Tras hablar con su novio por largo rato, Mayra se va a la cama feliz acariciando el nuevo futuro que tendrá su relación cuando le dé esa maravillosa noticia al hombre que tanto, ama.
Cuando la mañana llega, su nuevo semblante y ese buen humor no pasa desapercibido para sus padres.—Hoy te veo diferente, pequeña ¿Podemos saber a qué se debe tanta alegría? —pregunta su padre.—Pronto lo sabrán, pero les adelanto que tiene que ver con mi novio. —Se sienta a la mesa para desayunar.—Al fin van a presentarnos a ese hombre misterioso. —Inquiere su madre —Debo confesarte que no estoy de acuerdo con los romances ocultos.—No tienen por qué preocuparse, los estudios universitarios van genial y lo saben, mi romance no ha interferido para nada y además saben que lo que más deseo es terminar mi carrera y especializarme.—Aprobamos tu buen juicio, amor. Pero ya es tiempo de que nos presentes a ese muchacho. No es correcto que se sigan viendo a escondidas, como si su amor fuese prohibido. —Insiste su padre.La diferencia de edades es la razón por la que ha ocultado a su gran amor, si bien, no son diez años; cuatro años hacen diferencia cuando ese romance empezó siendo menor de edad.—Voy temprano a hablar con él y cuando regrese de la universidad los cuatro tendremos una bonita charla, lo prometo. —sonríe.—¿Es algún compañero de clase? —Pregunta su madre.—Bueno… digamos que sí.—¡Lo sabía! ¿Has estado saliendo con un chico mayor? —parece preocuparse la madre.—No te escandalices, mamá. Solo es un poquitito mayor, me quiere mucho, me respeta y estoy segura de que cuando lo conozcan lo van a adorar. Es inteligente, guapo y muy encantador.—Y por su bien, más le vale no haberte tocado —La mira un poco serio, su padre.—¡Ay, papá! Estamos en el siglo veintiuno. —responde —¿Qué pareja actual conoces que no haya hecho el amor?—¡Mayra! —Exclama la madre —¡Qué manera de hablar es esa!Su padre se ahogaba tomando café y ella ríe divertida ante la cara sonrojada de su progenitora. Pues, aunque aparenten ser muy estrictos, confían en su juicio y apoyan sus decisiones.Después de desayunar sale con una hora de anticipación antes del inicio de clases, dejando un breve mensaje de confirmación de su cita, a su amado.“Te espero en la cafetería de siempre en veinte minutos, no faltes”“Estaré a tiempo, princesa. Muero por verte, cada segundo lejos de ti es inmenso”, recibe una pronta respuesta.Se coloca los auriculares y escuchando su música favorita camina despreocupada por la acera hasta la estación de buses, cuando de repente, un auto se detiene frente a ella antes de que cruce la siguiente cuadra.— Hola, Mayra.—Buen día, profesor. —Borra su sonrisa y cambia su mirada. Ese hombre tiene algo que la asusta.Se baja del auto, congelándola, intenta moverse, pero parece tener los pies pegados al pavimento.—¿Vas a la universidad? ¡Te llevo!—Gracias, pero veré a mi novio— le recalca. —Y no necesito que me lleve. Ya sabe los problemas que puede haber por ello.—Que no te preocupe el resto del mundo —Extiende su mano e intenta acariciar su mejilla, pero ella retrocede.—Gracias, prefiero caminar.—Esa actitud no es buena, Mayra.—Y el que usted insista en conquistarme tampoco, profesor. Ya le he repetido miles de veces; no me interesa, nunca podría sentir nada por alguien como usted.—Te amo, te quiero más que a mi propia vida y estoy dispuesto a todo por tenerte.—Eso jamás pasará. Voy a casarme con …—Shh —la silencia. —Ustedes no podrán estar juntos mientras yo pueda evitarlo.—¿Por qué tiene esa obsesión enfermiza conmigo? —aferra a su pecho los libros que sujeta en sus manos.—No es obsesión Mayra, es amor. El más puro de los sentimientos, no tienes idea de lo mucho que me trastorna tu indiferencia. ¿Por qué no puedes creer que te amo? ¿Qué tengo que hacer para convencerte de que te necesito en mi vida? — Intenta acercarse y ella vuelve a retroceder.—Desde el primer día que puso sus ojos en mí se lo dejé bien claro, profesor Arias. Nunca podría interesarme, ni con todo el dinero del mundo podrá comprar mi cariño.—Lástima que sigas pensando lo mismo. Intenté hacer las cosas por las buenas, pero no me dejas alternativa.—Sigue siendo un necio, en su mundo de fantasía cree que algún día podrá lograr algo conmigo y se equivoca. Así pasen mil años y sea el único hombre sobra la tierra, jamás me importaría. Y le aseguro que…No puede continuar porque un fuerte golpe en la cabeza la derriba cayendo directo a los brazos de su maestro.Apenas pudo escucharse un quejido, el trancazo recibido por poco y le parte en dos la cabeza.—Te dije que por las buenas o por las malas serias mía, Mayra. Ahora nadie va a separarme de ti, me encargaré de que nuestra relación funcione de maravilla. Ya verás que llegarás a amarme tanto como yo te amo, mi pequeña. Seremos muy felices.Acaricia sus cabellos mientras su mano se llena de sangre.Tres meses después Dicen que la felicidad plena no existe, que siempre entre tantas risas existe el momento de llorar con desesperación. Dicen que cuando más feliz te ve el mundo, más tristeza se guarda en tu alma. No sé cuánto decierto hayaen eso, pero de algo estaba seguraMayra; en otra vida su felicidad fue plena.Desde que despertó sin recuerdos de aquel accidente, solo ha sentido miedo. Su corazón a menudo le grita que su presente es una pesadilla y debe despertar.—¿Te sucede algo princesa? —pregunta su madre al notar que no le presta atención.—Solo, intentaba recordar algunas cosas de la universidad. Pero parece que mi mente sigue en blanco.—No te esfuerces por ello, princesa. Solo sigue las indicaciones de tu esposo y todo saldrá bien, ya verás que muy pronto podrás tener de vuelta todos tus recuerdos. —Sigue mostrándole fotografías de amigos y familiares —No sabes lo feliz que estamos tu padre y yo de tenerte de vuelta, creo que j
Diez años despuésEl tiempo ha pasado muy rápido, en un abrir y cerrar de ojos dejó la silla de ruedas, tras las terapias de rehabilitación y se convirtió en madre, postergó sus clases universitarias virtuales, porque a pesar de que Valentino prometió apoyarla con una empleada extra para atender a los bebés, al final decidió no hacerlo por los primeros meses, pues alegó que ellos necesitaban cien por ciento de sus cuidados y amor.—Las clases virtuales las puedes retoman en seis meses, mi reina hermosa. Te prometo hacer lo necesario para que concluyas tu carrera. Pero mientras tanto puedes ir preparándote para empezar de nuevo, pues no recuerdas nada de lo que estudiaste y tendrías que empezar de cero.—No hay problema, yo espero.—Esa actitud me gusta —acerca sus labios y la besa con pasión. —Te amo, no olvides nunca, princesa.¿Olvidarlo? Ni siquiera empezaba a recordarlo, de nada servían las muchas historias de amor que
Media hora después, Valentino estuvo en casa, para llevar a su hermosa esposa a una velada de ensueño. Se despide de sus suegros y de sus hijos como todo un padre amoroso.Salen de casa del brazo como cualquier familia feliz.—¿A dónde iremos?—Es una sorpresa. Sé que va a gustarte la idea. —le abre la puerta del coche —Te ves perfectaCierra la puerta y se apresura a subir.—No estoy acostumbrada a usar esta lencería, es muy incómoda.—Lo sé, pero hay que estar dispuestos a probar de todo. Ya verás porque lo hice.Sonríe de una manerapícara, pues la inocente chica no tiene idea de lo que lleva puesto. Encendiendo el auto se pone en marcha sin dejar su sonrisa boba. No pasa mucho para que ambos lleguen a uno de los restaurantes más lujosos de la ciudad. Eso no le dio buena espina a
Después de la fallida cena, Valentino se retira a su habitación en silencio, dejando queMayradurmiera en la habitación de los niños. A la mañana siguiente se fue al hospital luego de desayunar con la familia y sin mostrar el más mínimo gesto de enojo, seguía siendo el mismo esposo de siempre, risueño y bromista, como si nada hubiese pasado.—¿Cómo estuvo su velada? —pregunta Marcela.—Todo de maravilla, suegra. Un poco aburrido, ya saben cómo son las reuniones con los socios, pero todo fue genial.¿Genial?Mayradudaba de lo que decía ¿Acaso estaba volviéndose loca o solo soñó lo que dijo? Valentino se veía feliz como cada mañana y antes de irse le da un beso en los labios confundiéndola aún más.—Vengo temprano para cenar todos juntos, mi re
Después de preparar su equipajeMayrava a la habitación de sus hijos a revisar si todo está en orden, da un rápido vistazo y luego de guardar algunas cosas que se les había pasado, los abriga bien y les deja el beso de buenas noches.—Te quiero, mamá —susurraSashacon los ojos cerrados.—Yo también, mi corazón. Descansa.Apaga la luz y regresa a surecámara, al entrar ve a Valentino con los ojos cerrados, al parecer dormido, pero antes de acostarse en la cama piensa mucho en compartir esa última noche en la ciudad, a su lado. Se dirige al baño, mojarse la cara y al levantar la vista intenta reconocerse en el espejo. Han pasado diez años soportando tanto y ahora que se atrevió a decir lo que sentía, el alivio no aparecía en su alma, por el contrario, la angustia hace añicos su corazón, va a perde
Llegaron al El Aeropuerto Internacional de Los Ángeles y grande fue la sorpresa deMayraal descubrir que tenían un vuelo privado “¡Vaya!, su nuevo jefe si debe ser multimillonario” Piensa, mientras sus hijos bajan maravillados por la idea de recorrer el avión sin que los detengan.Entonces como leyendo sus pensamientos Valentino se apresuraa despejar las dudas de su esposa.—Tampoco estaba enterado de este vuelo hasta que Oliver me lo dijo al salir de casa. Mi jefe quiere que tenga todas las comodidades y como te lo dije, no tiene problemas en gastar unos cuantos dólares extras.—Pues sí, contratar un vuelo privado, es un privilegio.—¿Quién dijo que es contratado? Es uno de sus aviones personales. —sonríe tomando para acercarse.—¿Es su avión?—Sí y todo transcurre favorablemente,
Seis horas después el avión aterriza en al Aeropuerto Internacional Ernesto Cortisol en Barranquilla -Soledad. Desde que desembarcaron, Valentino ha estado pendiente de una llamada, al parecer su nuevo jefe quería saber algunos de talles antes de dar la orden de ser llevado a Villa campestre, su nuevo dulce hogar.—Nunca pensé que amaría tanto un vuelo privado. —Dice Antón —Todo estuvo de lujo.—Nosélo que comí, pero estuvo delicioso —AgregaSasha. —Teníatantas ganas de repetir, pero la mirada de papá, me detuvo.Los niños seguían felices y no podía darme el lujo de mostrar su tristeza. Aunque ellos la conocen mejor que el mismo Valentino.—¿Sucede algo mamá? —pregunta Antón.—Nada cariño, solo estoy cansada. Aunque las horas en el avión no se sin
Al salir, ven a Oliver esperar a unos metros, los niños se adelantan mientras sus padres caminan despacio tomados del brazo como una pareja enamorada y feliz.—¿Sabes? Estoy muy excitado —le susurra Octavio al oído— No sé si pueda soportar la idea de compartir tu belleza con otros hombres.—Tus cumplidos, me incomodan. —Le responde muy seria. —Y este atuendo escandaloso me incomoda.—Debes aprenderte a vestir para ocasiones como estas.—Lo que pretendas hacer no me interesa, lo que detesto es me exhibas como tu trofeo.—¿Por qué dices esas cosas?—Me siento como una mujerzuela.—Deja de exagerar. —Se detiene. —Te ves divina.La mansión de Octavio lucia preciosa, muy iluminada y al juzgar por los muchos autos estacionados afuera, a dentro les esperaba una gran fiesta. Aunque entendía el interés