Eli despertó espantada. Se paró de la cama y apretó su cabello con desesperación, las manos le temblaban y su corazón latía con agitación.
—¿Fue solo un sueño? —Lágrimas llenaron sus ojos—. No, fue muy real, a menos... —Recordó la advertencia de Jackson y las palabras de Jonah sobre aquel lugar. Según ellos, esas plantas emanan alucinógenos, es obvio que estaba alucinando. Se arrodilló frente a la cama y comenzó a llorar. Tenía tanto tiempo sin ver su rostro o escuchar su voz. ¡Cuánto daría por verlo de nuevo! Aunque solo fuese una alucinación.
Eli estuvo muy distraída en el entrenamiento y no podía dejar de pensar en aquella visión. Mientras que Lionel la evadió todo el día, su comportamiento estuvo extraño en el almuerzo, como si estuviera nervioso.
Miraba al cielo y la hora con ansiedad. Esperaba con ansias que anocheciera para ir a aquel lugar
—Estás muy rara, Eli. —Jonah la abordó mientras cenaban.
Alguien golpeó una jarra de plata y todos prestaron atención a Jackson.
—Guerreros de Lucero Verde. Cómo todos sabemos, la familia Sum es la heredera del reino de nuestro mundo y ha sido la elegida para traer la paz y armonía a nuestras tierras. Hemos sufrido de violencia y escasez, además de todas las pérdidas que hemos tenido debido al gran caos de un continente sin gobierno. Es por esto que hemos decidido avanzar más allá de las regiones Ilusión y Nim para conquistar las regiones que están al Sur. Muchas aldeas de esas regiones nos apoyan y esperan ansiosos a su nuevo rey. Una vez conquistada la región del Fuego, estableceremos a nuestro rey allí y él tendrá que casarse como lo designa la ley, para que pueda gobernarnos con su reina. Es por esto, que debemos luchar con fervor y entrega para pronto alcanzar nuestra meta. Mañana enviaremos parte de ustedes para atacar la ciudad Estrella violeta, donde están gobernando parte de los rebeldes. Estarán comandados por nuestro capitán Julián Dot y nuestra guerrera Eli Lojan.
Todos celebraron con fervor, menos Eli. ¿Por qué el general no le había informado que la enviaría a la batalla?
Lionel y Jackson le dieron instrucciones a Eli y al capitán. Ella no estaba muy contenta de que la enviaran a conquistar una ciudad de repente sin planear el ataque con anticipación. Todo aquello era muy extraño y Eli empezó a sospechar, pero decidió obedecer. Cuando por fin terminó la reunión, Eli se ocultó en el campamento hasta que el camino que dirige al bosque Encantamiento, estuvo despejado. Saltó la cerca y se dejó envolver por la oscuridad del lugar. Sonrió al ver a las flores brillar y su corazón latió con vehemencia al sentir que alguien puso un pañuelo húmedo que tenía un pésimo olor sobre su nariz. Era un hombre quien la sostenía por detrás envolviendo sus brazos en una llave de la que ella trató de zafarse.
—Tranquila, soy yo, enana. —Eli sintió que su corazón saltó en su pecho y le dio ganas de vomitar—. Lo que estás oliendo es un neutralizador que durará un par de horas, tiempo suficiente para que hablemos. Ulises la soltó lentamente y Eli se quedó inmóvil y sin habla. ¿Era real aquello?
Él la tomó de la mano y la condujo al centro del bosque. Entraron a una gran cueva donde había una cama de hojas y paja. Tenía allí una mesita llena de jarras, hierbas y una lámpara que alumbraba el oscuro lugar. Él se paró frente a ella, quien seguía en silencio y anonadada. La miró con dulzura y luego la envolvió entre sus brazos con fervor.
Eli correspondió aquel abrazo con fuerza, como si temiera que él se desvanecería en cualquier momento. Las lágrimas salieron y ella empezó a llorar llenando el rocoso lugar con su llanto. Ulises lloró junto a ella y ambos se aferraron a sus cuerpos como si necesitaran traspasar la piel del otro.
—Ulises... ¿De verdad eres tú? ¿No estoy soñando o alucinando? —acarició su rostro mojado y lo miró a los ojos.
—Enana, mientras tengas los efectos del neutralizador no vas a alucinar ni a desmayarte. Pero... solo tenemos media hora antes de que pierdas el conocimiento, no tuve tiempo de mejorarlo para que dure más —dijo con tristeza.
Ambos se sentaron sobre la cama con timidez y sonrojo. Ulises tomó sus manos temblorosas y las besó.
—Eli, amor... Perdóname, no fue mi intención dejarte sola... Ahora no sé si podamos estar juntos, yo...
—Ssshhh... —Eli puso su dedo sobre los labios de él y le sonrió—. No es tu culpa, amor. Te amo, Ulises y nunca he dejado de hacerlo.
—Yo también te amo, enana de mi corazón. —Ambos rieron y se volvieron a abrazar.
—¿Por qué estás aquí? ¿Cómo es que nadie ha sabido de ti? —Eli preguntó preocupada.
—Eli..., estoy atrapado en este lugar. Simplemente, no puedo salir de aquí. He tratado de escapar, no obstante, hay algo que me domina y.… no puedo, Eli —lágrimas cubrieron sus ojos.
—No entiendo. ¿Este lugar te aprisionó?
—No. No es el lugar en sí. Esta es la prisión que buscaron para esclavizarme. Solo puedo salir después de la media noche por un par de horas, cuando las dos horas concurren no sé qué pasa conmigo porque no tengo conocimiento ni recuerdos. Es difícil de explicar...
—Buscaré la forma de liberarte.
—Lo sé, pero debes tener cuidado. Ellos son muy peligrosos. Prométeme que te cuidarás. —Besó su nariz.
—Lo prometo, pero también te prometo que te liberaré.
Ulises acercó su rostro y Eli empezó a temblar. El besó sus labios lentamente y un escalofrío delicioso recorrió toda su piel. Ella enredó sus manos entre esos rizos que le encantaban y le correspondió el beso con fervor. Sus labios suaves apretaban los de ella como si no pudiera saborear algo mejor que eso, provocando un cosquilleo rico en los labios de Eli. Ulises los lamía y apretaba con pasión y Eli gimió del éxtasis que aquel beso provocaba en ella; él siempre fue buen besador, sin embargo, aquel beso le ganaba a todos los anteriores. Él introdujo su lengua en la boca de ella, quien empezó el jugueteo.
—Quiero ser tuya... —gimió sobre su cuello. Ulises empezó a acariciar su clavícula con delicadeza, sus dedos tímidos iban bajando hasta llegar a la base de su sostén, Eli fue golpeada por un corrientazo en todo su cuerpo al sentir sus manos por abajo de éste y sobre su delicada y sensible piel.
—Me encantan... —Ulises balbuceó sobre sus labios mientras sus manos se movían con delicadeza.
—Delicioso... —Eli jadeó, de repente empezó a ver borroso. La voz de Ulises se escuchaba lejos y ella entendió que se les acababa el tiempo—. No podré venir mañana... —masculló antes de perder el conocimiento.
El camino era largo, de unos tres días para ser exactos. Eli y el capitán Dot iban delante del ejército de Lionel. Trataron de ser lo más discretos posible, tomando el camino de los montes de Nim que los conduciría a la ciudad Violeta de la región Arcoíris. Sí, ese mundo tenía nombres muy peculiares que parecían sacados de una película princesa Barbie. Normalmente, lo nombraban conforme a sus características o lo que más abundara en el lugar. La región Arcoíris era famosa por sus abundantes bosques coloridos, ya sean por los colores calientes de las flores o los fríos de los árboles y ríos. Aquella ciudad tomó su nombre porque estaba rodeada de un campo lleno de lavandas y todas las casas y jardines tenían de esta aromática flor.—Acamparemos aquí por hoy. —El capitán se detuvo en un bosque
Eli cabalgó hasta el centro de la ciudad donde había un grupo de personas escuchando al capitán. La bandera del ejército de Lionel, la cual era blanca y con el apellido de la familia Sum escrito en letras negras y un par de ojos verdes en el centro de ésta, ondeaba en la plaza principal de aquella ciudad como señal de la conquista. Todos los ciudadanos escuchaban en silencio el anuncio del capitán Dot sobre las nuevas reglas y lo afortunados que ellos eran al ser gobernados por la gente de Lionel Sum.Eli observaba a las personas con detenimiento. Era obvio que no estaban de acuerdo, pero no tenían opción, era aceptar el nuevo gobierno o morir.En la mañana llegaron más hombres de Lionel a preparar todo para el nuevo gobernante. Sería un hombre de confianza de Leonel Sum, de las tierras Nim.Eli regresó al campamento con un grupo de guerreros incluyendo el capitán.<
Su cuerpo temblaba por causa del frío, el tiempo se estaba acabando y sus recuerdos empezaban a ser confusos.—Eli... —balbuceó tembloroso. ¿Por qué estaba dentro del agua? ¿Cómo llegó hasta allí? Salió del río y escaló por el risco que no era muy alto. Se abrazó a ella hasta suspirar al sentir su calidez—. Debo llevarte... Queda poco tiempo... —musitó con dificultad mientras la cargaba. Miró su rostro fruncido, al parecer perdió el conocimiento alterada.Caminó arrastrando su cuerpo como si no pudiera con su propio peso. Aun así, luchaba para no dejarla caer, como si ella fuera un vaso delicado entre sus brazos.Poco a poco Ulises fue desapareciendo mientras la mañana hacía presencia.***—Ulises, me estoy volviendo loca, amor. —Limpiaba sus lágrimas,
Pasaron varios días y Eli no volvió al bosque. Estaba confundida y aterrada. No sabía si Ulises era real o no, y si lo era, ¿por qué rayos la trató de esa manera? Temía volver y que él le dijera que le gustaba Anya.Fue al pueblo y después de la clase, se sentó en un parque que quedaba en el centro de éste.—El bosque Encantamiento se protege a sí mismo debilitando a quien entra allí, pues tiene mucho qué cuidar. —Una voz conocida la sacó de su ensoñación—. No me mires, haz como si no estuviera hablando contigo. —La chica advirtió.—El polvo de las plantas...—No es alucinógeno. Solo te debilita y te duerme. —La muchacha la interrumpió adivinando su pregunta—. Llega un momento que el bosque te reconoce como persona confiable y te deja acceder sin dormir
Lionel estuvo de mal humor todo el día y nadie se atrevía a acercársele. Eli fue a almorzar con él como de costumbre y se sintió incómoda todo el tiempo que estuvo en la mesa, pues éste no le quitaba la mirada de encima.—¿Hice algo que lo molestara? —Eli preguntó perdiendo la paciencia, puesto que ya estaba cansada de que la observara con reclamo.—No, nada —contestó con voz quebrada.—Es que ha estado de mal humor hoy y no deja de mirarme como si yo lo hubiera ofendido.—Lamento que te sientas de esa forma, Lojan, pero solo estoy frustrado y no sé por qué.—Bueno, es raro que se sienta de esa forma sin razón. —Lo miró con sospecha y siguió comiendo.***Después de cenar, Eli se acostó. Esta vez no iría a ver a Ulises, no
El calor era infernal y los sudores se mezclaban con la sangre sobre su piel. Las heridas picaban y ardían cada vez que las gotitas saladas las mojaban. Estaban rodeados de rebeldes y solo les quedaba luchar para sobrevivir. No entendía cómo ellos se enteraban de sus movimientos en esos días. Ya no podía ocultar su sospecha, debía decirle a Lionel que había un traidor en el campamento.Dos rebeldes se lanzaron contra Eli y de un giro ella los hirió a ambos, quienes cayeron al suelo al instante.La lucha duró varias horas donde algunos guerreros de Lionel fueron heridos y otros muertos, no obstante, lograron vencer a los rebeldes. Atraparon a dos de ellos y los llevaron al campamento.—Los enviaremos a prisión donde le daremos el castigo de santificación. —Jackson sentenció. Los guerreros se lo llevaron en un carruaje conducidos por caballos. Eli decidió s
—Eli... ¿Dónde estás? ¿Por qué no vienes a verme, amor? Eli, espero que estés bien, enana, espero que no te haya pasado nada malo.El chico se acostó sobre la cama, abrazado a sí mismo, luchando con el frío que su falta le provocaba. Estaba solo otra vez en medio de la nada, en una oscura y fría cueva, alumbrada por aquella lámpara.***Un mes después...Eli respiró varias veces y trató de no llorar. Era el momento de su gran aventura, solo esperaba no equivocarse, solo esperaba no estar cometiendo el peor error de su vida.Castillo de la región NimEli fue dirigida a su nueva habitación en el gran castillo. Conoció al padre de Lionel y no le gustó su mirada fría y tenebrosa. Él ya estaba viviendo allí cuando
—¿Embarazada? —Ana la preguntó sorprendida mientras que Eli estaba aterrada ante aquellas palabras. ¿Cuáles eran las posibilidades?—Sí, embarazada. Ya Darian había tenido a su bebé y lo ocultaba de Leonel Sum porque él estaba buscando a un estrella verde para tomar el control. La familia de Darian eran los últimos que quedaban y fueron perseguidos. Entonces Ula y Dan, estrellas verdes puros, escaparon a otro mundo para proteger a su criatura. Ula tenía tres meses de embarazo y le había propuesto a Darian la huida, pero ella se negó y le advirtió que no usara la piedra porque pertenecía a nuestro mundo. Cómo sabes, Leonel Sum se robó a Lionel y lo crio como a su hijo.—¿Crees que Leonel haya matado a Darian? Tiene más de tres años desaparecida.—A veces