Ya ha pasado un mes desde que firmamos el acuerdo. El juez lo aprobó sin problemas, Marcela hace dos semanas que se fue y ha llamado a Sol día por medio. Este fin de semana le corresponde la segunda visita. A la primera no pudo venir, porque todavía estaba acomodándose en su nuevo puesto de trabajo y, según me dijo, estaba buscando una casa para que a futuro Sol y sus hermanos la puedan visitar allá.
Hoy es un hermoso jueves de septiembre y me encuentro con mi princesa en el supermercado, compramos lo necesario para la cena que haremos el viernes con la familia de Joaquín. Nos ha costado organizarla, ya que estuve con demasiado trabajo, incluso tuve que recurrir a Soledad un par de veces. Lo bueno es que mi princesa no me reclama por eso, ella sabe que mi trabajo es así, además de que por la noche de todas formas estaremos juntos.
Mientras ella está sentada en el carrito, yo voy echando dentro los in
El viernes ha sido bastante entretenido. Fui por Sol a casa de su abuela, ya que este día sale más temprano y no me era posible recogerla. Cuando llegué, Soledad me dijo que mi pequeña la tapó de preguntas sobre su apellido.Resulta que el tatarabuelo de Sol era de una comunidad Aymará y se casó con una mujer de la ciudad. Desde entonces que salieron de sus tierras de origen, Sol está fascinada por esa historia.-Que pena que tu abuelo no te pudiera contar todo lo que sabía. A veces hablaba en la lengua de su bisabuelo, sabía varias palabras.- ¿Te acuerdas de alguna, abuelita? – le preguntó Sol muy ansiosa -.-No, pero sé que tu abuelo tenía algunas anotadas en un diario de sueños que llevaba. Los buscaré y te lo daré. Creo que a ti te servirá más.Luego de eso, nos vinimos a casa, porque hay una cena que prepa
Aquí estoy, en la calle y de la mano de mi hija con nuestros disfraces de caballeros. Pude conseguir unos bastante buenos, de color plateado y algo pesado. Al menos el mío. Ella luce uno muy sencillo, sin yelmo y con una hermosa trenza que Valeria le ha hecho. En unos minutos se nos unirá, su disfraz es de reina, a petición de Sol.Mi hija se imagina que será como la reina de corazones de Alicia en el país de las maravillas, yo como la de las pinturas antiguas. Como sea, se verá hermosa.Este último mes ha sido por un lado caótico y por otro… el más maravilloso de toda mi vida.Marcela no ha cumplido sus visitas, mucho menos con la pensión. Eso último me da lo mismo, ya le había dicho que no lo hiciera y si quedó así fue para que no tuviéramos problemas. Lo que me preocupa es que si le pague a Soledad, ya que María José no
Luego un estupendo fin de semana largo con mi pequeña hija, volvemos a la realidad. Hoy, para ella, es un día importante, ya que debe presentar su trabajo acerca del origen de sus apellidos.Le he pedido a una modista que le haga un traje de Aymará completo. Le hice unas hermosas trenzas y va vestida con el traje, con una sonrisa en la cara que es altamente contagiosa. Hemos buscado mucha información, ha aprendido sobre las comidas, sus actividades productivas, su vestimenta, etc.Pero lo que más le gustó fue el diario de su abuelo. Don Abel, que falleció dos años antes de que ella naciera, llevaba un diario de sueños. En él narró los sueños que tuvo, pero además escribió las interpretaciones que él creyó que tenían de acuerdo con lo que su propio abuelo le enseñó de pequeño. Así es como encontramos varias palabras en la len
Se acerca la ceremonia de Licenciatura de los octavos, por lo que llamo a Marcela para invitarla. Estamos a finales de noviembre y ella no ha venido a ver a los niños, además de que hace un par de semanas que no llama a Sol.Al menos, lo más importante, eso parece no afectarle a Sol. Aunque sí me ha pedido que la lleve a ver a sus hermanos los fines de semana, aunque sea un rato. La lejanía le ha sentado bien en la relación con sus hermanos. A María José le regaló uno de sus b favoritos, para que no la extrañara. Soledad le contó el viernes pasado que su hermana duerme abrazada a su peluche y no deja que nadie lo toque, ella misma lo pone en la lavadora y luego lo pone a secar.En cuanto a Pablito, a él le regaló un juguete blando, para que pudiera dormir con el. Pablo nos envió una foto del pequeño durmiendo con el juguete. Sol se siente feliz, porque sabe que una
Es un hermoso sábado, eso no lo podemos discutir. Es por eso por lo que, con mi pequeña hija, hemos pensado en venir a pasarlo a la playa. Hemos invitado a Valeria, quien se ve un poco más alegre que los días anteriores, ríe y juega con Sol, pero sus ojos siguen teniendo esa tristeza implícita que marca el sufrimiento de su alma.Solo me queda pensar que mi pequeño Sol le da algo de su luz a esa mujer que se me está volviendo indispensable. Verlas de esa manera me hace sentir ansioso, pensando en cómo sería mi vida si Valeria aceptara ser mi mujer por el resto de nuestras vidas.- ¡Papi, mira lo que encontramos! – Sol me saca de mis pensamientos con una expresión emocionada, trae algo entre sus manos -.- ¿Qué es, Solecito? – me acerco a ella y me muestra una concha de caracol, tiene un color azul oscuro y se degrada a blanco, casi cubre su manito -. Pero
Hoy es noche buena y mañana navidad… así dice la canción que Sol escucha en este momento, mientras juega con sus hermanitos.Nos hemos reunido todos en casa de Soledad para esperar la navidad, hay una montaña de regalos y el árbol casi no se ve por estos.Pablo y yo nos pusimos de acuerdo durante el primer cumpleaños de Pablito, que fue la semana pasada. Estamos todos devastados, porque Marcela solo se limitó a enviar un regalo y nada más. Soledad ha llorado mucho por la actitud de su hija y, de mala gana, nos admitió que está mandando la mitad de la pensión. Prometimos colaborar, ya que la mujer se mantiene solo con su pensión de viudez, por lo que ya no podía más con tantos gastos.Por lo mismo, para que todos tengan una mejor fecha especial, Pablo me propuso celebrar juntos y asumir la mitad de los gastos, así los niños estarían juntos
Me despierta el tono de llamada de mi teléfono, al moverme siento que Sol se ha escabullido hasta aquí, sonrío por eso. Aún no sé de padres que no amen dormir con sus hijos, sobre todo cuando tienen pesadillas o sienten pena por algo. He llegado a la conclusión de que, cuando piensa en su mamá, termina durmiendo aquí, frunzo el ceño porque hay algo que no me está diciendo y tendré que hablar sutilmente con ella.Si extraña a su mamá, podemos ir a visitarla y quiero que sepa que eso totalmente posible, sólo tiene que pedírmelo.Cojo el celular que había dejado conectado al cargador bajo el televisor justo cuando deja de sonar, veo con sorpresa que tengo cinco llamadas perdidas, dos de Matías y tres de un número que no conozco.Le marco a Matías, luego veré quién es el dueño del número desconocido.
Las lágrimas instantáneas muy poco me permiten ver a Valeria sentada en un piso alfombrado, con las piernas cruzadas y sus pies descalzos. Acuna suavemente una manta enrollada entre sus brazos, la acaricia mientras tiene los ojos cerrados y lágrimas no dejan de recorrer sus mejillas.A lo lejos escucho a la vecina que me llama. Me limpio las lágrimas y corro para decirle desde la puerta que está bien, solo se había quedado dormida y no escuchó nada. La mujer se entra y yo hago lo mismo, cerrando la puerta tras de mí.Vuelvo a la habitación y me quito los zapatos, me acerco a ella, mientras veo los detalles de aquel lugar.Está decorado con nubes y estrellas hechas a mano con tela. Las nubes parecen de verdad, por el relleno que contienen. Una cuna blanca con sábanas rosadas y un cobertor blanco le sirven de apoyo a la espalda de Valeria. Hay una cómoda blanca y sobre ella una esp