SOFÍANo sé en que momento llegamos a la habitación, pero caí en cuenta de ello cuando la planta de mis pies tocó la suave alfombra que Eric tenía a los pies de la enorme cama.Alce la viste encontrándome con las pupilas dilatadas de Eric, las cuales me miraban fijamente mientras sus pulgares hacían círculos sobre mi cadera.–¿Sabes que no es necesario esto verdad? ¿Qué podemos esperar más tiempo? –habló con la voz más ronca–. No quiero que te sientas presionada.Subí mis manos despacio, deslizándolas por su brazo, sintiendo como sus vellos me acariciaban la parte sentible de la palma.–Lo sé, pero no hago esto porque me sienta obligada o algo parecido –susurré colocándome de puntillas mientras rodeaba su cuello–. Lo hago porque me siento segura en entregarte esto, en entregarme completamente a ti y ser tu mujer.Un gruñido broto desde su pecho y el agarre de sus dedos se intensificó en mi cadera sobresaltándome ligeramente, pero lejos de asustarme podía sentir el deseo por el comenzan
ERIC Con cuidado recorro con la yema de mis dedos su espalda, está profundamente dormida aún. Ya amaneció, pero ella no da indicios de querer despertar todavía. Lo único que me mantiene tranquilo, es que sé que es por la marca. Saco los mechones de pelo de su rostro, dejando expuesto el lado de su cuello para fijarme en esa zona. Aún esta roja y se mantendrá así por varios días debido a que ella no tiene la capacidad de regeneración como nosotros, pero sanará. –Al fin es completamente nuestra –ronronea Owen. –Así es, ya nada nos separará de ella. –Y lo mejor es que ya huele a nosotros –exclama con felicidad–. Su aroma cambio inmediatamente. –Lo sé –sonrió pasando mis dedos por su rostro–. Solo debemos tener cuidado con la marca, asegurarnos de que sane adecuadamente. –Debemos lamerla, nuestra saliva ayudará a que sane más rápido. –¿Enserio? –pregunto con asombro. –Ajá, anda hazlo. Dudo por unos momentos ya que la idea no me resulta adecuada, pero bueno, soy un hombre lobo, n
SOFÍAUnas leves caricias en mi rostro logran apartarme de los brazos de Morfeo, lentamente comienzo a abrir los ojos pestañeando un par de veces para acostumbrarme a la luz e inevitablemente mis ojos encuentran unos de color miel viéndome con atención.Me giro un poco en la cama para verlo mejor y poder estirar mi cuerpo.–Hola–murmuro con la voz ligeramente ronca–. ¿Qué sucede?Pregunto al ver que tiene puesto un traje, es domingo así que no debería estar vestido así.–Surgió un pequeño problema y debo tener una reunión de emergencia –habla deslizando su caricia a mi hombro rozando ligeramente su marca lo cual logra erizarme–. Y necesito que vengas conmigo.Mi ceño se frunce ante eso y elevo mi cuerpo apoyándome en un codo.–¿Yo? ¿Por qué?–Porque te marque hace apenas dos días –vuelve a rozar la marca y aparto su mano de un manotazo al sentir la excitación crecer en mi cuerpo lo cual logra hacerlo reír–. Lo siento, es inevitable no tocarla… como decía, recién te marque y debemos pe
SOFÍAHa pasado una semana desde que me entregue completamente a Eric, en cuerpo y alma. Y la verdad, no me arrepiento de nada. Creo que nunca he sido tan feliz como ahora.Con la palma de mi mano limpio el espejo que se ha empañado debido a mi reciente ducha y mis ojos recaen inmediatamente en la enredadera roja en forma de media luna que adorna mi cuello.Ya ha sanado por completo sin ninguna complicación, claro que si exponemos hechos, Eric fue un gran fan de ayudarme a sanarla. Ya que los beneficios de su ayuda siempre terminaban con un orgasmo para ambos.Cepillo mis dientes, desenredo mi pelo y salgo del baño hacia el armario.Fijo mi vista momentáneamente en el reloj de la mesa de noche de Eric y camino más rápido adentrándome en el vestidor. Son las 9 y tengo cita con la ginecológica que él consiguió a las 10.Obviamente tuve que pedir permiso por cita medica en el trabajo, aunque Eric dijo que no era necesario porque el era el jefe y me autorizaba, aún seguía siendo practicant
ERIC30 minutos antes.Claramente mi hermosa novia se había olvidado de avisarme que llegó a su consulta, pero era algo que siempre vi venir. Es tan distraída a veces que pareciera que se encuentra en su pequeño mundo aparte.Acelero por las calles viendo la hora que marca mi auto con la esperanza de aún encontrarla ahí cuando llegue. El sonido de mi celular llega a mis oídos y sonrió cuando sé que me llama porque se dio cuenta de que olvido hacerlo.–Supongo que me llamas para decirle lo mucho que me quieres por haber olvidado llamarme –respondo con un leve tono de burla y cariño.–E-eric –su voz entrecortada llego a mi tímpano.–¿QUE LE PASA A MI CHIQUITA? –gruñó Owen.–¿Qué sucede? –mi cuerpo entero tensándose y el miedo comenzando a fluir por mis venas–. Sofía ¿¡Qué sucede!?–Alguien nos persigue, n-no sé que… –sollozó y escuché un golpe fuerte–. Están golpeando el auto.–Ponme en altavoz –ordené y frené de golpe ganándome unos cuantos bocinazos, pero no me interesaba.Owen se re
SOFÍAMis ojos se sentían pesados, mi boca seca y mi cuerpo entero se sentía saturado.Demoré en abrir mis ojos, en adaptarme a la luz, en volver a enfocarme en la realidad. Mis recuerdos eran vagamente borros. Recuerdo el muffin, la persecución, la falta de aire, mi rostro hinchado y Eric.La angustia en su voz, en como sus brazos me envolvieron y en como finalmente caí en la oscuridad.Me removí en la cama que reconocía muy bien, era la nuestra. Ya no estábamos en la oficina, sino que estábamos en el pent-house. Me giré quedando de costado, guardando mis manos bajo la almohada y apoyándome en ella mientras miraba la puerta.Porque era solo cosa de minutos o quizás segundos en los que él se daría cuenta que mi ritmo cardiaco aumentó y…–¿Cómo estás? –preguntó abriendo la puerta completamente.Una pequeña sonrisa se instaló en mi rostro y me acurruque más contra la almohada.–Mejor, ¿Qué sucedió?–Comiste un muffin de nueces –responde cerrando la puerta y caminando hacia donde me encue
ERICVi mi celular por vigésima vez desde que me senté en mi silla, verificando si algún mensaje nuevo entraba. Lo he hecho desde el mensaje de Michael avisándome del pequeño momento de pánico de Sofia y de como ella había podido sobrellevarlo, sin dejarse vencer por ello y no pude evitar sentirme enormemente orgulloso de ella.Lo que menos quería era dejarla luego de lo sucedido, pero esta reunión era importante y a pesar de que quiero fijar mi atención en lo que dicen, me es imposible ante el pensamiento de que se sienta desprotegida andando en automóvil y yo no esté ahí con ella.Vuelvo mi vista al frente viendo las diapositivas que uno de los socios muestra y explica, nada nuevo la verdad. Cada reunión dice lo mismo, todo marcha de acuerdo lo acordado, no hay retrasos en los papeleos, el personal ya ha sido contratado, bla bla bla.Me hubiera encantado dejar pasar esta y haberme quedado con mi mujer, pero las desventajas de ser el jefe son estas.Antonio a mi lado asiente con la c
OMNISCIENTE1/2Las nubes grises cubrían por completo la ciudad, no había rastro del sol que se encontraba oculto bajo las espesas nubes. Tampoco era un día cálido como lo habían sido los anteriores, si bien no llegaba a ser gélido, se podía sentir la brisa de baja temperatura azotar la piel.El trafico ya comenzaba a cobrar vida por las transitadas calles, el aroma a café y pan recién horneado flotaba por fuera de los locales que comenzaban a abrir y atender sus primeros clientes. La gente comenzaba a fluir por las calles adentrándose en los subterráneos para subir al metro e ir a sus respectivos trabajos.Las calles cobraran vida ante los mares de gente moviéndose por ellas para llegar a los lugares donde cada uno debía ir. Todos caminando deprisa, todos hablando rápido, todos apresurados con aquel típico animo de mañana en una gran ciudad.Todos menos una pareja que recién comenzaba su día, pero de la misma manera que todos. Sino que su día iniciaba un poco más agitado.Eric se mecí