Sí, a eso necesitaba aferrarme: a mi familia. Sólo de pensar en Bárbara me sentía mejor y más fuerte. Tenía que soportarlo todo y ser resistente. Porque sabía que ellos estarían a mi lado cuando la pesadilla de mi padre terminara y saliera del hospital.
Mi mente me trajo a Babi, con sus preciosos ojos claros y su pelo rubio dorado... Tenía una sonrisa contagiosa y durante toda mi vida nos tumbábamos en la cama a altas horas de la madrugada hablando de diferentes temas. Se reía de sus propios consejos. Y apoyaba todas mis locuras. Nunca se separó de mí bajo ninguna circunstancia. Y me dio un amor que dudaba que otra madre pudiera darme.
Heitor Casanova... Ah, mi mente siempre me traicionó sobre él, porque mi padre no vivía en ninguna parte, excepto en mi corazón. Me enseñó a ser fuerte y a luchar por lo que quería, desde el principi
Miré hacia abajo y vi varias hojas secas pegadas a mis talones. Empecé a arrancármelas mientras él comenzaba a conducir. Sin apenas saber cómo sostenerme y siendo observada por todos en el aforo colectivo, me dirigí hacia uno de los asientos, dándome cuenta de que estaban todos ocupados, teniendo que permanecer de pie ya que los espacios eran tan reducidos que no cabían dos cuerpos en el mismo banco.Cada vez que el autobús se detenía en un punto diferente, un bache hacía que casi me cayera. Miraba por la ventanilla a través de la oscuridad y no podía identificar dónde estaba. Ni siquiera había un punto de referencia que me recordara a la capital de Noriah del Norte o a algún lugar que conociera. Me senté junto a una mujer que parecía muy antipática y que llevaba un bolso en el regazo.- Disculpe... ¿Le importa que ocupe el sitio d
Y allí me quedé, observando el ir y venir de la gente y el movimiento cada vez más escaso después de que el supermercado cerrara sus puertas. Empecé a asustarme y lo único que temía perder era mi anillo de compromiso. Me lo quité del dedo y me lo puse dentro de la americana.No me di cuenta de cuánto tiempo había pasado mientras estaba allí de pie, esperando, sin saber si alguien me salvaría. E increíblemente, mi salvador podría ser mi ex prometido, el idiota que robó la fórmula de Theo e intentaba destruir Simplicity.Abrí ligeramente las piernas y levanté las rodillas, apoyando la cabeza en ellas. Dormir en la calle era algo que nunca imaginé que haría algún día. Y todo era culpa de Hernández. No podía aceptarlo. Y no podía resolverlo todo yo sola, por muy fuerte que fuera. Eran demasiados. Y yo
Hice lo que Robin me sugería y me bañé en la bañera de hidromasaje. Me sumergí en el agua tibia y perfumada, exagerando la cantidad de espuma porque me sentía extremadamente sucia. Apoyé la cabeza en el cojín de cuero y cerré los ojos, tratando de asimilar todo lo que había ocurrido aquel día.Podía terminar de ducharme, vestirme e irme. Y al día siguiente, nada cambiaría. Seguiría en manos de los Hernández, teniendo que sucumbir a su chantaje. Ahora que sabía que Hades era mi guardia de seguridad, no había forma de contárselo todo, por mucho que supiera la verdad, porque sabía que tarde o temprano se lo contaría a mi padre, que era quien le pagaba. Y yo misma quería contarle a mi padre lo que estaba pasando, pero de momento era imposible.¿Podría decírselo a Theo? Sí, claro que podí
Arqueé una ceja, confusa:- ¿Qué quieres decir?- Era... Manera de decirlo. Quiero decir que Heitor está enfermo y puede que tarde en recuperarse más de lo que crees. Esta historia sobre su familia biológica lleva toda su vida y el propio Heitor no ha sido capaz de resolverla hasta el día de hoy. Tiene que ponerle fin. Si aceptó que sacaran a la luz parte del diario de su madre y tuvo el valor de afrontar las consecuencias, ¿por qué iba a aceptar su chantaje?- No podía soportar las consecuencias del diario... Huí como un cobarde. Y no puedo huir ahora, o Theo pagará por ello.- Theo no es un niño. Sabe cómo defenderse. Ya logró salvarse de ellos una vez.- Dimi no...- Dimitry y Theo son diferentes y lo sabes.- ¿Qué esperabas? ¿Que Dimi lucharía de igual a igual? Ni siquiera sabemos cómo
- ¿Esther? ¿Por qué... ¿Esther hizo esto? - Arrugué el ceño, inseguro.- La familia de Ester tiene una buena relación con mi madre. E... Digamos que mamá siempre disfrutó de mi relación con ella.- Vale, eso ya me lo has contado. Quiero saber qué te motivó a robar la investigación de Theo.- Ester entró en tu vida bajo la presión de mi madre.- ¿Qué es lo que quieres decir?- Todo estaba planeado.- ¿Hace años? Cuando yo... ¿Todavía eras un adolescente?- Sí, lo era.- Pero... ¿Cuál es el problema de los Giordano con los Casanova?- Esta parte no puedo decírtela.Me levanté, completamente confuso, sintiéndome ligeramente mareado y con pesadez en el estómago:- ¿Por qué carajo empezaste con esto? Dije
En otras palabras, en ese momento, por muy mal que estuviera pasando, era insignificante comparado con lo que mi familia cargaba sobre sus espaldas. Siempre me habían dado prioridad. Ahora era el momento de que yo hiciera lo mismo por ellos: ponerlos en primer lugar, como ellos siempre habían hecho por mí.Pronto cumpliría 25 años. Era hora de resolver mis problemas por mí mismo. Llevaba años siendo la mano derecha del director general más importante de Noriah Norte. Acabar con los Hernández era sólo cuestión de tiempo. Y no tenía sentido remediar la situación. Había que cortarla de raíz.Acepté la oferta de Robin y me fui a la habitación de invitados. No quería ir a casa. No podía ir al hospital porque estaba agotada física y emocionalmente. Y en aquel momento, ver a Theo suponía un grave riesgo de contarle la verdad, ya qu
- Ayudante, esta es mi ex prometida... - Robin comenzó.- María... ¿Casanova? ¿Estoy en lo cierto? - Entrecerró los ojos, mostrando que no estaba seguro.- Sí... - Mi voz salió casi inaudible.Bajé la cabeza mientras Robin continuaba:- La están chantajeando, ayudante del sheriff. Incluso estaba pensando en no denunciarlo, lo cual es absurdo.- ¿Chantaje? - El hombre se recostó en su silla, parecía tranquilo mientras una leve sonrisa aparecía en su rostro. - Jeremías, por favor, vamos a registrar inmediatamente la denuncia de la joven.El joven de la mesa de al lado sacó un ordenador portátil y empezó a registrar mis datos personales, que no sabía si decir o no. Empecé a tener la cabeza confusa y no sabía qué pensar.Al darse cuenta de mi miedo e incertidumbre, Robin empezó a respond
Decirle la verdad a Héctor ya no era una alternativa viable. Tal vez ahora Hades sería mi única salvación. O no, porque quizá si se lo contaba, él sería el primero en decírselo a mi padre, que lo había contratado.Subí al coche de Robin, ocupando el asiento de al lado:- Llévame al hospital, por favor. Estoy cansada... Y todos deben estar preocupados por mí. Quiero ver a mi padre.Robin hizo lo que le pedí. Intenté entablar conversación con él durante el corto trayecto hasta el hospital, pero no hubo respuesta. Parecía hacer como si yo no existiera.En cuanto detuvo el coche cerca de la entrada principal del hospital, le miré, con el corazón roto:- Lo siento.- ¿Lo sientes? - Se rió irónicamente, mirándome por primera vez desde que salimos de la comisaría.- Por mucho