—Está bien, pero también quiero que hagas lo que yo quiera, sin rechistar ni quejarte.

Frunce el ceño y arquea una ceja, está por quejarse, pero al final termina accediendo a mis condiciones, me ofrece su mano y yo la estrecho, apretándolo con algo de fuerza, luego procedemos a intercambiar números. Una vez que nuestro trato está sellado, regresamos al camino, afortunadamente no tardamos mucho en llegar a su casa.

Henry.

Me siento un mal por haber ilusionado a Hannah y dejarla plantada, se escuchaba muy entusiasmada, pero había olvidado por completo la cena con los socios, menos mal que Sofía me lo ha recordado. Termino de ver unos documentos y me voy hacia mi casa, tengo que arreglarme rápido.

Mientras me estoy bañando, escucho mi teléfono sonar, me termino de lavar el cabello, enrollo una toalla en mi cintura y camino hacia mi escritorio, tomo mi teléfono y contesto la llamada, al otro lado escucho la voz de mi esposa, que me dice que va a salir de viaje por unos asuntos y que luego