NayleaMe adentro a mi antigua oficina y mi cerebro no le da credibilidad a lo que mis ojos están viendo, está todo sucio y desorganizado, el hedor a alcohol es terrible. Me acerco a Darío quien está de espaldas observando la gran ciudad.—Buenas—saludo.Este al escucharme se espanta y se gira para asegurarse de lo que acaba de oír.—Hola Naylea—contesta—hasta que comprendes que necesitas el trabajo, menos mal lo hiciste a tiempo, por poco le doy tu puesto a otra—dice este con cierto tono de burla.—No regreso a la empresa—aclaro.—Pues, ¿a qué debo tu dulce presencia en el lugar?—contesta cínicamente.—Solo vine a ver cómo seguía todo.—¡De maravilla!—contesta señalando el lugar—¿y tú, por qué no vuelves si sabes que el sueldo te caería excelente?—Porque ya tengo trabajo en otra empresa.—Ganando miseria, yo podría tenerte mejor, lo sabes.—Sería la decisión más estúpida que tomaría en mi vida, a ver...¿acaso no recuerdas lo que pasó entre nosotros?—Ya me disculpé por eso—aclara
Darío 2/2Salgo de mi auto lujoso y me dirijo al interior de la empresa, más específico: al salón de eventos, ahí se encuentran muchos magnates y personas importantes. Me acerco a la barra y pido algo para entrar en ambiente, mientras observo el lugar, no hay señales del anfitrión ni de Naylea.Me aburro y comienzo a decepcionarme, porque otra vez volví a actuar pensando con el corazón y no en lo que es mejor para mí y la empresa.Tomo rápido todo el contenido de mi vaso y pido otro, últimamente he estado bebiendo mucho, ya que una vez que empiezo, simplemente no puedo parar.Una mujer se acerca a la barra y me saluda con una sonrisa radiante y llena de seguridad, es hermosa, su cuerpo y rostro parecen tallados por los mismos dioses, sin embargo, no me interesa. En otros momentos me hubiese encantado tenerla debajo de mí gritando mi nombre, ahora solo deseo que pida su trago y se largue lo antes posible,-¡qué me hiciste mujer!-resoplo con pesadez.Me alejo de la barra sin siquiera co
Salgo de mi oficina y me dirijo al ascensor privado que solo ocupa Joel, sin embargo, hoy me pidió que lo acompañara porque debía tocar un tema importante conmigo.Al principio me preocupé mucho por lo que pasó en la fiesta de anoche, pero al ver su serenidad decidí relajarme un poco.¿Es posible que esté tranquilo porque me va a despedir y simplemente soy una asistente reemplazable o quiere hablar de otra cosa?Es la interrogante que invade mi mente el momento en que entro al ascensor.—Señorita Naylea, anoche tuvimos una hermosa velada—empieza a hablar y no reconozco si es sarcasmo lo que siento en sus palabras, lo que hace que mis nervios aumenten.—Si, muchas gracias, y disculpe por el inconveniente—me adelanto— no sabía que el señor Johnson actuaría de esa manera.—Tranquila, usted no es culpable ni responsable de nada; él solo fue un invitado que no supo comportarse.—Gracias—le digo sinceramente.—me daba miedo que este arrebato afectara mi trabajo.—No hay nada que pueda afecta
Narra Darío—Naylea, yo necesito...—trato de hablar pero me interrumpe.—Necesitas nada Dario, todos siempre necesitan algo de mí, siempre quieren algo de mí, siempre hablan, pero, ¿cuándo me toca necesitar a mí?, ¿cuándo puedo hablar yo?, ¿cuándo podré querer algo?>>Dario, yo necesito que me escuches. Me alegra que hayas vuelto, que estés renovado y que de alguna extraña manera te hayas desapegado tan rápido del alcohol, ahora, lo que yo quiero y necesito que entiendas es que tu momento finalizó, este juego de la asistente obediente, de la Naylea tranquila, de la chica que te cree todos tus cuentos, ya no existe, se esfumó, si por alguna razón desaprovechaste tu oportunidad de estar sexualmente conmigo, pues lo siento por ti, pero no quieras venir a terminar lo que dejaste inconcluso, no planeo volver a caer como una tonta.>>Y,¿sabes lo gracioso?, yo si llegué a quererte, llegué a creer que habías vuelto a ser ese hombre que con tanta admiración Naylea describía, pero no, demostras
Llego a la empresa sonriendo como tonta, el simple hecho de que un hombre como Dario pierda su ego, se disculpe y allane mi hogar para hacerme entrar en razón me sube el ego, sin embargo, desconfío de las palabras de Darío, desconfío de lo que siente, de todo lo que tenga que ver con él; lo conocí hace meses y no hay un día de ellos en el que no haya actuado como un desgraciado sin corazón, no quiero volver a caer, me quiero negar a volver a ser su juguete, pero otro lado de mí quiere conocer esa parte de él, en la que es cariñoso, atento y lo da todo por alguien. Si se llegara a esforzar tanto por mí como lo hace por su empresa y todo lo que le interesa en general, lograría hacerme la mujer más feliz del mundo.Trato de sacar a Darío de mi mente y me dirijo a la oficina lo más sería posible, no quiero que mi jefe note algo extraño en mí, una de las contras principales de llegar a fijarme en Dario sería mi trabajo. Joel ha demostrado cierto interés en mí, aunque para ser sincera, solo
Narra DarioSalgo de casa junto a mi chofer quien conduce mi vehículo, mientras yo llevo el de mi amada. En mi primer día de conquista decidí sorprender a Naylea con un lindo auto que la acompañará en sus aventuras a partir de hoy. Como esta me advirtió que quería mantenerse al margen en la empresa, decidí traérselo a casa para sorprenderla cuando llegara, sin embargo, quién se sorprende soy yo, cuando Naylea baja del taxi y me lanza una mirada desaprobatoria al ver el lujoso vehículo con un gran moño rojo a mi lado. —NO—es su primera reacción—no lo voy a aceptar Dario.—Me cansé de verte expuesta al peligro y gastar dinero todos los días en taxis—me explico—por lo que le quise dar solución a ese problema, y como aceptaste que te conquiste, te tocará aceptarlo a él también—concluyo—.—Dario, esto no es conquistar a una mujer, es comprarla, llenarle los ojos, bombardearla. Conquistar sería pasar a recogerla—empieza a explicar.—Igual lo puedo hacer—contesto, ya que no tengo problemas
NayleaDomingo...Salgo del baño y observo el vestido que Dario compró para mí, es rojo, ese color que encaja perfectamente con el de mi piel, es agua lluvia, un poco fruncido en la parte de los senos y manguitas, tiene un corset que se acopla perfectamente a mi silueta, y la falda cae suelta, dándole un aire de frescura y libertad.Esta cita me tiene los nervios de punta, siento que podría determinar el inicio o el final de algo, no estoy segura cómo puede resultar todo esto y si él es la persona con la que quiero compartir mis días.Darío fue el único hombre que me hizo sentir algo, con quien sentí una conexión, sin embargo, esta se vió afectada por él mismo, y me hace pensar que nada, ni siquiera lo que yo sentí, fue real, pero lo quiero intentar, por mí.Me coloco el vestido y un collar de perlas que va muy bien con las vibras que quiero transmitir.Me maquillo un poco, lo usual, base, corrector, polvo, un poco de brillo en el lagrimal, máscara, brillo labial y rubor, me peino y
1 mes despuésDarioNatalia tenía razón, Naylea ha adorado cada detalle que le he dado y estoy muy feliz por eso, hace un mes tuvimos nuestra primera de muchas citas, el picnic, y hoy puedo asegurar que estoy locamente enamorado y ni siquiera me apena admitirlo, enamorado de una mujer hermosa y maravillosa.Hoy por primera vez, me armaré de valor y le pediré a alguien que sea mi pareja. Nunca he tenido una relación seria, nada pasaba de una cita y diversión de una noche, llegó el momento de sentar cabeza. Me quema el simple hecho de no poder tenerla conmigo, me arde el no poder llamarla mía...En estos momentos me encuentro junto a algunos trabajadores, quienes se están encargando de llenar mi azotea de rosas rojas, rosas por todos lados, excepto por un sendero, ese el cual terminará con una peculiar interrogante...¿quieres ser mi novia?Bajo de la azotea y los dejo trabajar, necesito escoger mi atuendo de la noche, quiero estar listo para el momento en que le haga la gran pregunta.