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Mi Perdición (+18)

ALEX

Temblaba de nervios, todo esto estaba pasando demasiado rápido, de un día para otro tenía trabajo, techo, pareja y era la futura luna de una manada, era mucho para asimilar y el hecho de compartir la cama con mi pareja destinada no me hacia las cosas más fáciles.

Ya le había dicho a Damián que no estaba lista para nada, como estarlo si jamás he estado con un hombre lobo, no porque no quisiera, sino porque jamás se dio la oportunidad, ya que socialicé muy poco y me dedique por completo a mis estudios.

Pero ahora, aquí estaba yo, a momentos de dormir en la misma cama que este hombre tan sensual y posesivo, que solo con la mirada me hace palpitar mi centro, no sé cómo controlar el errático palpitar de mi corazón y que él no se dé cuenta de lo que causa en mí, estaba en serios problemas, hoy sería devorada por un lobo feroz.

DAMIAN

Nuestra habitación poco a poco se empezó a inundar con su aroma, a veces cálido, a veces picante, pero sobretodo resaltaba su olor a excitación, yo no era ajeno a esto, ya que mi entrepierna esta lista y palpitante por ella, pero también podía sentir su nerviosismo y ya intuía su nula experiencia en las sabanas, eso lejos de espantarme me hacía desearla mucho más, quería tomarla de una vez y ser el primero t único en su vida, pero sabía que debía ir despacio, aunque eso no significaba que no pudiera tomar u poco de ella, y eso mismo iba a hacer…

Ella fue la primera en acostarse con un pijama de dos piezas, pantalón y camisa de dormir, se tapa hasta las orejas, muy tierna he inocente, no sabía lo que sus acciones provocaban en mi

Yo decidí dormir solo con unos pantalones de franela, quería que pudiera apreciar mi cuerpo y se interese en mi tanto como yo en ella, y por lo que olfateaba, eso estaba pasando, el sonido frenético de su corazón me lo confirmaban también.

ALEX

Me escabullí bajo las sabanas y me tapé hasta la cabeza, estaba nerviosa, cuando vi que apago la luz no pude evitar girarme y me arrepentí automáticamente de hacerlo, la luz de la luna que se colaba por la ventana bañaba su escultural abdomen, sus enormes brazos, sus pectorales y ese hermoso pack de abdominales que solo me invitaban a pasar mi lengua por ellos, ¿a qué sabrían? ¿serían tan duros como se veían?

Damián pareció notar mis ojos, ya que me hablo con una voz muy ronca y sensual

__Te gusta lo que vez amor… sabes que esto es solo tuyo, también junto con ver puedes tocar todo de lo que quieras.

__Yo... yo… no se…. No – no podía articular palabra, literalmente se me caía la baba por este hombre y lo peor de todo es que él lo sabía.

__yo te guio, no debemos hacer nada que no quieras, solo será una exploración de reconocimiento para ambos, veras que te hace sentir bien, parare cuando tú lo digas

Y con esa promesa entre sus labios se adentró a la cama.

Se acostó de lado quedando ambos de frente, empezó a acariciar mi mejilla y poco a poco sus caricias descendieron a mi cuello, justo en esa parte que une mi hombro con mi cuello, una sensación placentera me invadió y no pude evitar soltar un pequeño gemido, que me hizo ruborizar al instante tapando mi boca con mis manos.

__No cariño, no te contengas, sé que te gustan mis caricias ahora hare que disfrutes mas

Mirándome fijamente a los ojos me empezó a desnudarme de manera lenta y tortuosa, yo temblaba bajo las sabanas sin saber bien que hacer.

__ Ven, pon tus manos acá y disfruta de mi

Tomo mis manos y las puso sobre su escultural abdomen, podía sentir bajo mi tacto su piel caliente, sus músculos duros y firme su piel tersa y un aroma embriagador. Moví mis manos con un poco de torpeza hasta ponerlas tras su nuca y enredar mis dedos con las hebras de su cabello, nos miramos fijamente y me nos besamos en una ardiente y apasionada guerra entre nuestros labios y lenguas, su sabor era exquisito, dulce y amargo a la vez, era un toque masculino que me derretía entre sus manos

De un momento a otro el beso se cortó y Damián empezó a dejar besos regados por mi mandíbula y fue bajando por mi cuello hasta llegar a la unión de este en donde mordió chupo y beso por un largo tiempo

__Hmmn… haaa….

No podía evitar gemir, se sentía delicioso, mi piel ardía bajo su toque, inconscientemente enredé mis piernas en su cintura y lo atraje hacia a mí, nuestros cuerpos chocaron y de ambos salió un gemido ahogado por nuestro propio cuerpo.

Damián me despojo de mi camisa de dormir, para mi desgracia y su bueno suerte no llevaba nada debajo de esta

__M********n, eres perfecta, hermosa he inmaculada, quiero hacerte mía, romperte y devorarte esta noche, pero sé que aún no es el momento, así que por favor déjame saciar mi boca de ti.

Me dijo esas palabras con una mirada oscurecida llena de placer, sus colmillos sobresalían de sus labios al hablar, se notaba que le costaba respirara y que las palabras salgan de él, se veía incomodo, se estaba controlando para no lastimarme, yo solo pude asentir ante su penetrante mirada, estaba avergonzada, pero quería sentir lo que me prometía con su boca.

Siguió repartiendo besos por mi cuello hasta llegar a uno de mis senos, lo contemplo y luego procedió a rosar con su boca, sentía sus colmillos rosar pero sin herirme, de un momento a otro sentí como mis pezones se irguieron ante sus caricias y sin previo aviso sentir que metía uno de estos en su boca, verlo devorar mi seno intentando meter todo de el en su mandíbula era una vista muy erótica, poco a poco sentía como me iba mojando, mi respiración entre cortada, mis gemidos ahogados, todo era tan sensual y cálido con Damián

Una vez satisfecho de uno de mis pechos decidió seguir con el otro, repitiendo su acción, chupando, mordiendo y jugando con su lengua y colmillos, yo vibraba bajo su toque y caricias, bajo una de sus manos por mi espalda hasta acomodarla en mi glúteo y sin previo aviso nos hizo dar una vuelta en donde quede completamente recostada en la cama y Damián encima de mi

Desde esa posición me seguía acariciando, bajando con cautela sus manos hasta llegar al límite superior de mi pantalón de dormir, con sus dedos fue paseándose en el borde de este, haciéndome cerrar los ojos y desear por mas

__Cariño, puedo oler tu excitación, sé que estas ansiosa por mí, se me hace agua la boca por el deseo de probarte, déjame bajar en ti, por favor

Todo lo que me dijo con su voz ronca llena de deseo me hizo mojar aún más mi ropa interior y sin mediar palabra solo asentí, sosteniéndole la mirada.

Eso fue suficiente para que de un solo tirón me dejara desnuda frente a él, lance un pequeño grito de sorpresa e inmediatamente cerré mis piernas y me cubrí con mis manos

_No, no lo hagas, quiero verte, eres hermosa y perfecta, todo lo que quiero es tenerte debajo mío gritando de placer, déjame mostrarte todo lo que te deseo.

Con mucho cuidado fue sacando mis manos, una a una y separando nuevamente, mis rodillas.

DAMIAN

Este era mi sueño hecho realidad, aquí estaba ella, desnuda y entregada a mí, sabia en el fondo que no estaba lista para tomarla con mi miembro palpitante y deseoso por ella, así que en su reemplazo solo usaría mi boca y mi lengua para saciar en medida mi sed y hacerle sentir lo excitante de mí, hasta que sola pidiera más y se entregara por completo.

Fui bajando lentamente por su cuerpo dando besos húmedos y mordidas sensuales, siempre con mis vistas firmes en su rostro, apreciando sus gestos y sin perderme ninguno de sus movimientos, quería grabar en mi retina hasta sus lentos y sensuales pestañeos.

Una vez llegado a la cuna de mi lujuria, fui besando sus muslos internos, repase mi lengua por el interior de estos hasta llegar a su muy húmeda y excitante v*****a, su olor me embriagaba he invitaba a probarla, eso es lo que hice, hundí mi rostro en ella sin pensarlo y sin previo aviso

Hasta mis oídos llego un sinfín de gemidos gloriosos que me demostraban lo bien que estaba cumpliendo mi trabajo, cada sonido que emanaba de su garganta me excitaba mas hasta el punto de gruñir en su centro, mi lengua resbalosa tanto por mi saliva como por sus jugos se iba desplazando en una oleada sin fin desde su hermoso monte hasta la entrada de su gloria.

Mi ritmo era lento, pausado casi al borde de la tortura, sin poder evitarlo mi compañera fue meciendo sus caderas hacia mi haciéndome hundir más mi rostro en ella, en un momento sentí sus dedos enredarse en mi cabello para ser alentado a darle más placer y sin ningún tipo de problema eso es lo que hice, aumente mis movimientos, fui girando mi lengua de un lado a otro, chupaba y besaba sin piedad su zona sensible, en un momento sentí como mis colmillos se alargaron y con la ayuda de estos fui jugando y masajeando su clítoris, lo mordí y succione para después introducir mi lengua en ella, lamí cada rincón y cuando los gemidos fueron más intensos me di cuenta que estaba llegando a su límite, así que con la ayuda de dos de mis dedos bombee en su interior mientras mi lengua se hacía cargo de ese botón mágico de mi compañera, hasta que la sentí tensarse y sentí como mis dedos eran presionando por sus paredes, y junto con esto yo también me derramaba, sintiendo una fuerte ola de placer.

Sin perder el tiempo, tome todo lo que salía de ella, me bebí cada gota de su ser, saboreando lo bien que se sentían sus jugos, dejándola completamente limpia y una vez conforme con mi trabajo subí a mirarla a los ojos, sus hermosos orbes estaban vidriosos con las pupilas dilatas, era un retrato perfecto para mí, con su pecho subiendo y bajando fuertemente, su aliento a un agitado después de su orgasmo, sus labios rojos he hinchados, los cuales me tente y bese haciéndola a ella probar, los residuos de su ser que quedaban en los míos.

No se quejó, al contrario, beso y saboreo complacientemente, esto me hizo volver a excitar.

Ahora lo sabía, Alexandra iba a ser mi perdición en carne y hueso, en esta y en todas mis vidas.

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