- Pero si no te pago, puedes buscarte otro trabajo y no trabajar conmigo. No sé cuándo compraré el piso.
- Tienes dinero. Y eso hace que sea fácil comprar una propiedad. Sólo tienes que encontrar una que realmente te guste.
- Gracias, Madalena. Por tus consejos. Aún así... Yo pago. - Sonreí y le di un beso. - Disfruta de tus juguetes. - Besé la mejilla de Maria Gregória.
- Gracias, Malú. ¿Jugarás algún día conmigo en la casa de Barbie?
- Sí, lo haré -le aseguré-. - Aun así, no dejes a tu amiga sola todo el rato. -señalé a la muñeca de trapo que aún llevaba alrededor de la cintura-. - Podría enfadarse.
- No la dejaré. - Sonrió.
Como estaba en el centro comercial, fue más fácil encontrar un taxi. En cuanto me senté en el asiento trasero, cerr&e
- Y quiero contártelo. Pero sólo después de que me beses... Con tu lengua, ¡por supuesto! - bromeé.Theo me besó enseguida, su lengua entró inmediatamente en mi boca, cálida, atrayente, invitándome a nuestro baile íntimo y privado, que hizo que mis bragas se humedecieran y mi coño se estremeciera de deseo.Intenté quitarme la bata sin dejar de besarnos, con los ojos cerrados, pero él volvió a impedírmelo. Me separé de nuestro contacto y le miré preocupada:- Theo... ¿Qué te pasa? ¿Te... ¿Te has hecho daño? - Toqué la suave tela de la bata.- No sé si se podría decir que me hice daño... - Se rió. - Pero me dolió.Ensanché los ojos:- Habla, maldita sea.- ¿Recuerdas cuando dijiste que necesitaba una olla adecuada si quería
Theo me soltó inmediatamente mientras yo daba un paso hacia delante, alejándome de él.- ¡M-e-u D-e-u-s! - Eso fue lo que salió de mis labios, prácticamente letra por letra, el pánico se apoderó de mí.- Lo sé, rayo de sol: ¡"para todo"! Ben llegó. - Tiró de mí y me llenó de besos.Yo jadeaba mientras intentaba organizar mis pensamientos y comprender qué hacían ellos dos allí.Antes de que Theo y yo pudiéramos hacerles pasar, lo hicieron, cada uno con una maleta.- Tú... ¿Fue la sorpresa? - pregunté, sintiendo que mi cuerpo perdía las fuerzas y temiendo desmayarme.- Tío, joder... Y a la mierda con las evasivas. - me burlé, corriendo hacia Theo y arrojándome a sus brazos. - Theozinho, te he echado tanto de menos...Miré a Theo, que estaba tan est&aacu
- Recuerdo que cuando llegaste me preguntaste si era aquí donde pedías un "amigo" -me quedé mirándole. - ¿Pedí un amigo y conseguí un enemigo?- No soy tu enemigo. Al contrario, soy más que tu amigo. Soy tu padrino, alguien que te cuida y te quiere. Y cuando te sugerí hacer un viaje para distraerte, no pensé que cambiarías toda tu vida por un hombre.- No cualquier hombre... Es el hombre que amo, ¿entiendes?- Theo huyó de ti.- Pero... Él me ama. - Arrugué el ceño.- No lo dudo. Aun así, tienes que anteponerte a ti misma. Si no te quieres a ti misma, nadie te querrá, ¿entiendes?- Me quiero a mí misma.- No, no te quieres. Te has pasado la vida cambiando todo de ti... Para parecerte a Barbara. No importa cuánto intentes escapar de la realidad, Salma es tu madre biológica. ¿Lo
Nuestro secreto parecía cada vez menos seguro. A veces tenía la impresión de que se nos notaba en la cara lo mucho que nos queríamos, ya que en los últimos días prácticamente todo el mundo había dado a entender que sabía lo que sentíamos el uno por el otro.Intentaba no escandalizarme tanto por la inesperada visita y las chorradas que me había contado Ben.Volvimos al salón. Dimitry me miró y sonrió torpemente.- He recogido tu ropa que encontré en el suelo -me susurró Ben al oído.- ¿Te doy las gracias? - pregunté, furiosa porque acababa de aparecer.- I... Quiero decir, Maria Lua y yo nos alegramos de que hayas venido... desde otro país para vernos. - Theo arrugó la frente, tratando de agradarles y sin entender aún muy bien qué hacían en su casa. - Pero por desgracia mi piso es peq
- Yo echaba de menos a la loca de Malú. - Dimitry me puso la mano en la pierna, sonriendo, sin mirarme.Antes de que pudiera hacer nada, Theo retiró la mano, metiendo el brazo entre los asientos:- Compórtate, ¡es tu prima! - me advirtió.- Prima. - Dimi arrugó el entrecejo, explicándose.- Dimitry, nada de manos tontas. - Ben trató de imponer orden.- Pero a ella le gusta -dijo.- No me gusta. - Le miré.- Al menos a ella le gustaba. - Dimi se encogió de hombros.- ¡Joder! Dimi, por favor, ¿puedes intentar olvidar lo que pasó? Me mudé de país para intentar borrarlo todo.- Pensé que era por la situación con Salma y Heitor.- También... Pero estaba el compromiso fallido... Nuestra exposición en los medios. Todo esto me ayudó a tratar de cambiar mi vida.- I... Estoy trata
Me quedé completamente inmóvil cuando vi a Robin de pie detrás de ella. Theo pareció seguir mi mirada, susurrándome al oído:- ¡No puedo creer que vayamos a estropear aún más nuestra velada!Retiré las manos de Theo de mi cintura, intentando hacerme oír discretamente por encima del alto volumen de la música:- Creo que Ester nos hizo una foto.- Tranquila... No estamos haciendo nada.- No quiero que mi cara vuelva a aparecer en internet, Theo.- Ella no se atrevería.- Esa... ¿No es Robin? - Dimitry se me acercó con un vaso de bebida, entregándomelo.- Sí, él y Ester. - Miré hacia el palco del entresuelo, sin volver a encontrarlos.- Quizá fue una mala idea que viniéramos aquí -dijo Ben, asegurándose de que hablábamos de Robin Giordano.Intenté
- Dimitry está bien. Robin no le puso un dedo encima. Arreglaré el pago y nos iremos.Respiré hondo y furioso al ver que Ben y Dimitry discutían un poco más allá. Y Theo tenía razón: Dimi estaba bien.Salí por la puerta, explicando al guardia de seguridad que Theo iba a hacer el pago, y aspiré el aire fresco y limpio de la noche. Nunca me había sentido tan bien saliendo de una discoteca. El ambiente dentro no había sido bueno desde que vi a Ester y Robin. Por no mencionar el hecho de que creo que estaba tan acostumbrado a Babylon que ningún sitio me atraía tanto.- ¿Perdido?Me volví inmediatamente hacia el hombre apoyado en la pared.- ¿Hades?- Buenas noches, Perséfone. - Sonrió, dando una calada a su cigarrillo y expulsando el humo por la boca sin prisas.Hades vestía un look Total Black, con a
- Quiero que tengas cuidado, cariño. - Theo me atrajo hacia su pecho y me abrazó.- ¿Crees que Malica podría estar detrás de esto?- I... No lo sé.- ¿Debería retractarme de mi oferta de trabajo a Madalena? Simpatizaba tanto con ella... Y la chica, María Gregoria. - Sonríe. - No tienes idea de lo brillante que es. Quizá me sentí así porque era el primer contacto que tenía con un niño de verdad, ya que vivimos en un mundo tan adulto y serio.- Tu mundo no es tan adulto y serio. - Se rió, apartándome un poco, sin dejar de abrazarme.- ¿No puedes tomarme en serio, Theo?- Te juro que lo intento... Pero a veces haces cosas tan desconsideradas que me dan ganas de quitarte los pantalones y darte unos azotes en el culo.Me mordí el labio, burlona:- ¿Me educarían tus azotes?Theo se