerdos de la primera vez que Ethan y yo tuvimos un acercamiento genuino, sin discusiones, fue en un parque como este, ese día mis pies se ampollaron y él me cargo hasta casa. Recordarlo me hacía sentirme aún más triste, quizás incluso en esa ocasi
La noche ha sido un puto calvario, extraño a Linda, en este momento debería estar aquí conmigo, durmiendo a mi lado, pero en cambio no quiere ni verme y con justa razón. Miro el reloj, pronto sonará la alarma, ya es hora de levantarme, intento arreglarme lo mejor que pueda, quizás ahora que la vea en la oficina ella y yo podamos hablar. Al bajar las escaleras veo a Berenice y a Sandra, llevan algunas cosas en las manos. —¿Que hacen? —Arreglando la sala señor, quitando la sorpresa de la señora, es una pena que no hubiera podido disfrutarla. —Dice Berenice —Dejen todo, quiero que cuando Linda vuelva a casa encuentre su sorpresa —Pero, ¿la comida? —Es lo único que quitarán, del resto todo se quedará igual. —Entendido. Sandra me mira con una mirada de consuelo, y eso me enoja un poco, no me gusta que me vean como si necesitara ayuda o yo les diera pena, me enferma. Salgo de ahí e inmediatamente llego a la oficina, pero según Annie y Antonia Linda no va a venir hoy
Hace unos días que Ethan hablo conmigo acerca de lo que pasó, debo admitir que verlo tan afectado y el sincerarse conmigo me hizo querer perdonarlo de una vez e irme con él a casa, la verdad es que lo extraño mucho, pero mi orgullo puede más y tampoco se lo puedo poner así de fácil. Volví a la oficina, pero no a la casa, y hasta ahora ha cumplido su promesa de no molestarme, pero que tonto acaso no sabe que cuando las mujeres decimos no, es por qué sí, en serio pretende no hacer nada, es que ni las flores que me enviaba a diario me las volvió a mandar, de verdad que los hombres no tienen remedio, debería mostrarme por lo menos interés y no, resulta que me ignora. —Uishhhhh, pero que rabia, tienes que hablar ahora mismo con tu esposo Linda. —Entra Annie a la oficina iracunda —Buenos días para ti también. —Es en serio Linda, llama a Ethan ya. —Pone su teléfono sobre el escritorio —¿Y yo como por qué llamaría a Ethan? Respira y se sienta, pone los codos sobre el escritori
¿Pero como es que Linda está aquí?, ¿acaso es por eso que no ha vuelto a la casa?, quiere disfrutar de fiestas y conocer nueva gente, seguramente no me va a perdonar, ¿que hago?, la busco, ¿y si me rechaza nuevamente?, no, debo controlarme, ella me pidió tiempo y yo prometí que respetaría su decisión, mejor hago de cuenta que no está, ni siquiera lo voy a ver para evitar las ganas de salir corriendo tras ella. —¿Donde está Sebastián? —Le pregunto a Anthony —Se fue detrás de su novia. Seguramente en este momento al pobre lo han de estar masacrando. —Aún no entiendo que hacen las chicas aquí —¿No es obvio Ethan? —Dice Anthony y yo lo observo con duda. —Es una fiesta privada, piscina, chicos, música, alcohol, vienen a disfrutar y a conocer gente, tal vez en busca de hombres que si confíen en ellas y no les oculten cosas, todo lo diferente a nosotros. —Termina de decir Anthony mientras se bebe un trago de un solo sorbo. —No, eso no puede ser, Annie tiene novio y sabía que Se
Estoy muy feliz, parece que las cosas entre Ethan y yo están mejorando después de ver la sorpresa que guardo por una semana en la casa para mí, los vídeos y fotos de nosotros, que me dijera que me Ama, es tan Lindo estar a su lado nuevamente… —¿En que piensas cariño? —Me pregunta Ethan mientras caminamos hacia la habitación —En que estoy muy feliz de que me trajeras a casa Ethan, para ser sincera la extrañaba mucho. —Entonces debiste regresar antes y no ser tan terca —Tienes razón, pero ya estoy aquí y es lo que importa. —Si, y ahora no te dejaré ir. —Me abraza fuerte y luego me carga en sus brazos para entrar a la habitación. —¿Que haces? —Recuperar el tiempo perdido mi amor. —Abre la puerta de su habitación conmigo en brazos y me recuesta en la cama. —¿Porque me has traído a tu habitación?, pensé que te gustaba más la mía. —Para dormir, pero no para lo que tengo planeado hacerte hoy. —Eso me hace sonrojar. —Me acuesta en la cama y me da un par de besos tiernos
Han pasado dos semanas desde que Linda y yo hemos decidido reconciliarnos, ella y yo hemos afianzado mucho nuestra relación en todos los aspectos, es por eso que he preparado un viaje de 3 días a la playa, quiero hacer un fin de semana especial para ella, ya se acerca navidad y fin de año, y los eventos en la empresa, las cenas familiares y el lanzamiento del próximo software nos tendrán muy ocupados, por lo que es justo que tengamos un tiempo para nosotros antes de atiborrarnos de compromisos. De repente tocan la puerta de mi oficina y entra Verónica. —Señor, lo esperan en la sala de juntas, la reunión está por empezar. —Gracias Verónica en un momento voy. —Ok señor. Me había olvidado por completo de la reunión de hoy, gracias a Dios todo salió muy bien, los empresarios quedaron encantados con nuestros productos y se pudo cerrar un gran contrato. Todo está saliendo perfecto últimamente. La empresa, mi matrimonio, hasta mi relación con mi familia, pues estoy intentando
—¿Chicas ustedes sabían que se podía tener sexo sin dejar de ser virgen? Annie y Antonia me miran muy asombradas, al principio creo que no lo sabían, pero terminan riéndose y me doy cuenta de que la única ingenua era yo. —Claro cariño. —Dice Antonia y Annie asiente. —¿Cómo?, de Antonia me lo esperaba, ¿pero tú Annie? —A mí no me mires así, que bien se nota que ya has experimentado cositas con Ethan. —Me dice Annie en forma pícara, y se ríe. Antonia la acompaña. —Eh. Bueno, ¡tal vez! —Digo algo timida —Noooooo, ¿en serio?. ¡Por finnnnnn! —dice Antonia. —Bienvenida al club —Bueno, técnicamente aún soy virgen. —¿Y que?, Ya has tenido experiencias sexuales, has practicado petting y seguramente clittage, lo único que te has ahorrado es el dolor. —¿Que he practicado que?, ¿y dolor?, ¿dolor de qué? Annie: —Tranquila amiga, al principio duele, pero luego es lo más placentero del mundo. —Espera, ¿Que es lo que duele? Antonia: —El coito cariño —¿El que? —¡Ais