Era su tercer día en la casa Villalba y Elena sentía que tenía avances significativos con su paciente. Tanto en su bienestar, como en su investigación. Eso se repetía a sí misma para acallar la inquietante sensación de estar cruzando límites en su ética profesional. Pero las conversaciones fluían con tal naturalidad que podía cumplir ambos propósitos: aliviar la mente fragmentada de Camila, ayudándola a recordar lo más que pudiera, y obtener la información que necesitaba para sus propios fines junto con Alejandro…Alejandro.Hoy debían reunirse para hablar de los progresos alcanzados hasta el momento. Solo pensar en verlo hacía que su corazón latiera con más fuerza. Llevaba dos días sin escucharlo, sin verlo, y le sorprendía lo mucho que lo extrañaba… Ese sentimiento la irritaba. Le molestaba su propia vulnerabilidad. Le hacía sentir un poco de rabia consigo misma, darse cuenta de que él tenía ese efecto en ella.También vería a Valeria, lo que le llenaba de emoción. Necesitaba a su he
Elena le pidió a Iván que la esperara un momento. Iba a subir por sus cosas. Mientras se alejaba al interior de la casa, Iván la contemplaba detenidamente.-Vaya Iván, disimula un poco. Sé que eres un seductor empedernido y te he visto en acción, pero por favor, ¿la enfermera también?-Dijo Leticia en tono sarcástico.-Me disculparás Leticia querida, pero la verdad es que no me esperaba lo hermosa que es la nueva enfermera de tu madre. Tu novio me mencionó lo buena que es en su trabajo. Pero amigo mío no mencionaste que es toda una amazona.Alejandro le lanzó una mirada fulminante, lo que ocasionó un poco de gracia en su amigo, quien tenía conocimiento de los planes de su socio y amigo, pero no conocía todos los detalles.-Me siento un poco responsable por Elena y su trabajo con la madre de Leticia. Por favor trata de mantener tus tentáculos e impulsos lejos de ella.-La voz se Alejandro se mantuvo serena aunque tenía los músculos tensionados. Leticia lo notó.-Querido, está bien que te
Iván le abrió la puerta del automóvil a Elena como todo un caballero y la acompañó hasta la puerta del apartamento.-Ha sido todo un placer conocerte Elena. Y espero que no sea la última vez que nos veamos. Si llegas a necesitar nuevamente a alguien que te lleve a cualquier lugar, créeme que estaré más que dispuesto.También me dio mucho gusto conocerte Iván. Tendré muy en cuenta tu oferta.Elena le extendió la mano para despedirse de manera formal, pero Iván le tomo la mano con suavidad y se acercó dándole un beso en la mejilla. Elena se sorprendió un poco, pero lo tomo como un gesto amable, aunque se percató lo seductor que era, seguramente no era solo con ella. Se preguntó si sería así de galante con todas las mujeres. Se despidieron y ella ingresó a su departamento con ansias de ver a Valeria.-¡Hermanaaa!-Gritó Valeria en cuanto vio a Elena cruzar la puerta. Saltó de felicidad y corrió a abrazar a Elena.-Me hiciste una falta enorme. Sé que han sido apenas unos días pero y te extr
Después de reponerse de la emoción que sintió al leer el mensaje en su celular, revisó su reloj. Faltaban dos horas para que la reunión con Alejandro. Decidió calmarse y buscar respuestas. Antes de entrar al apartamento Elena revisó el casillero. Retiró la correspondencia y se dispuso a revisarla con calma apenas estuvo sentada nuevamente en la pequeña mesa del comedor. Val seguía disfrutando de las galletas. Mariana estaba guardando la carpeta con todo el historial médico de su paciente.En efecto allí estaba el recibo de pago de renta. Decía claramente, el valor correspondía a ocho meses. No lo podía creer. ¿Quién había realizado ese pago por adelantado? Solo un nombre se le vino a la cabeza…Pero además había otra correspondencia que también le llamó la atención… Se levantó y caminó hacia la mesa donde dejaba las facturas que tenía pendientes por pagar, que por cierto eran varias. Mayor sería aún su sorpresa, no estaban. Abrió la gaveta y las buscó. Caminó hacia la mesa de noche jun
Alejandro conducía el vehículo con precisión y a buena velocidad. Parecía ansioso por llegar. En menos de veinte minutos estaban atravesando las puertas del hotel. Entraron al vestíbulo y Elena pudo sentir como las miradas se posaban sobre los dos. Pudo sentir las miradas de admiración de los clientes que estaban a esa hora registrándose en el lobby. Alejandro era un hombre respetado, y por lo visto nunca pasaba inadvertido a la admiración del público femenino. Lo que ella ignoraba, era que las miradas de admiración no estaban solo dirigidas a su acompañante. Elena no se daba real cuenta del efecto que causaba. Tenía un porte elegante y distinguido aún sin pretenderlo. Y caminando uno al lado del otro, compaginaban a la perfección. Una empleada con sonrisa profesional y vestida de manera impecable los recibió en el lobby, y los acompañó hasta el ascensor. Antes de cerrarse las puertas Alejandro le dio instrucciones.-Cena para dos en el privado por favor.Dentro del ascensor Elena se
Elena tragó saliva, sintiendo la intensidad de la mirada de Alejandro clavada en ella. Sabía que lo que estaba a punto de decir era delicado. Pero también sabía que Alejandro merecía conocer la verdad.—Camila Villalba tiene muchos cargos de conciencia —empezó a decir con cautela–En sus momentos lúcidos, los recuerdos que llegan a su memoria la hacen sentir demasiada culpa. Lo bueno de eso es que, esa culpa, la hace hablar.Alejandro frunció el ceño, tensando la mandíbula—Dime exactamente qué recordó en relación a mi madre. Sus cargos de conciencia me tienen sin cuidado. –dijo oscureciendo un poco la mirada. -¿Qué es lo que ella sabe?Elena respiró hondo y trató de responder, midiendo sus palabras.—Creo que debemos entrar, sentarnos y conversar bien. Hay muchas cosas que debo decirte.Alejandro retiró las manos de la cintura de Elena y se apartó, permitiéndole pasar delante de él al interior del apartamento. Él la guió hasta la amplia sala. Ella se sentó, estaba calmada, pero notó
Y antes de que ella pudiera decir algo más, sus labios la capturaron en un beso apremiante. No era un beso suave ni delicado. Era un beso cargado de urgencia, de necesidad, de emociones reprimidas que explotaban en ese instante. Era como si su vida dependiera de ello, como si necesitara fundirse con ella para poder respirar. Sus manos la aferraban con fuerza, como si temiera que si la soltaba, desaparecería.—Me has hechizado, Elena. No puedo sacarte de mi mente. –Le dijo Alejandro con su voz cargada de pasión, sus ojos estaban cargados de un fuego abrazador…Elena al principio se quedó inmóvil, no respondió con la misma intensidad, tratando de procesar lo que estaba ocurriendo. Pero poco a poco, como si una llama ardiente la devorara desde adentro, la pasión la invadió y se dejó llevar. Sus dedos se enredaron suavemente en el cabello de Alejandro, profundizando el beso, dejándose consumir por esas sensaciones, que habían estado contenidas demasiado tiempo. Sus cuerpos se acercaron aú
Elena había pasado la noche intentando ignorar los pensamientos que la mantenían inquieta. A pesar de su determinación de mantener la cabeza fría, las palabras de Alejandro seguían resonando en su mente. …Déjame cuidar de ti...Despertó antes de que el sol asomara en el horizonte., su mente había estado inquieta, entrelazada con los pensamientos que Alejandro había sembrado la noche anterior. Se sentó en el borde de la cama y recordó todo lo ocurrido en el apartamento de Alejandro. Sabía que ese día había marcado el inicio de algo nuevo, aunque aún no estaba segura de si aquello era bueno o malo.A pesar de haber dormido pocas horas, se sentía renovada y de muy buen ánimo. Sentía como si hubiera recargado nuevas fuerzas. Además el nuevo tratamiento de Valeria la llenaba de esperanzas, la tenía entusiasmada…y lo vivido el día anterior con Alejandro también tenía mucho que ver, aunque se negara a reconocerlo. Se levantó con cuidado y se acercó para darle un vistazo a Valeria. Su hermana