Tras nuestra celebración de ayer, paseando todo el día, mi hija y yo llegamos a casa para no hacer nada. Hasta que recordé luego que ella se durmiera que debía preparar su ropa para el día siguiente.
Salí de la cama y me fui directo a plancharla. La dejé ordenada en su pieza y me fui otra vez a descansar. Al poner la alarma en mi teléfono, me di cuenta que Valeria me había escrito:
“Espero que hayan tenido un lindo día. Mañana nos vemos en la obra, ojalá todo salga bien. Besos para Sol”
Le respondí de inmediato:
“Gracias, ha sido un día espectacular, con ella siempre lo son. Nos vemos mañana, todo saldrá bien ;)”
Puse el teléfono en silencio, apagué la luz de la mesita y me acomodé en la cama. Cuando estaba al fin quedándome dormido, sentí que mi pequeña m
En el camino trato de calmarme, sé que no puedo culpar de todo a Marcela. Yo también soy responsable de esto, debí darme cuenta antes. Al menos no me han dicho nada de la higiene de mi hija, eso debe ser porque ella tiene la costumbre de bañarse todos los días luego de llegar del colegio. Desde que aprendió a hacerlo sola, adquirió cierta independencia.Aparco fuera de la casa de Soledad, respiro profundo nuevamente y me bajo. Entro y llamo a la puerta, tratando de buscar las palabras más suaves para no generar conflicto. Escucho la risa de Marcela tras la puerta, frunzo el ceño, porque a esta hora debería estar trabajando.-Hola – me dice pálida y mira hacia dentro. Se interpone entre la puerta y yo -. ¿Qué haces aquí? Sabes que no puedes visitar a Sol cuando se te dé la gana.-Por más que quisiera ver a mi niña, no vengo por eso. Pero su
Tras lo que fue una semana tranquila, en comparación a la manera en la que inició, hoy me preparo para salir con mis amigos. En media hora debo pasar por Valeria y nos reuniremos en el restaurante de Felipe, en donde será la cena de celebración.Ayer por la tarde, la señorita Donoso me ha escrito para decirme que Sol tuve un cambio radical desde el martes. Eso me alegra, pero al costo de no poder hablar con mi hija ni uno de estos días. Tampoco puedo presentarme en casa de Marcela ya que, al no corresponderme visitas, puede llamar a la policía por hostigamiento. Sí, esa es la realidad de muchos padres que quieren a sus hijos.Al menos, logré que comience a preocuparse un poco más de mi niña. Sol es una niña preciosa y merece verse siempre bien vestida, limpia y con sus peinados que le fascinan.Tomo mis documentos, una chaqueta y apago las luces de la casa. Pongo la alarma y me d
Tras otra semana de trabajo bastante duro, termino el viernes con las ganas de ver mañana a mi princesa. Estos días sólo he sabido de ella por Soledad, porque ahora Marcela ni siquiera se molesta en contestar mis llamadas o mis mensajes. Aunque ya estaba preparado para eso, cada vez que la enfrento acerca de la manera que cuida de Sol pasa esto.Me voy directo a la cocina por algo para tomar. Saco un refresco y me siento un rato en el sofá, mientras busco algo para ver en la televisión. De pronto, suena mi teléfono y veo que es Marcela.-Marcela, hola, ¿cómo está mi niña?-Ella está bien, Armando. Está bien cuidada – me dice en un tono desagradable -. Te llamo porque mañana no podrá ir a su visita contigo.- ¡¿Qué, por qué?!-No grites, por favor. La invitaron a un cumpleaños y ella quiere ir.-Yo la llevo
El fin de semana me pareció eterno. Ya quería que fuera lunes, para meterme en el trabajo y espantar la pena de no ver a mi niña.Avisé que mañana por la mañana me ausentaré, iré al tribunal o buscaré un abogado, lo que sea. El llamado de Sol me hizo entender que ella no lo está pasando bien con todo esto. Marcela la está obligando a relacionarse con personas que ella no quiere. Estoy seguro de que ni siquiera le preguntó si quería conocer a esas personas.Muchas veces los padres cometen el error de imponer a los hijos las relaciones con personas nuevas, que no son esenciales en la vida de los niños, pero que por apariencia o estatus social se nos hace indispensable involucrarlos.En mi caso, le pregunté si quería conocer a Valeria. Porque no quería imponerle a alguien, si me hubiese dicho que no, pues era no. Mi amistad con Valeria se hubiese l
Luego de una semana desde que Marcela me pidiera que me quede con Sol, estamos en la oficina de mediación esperando. Le aconsejé que aprovechara de hacerlo por los tres niños, ya que de esa manera se evitará muchos problemas.Como Sol está en el colegio y María José en el jardín infantil, sólo nos tocaba buscar alguien que se quedara con Pablito. Afortunadamente su abuela paterna lo adora, así que ella se hará cargo de cuidarlo mientras Pablo trabaja, hasta que él pueda conseguir una sala cuna.Marcela no deja de mirarse las manos, no ha dicho palabra alguna desde que llegamos. Sé que está nerviosa y una parte de ella debe decirle que es una mala idea.A mi manera de pensar, es lo mejor, para los tres niños. Sigo teniendo ese sentimiento que me dice que no es sólo por trabajo, pero le daré el beneficio de la duda. Además, no es que me est
Ya ha pasado un mes desde que firmamos el acuerdo. El juez lo aprobó sin problemas, Marcela hace dos semanas que se fue y ha llamado a Sol día por medio. Este fin de semana le corresponde la segunda visita. A la primera no pudo venir, porque todavía estaba acomodándose en su nuevo puesto de trabajo y, según me dijo, estaba buscando una casa para que a futuro Sol y sus hermanos la puedan visitar allá.Hoy es un hermoso jueves de septiembre y me encuentro con mi princesa en el supermercado, compramos lo necesario para la cena que haremos el viernes con la familia de Joaquín. Nos ha costado organizarla, ya que estuve con demasiado trabajo, incluso tuve que recurrir a Soledad un par de veces. Lo bueno es que mi princesa no me reclama por eso, ella sabe que mi trabajo es así, además de que por la noche de todas formas estaremos juntos.Mientras ella está sentada en el carrito, yo voy echando dentro los in
El viernes ha sido bastante entretenido. Fui por Sol a casa de su abuela, ya que este día sale más temprano y no me era posible recogerla. Cuando llegué, Soledad me dijo que mi pequeña la tapó de preguntas sobre su apellido.Resulta que el tatarabuelo de Sol era de una comunidad Aymará y se casó con una mujer de la ciudad. Desde entonces que salieron de sus tierras de origen, Sol está fascinada por esa historia.-Que pena que tu abuelo no te pudiera contar todo lo que sabía. A veces hablaba en la lengua de su bisabuelo, sabía varias palabras.- ¿Te acuerdas de alguna, abuelita? – le preguntó Sol muy ansiosa -.-No, pero sé que tu abuelo tenía algunas anotadas en un diario de sueños que llevaba. Los buscaré y te lo daré. Creo que a ti te servirá más.Luego de eso, nos vinimos a casa, porque hay una cena que prepa
Aquí estoy, en la calle y de la mano de mi hija con nuestros disfraces de caballeros. Pude conseguir unos bastante buenos, de color plateado y algo pesado. Al menos el mío. Ella luce uno muy sencillo, sin yelmo y con una hermosa trenza que Valeria le ha hecho. En unos minutos se nos unirá, su disfraz es de reina, a petición de Sol.Mi hija se imagina que será como la reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas, yo como la de las pinturas antiguas. Como sea, se verá hermosa.Este último mes ha sido por un lado caótico y por otro… el más maravilloso de toda mi vida.Marcela no ha cumplido sus visitas, mucho menos con la pensión. Eso último me da lo mismo, ya le había dicho que no lo hiciera y si quedó así fue para que no tuviéramos problemas. Lo que me preocupa es que si le pague a Soledad, ya que María José no