Entro a la oficina y como siempre, me siento a esperar mi café del día, pero, a pesar de que ya han pasado alrededor de 10 minutos, este no llega, lo que hace que me desespere. Mientras estuvimos fuera, ordené que Naylea tuviera su propia oficina.—Debe estar allí— me despreocupo y llamo a la asistente de Natalia para que traiga mi café.—¡Eres un idiota!—Entra Natalia echando humos.—¿Ahora qué hice?—pregunto despreocupado, siempre tiene alguna que otra razón para enojarse conmigo.—¿Sabes lo que tengo en mis manos?—pregunta desesperada mientras sostiene un papel.—Aún no me dices—me burlo.—LA CARTA DE RENUNCIA DE NAYLEA—me grita, a lo que contesto con una mirada de advertencia—Dario, ¿qué hiciste ahora?—pregunta ahora más relajada.—Nada, ¿qué voy a hacer?, no aguantó la presión de la responsabilidad que conlleva tener este trabajo—quiero creer que esto no tiene nada que ver con lo que pasó—una asistente más que se va. Pide que anuncien que el puesto está libre—concluyo.Natalia me
Darío Ya dos meses sin ver a Naylea, estoy cansado, he estado haciendo todo aquí en la empresa, no he podido conseguir otra tan dedicada como ella...o al menos, eso he fingido. Me siento tan culpable que ya no me avergüenza admitirlo en voz alta. Una parte de mí, conserva la esperanza de volver a verla y disculparme por todo, mientras otra, simplemente quiere dejarla ir, junto con los cambios y recuerdos que trajo a mi vida.Natalia no me habla, Kristofer igual, he estado muy solo y por primera vez, no me siento feliz de eso.Salgo de la oficina después de un largo día de trabajo y me adentro a mi vehículo. Abro la guantera para sacar unos documentos, y de estos cae un pedacito escrito con tinta azul, el cual reconozco perfectamente; lo tomo y lo analizo, no sé si dejarme llevar de mis impulsos y conducir hacia el lugar escrito en él o simplemente seguir fingiendo que no lo tengo.Estoy harto de fingir.Me dirijo al departamento que la anciana no me quiso alquilar, teniendo en cla
NayleaMi vida dió un giro de 180 grados en el momento que mi jefe me dejó desnuda en aquel lugar. Fue un choque de realidad, ¿qué estaba haciendo? En ese instante me desconocí y di cuenta de que estuve actuando mal; nunca me debió de importar el carácter de Darío, su vida personal o su bienestar, yo solo fui su asistente.Una más...Y nunca me porté como tal, siempre velé por su integridad, aún fuera de lo que me correspondía y esto, como toda persona narcisista suele actuar, terminó conmigo sola y desnuda en un lugar desconocido, con la dignidad en el piso...Todos tenemos un punto cero, ese momento en donde sentimos que no podemos estar peor; creí que el mío sería el haber sido echada de casa, ¡no pude haber estado más equivocada! Nunca me sentí tan miserable como esa noche en la finca de Dario.Luego de haber pasado la vergüenza más grande de mi vida, me planté una meta: ser y vivir por y para mí, sin importar nada.Salí de las alas de Darío y con eso, de todo aquello que me pertu
NataliaSalgo de la oficina y escucho a mi hermano hablar, son las 2:00 am, ¿qué hace aquí?Lleva alrededor de dos semanas que no sale de la oficina, ni permite que nadie se adentre a esta, a menos que sean servicios de comida rápida, comida que él no acostumbra consumir. En estos momentos estoy siendo la presidente, está muy descuidado y eso es lo que me preocupa...Tengo dos meses esperando por él, que se disculpe por sus acciones y comprenda que cada cosa que hace, tiene una consecuencia. Quisiera no tomarlo todo personal y simplemente poder seguir cerca de mi hermano, ignorando el hecho de que se ha vuelto un imbecil, pero no puedo.Me lleno de valentía y me adentro a la oficina, hay un terrible olor a alcohol, ¿ha estado bebiendo todo este tiempo? No es necesario que formule dicha pregunta, puesto que hay una extraña pila de botellas vacías, entre las que puedo diferenciar, Whiskey y vino.¿Qué diablos pasa aquí?—¿Qué buscas en mi oficina?—Esta ya no es una oficina, es un basu
NayleaMe adentro a mi antigua oficina y mi cerebro no le da credibilidad a lo que mis ojos están viendo, está todo sucio y desorganizado, el hedor a alcohol es terrible. Me acerco a Darío quien está de espaldas observando la gran ciudad.—Buenas—saludo.Este al escucharme se espanta y se gira para asegurarse de lo que acaba de oír.—Hola Naylea—contesta—hasta que comprendes que necesitas el trabajo, menos mal lo hiciste a tiempo, por poco le doy tu puesto a otra—dice este con cierto tono de burla.—No regreso a la empresa—aclaro.—Pues, ¿a qué debo tu dulce presencia en el lugar?—contesta cínicamente.—Solo vine a ver cómo seguía todo.—¡De maravilla!—contesta señalando el lugar—¿y tú, por qué no vuelves si sabes que el sueldo te caería excelente?—Porque ya tengo trabajo en otra empresa.—Ganando miseria, yo podría tenerte mejor, lo sabes.—Sería la decisión más estúpida que tomaría en mi vida, a ver...¿acaso no recuerdas lo que pasó entre nosotros?—Ya me disculpé por eso—aclara
Darío 2/2Salgo de mi auto lujoso y me dirijo al interior de la empresa, más específico: al salón de eventos, ahí se encuentran muchos magnates y personas importantes. Me acerco a la barra y pido algo para entrar en ambiente, mientras observo el lugar, no hay señales del anfitrión ni de Naylea.Me aburro y comienzo a decepcionarme, porque otra vez volví a actuar pensando con el corazón y no en lo que es mejor para mí y la empresa.Tomo rápido todo el contenido de mi vaso y pido otro, últimamente he estado bebiendo mucho, ya que una vez que empiezo, simplemente no puedo parar.Una mujer se acerca a la barra y me saluda con una sonrisa radiante y llena de seguridad, es hermosa, su cuerpo y rostro parecen tallados por los mismos dioses, sin embargo, no me interesa. En otros momentos me hubiese encantado tenerla debajo de mí gritando mi nombre, ahora solo deseo que pida su trago y se largue lo antes posible,-¡qué me hiciste mujer!-resoplo con pesadez.Me alejo de la barra sin siquiera co
Salgo de mi oficina y me dirijo al ascensor privado que solo ocupa Joel, sin embargo, hoy me pidió que lo acompañara porque debía tocar un tema importante conmigo.Al principio me preocupé mucho por lo que pasó en la fiesta de anoche, pero al ver su serenidad decidí relajarme un poco.¿Es posible que esté tranquilo porque me va a despedir y simplemente soy una asistente reemplazable o quiere hablar de otra cosa?Es la interrogante que invade mi mente el momento en que entro al ascensor.—Señorita Naylea, anoche tuvimos una hermosa velada—empieza a hablar y no reconozco si es sarcasmo lo que siento en sus palabras, lo que hace que mis nervios aumenten.—Si, muchas gracias, y disculpe por el inconveniente—me adelanto— no sabía que el señor Johnson actuaría de esa manera.—Tranquila, usted no es culpable ni responsable de nada; él solo fue un invitado que no supo comportarse.—Gracias—le digo sinceramente.—me daba miedo que este arrebato afectara mi trabajo.—No hay nada que pueda afecta
Narra Darío—Naylea, yo necesito...—trato de hablar pero me interrumpe.—Necesitas nada Dario, todos siempre necesitan algo de mí, siempre quieren algo de mí, siempre hablan, pero, ¿cuándo me toca necesitar a mí?, ¿cuándo puedo hablar yo?, ¿cuándo podré querer algo?>>Dario, yo necesito que me escuches. Me alegra que hayas vuelto, que estés renovado y que de alguna extraña manera te hayas desapegado tan rápido del alcohol, ahora, lo que yo quiero y necesito que entiendas es que tu momento finalizó, este juego de la asistente obediente, de la Naylea tranquila, de la chica que te cree todos tus cuentos, ya no existe, se esfumó, si por alguna razón desaprovechaste tu oportunidad de estar sexualmente conmigo, pues lo siento por ti, pero no quieras venir a terminar lo que dejaste inconcluso, no planeo volver a caer como una tonta.>>Y,¿sabes lo gracioso?, yo si llegué a quererte, llegué a creer que habías vuelto a ser ese hombre que con tanta admiración Naylea describía, pero no, demostras