Decidió ese mismo día salir hacer su rutina de encuestre, caída la tarde regresa al establo, con una leve esperanza que volvería a ver aquel joven desconocido, que solo intercambiaron un par de palabras, pero esa ilusión se desvaneció, una vez cruzado el pórtico, baja como de costumbre de su yegua, en ese preciso instante recuerda aquel grito que fue interrumpido por su hermano y que le vino a la memoria tal nombre que fue repetido en dos ocasiones. Se aproximó un poco más rápido, no como de costumbre a su casillero, esperaba encontrar de nuevo la particular manera de escribir del joven. Se quedó con una pequeña certeza de que fuera él, por el recuerdo de aquel nombre que había escuchado y que coincidía con la inicial de la carta.
— ¡Buenos días señorita! Le saluda Paquita.
— ¡Buenos días! Le responde la joven.
— Mensaje un caballero ha dejado. Dijo Paquita.
— ¿Qué mensaje me ha dejado? Pregunta Naty.
— No he dicho que fuera para usted mi bella dama. Dijo la mucama.
— Perdón por mi suposición. Responde angustiada Natalia.
— ¿Está esperando información? refleja usted mucha desesperación. Le contestó la mucama.
— ¿Ante tal interrogación porque la atrevida aseveración? Replicó la doncella.
— Perdone usted a mí ahora, por mi imprudencia. Dijo Paquita.
— La razón de la irrupción no ha tenido finalización, después de esta confusión; ¿puede usted decir a qué viene?
— Si claro, un joven vino para avisarle al joven Alberto que mañana por la mañana vienen los hombres interesados por comprar caballos y que perdonaran el retraso ya que antes no habían podido llegar por problemas particulares. Le dijo la mucama.
— Muy bien, le notificaré a mi hermano de la visita. Respondió Natalia.
A la hora del almuerzo reunidos los tres, su padre y su hermano le informa de la visita que tendrán el día siguiente, aparte de eso Natalia pide si puede estar presente durante la plática de negocios, pero que no participará ya que son asuntos de hombres, justificando así para lograr sea concedida tal petición.
— ¿Cuál es el interés que la mueve hermana para interesarse en estar presente? Le preguntó el hermano mayor.
— Ninguno en particular, solo con cierto afán por saber un poco en ese menester. Le contestó Natalia.
— Espero que ese afán suyo no sea tan profundo, motivada por la ambición, no se convierta en su perdición y termine en maldición… Ripostó el hermano.
— Más profundo es el afán del hombre por demeritar a la mujer, tan grande es la intimidación que siente ante una mujer que recurre en aseverar de forma ligera, dejándose en evidencia su plena frustración, sin darse cuenta que se pone en una franca posición de su poca diligencia de lo que presume, creyendo que somos su competencia. Respondió Natalia.
Se guardaron varios minutos de silencio, para digerir y tratar de entender aquellas palabras, poco común de una mujer.
— ¿Es más diligente la mujer acaso, si esta con sigilo y denotado fingimiento de ignorancia, pero con alevosía y ventaja, actúa y saca el mayor provecho de la poca astucia del hombre, en comparación a lo que pretende toda dama? Le respondió su hermano un poco irritado.
— Querido hermano, Sor Juana Inés de la Cruz poetisa de origen español, a mediados del siglo XVII su mayor deseo fue ingresar a la universidad, pero no pudo, porque en aquellos tiempos solo era para los hombres cualquier campo de estudio, fue una mujer que se pronunció de manera indirecta, luchando por la desigualdad y la injusticia que las mujeres eran sometidas en aquel tiempo, fue víctima del machismo y la discriminación femenina, no le bastó ante tanto obstáculo que se manifestó con prestancia intelectual y con elegancia en su magnánimo poema para las sociedades de todo tiempo que dice:
Hombres necios que acusáis,
a la mujer sin razón,
sin ver que sois la ocasión;
de lo mismo que culpáis.
Si con ansia sin igual,
solicitáis su desdén,
¿por qué queréis que obren bien
si las incitáis al mal?
Combatís su resistencia
y luego, con gravedad,
decís que fue liviandad,
lo que hizo la diligencia.
Parecer quiere el denuedo,
de vuestro parecer loco,
al niño que pone el coco;
y luego le tiene miedo.
Respetable hermana, no tengo objeción alguna ante tanta inspiración y la pretensión de dicha poetisa, pero “el pensamiento de una mujer es como el océano, nadie sabe que misterios esconde en su profundidad". Con el permiso de los presentes, me retiro, tengo que prepararme para la negociación, dijo Alberto, cuando en forma simultánea hace su ingreso el hermano mayor, llevaba el informe a su padre que hasta aquel momento registraba la cosecha de café. Después de sentirse ignorada, Natalia se levanta de la mesa y se dirige a su habitación.
— ¿Cómo va la cosecha? Don Ricardo pregunta.
— Mucho mejor de lo que esperábamos. Contestó su hijo.
—Tenemos 3,425 quintales de café seco en bodega, listo para exportar, más los 1,600 quintales de café especial que saldrán de la rampa de secado, que de igual pasan a bodega, esperemos que de aquí a diciembre suba el precio, ya que la bolsa de Nueva York bajó 3.4 por ciento y la de Londres 5.2 por ciento, supongo que para ese mes mejoraran los precios. Estoy en contacto permanente con nuestro agente aduanero papá y verificando las fluctuaciones de los precios de diferentes bolsas.
—¿No crees que la retención de café es un poco alta, hijo? Le preguntó Don Ricardo.
— Lo he pensado, pero la vida es como en los negocios, libramos un constante riesgo y el mayor riesgo es no arriesgarse. Le respondió su hijo.
Natalia sale de su habitación, interroga a la primera persona que se encuentra por los pasillos de la casa, sigue a la búsqueda de Paquita hasta que la encuentra y le pregunta:
— ¿por qué no ha planchado la blusa blanca manga larga?
— Hoy por la tarde pasaré por su habitación. Fue la respuesta dada por la mucama.
— A propósito, mi niña Naty ¿tiene algo de especial para necesitar esa blusa?
— No, he decidido acompañar a mi hermano que va atender hoy la visita de unos compradores.
—Si es la que estaba esperando, hace 25 minutos que llegaron y su hermano salió con ellos. Un torbellino de ansiedad nubla fugazmente la cabeza de la doncella, reprochándose del porque no le había dicho a Paquita que le avisara cuando llegaran. Fue para librarse de las suposiciones y de todo un cuestionario que hipotéticamente le pudo haber hecho la sirvienta por esa encomienda. Tranquila Naty, que comportamiento iluso de tu parte. Se recriminaba a sí misma, explícate del porqué de tu ensalada mental que has hecho, sin tener la certidumbre de tus pensamientos. Fue la introspección que Natalia se hizo. “Después de los hechos, no siempre lo planificado es bien librado, más lo improvisado a veces sale bien logrado”. Continuaba sin parar dándose ánimo justificado. Sacó de su ropero un pantalón blanco de mezclilla ajustado, tan ajustado que se lo entalla que lucía como cinta adherida a su piel, un par de botas negras de igual ajuste, una blusa manga larga azul royal, con una abertura frontal de 7 pulgadas, un cordón de la misma tela para el amarre de la misma y no lucir de manera tan pronunciada su bien proporcionada voluptuosidad pectoral. Imponente en su andar, firme en sus 1.67 metros de altura, su cuerpo bien moldeado y torneado, los dioses del olimpo se sentirían orgullosos si hubieran participado en esculpir aquel cuerpo; una pronunciada cola alta en su cabello que le ayudaba a ganar unos centímetros más de altura y un moderado maquillaje en su cara, del cual no necesitaba, en vez de atraer el género opuesto, los ahuyentaba, por muy atrevido que este fuera, era para darse cuenta que no estaban a la altura, su belleza sinigual era como si la hubieran hecho con la mano, opacaba cualquier intensión de uno que otro interesado.
Llega al lugar, se suma de oyente en la negociación iniciada que tenía su hermano con los comparadores:
—caballeros les presento a mi hermana mayor.
—Un gusto conocerlos. Responden en coro los hombres.
Andrés un poco retirado, sujetaba a “Chispas” intentando subirla a la carreta diseñada para el trasporte de ese animal y este por estar embelesado en la dama, no se percata que tenía enredado el lazo de la yegua en uno de sus pies, cuando el animal es impulsado para que ingrese a la carreta, este es arrastrado y queda casi colgado por completo detrás del animal, como pudo se impulsa en forma de arco de frente a sus pies y logra zafarse, pero el brazo izquierdo sufrió severos raspones que hasta la camisa se le rasgó, el cambio de color de su camisa era evidente por la sangre emanada causada en el accidente, el único consuelo que conservaba era que todo el espectáculo que había dado, se lo habían perdido, nadie lo había observado, es por ello que no se explicaban de lo sucedido.
El muy valiente no se quejaba ni lo más mínimo, sentía pena por lo ocurrido, por lo compradores ninguna, era por la señorita, supuso que no había presenciado la demostración un tanto acrobática, no quería que se formara un concepto de un perfecto bobo, que no tenía la destreza suficiente para lidiar con esa faena. Pero el consuelo fue efímero. Alberto y ella se aproximan donde él, ya que lo observan un poco asustado, el joven le pregunta si todo estaba bien, Andrés le replica del porqué de la presunción de lo contrario.
— Presencié un espectáculo circense que asistí cuando estaba en la universidad y los malabaristas no fingían sus acrobacias. Dice Natalia con tono irónico y una leve sonrisa un tanto fingida. Andrés se ruboriza un poco, y no sabe cómo salir bien librado de lo que supuestamente nadie lo había observado.
—Lo admito, he tenido un pequeño tropezón, pero si alguna risa he causado por tal payasada y por lo que deduzco estaba siendo observado, no todo estuvo mal al haberle sacado a usted una sonrisa, solo espero que esta no haya sido fingida. Los dejo un momento dice Alberto, aún hay algo pendiente que finiquitar con los compradores.
—Que dicha la mía de tenerla frente a mí y para mi desdicha nunca pretendí ofrecer tan penosa acrobacia. Expresó Andrés, ya un poco recuperado, pero con una temblorosa voz.
—“En la vida todo es circunstancial, nadie escoge de manera deliberada lo que desea que pase, cómo venga la enfrentamos, aprende a vivir con ella y será fructífera, si la vemos en retrospectiva comparándola con la nueva realidad resultante”. Se lo expresó Natalia.
—Ha hecho un punto y aparte con la poesía, me impresiona con su filosofía, aunque eso no lo sabía, también tengo esa manía. Continuó Andrés…
— Comparto su visión de la vida, tampoco me quejo de la mía, si podría el otro brazo me rompería, aunque sea una tontería, pero ¿por amor quien no lo haría? Le contestó Andrés.
— Si por amor el mundo se la rompería, ¿qué tipos de seres humanos serían? A propósito, ¿y usted por quién se la rompería? Le preguntó Natalia.
— ¡Por usted alma mía! Le responde Andrés.
—Usted dijo que por amor lo haría, ¿cómo pretende decirle a alguien que siente amor, cuando no la conoce todavía? Es una pretensión fuera de toda lógica. Ripostó Natalia
— Mi intención no es contradecirla, pero existe algo más elevado que la lógica y también por encima de la razón, “es la intuición”, es el alma del corazón, cuando este es escuchado y he escuchado el mío. Le replicó Andrés.
— De acuerdo, pero falta el otro corazón para que resulte la ecuación. Le contesta Naty.— Claro, ni pensar que exista un tercero porque sería discordia. La vida es como el amor, una pelea permanente, del cual todos queremos salir bien librados, pero si no hemos perdido varias batallas, no disfrutaremos del sabor de la victoria. Dijo Natalia.— Muy convincente sus palabras, más allá de la teoría, ¿lo expresa con conocimiento de causa? Le responde Agustín.Un leve silencio provocado por ambos, fue la atmósfera vivida, luego retoma la conversación respondiéndole al joven.— Será una tarea de su parte deducir y averiguar. Le dijo Natalia.— Muy claro he quedado y en esos menesteres estaré ocupado, verificaré con plena certeza que sea de muy buena fuente. Ripostó Agustín.Se despiden de m
El matrimonio ahora es una completa batalla por nimiedades, en donde es en la única guerra que se duerme con el enemigo, hasta se justifican mutuamente que cuando: “la esposa no es la idónea, esta se convierte en demonia” Basta con una sola mirada, para herir profundamente y una palabra para hacerla sentir destrozada. ¿Qué pasó con el enamoramiento? ¿Quién engañó a quién? Después de todo, ante esa deducción es normal enojarse, pero ¿a quién le echamos la culpa? Esa percepción inicial equivocada cuando nos aventuramos a un mundo desconocido, y ¡vaya que estábamos equivocados! porque si todos nos quedáramos obsesionados, el mundo sería un caos, porque cuando estamos en ese trance, nos desenfocamos de nuestra realidad y la realidad social, perdemos el interés en varios aspectos, solo nos ocupamos de sí mismo, no rendimos igual en
Pasaban ya siete días y con ansias de estar a su lado, ingresa a la sala, una ligera conmoción atenuada por un ligero escalofrío que sentía que subía por sus pies, un torrente de pensamientos fatales inundó en instantes su cabeza, que lo peor es-taba por venir. Se aproxima lentamente, llega sigilosamente, sin mediar palabra alguna, le da un beso, un ligero roce de los labios, las lágrimas ruedan por sus mejillas, se recuesta un poco entre la camilla a la altura del pecho de su amado, después de varios minutos de silencio, este fue interrumpido por el sollozo de la joven, ante tanto dolor por aquel amor que se le escapaba como agua entre los dedos.—¡Has venido! Le dice Gael, no con tanta firmeza en su voz. Naty se levanta, dirige su mirada hacia aquel cuerpo languidecido.—No quiero hacer las tan gastadas preguntas de siempre, cuando es evidente tu estado y obligarte a contar los hechos una y otr
Ante esa millonaria competencia de seres, no pudimos ser nosotros, pero estamos aquí, ¿por qué fuimos los que llegamos? De los más de 7.7 billones de personas que somos en este planeta, no todos son dedicados y destinados hacer de este mundo el mejor, pero forman parte de la vida, son como los millones de espermatozoides que compitieron en igualdad de oportunidades junto a nosotros, gracias a ellos estamos aquí, fuimos los destinados hacer algo mejor por los que no la tuvieron. Resulta igual para todos aquellos que compartimos este espacio terrenal, vivimos y valemos por sí mismo, porque el resto de habitantes son los que le dan sentido a este enigma de la vida. La muerte no tendrá sentido sin esa previa; llamada vida, la muerte es vida. El campesino que selecciona el mejor grano para cultivarlo, ese grano depositado jamás podrá ser recuperado, fue desintegrado para dar vida a una planta y esta multiplicará
No posee otra riqueza, en fin, nadie trabaja para después regalarlo, no te desgastes esperando que el que es rico y millonario sea bueno contigo. La mayoría de los ricos usan como estrategia para su imagen social refugiarse en una comunidad religiosa, un tanto para alcanzar misericordia talvez, proyectan una imagen pública para llamarse cristianos, por un posible miedo que en un instante lo pueda perder todo lo adquirido. ¿Qué de extraordinario puede ser para un rico que vaya a la iglesia? no tiene nada de malo que asista, lo malo es la imagen disfrazada de bueno que proyecta y no repara en un tan solo instante que no está siendo justo, él piensa que si tiene lo que tiene es porque Dios se lo ha permitido, sino no estuviera en lo correcto, ese Dios ya se lo hubiera quitado, vaya convenenciera manera de pensar. Se comportan como religiosos extremos, que cuando son acusados de manera pública, expresan que esa es inaudita tal acus
—Disculpe usted señor, pero ¿cómo puede él vivir ahí y en este lugar? Natalia en su negación producto de su etapa de duelo que estaba viviendo le hizo una ingenua pregunta. —Señorita con el respeto que usted merece, pero usted ya no tiene edad para que finja ingenuidad sobre el que busca, ahí lo ingresaron para nunca más salir de ese lugar. Fue la respuesta del celador. Conmovida ante lo que estaba viviendo y sintiendo, lee la placa incrustada por el dintel de la estructura de aquel bello mausoleo, estaba escrita en relieve el nombre de su gran amor, según la fecha que la misma placa contenía, era el día después que se internó por la crisis que sufrió. Después de varios minutos de rodillas frente aquella tumba, entre lágrimas, sus meditaciones sobre la última conversación que tuvo,
— ¿Por qué tanta la insistencia por saber? En un tono más conciliador. Le contestó Daniela.— ¿Acaso le gusto? ha buscado esto de pretexto para una declaración.—¿Qué le hace suponer algo así? Ahora la pretenciosa es usted. Le respondió Andrés.—¿Tendría usted algún problema de que lo fuera?—Pregunta atrevida lanzada por Daniela. Era un jaque mate en el ajedrez para Andrés.—¿Y si para mí no lo fuera? Le contesta el joven.Ante las pretensiones de una mujer, el hombre siempre queda en desventaja, porque estas son planeadas ipso facto.—Después de todo se ha vuelto interesante la plática, es agradable conversar con usted. Le dice la dama.— Gracias por sus expresiones, me siento halagado. Le respondió Andrés.Po
Andrés había salido de aquella pequeña ciudad a resolver un problema que tenía con la naviera encargada de exportar el café que cosechaban en la hacienda, además de los cafés especia-les que ahí se producían. Producir café especial no es una tarea fácil, en comparación al café común, este tiene un trato especial y artesanal, empezando por la altura del lugar que mínimo tiene que estar cultivado de 1,800 a 2,300 metros de altura sobre el nivel del mar, esto le da un sabor único como su aroma, se limpia manualmente, se usan fertilizantes orgánicos, un secado natural, no artificial; todo esto porque no se puede estar escogiendo grano por grano de mejor calidad, por tal razón este café es muy apetecido para complacer al paladar más exigente y es buscado por grandes empresas, su valor en el mercado y dependiendo de cómo se mueva en las bolsas