ERICBalanceo el whisky dentro del vaso mientras lo afirmo con los dedos observando el panorama de la ciudad desde la ventana de mi despacho.La presión en mi pecho a pesar de haber visto y sentido a Sofía no ha disminuido y es por el simple hecho de saber que aún está en peligro.–Preguntémosle a papá si sabe algo sobre él –escucho a Owen–. Es hombre lobo y papá es el Alpha quizás sepa algo.–Es una buena idea, pero primero esperamos a Michael y escuchemos lo que él tenga para decirnos.–¿Por qué demora tanto? –gruñe.–Debe estar por llegar, ten paciencia.–No puedo tenerla cuando mi chiquita esta sufriendo por culpa de ese imbécil.–Lo sé –concuerdo con él.Porque me encuentro igual, estoy a una milésima de salir por mi mismo a buscarlo y golpearlo hasta borrar de su mente a mi mujer. Llevo el vaso a mis labios y me bebo de un solo trago lo que quedaba, apoyando mi cabeza en el respaldo y cerrando mis ojos por un momento mientras agudizo mis sentidos y me concentro en ese relajado p
SOFÍAAbro mis ojos lentamente saliendo de mi estado de letargo debido a la siesta que tome cuando el sonido de un celular llega a mis oídos.Me remuevo con pereza en la cama, pero no alcanzo a hacer ningún movimiento muy amplio ya que unos brazos se aferran a mi cintura pegando mi espalda a una muralla dura que puedo asegurar de que se trata de Eric.Me restriego los ojos, estiro mis brazos lo más que se me permite debido al agarre de Eric y luego con cuidado me doy vuelta quedando frente a él. Llevo una de mis manos hacia su mandíbula acariciándolo, deleitándome con la belleza que tiene y lo relajado que se ve.Por las manchas moradas bajo sus ojos puedo deducir que no ha dormido muy bien estos días, una vez menciono que cuando los compañeros se separan por mucho tiempo genera estragos en los cuerpos de ambos, si bien a mi no me afecto mucho más de extrañarlo como nunca, puedo notar que a él si le afecto en mayor manera.Si bien solo fueron dos días, pude notar el efecto del vinculo
SOFÍANo sé en que momento llegamos a la habitación, pero caí en cuenta de ello cuando la planta de mis pies tocó la suave alfombra que Eric tenía a los pies de la enorme cama.Alce la viste encontrándome con las pupilas dilatadas de Eric, las cuales me miraban fijamente mientras sus pulgares hacían círculos sobre mi cadera.–¿Sabes que no es necesario esto verdad? ¿Qué podemos esperar más tiempo? –habló con la voz más ronca–. No quiero que te sientas presionada.Subí mis manos despacio, deslizándolas por su brazo, sintiendo como sus vellos me acariciaban la parte sentible de la palma.–Lo sé, pero no hago esto porque me sienta obligada o algo parecido –susurré colocándome de puntillas mientras rodeaba su cuello–. Lo hago porque me siento segura en entregarte esto, en entregarme completamente a ti y ser tu mujer.Un gruñido broto desde su pecho y el agarre de sus dedos se intensificó en mi cadera sobresaltándome ligeramente, pero lejos de asustarme podía sentir el deseo por el comenzan
ERIC Con cuidado recorro con la yema de mis dedos su espalda, está profundamente dormida aún. Ya amaneció, pero ella no da indicios de querer despertar todavía. Lo único que me mantiene tranquilo, es que sé que es por la marca. Saco los mechones de pelo de su rostro, dejando expuesto el lado de su cuello para fijarme en esa zona. Aún esta roja y se mantendrá así por varios días debido a que ella no tiene la capacidad de regeneración como nosotros, pero sanará. –Al fin es completamente nuestra –ronronea Owen. –Así es, ya nada nos separará de ella. –Y lo mejor es que ya huele a nosotros –exclama con felicidad–. Su aroma cambio inmediatamente. –Lo sé –sonrió pasando mis dedos por su rostro–. Solo debemos tener cuidado con la marca, asegurarnos de que sane adecuadamente. –Debemos lamerla, nuestra saliva ayudará a que sane más rápido. –¿Enserio? –pregunto con asombro. –Ajá, anda hazlo. Dudo por unos momentos ya que la idea no me resulta adecuada, pero bueno, soy un hombre lobo, n
SOFÍAUnas leves caricias en mi rostro logran apartarme de los brazos de Morfeo, lentamente comienzo a abrir los ojos pestañeando un par de veces para acostumbrarme a la luz e inevitablemente mis ojos encuentran unos de color miel viéndome con atención.Me giro un poco en la cama para verlo mejor y poder estirar mi cuerpo.–Hola–murmuro con la voz ligeramente ronca–. ¿Qué sucede?Pregunto al ver que tiene puesto un traje, es domingo así que no debería estar vestido así.–Surgió un pequeño problema y debo tener una reunión de emergencia –habla deslizando su caricia a mi hombro rozando ligeramente su marca lo cual logra erizarme–. Y necesito que vengas conmigo.Mi ceño se frunce ante eso y elevo mi cuerpo apoyándome en un codo.–¿Yo? ¿Por qué?–Porque te marque hace apenas dos días –vuelve a rozar la marca y aparto su mano de un manotazo al sentir la excitación crecer en mi cuerpo lo cual logra hacerlo reír–. Lo siento, es inevitable no tocarla… como decía, recién te marque y debemos pe
SOFÍAHa pasado una semana desde que me entregue completamente a Eric, en cuerpo y alma. Y la verdad, no me arrepiento de nada. Creo que nunca he sido tan feliz como ahora.Con la palma de mi mano limpio el espejo que se ha empañado debido a mi reciente ducha y mis ojos recaen inmediatamente en la enredadera roja en forma de media luna que adorna mi cuello.Ya ha sanado por completo sin ninguna complicación, claro que si exponemos hechos, Eric fue un gran fan de ayudarme a sanarla. Ya que los beneficios de su ayuda siempre terminaban con un orgasmo para ambos.Cepillo mis dientes, desenredo mi pelo y salgo del baño hacia el armario.Fijo mi vista momentáneamente en el reloj de la mesa de noche de Eric y camino más rápido adentrándome en el vestidor. Son las 9 y tengo cita con la ginecológica que él consiguió a las 10.Obviamente tuve que pedir permiso por cita medica en el trabajo, aunque Eric dijo que no era necesario porque el era el jefe y me autorizaba, aún seguía siendo practicant
ERIC30 minutos antes.Claramente mi hermosa novia se había olvidado de avisarme que llegó a su consulta, pero era algo que siempre vi venir. Es tan distraída a veces que pareciera que se encuentra en su pequeño mundo aparte.Acelero por las calles viendo la hora que marca mi auto con la esperanza de aún encontrarla ahí cuando llegue. El sonido de mi celular llega a mis oídos y sonrió cuando sé que me llama porque se dio cuenta de que olvido hacerlo.–Supongo que me llamas para decirle lo mucho que me quieres por haber olvidado llamarme –respondo con un leve tono de burla y cariño.–E-eric –su voz entrecortada llego a mi tímpano.–¿QUE LE PASA A MI CHIQUITA? –gruñó Owen.–¿Qué sucede? –mi cuerpo entero tensándose y el miedo comenzando a fluir por mis venas–. Sofía ¿¡Qué sucede!?–Alguien nos persigue, n-no sé que… –sollozó y escuché un golpe fuerte–. Están golpeando el auto.–Ponme en altavoz –ordené y frené de golpe ganándome unos cuantos bocinazos, pero no me interesaba.Owen se re
SOFÍAMis ojos se sentían pesados, mi boca seca y mi cuerpo entero se sentía saturado.Demoré en abrir mis ojos, en adaptarme a la luz, en volver a enfocarme en la realidad. Mis recuerdos eran vagamente borros. Recuerdo el muffin, la persecución, la falta de aire, mi rostro hinchado y Eric.La angustia en su voz, en como sus brazos me envolvieron y en como finalmente caí en la oscuridad.Me removí en la cama que reconocía muy bien, era la nuestra. Ya no estábamos en la oficina, sino que estábamos en el pent-house. Me giré quedando de costado, guardando mis manos bajo la almohada y apoyándome en ella mientras miraba la puerta.Porque era solo cosa de minutos o quizás segundos en los que él se daría cuenta que mi ritmo cardiaco aumentó y…–¿Cómo estás? –preguntó abriendo la puerta completamente.Una pequeña sonrisa se instaló en mi rostro y me acurruque más contra la almohada.–Mejor, ¿Qué sucedió?–Comiste un muffin de nueces –responde cerrando la puerta y caminando hacia donde me encue