Abby
—Señorita Benson, el señor Galloway ha estado buscándola.
Robin se puso de pie al verme entrar como tornado al interior de mi oficina, se me ha olvidado cargar mi móvil y de nuevo no había salido con mi cargador del departamento.
—Gracias.
Robin estaba de pie frente a mi escritorio observándome como empiezo acomodarme en mi lugar. Levanto la mirada y arqueo una ceja en espera a que hable.
—El señor Galloway me dio órdenes de no retirarme de aquí hasta que tomes el teléfono y le marques antes de que empieces otra cosa del trabajo.
Abro los ojos como platos a sus palabras. Trago saliva incomoda a la petición de este hombre.
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Abby Lo rodea por el cuello y lo inclina hacia a ella, él tiene sus manos sobre sus hombros intentando separarse, así que deduje que ella ha empezado el beso. Siento como la sangre me hierve, recojo el arreglo floral que se ha caído de mis manos y camino a paso un poco veloz, quiero verlo de cerca y cerciorarme de eso antes de lo que voy a hacer. «No te metas, Abby» «No son nada para que armes una escena» —Me importa una mierda lo que piense en este momento—murmuro en respuesta a mis pensamientos, los tacones se hacen escuchar más fuerte de lo que pretendo, Máximo se separa bruscamente y ella tiene la intención de volver a tocarlo. —Mi amor, ¿Qué está pasando aquí? —Máximo me mira y puedo ver la
Máximo Tengo mis manos dentro de mis bolsillos y me arrullo con mis talones de frente hacía atrás esperando a que llegue Abby; Melani no tarda en llegar, Edward ha ido a la oficina después de ver a nuestra madre y mi padre ahora está adentro con ella. Cuando giro mi rostro hacia donde espero que aparezca Abby me encuentro con un Edison preocupado, arrugo mi entrecejo y después me alerto. —Señor Galloway, tiene que venir conmigo. — ¿Qué pasa? —pregunto mientras lo sigo. —Estaba vigilando a la señora Clarke como usted lo ordenó, entró a los servicios después de que usted saliera a…usted sabe—se sonroja al recordar lo de las cámaras y de las bragas de encaje que han sido olvidadas en
Erina Galloway (Madre de Máximo) He escuchado la puerta cerrarse, abro mis ojos y me sorprendo al ver la belleza de la mujer castaña. Sus mejillas están sonrojadas y aprieta con fuerza el ramo de flores silvestres: mis favoritas. —Pasa—susurro sin mucho esfuerzo. Ella torpemente deja las flores con las demás, el arreglo resalta a lado del resto, sonrío y al fijar mi mirada en ella puedo notar su nerviosismo. —Mi nombre es Abby, soy amiga de su hija Melani. —Sé quién eres, he escuchado mucho sobre ti. —sonreí al recordar las palabras de Edward antes de marcharse:"Se comen con la mirada, hasta podría decir que hay algo entre ellos madre, la que te puede confirmar es Melani
Máximo — ¿Eso quiere decir qué no me dirás de qué hablaron? —escolto a Abby a su auto, ella solo sonríe divertida a mi insistencia por saber la conversación que ha tenido con mi madre. —Deja de ser curioso, Galloway—se detiene frente al auto y empieza a buscar en el interior de su bolsa las llaves. Estamos en el estacionamiento, doy un vistazo rápidamente, al no ver a nadie, atrapo su bolsa y la empujo contra la puerta del auto, Abby apenas reacciona. ¿Qué es lo que me pasa con ella? —Galloway, ¿Qué...? —lanza un vistazo a nuestro alrededor, cuando ladea a su derecha en busca de algún espectador, mordisqueo la curva de su cuello, siento como se estremece a mi caricia y ya con ello estoy duro, que duro, durísimo y
Máximo Extrañamente lo quería, pero solamente con ella, podía imaginarla con mi camisa, descalza y sin nada de ropa interior debajo-una imagen demasiado caliente- su cabello castaño desparramado por la almohada mientras ríe por mis caricias bajo las costillas, un punto sensible de su cuerpo que la hace estremecer y romper en risa. Algo que recientemente lo había descubierto. — ¿En qué tanto piensas, Galloway? —regreso a mi realidad y puedo ver a mi hermana de pie frente a mí con una sonrisa.Niego rápido. —En nada que te incumba, Melani. —Oh, sí y me incumbe mucho, ¿Piensas en Abby? —levanto mi mirada de irritación. —Melani, detente.&
Máximo Realmente me da temor hablar con ella, pero pese a eso, necesito su versión. No digo nada, agarro aire y me giro hacia Edward. —Mi padre ha ido por ropa a casa, entro y saldré un rato hacer unas diligencias. —Está bien, he traído comida para los cinco, ¿Sigue Abby aquí? —niego y la irritación crece en mí. ¿Por qué pregunta por ella? —No. —contesto irritado. —Ella se ha marchado hace rato. Pero podría comerlo en su lugar—Melani sonríe al ver el gesto divertido de Edward. Avanzo hacia el pasillo y entro a los servicios. Me lavo la cara para calmar el dolor punzante que me está comiendo por dentro. Levanto el rostro hacia el espejo...algo e
Máximo Espero en el auto hasta que el último cliente saliera de la boutique «Amour de París». Estoy completamente decidido en romper todo lazo con Amber Clarke a pesar de qué mí madre seguía aferrada a tenerla de amistad, ¿Cómo decirle que la hija de su mejor amiga hizo una atrocidad años atrás y su hijo es culpable de eso? No, la podría perder. Y ahora no quería que «ese» pasado arruine lo que estaba encontrando. —Señor Galloway, ha salido el último cliente. —tomo aire y lo suelto lentamente para calmar mi acelerado corazón y el nudo qué se está empezando a establecer en el centro de mi estómago. ¡Vamos Galloway! ¡Tú puedes! —Gracias. Espérame
Máximo Mi personal de seguridad junto con Edison se encarga de Amber, voy camino a mi departamento sumergido en la música instrumental, pero cuando reacciono estoy estacionando afuera del edificio de Abby, quiero entender el porqué de mi atracción por ella, había pensado en el transcurso del camino que desde hace dos años que la había conocido siempre estaba provocando este tipo de sentimiento en mí, la manera en que lo asociaba a otro sentimiento. ¿Es real lo que estoy empezando a sentir por ella? Fijo la mirada en la entrada del edificio, estoy pensando en solo quedarme unos minutos, podría retirarme a mi departamento, a su soledad y al vacío que ahora estoy empezando a notar. Dos minutos después aparece Abby en un conjunto deportivo, carga una bolsa a su pecho; no lo pienso ni dos veces, bajo del auto, cruzo el tráfico