Abby
DOS MESES DESPUÉS DE ESE DÍA....
(Aún de los meses atrás)
La situación después de dos meses había mejorado, Amber estuvo a punto de demandarme por haber roto su nariz, y estaba preparada a enfrentarme a ella, pero de la nada, declinó. Había desaparecido por obra de arte, Melani había averiguado que había regresado a París, y que esperaba no volver a verla, por qué ella misma rompería su nariz por segunda vez.
Máximo y yo, la pasamos mucho mejor. Ha sido más abierto en el tema de su pasado, y solo lo que él podía contarme lo decía, decía que lo demás no importaba. Y eso era lo mejor, sonreía más seguido, hacía chistes con Edward, convivíamos más los viernes y &
AbbyActualidad.Positivo. Positivo. Positivo. Mi cabeza repite una y otra vez esa palabra poderosa. El pánico me embarga cada vez que pienso en ello. ¿Cómo decirle a Máximo que estoy embarazada? Él ha repetido en varias ocasiones que no quería familia por el momento, solo él y yo, ¿Entonces? Maldición. ¿Es por su pasado? ¿El bebé que perdió con Amber? —Señorita Benson. — ¿Sí? —salgo de mi nube. —El señor Galloway ha informado que la junta se ha pospuesto hasta el próximo lunes. —Gracias, Robin. Sale de la oficina y yo sigo qu
Máximo —Cancela la videoconferencia con los españoles—Le pido a Sofía quien asiente y sale de mi oficina con las carpetas abrazada contra su pecho, al fin terminamos de verificar mis pendientes. Me recargo en mi respaldo, me giro en mi silla y miro el paisaje de la ciudad. Las ideas fluyen. De nuevo el estómago revuelto. Llevo mi mano a mi boca. —Mierda, no de nuevo. Me levanto a toda prisa al cuarto de servicio, devuelvo todo lo que tengo en mi estómago por cuarta vez en tres días. Esto ya no me gusta nada. ¿Será alguna infección? Me lavo los dientes y después me lavo la cara. Si, tendré que ir al doctor, agarro el móvil y Edison contesta al primer tono. —Señor Galloway.
Abby Llegamos a nuestro restaurante italiano favorito media hora después, Máximo me retira la silla y luego se sienta frente a mí, ordena nuestros platos favoritos, pongo mi servilleta en mi regazo y cuando levanto la mirada, más allá de Máximo aparece una mujer. Amber. ―Buenas noches, Máximo...―Máximo se tensa cuando su mano la pone en su hombro, Amber me mira con desprecio. Máximo hace un breve momento brusco para que Amber retire su mano. Maldita. ―Retírate. ―espeta Máximo sin mirarla, levanta la mano en señal a Edison quien se pone detrás de ella. ―Y al final te has quedado con ésta...―no deja Máximo que termine cuando se levanta alejan
Abby Martha me observa detenidamente con una ceja arqueada cuando salgo del elevador, Máximo está tomando el juego de naranja y al terminar toma un paquetito de galletas saladas, abre el empaque y le da la mordida a una. ―Gracias Martha― se gira hacia mí, yo sigo de pie en el recibidor y apenas puedo pestañear...―Estaré en el despacho, no me esperes, tengo mucho que hacer. Asiento lentamente, Martha y yo miramos como Máximo se dirige hacia el despacho en la planta baja. Luego me encuentro con la mirada de Martha, una sonrisa adorna su rostro y el brillo de emoción salta a la vista. ―Martha yo... ―No diré nada, señorita Benson, soy una tumba. Asiento lentamente, le hago saber a
Máximo ―Máximo...―su voz es un susurro débil. Estoy en total shock, al igual que ella no puedo decir nada más, su rostro palidece mucho más, parpadeo varias veces, ¿Está embarazada? Bajo mi mirada a su vientre que está cubierto por una tela delgada de seda, Abby lleva su mano hasta allí, donde está... ¿Él? ¿Ella? Trago en seco, siento como el escalofrío me recorre de pies a cabeza. No estoy listo para ser padre, las imágenes del pasado, Amber cayendo por las escaleras, la sangre entre sus piernas, el doctor informando que el bebé no sobrevivió, la culpa que me embarga desde entonces… Siento como la ansiedad y el pánico despierta en mí, o podría ser por qué no estamos preparados, no quiero pasar por lo de añ
Abby ―Tienes que descansar, esa caída que has tenido fue peligrosa, ¿Escuchaste lo que dijo la doctora? Casi se desprende mi sobrino...―detiene su regaño y se lleva la mano a su pecho, su labio tiembla, intenta retener las lágrimas. Me muevo un poco, y con la palma de mi mano sobre la cama le hago señas que se acerque. Lo hace sin dudar, se recuesta a mi lado y me abraza. ―Estamos bien―intento tranquilizarla. ―Lo sé, pero el saber que seré tía... me ha vuelto algo sensible. No quiero que les pase nada...―suspiro contra su fleco. ―Gracias, Melani. Nos quedamos en silencio por varios minutos, incluso estoy a punto de quedarme dormida. ― ¿Quieres saber
Máximo ― ¿Ya te sientes mejor? ―Melani me pregunta mientras enrosca su brazo al mío, caminamos por el pasillo hacia la habitación de Abby. Melani me ha contado que se ha quedado dormida, y quiero asegurarme de que ella y nuestro bebé estén bien. Pienso que será una tia muy protectora. Con mi mano libre muerdo otro poco de la galleta salada, las náuseas y el vómito han disminuido. ―Si, mejor. La presión se ha estabilizado solo queda estar...―me quedo callado al darme cuenta de que una enfermera ha llamado mi atención. De espalda se dirige junto con otro enfermero a la otra salida, es demasiado alto, caminan a paso veloz, algo me hace sospechar, han salido de la habitación de Abby. ¿Y la seguridad? ― ¿Qué pasa? ―Melani pregunta al ver que no
Abby ―El señor Galloway, quiere entrar a verla, ¿Qué quiere que haga? ―Estoy acostada en posición de feto, mirando hacia la ventana de la habitación. Mi cabeza quiere estallar, romperse en mil pedazos, como lo está mi corazón en estos momentos. ―No. ―Pero el insiste en.…―la interrumpo. ―No, he dicho que no. Quiero estar sola...―suplico. ―Está bien, señorita Benson. La enfermera sale, por fin estoy sola. Cierro los ojos y la escena se repite una y otra vez dentro de mi cabeza, la mano se desliza a mi vientre y las lágrimas empiezan a deslizarse por mis mejillas, empiezo a llorar de nuevo, a maldecir el por qué no pude hacer mucho más. Por qu&ea