Leticia Villalba estaba iluminada por la brillante lámpara de cristal que colgaba del techo en el centro de la sala principal de la casa.Alta, elegante, con un vestido color vino que se ajustaba a su figura perfecta. Su cabello caía en suaves ondas sobre sus hombros, y sus labios, pintados de rojo intenso, se curvaron en una sonrisa que no reflejaba felicidad de verlos.Tenía una mirada afilada que se posó primero en Alejandro, con un brillo de posesión, y luego en Elena, con una estudiada indiferencia que apenas disfrazaba el escrutinio.El silencio en la estancia se volvió espeso.—Alejandro —murmuró Leticia, con una dulzura calculada.Avanzó con pasos lentos pero seguros, dejando que el eco de sus tacones resonara en el suelo de mármol pulido.Elena sintió que cada uno de esos pasos era una declaración silenciosa: "Este es mi territorio. Y Él es mío también".Alejandro, por su parte, se mantuvo imperturbable.—Leticia —respondió con una sonrisa controlada.Ella no se detuvo hasta
Elena despertó con un sobresalto, la respiración agitada y con la frente sudada. Tuvo la misma pesadilla que la perseguía por años. Ese recuerdo que le aprisionaba el pecho y no la dejaba en paz ni siquiera dormida… un pensamiento le vino a la mente, sintió en lo más profundo de su ser que ni ella ni sus propios padres podrían descansar en paz hasta que lograra obtener su venganza… hasta que se lograra hacer justicia, se corrigió mentalmente. Miró su reloj en la mesa de noche junto a la cama. Marcaba las 4:30 de la madrugada. Se levantó y se dirigió al cuarto de baño. Necesitaba una ducha, despertarse del todo antes de iniciar su doble trabajo en esa casa.A las 5:00 AM ya estaba vestida con su uniforme, que aún sin proponérselo la hacía lucir esbelta, se recogió el cabello en una cola alta lo que resaltaba sus facciones, un pequeño y delicado mechón de cabello le caía al lado de la frente enmarcándole el rostro. Contempló el amplio jardín desde la ventana de su habitación antes de sa
El primer día de Elena en la casa Villalba había transcurrido en calma después de ese encuentro temprano en la mañana con su enemigo. Le había mentido cara a cara y sin titubear al decirle que no había encontrado las pastillas. Tenía avances con lo que había hallado, sabía que debía tener precaución en cada detalle.Esa tarde, mientras cepillaba con delicadeza el cabello de Camila, la mujer mantuvo la vista fija en el jardín. De pronto, comenzó a hablar, como si sus pensamientos se desbordaran sin control.—Me ha traicionado… me ha engañado terriblemente. Y lo peor de todo es que se ha enredado con una mujer que podría ser su hija…—murmuró, con una amarga sonrisa—Yo se lo he dado todo, toda mi lealtad…Todo mi apoyo…Elena permaneció en silencio, dándole espacio para continuar. En ese momento Camila Villalba la tomó de la mano con suavidad, le quitó el cepillo y lo dejó en su propio regazo.—Siéntate a mi lado por favor. —le pidió a Elena. Ella tomó la silla del tocador y la colocó al
Era su tercer día en la casa Villalba y Elena sentía que tenía avances significativos con su paciente. Tanto en su bienestar, como en su investigación. Eso se repetía a sí misma para acallar la inquietante sensación de estar cruzando límites en su ética profesional. Pero las conversaciones fluían con tal naturalidad que podía cumplir ambos propósitos: aliviar la mente fragmentada de Camila, ayudándola a recordar lo más que pudiera, y obtener la información que necesitaba para sus propios fines junto con Alejandro…Alejandro.Hoy debían reunirse para hablar de los progresos alcanzados hasta el momento. Solo pensar en verlo hacía que su corazón latiera con más fuerza. Llevaba dos días sin escucharlo, sin verlo, y le sorprendía lo mucho que lo extrañaba… Ese sentimiento la irritaba. Le molestaba su propia vulnerabilidad. Le hacía sentir un poco de rabia consigo misma, darse cuenta de que él tenía ese efecto en ella.También vería a Valeria, lo que le llenaba de emoción. Necesitaba a su he
Elena le pidió a Iván que la esperara un momento. Iba a subir por sus cosas. Mientras se alejaba al interior de la casa, Iván la contemplaba detenidamente.-Vaya Iván, disimula un poco. Sé que eres un seductor empedernido y te he visto en acción, pero por favor, ¿la enfermera también?-Dijo Leticia en tono sarcástico.-Me disculparás Leticia querida, pero la verdad es que no me esperaba lo hermosa que es la nueva enfermera de tu madre. Tu novio me mencionó lo buena que es en su trabajo. Pero amigo mío no mencionaste que es toda una amazona.Alejandro le lanzó una mirada fulminante, lo que ocasionó un poco de gracia en su amigo, quien tenía conocimiento de los planes de su socio y amigo, pero no conocía todos los detalles.-Me siento un poco responsable por Elena y su trabajo con la madre de Leticia. Por favor trata de mantener tus tentáculos e impulsos lejos de ella.-La voz se Alejandro se mantuvo serena aunque tenía los músculos tensionados. Leticia lo notó.-Querido, está bien que te
Iván le abrió la puerta del automóvil a Elena como todo un caballero y la acompañó hasta la puerta del apartamento.-Ha sido todo un placer conocerte Elena. Y espero que no sea la última vez que nos veamos. Si llegas a necesitar nuevamente a alguien que te lleve a cualquier lugar, créeme que estaré más que dispuesto.También me dio mucho gusto conocerte Iván. Tendré muy en cuenta tu oferta.Elena le extendió la mano para despedirse de manera formal, pero Iván le tomo la mano con suavidad y se acercó dándole un beso en la mejilla. Elena se sorprendió un poco, pero lo tomo como un gesto amable, aunque se percató lo seductor que era, seguramente no era solo con ella. Se preguntó si sería así de galante con todas las mujeres. Se despidieron y ella ingresó a su departamento con ansias de ver a Valeria.-¡Hermanaaa!-Gritó Valeria en cuanto vio a Elena cruzar la puerta. Saltó de felicidad y corrió a abrazar a Elena.-Me hiciste una falta enorme. Sé que han sido apenas unos días pero y te extr
Después de reponerse de la emoción que sintió al leer el mensaje en su celular, revisó su reloj. Faltaban dos horas para que la reunión con Alejandro. Decidió calmarse y buscar respuestas. Antes de entrar al apartamento Elena revisó el casillero. Retiró la correspondencia y se dispuso a revisarla con calma apenas estuvo sentada nuevamente en la pequeña mesa del comedor. Val seguía disfrutando de las galletas. Mariana estaba guardando la carpeta con todo el historial médico de su paciente.En efecto allí estaba el recibo de pago de renta. Decía claramente, el valor correspondía a ocho meses. No lo podía creer. ¿Quién había realizado ese pago por adelantado? Solo un nombre se le vino a la cabeza…Pero además había otra correspondencia que también le llamó la atención… Se levantó y caminó hacia la mesa donde dejaba las facturas que tenía pendientes por pagar, que por cierto eran varias. Mayor sería aún su sorpresa, no estaban. Abrió la gaveta y las buscó. Caminó hacia la mesa de noche jun
Alejandro conducía el vehículo con precisión y a buena velocidad. Parecía ansioso por llegar. En menos de veinte minutos estaban atravesando las puertas del hotel. Entraron al vestíbulo y Elena pudo sentir como las miradas se posaban sobre los dos. Pudo sentir las miradas de admiración de los clientes que estaban a esa hora registrándose en el lobby. Alejandro era un hombre respetado, y por lo visto nunca pasaba inadvertido a la admiración del público femenino. Lo que ella ignoraba, era que las miradas de admiración no estaban solo dirigidas a su acompañante. Elena no se daba real cuenta del efecto que causaba. Tenía un porte elegante y distinguido aún sin pretenderlo. Y caminando uno al lado del otro, compaginaban a la perfección. Una empleada con sonrisa profesional y vestida de manera impecable los recibió en el lobby, y los acompañó hasta el ascensor. Antes de cerrarse las puertas Alejandro le dio instrucciones.-Cena para dos en el privado por favor.Dentro del ascensor Elena se